DOI: http://dx.doi.org/10.19137/cienvet202224202
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ARTICULO DE INVESTIGACIÓN
Bienestar de las vacas lecheras en los sistemas de
compost barn
Welfare of dairy cows in compost barn systems
Bem-estar de vacas leiteiras em sistemas de
compostagem
Martínez GM1, Suarez VH1
1 Estación Experimental Agropecuaria Salta, Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria, RN
68, 4403, Cerrillos, Salta, República Argentina.
Correo electrónico: martinez.gabriela@inta.gob.ar
Resumen: Los sistemas de producción de leche estabulados pueden presentan
varios puntos críticos con respecto al bienestar animal, lo que no
implica que no los puedan resolver y gestionar el bienestar en forma
adecuada. El alojamiento del ganado lechero en camas de compost,
con un correcto diseño y manejo, ha demostrado mejorar la salud y la
longevidad de las vacas y, en consecuencia, el desempeño productivo
de los animales. A partir de los resultados realizados a nivel mundial,
los sistemas compost barn se presentan como una alternativa de estabulación
amigable con el bienestar de los animales en comparación
con otros sistemas en confinamiento. Sin embargo, todavía el número
de investigaciones sobre el bienestar del ganado lechero en estos sistemas
en Argentina y también en el mundo es escaso, por lo que sería
aconsejable sumar estudios regionales para poder tener precisión en
cuanto al impacto real y potencial sobre las vacas lecheras.
Palabras clave: Lechería, Estabulación, Compost barn, Manejo,
Bienestar animal
Abstract: Confined milk production systems can present several critical
points with respect to animal welfare, which does not imply that they
cannot be resolved. Housing dairy cattle in compost barns, with proper
design and management, has been shown to improve cow health
and longevity and, consequently, their productive performance. Based
on the results carried out worldwide, the compost barn systems represent
a friendly housing alternative with the well-being of the animals
compared to other confinement systems. However, the number of investigations
on the welfare of dairy cattle in these systems in Argentina
and in the world is still scarce, so it would be advisable to add regional
studies to be able to precede in terms of the real and potential impact
on dairy cows.
Key words: Dairy, Housing, Compost barn, Management, Animal
welfare
Resumo: Os sistemas de produção de leite estabelecidos podem apresentar
vários pontos críticos com relação ao bem-estar animal, o que não implica
que não possam ser resolvidos e gerenciados adequadamente.
Alojar o gado leiteiro em camas de compostagem, com projeto e manejo
adequados, tem demonstrado melhorar a saúde e longevidade das
vacas e, consequentemente, o desempenho produtivo dos animais.
Com base nos resultados realizados em todo o mundo, os sistemas
de compost barn apresentam-se como uma alternativa de alojamento
amigável com o bem-estar dos animais em comparação com outros
sistemas em confinamento. No entanto, o número de investigações sobre
o bem-estar do gado leiteiro nesses sistemas na Argentina e também
no mundo ainda é escasso, por isso seria aconselhável adicionar
estudos regionais para ter precisão quanto ao impacto real e potencial
nas vacas leiteiras.
Palavras-chave: Laticínios, Alojamento, Compost barn, Manejo,
Bem-estar animal
El sistema de confinamiento compost barn (CB) o de cama caliente
se basa en galpones en los que se encuentra dividida el área de alimentación
de la de descanso; las vacas permanecen en libre circulación
dentro de esta superficie cubierta y tienen acceso a una zona de cama
compuesta por materia orgánica, normalmente aserrín, que se remueve
diariamente para incorporar las heces de los animales y propiciar
su oxigenación (1). El objetivo que se persigue con este tipo de sistemas
es el de brindar mayor comodidad, bienestar y longevidad en la vida
productiva de los animales, lo que se traduce en una mayor rentabilidad
de la explotación lechera (2)
Si bien el desarrollo de este sistema se dio en Estados Unidos entre
la década del 80 y 90, (2) no fue hasta 2009 que llegó a la Argentina.(3)
En la actualidad hay registros de la existencia de CB en las provincias
de Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Salta. (3) La implementación
de este tipo de sistema surge como respuesta a la necesidad de
intensificar la producción lechera, buscando incrementar los litros de
leche producidos por vaca, estabilizar el consumo de materia seca y
aumentar el grado de bienestar de los animales (4).
El éxito del CB depende básicamente del manejo de la cama para
mantener un proceso de compostaje constante, siendo primordial el
equilibrio entre varios factores físicos y químicos del entorno. Según
Black et al. (5) el mantenimiento del proceso de compostaje depende de
la relación Carbono: Nitrógeno (C: N), de la temperatura, humedad, aireación
y pH del material de la cama. Aspectos claves para brindar un
lecho seco a los animales y con baja población microbiana patógena.
Los mismos autores también señalan que estos factores pueden verse
directamente afectados fundamentalmente por las características de
las instalaciones, por el manejo de la cama y por la carga animal dispuesta
en cada establecimiento.
Los beneficios percibidos de un sistema CB incluyen bajos costos
de inversión, disminución del recuento de células somáticas, menor
incidencia de trastornos podales, mayor limpieza de las vacas, mayor
comodidad para el descanso, mayor producción, facilidad para llevar
adelante las tareas diarias y mejor manejo del estiércol (5,6) .
Aunque los alojamientos de CB tienen un enorme potencial para
mejorar el rendimiento y el bienestar de las vacas, todavía existen muchos
interrogantes sobre su manejo y viabilidad. Las condiciones climáticas
y el planteo en cuanto al mantenimiento de las camas varían
entre establecimientos; por lo que, las cosas que funcionan en un lugar
pueden no funcionar en otro (7). Es así que el objetivo de la presente
revisión es el de sistematizar la información disponible en cuanto al grado de bienestar animal que es posible alcanzar en los sistemas CB
y las condiciones de manejo que lo hacen posible.
Los sistemas de confinamiento pueden comprometer el bienestar y
la comodidad de las vacas lecheras debido a un mal diseño del galpón,
a un mal cálculo en cuanto a la superficie a asignar por animal y/o a
una mala elección en el tipo de material de cama a utilizar. Los CB
son un sistema alternativo de alojamiento donde, a pesar de que los
animales se encuentran en confinamiento, les permite más libertad de
movimiento y mayor comodidad para acostarse (8) También, este sistema
proporciona mayor longevidad y bienestar siempre que se controle
que el ambiente resulte cómodo, seco y seguro para las vacas (4) .
En cuanto al diseño de los CB es prioritario considerar la superficie
a asignar tanto de cama como en el sector de alimentación, también es
importante tener en cuenta la ubicación de los bebederos dentro del
galpón para evitar el exceso de humedad en determinados sectores
del mismo a causa de una mala disposición. A su vez, la orientación
respecto de los vientos predominantes y la trayectoria solar resultan
claves para asegurar una correcta ventilación como así también el diseño
las cumbreras y la altura de los techos (9) .
En la mayoría de los casos en los CB se dispone de un pasillo de
alimentación de concreto separado del área de descanso que permite
que las deyecciones producidas por las vacas durante la alimentación,
que se calcula que es de un 25 a 30% del total evacuado diariamente
(1) , se mantengan independientes del sector de camas. El estiércol
producido en el callejón de alimentación debe almacenarse en instalaciones
destinadas para tal fin para su posterior tratamiento y aprovechamiento
(10). Las áreas de descanso grandes y abiertas (7 a 30
m2 por vaca) generalmente están separados de los comederos por un
muro de contención de 1,2 m de altura (1,11). Por su parte, Jianni et al. (1) han reportado que el área de descanso si bien puede estar separada
del pasillo de alimentación por paredes, también puede diseñarse sin
este tipo de división y a una profundidad entre 30 y 50 cm más abajo.
Mientras que en Israel el área de descanso asignada por animal es
de entre 13 y 20 m2, en Estados Unidos ronda los 7,5 a 9,2 m2 (12).
Janni et al. (1) sugieren que, si el espacio por vaca disminuyera por debajo
de 9,3 m3, la compactación y la humedad podrían aumentar, inhibiendo
la eficacia del compostaje de la cama. Para la asignación de
la superficie por animal debe considerarse el peso promedio adulto y la raza de los animales, guardando una relación directa entre mayor
peso, mayor frame, mayor área a asignar. Cabe señalar que, el mayor
espacio por vaca en CB no solo permite incrementar el confort animal,
sino que también contribuye a una menor cantidad de interacciones
agonísticas en comparación con los sistemas free-stall (13) .
Para permitir un fácil acceso al callejón de alimentación y al agua,
se deben proporcionar pasarelas desde el lugar de camas cada 35 a 40
m. El espacio de comedero por vaca debe ser de 46 a 76 cm y se deben
disponer al menos 2 bebederos en el pasillo de alimentación. Este pasillo
en el área de comederos debe ser lo suficientemente ancho para
permitir el paso de 2 vacas en direcciones opuestas mientras otra está comiendo en la valla de alimentación (1,14). Janni et al. (1) recomendaron
un ancho de 3,6 m para este callejón mientras que Leso et al. (15) sugieren un ancho de 4–5 m.
Para mantener una ventilación natural adecuada y compensar la altura
del muro de contención se requieren paredes laterales altas (4 a 5
m) en el galpón (1,14). Otros requisitos para mantener una ventilación
natural adecuada incluyen una inclinación del techo de al menos 4:12,
una abertura de cumbrera de al menos 7,6 cm por cada 3,0 m de ancho
de techo con un ancho mínimo de abertura de 30,5 cm y una orientación
este-oeste (14). Para evitar el exceso de humedad en la cama, los voladizos
del techo no deben tener menos de 1 m y, preferiblemente, una longitud
de un tercio de la altura de la abertura de la pared lateral (1,14). El terreno
de los alrededores del galpón debe tener una pendiente hacia afuera para
minimizar la entrada del agua de lluvia, ya que de no controlarse este factor
puede verse incrementado sustancialmente el nivel de humedad de la
cama y, por consiguiente, afectarse su proceso de compostaje.
El clima también puede afectar el diseño de CB ya que la tasa de
secado de la cama está estrictamente asociada con las condiciones del
aire (16). Generalmente, el espacio requerido disminuye con el aumento
de la velocidad de secado. En climas cálidos, secos y ventosos, es probable
que ocurra un secado rápido de la cama, lo que podría reducir elárea necesaria por animal para mantener el lecho seco. En condiciones
frías y húmedas, la tasa de secado es más bien limitada, y es posible
que se necesite un área más grande por vaca para reducir la humedad
de la cama (17). En climas templados, las necesidades de ventilación del
CB pueden variar entre los períodos de verano e invierno. La ventilación
mecánica también se puede utilizar para promover el secado de
la cama, así como para controlar el estrés por calor de las vacas durante
los períodos calurosos. Los ventiladores de techo de baja velocidad
y alto volumen son una solución comúnmente utilizada en CB. (18) Eckelkamp (19) sugiere que una velocidad del ventilador de 9,6 km/h
puede aumentar la duración en el tiempo del material de cama.
Otro factor importante para considerar al diseñar CB es la orientación
del galpón, lo que tiene incidencia sobre la ventilación y la exposición
a la luz solar. Para maximizar la ventilación natural, los establos
deben orientarse de modo que los vientos predominantes del
verano sean perpendiculares a la cumbrera del galpón.(14) Debido a
que la dirección del viento es altamente específica de la región donde
se encuentre emplazada la explotación, generalmente se prefiere una
orientación este-oeste porque minimiza la exposición del interior del
establo a la luz solar. La penetración de la luz solar directa aumenta la
carga térmica de las vacas y, por lo tanto, debe evitarse, especialmente
durante el verano. Sin embargo, en el caso de CB en zonas templadas
a fría la exposición a la luz solar de la superficie de la cama es beneficiosa
ya que puede mejorar la evaporación y reducir la utilización de
material cama, especialmente durante los meses de invierno. (20)
El material de cama utilizado juega un papel clave en el bienestar
animal, ya que influye en el tiempo que los animales permanecen acostados
y, en consecuencia, en el proceso de rumia y la producción de
leche (21). Las vacas lecheras pueden destinar entre 8-16 h/d para el
descanso, lo que hace relevante la calidad de la superficie a la que puedan
acceder. (21,22) Por lo tanto, es importante proporcionar una superficie
limpia, seca y cómoda para que las vacas descansen (23) Además,
una cama mal manejada puede afectar la limpieza (15,24) y el comportamiento
de los animales (4), como así también su salud. (6,25,26)
En los sistemas de compost, las virutas de madera y el aserrín son
los materiales más empleados; sin embargo, también se utilizan paja
y astillas de madera. (8) En Argentina Monge et al. (3) señalan que el
sustrato más utilizado, por disponibilidad y precio, en las cuencas centrales
es la cáscara de maní. Shane et al. (27) realizaron un estudio durante
los meses fríos en los Estados Unidos para probar cuatro tipos
diferentes de materiales de cama, incluidos aserrín y virutas de pino,
mazorcas de maíz, paja de soja y las combinaciones de estos materiales.
La temperatura general del interior de la cama para todos los
materiales fue de 25,4 °C, la cual fue mayor en relación con la temperatura
del aire. Esta elevación de la temperatura de la cama en relación
con la temperatura ambiente resultó consecuencia de la acción
de los microorganismos que descomponen la materia orgánica, por lo
que los autores concluyen que todos los materiales evaluados, siempre
que sean bien gestionados, tienen potencial para su uso en el sistema.
Independientemente del material a utilizar, el tamaño de partículas
debe ser fino, menor a 2,5 cm (27) y con buena capacidad de retención y absorción de agua para que la cama resulte suelta y esponjosa, y se
mejore así el manejo, la aireación y la actividad biológica.
La profundidad de la cama puede variar ampliamente de 20 cm a
más de 1 m dependiendo del manejo que se prevea y la cantidad de
cama utilizada. El nivel del piso debajo del área de cama debe estar
diseñado para mantener la superficie de la zona de descanso al mismo
nivel que el piso del pasillo de alimentación. Los pisos colocados demasiado
bajos pueden resultar en un paso profundo entre el callejón y
el área de camas, lo que limita la facilidad de movimiento de las vacas.
Por el contrario, los pisos que son demasiado altos pueden provocar
fugas excesivas del material de cama al pasillo de alimentación. La experiencia
con CB en los Países Bajos ha sugerido que se necesita una
profundidad de cama mínima de 50 cm para mantener suficiente calor
como para no limitar el proceso de compostaje. (20)
Los estudios sobre el proceso de compostaje han indicado que se
produce una degradación más rápida de la materia orgánica cuando
la relación C:N está en el rango de 25:1 a 30:1 y el pH se mantiene por
debajo de 8. (28) Debido a que los procesos aeróbicos producen más
energía que los procesos anaeróbicos, una alta disponibilidad de oxígeno
es crucial para un compostaje óptimo. (28) Además, las heces de
las vacas lecheras tienen una relación C:N baja, que oscila entre 15:1
y 19:1 (1,29), mientras que los materiales más utilizados como cama
presentan una relación C:N muy alta. Janni (1) informó relaciones C:N
de 600:1, 442:1 y 127:1 para madera astillas, aserrín y paja de trigo,
respectivamente.
Como se mencionó anteriormente, el éxito del CB depende exclusivamente
del correcto mantenimiento de la cama. Para esto, la cama
debe roturarse al menos dos veces al día mediante un escarificador/
cultivador o roto cultivador para la aireación a una profundidad que
varía entre los 15 y los 30 cm (30). Aunque, es oportuno mencionar
que existen experiencias de manejo de un solo movimiento al día en
Israel (11) y en los Países Bajos (20) con buenos resultados. La gestión de
la cama es fundamental para evitar la acumulación de humedad, compactación
e incorporar oxígeno a la cama, propiciando el aumento de
la descomposición aeróbica del estiércol y el mantenimiento seco de la
superficie en la que los animales se acuestan. (1)
El aumento de la frecuencia y la profundidad del movimiento conduce
a una mayor temperatura de la cama. Black et al. (5) encontraron
una diferencia de aproximadamente 10 °C entre las camas roturadas
una vez frente a dos veces al día, a su vez, hallaron que la profundidad de cultivo se asocia positivamente con la temperatura de la cama. Por
lo que, durante el invierno, la aireación frecuente puede resultar en
una pérdida excesiva de calor del lecho, alterando así el proceso de
compostaje.
El concepto general del compostaje consiste en mezclar una fuente
de carbono (material de cama) con una de nitrógeno alto (orina y
heces) y, mediante una buena aireación, obtener la descomposición
de la materia orgánica. Durante el compostaje se genera calor, lo que
permite que una capa más seca del material de cama en la superficie.
Esto reduce la suciedad del animal, lo que disminuye la exposición a
patógenos que predisponen a la inflamación de la glándula mamaria,
para lo cual la cama debe tener menos de 1 millón de ufc/ml. Si el proceso
de compostaje funciona bien, la superficie de la cama debe verse
seca y mullida. (31)
La temperatura del interior de la cama recomendada para un
compostaje adecuado debe estar entre 54 °C y 65 °C (1) y presentar
un contenido de humedad entre 40% y 65%, para la mayoría de los
materiales.(9,27) Estas temperaturas son necesarias para inactivar patógenos
y virus, a su vez mantener este rango por 3 a 4 días favorece
destrucción de semillas de malezas y larvas de moscas. Los patógenos
normalmente se destruyen a 55 °C o más, mientras que el punto crítico
para la eliminación de semillas malezas es de 62 °C. (28) Los materiales
compostados correctamente tienen un mínimo olor y proporcionan
un sustrato de reproducción pobre para moscas y otros insectos. (14)
En cuanto a la adición de material de cama, el parámetro más simple
para ejecutar esta tarea es si se detecta una humedad suficiente
para que se la cama se pegue tanto en flancos, ubres y/o garrones de
las vacas después de que se levantan de estar echadas. (5) En Estados
Unidos por lo general se sugiere agregar entre 10 a 20 cm de material
de cama fresca cada una a cinco semanas (8,30). Bewley et al. (14) recomienda
evaluar la humedad, previo a agregar material nuevo, y si
está entre 40 a 60 % sugieren no hacerlo. Shane et al. (27) recomendaron
mantener el contenido de humedad en los 15 cm superiores
de la cama por debajo del 65 %. Más recientemente, Eckelkamp et al.
(16) sugirieron una humedad del 55 % como punto de referencia para
añadir sustrato nuevo. Cabe destacar que la incorporación de nuevo
material, tanto frecuencia como cantidad, depende de la densidad de
alojamiento, las condiciones climáticas y la tasa de ventilación. Janni
et al. (1) señalan que los galpones pueden almacenar estiércol durante
6 a 12 meses antes de que se requiera la limpieza, momento en el que
la porción sólida es usada comúnmente para la aplicación directa al
suelo en el otoño. Por su parte, Galama (20) sugirió que el establo debe
ser limpiado y la cama remplazada cuando la relación C: N disminuye a una proporción de 15:1 ya que, por debajo de este nivel, el compostaje
puede resultar inhibido.
Muchos aspectos del manejo diario de una vaca contribuyen a su comodidad (Figura 1). Esto incluye su posibilidad para caminar y hacer ejercicio libremente sin riesgo de lesiones, tener acceso a suficientes alimentos y agua para saciar su hambre y sed, buscar refugio del clima y las condiciones climáticas extremas y, quizás lo más importante, el poder de lograr un descanso adecuado. (26) Cook (26) considera que dentro del término descanso se debe considerar todos los aspectos de la conducta, incluido el tiempo que el animal permanece echado, el número de veces que el animal se echa por día y la duración de cada uno de estos eventos.
El descanso se ha descripto como el comportamiento de mayor
prioridad en comparación con las prioridades como comer, contacto
social y otros comportamientos como el reproductivo (22) La reducción
del tiempo de reposo debido a la incomodidad del suelo desencadena respuestas de estrés fisiológico y de comportamiento que pueden
afectar el bienestar de los animales trayendo consecuencias negativas
sobre la salud y el rendimiento lácteo. (24,26) Haley et al. (24) enfatizaron
sobre el impacto potencial de las instalaciones de alojamiento en la
conducta de descanso. Tanto la disposición como el tipo y la calidad
del material de cama son cruciales para mantener el confort adecuado
de las vacas. Galpones incómodos en los que las vacas pasan menos
tiempo echadas traerá aparejado que los animales pasen más tiempo
de pie en pasillos de hormigón, lo que aumentará el riesgo de enfermedades
y lesiones podales (25,41). Es así, que la evaluación del confort
de las vacas en los establecimientos lecheros es esencial para delinear
estrategias destinadas a asegurar un adecuado estándar de bienestar
de los animales. (42)
La incidencia de cojera en los rodeos lecheros a nivel mundial es
de aproximadamente 25%, con una tendencia hacia una menor prevalencia
en los sistemas a base de pastoreo o de encierro parcial (8,3
- 16,5%) y una mayor en los sistemas free-stall (31,0 – 54,8%). (25) Es
así como, las afecciones podales son ampliamente reconocidas como
la patología de mayor incidencia sobre el bienestar de vacas de tambo.
Además, los trastornos podales son una de las principales razones que
se tiene para descartar y sacrificar al ganado lechero. (43,44)
Es importante destacar que las vacas con cojeras prolongadas por
lo general comprometen su performance tanto productiva como reproductiva
como así también alteran su comportamiento. (45) Es así como, al permanecer una mayor parte del tiempo echadas en comparación
con vacas sin afecciones podales, pierden peso como resultado
de un menor consumo de alimentos, a la vez que disminuyen la
producción de leche entre un 20 y un 50% (46,47). Barberg et al. (2) reportaron tasas de detección de celo y preñez superiores de 25,9 y
34,5% respectivamente, en animales alojados en CB en relación con el
sistema free-stall. Estos valores más altos de detección de celo están
vinculados a tasas más bajas de problemas de locomoción en las vacas,
de manera tal los animales pueden expresar el comportamiento
reproductivo y los operarios detectar celo. En la cuenca lechera del
Valle de Lerma (Salta) se comparó la productividad entre vacas con
afecciones podales y vacas sanas, presentando aquellas que padecían
la afección un incremento del 180% de descartes y muertes, del 60,6%
en el número de servicios y del 41% en las vacas que presentaron un
intervalo parto-parto superior a los 400 días. (48)
Cook et al. (25) han planteado el interrogante de si la cojera, las lesiones
y el bienestar físico deficiente son o no una consecuencia inevitable
de una mayor producción de leche y la expansión del tamaño
del rodeo en los sistemas en confinamiento, o si son una consecuencia
de las decisiones que se toman en la construcción y gestión en estas
explotaciones. Costa et al. (49) en un relevamiento llevado adelante en el
sur de Brasil reportaron que, si bien las explotaciones con sistemas de
CB tenían una tasa de cojeras y lesiones podales reducidas en relación
con las de sistemas free-stall, los valores obtenidos resultaron altos,
lo que resalta la necesidad de cambios correctivos en el diseño y las
prácticas de gestión de los sistemas.
El alojamiento del ganado lechero en camas de compost, con un correcto
diseño y manejo, ha demostrado mejorar la salud y la longevidad
de la vaca y, en consecuencia, el desempeño productivo del animal.
(5,6,50,51) En lo que respecta a los trastornos podales, se han reportado
beneficios tales como menor prevalencia de claudicación y lesiones
de garrón y rodilla en comparación con sistemas free-stall (2,52) y aumentos
en la salud de las pezuñas, (5,11) la principal explicación de estos
resultados se encuentra relacionada con el tipo de material de la
cama y la fricción impartida en las pezuñas, como así también con la
comodidad de los animales para echarse y levantarse. Sin embargo, en
el relevamiento realizado por Costa et al. (49) se señala que la variación
en la prevalencia de problemas podales entre sistemas CB fue alta, con
algunos tambos manteniendo tasas muy bajas de cojera y lesiones de
garrón y rodilla. Esto pone de manifiesto que las prácticas de gestión
de algunos los productores resultan más eficiente para mitigar los
trastornos podales.
Las inflamaciones que causan las mastitis son dolorosas y por lo
tanto están estrechamente asociadas al bienestar de las vacas. Algunos
autores han reportado una asociación entre la mastitis y heridas clínicas
e hinchazones a nivel del tarso (53) o con ciertas condiciones de
manejo. (54) Bartlett et al. (55) encontraron que el índice de saneamiento
ambiental basado en la cantidad de estiércol de la vaca y en su entorno
fue un predictor de la aparición de mastitis coliforme. Ward et al. (56) observaron, en un estudio realizado en cuatro tambos, que la menor
incidencia de la mastitis se produjo en donde las vacas estaban más
limpias y las camas eran manejadas en forma más satisfactoria.
Barberg et al. (2) reportaron que la tasa general de infección por
mastitis fue del 35,4 % cuando los animales fueron alojados en un sistema
con cama de paja y del 27,7 % después de trasladadas las vacas a un establo de compost. Estos autores sugieren que la práctica de airear
la cama para ayudar a secar la superficie y se incorpore el estiércol
podría contribuir a lograr una mejor salud de la ubre en un sistema
CB que en uno con cama convencional.
Borchers (57) realizó un estudio evaluando los efectos del sistema
de alojamiento sobre el contenido de recuento de células somáticas
(RCS) en la leche sobre la base de valores de cortisol en pelo de vaca.
Los valores de cortisol fueron significativamente superiores en las vacas
alojadas en free-stall en comparación con las alojadas en CB. A su
vez, este autor señalo que el estrés ambiental vinculado al tipo de alojamiento
en vacas en lactancia afecta la producción de leche y el RCS
significativamente, ya que detectó una mayor producción y un menor
RCS en CB en comparación con un sistema free-stall.
En muchos casos, los patógenos que causan la mastitis están presentes
en las camas sobre la que descasan las vacas .(19,58) Los cambios
en la temperatura ambiente, la humedad de la cama y la relación C: N
pueden inhibir rápidamente el proceso de compostaje, lo que afecta la
limpieza de las vacas y aumenta los RCS, (19,58) es por eso que Black et
al. (58) sugirieron manejar una superficie de descanso seca para promover
vacas más limpias y disminuir el RCS. Por su parte, Fávero et al. (59) estudiaron factores asociados con índices epidemiológicos de mastitis
en 3 CB y encontraron que el riesgo de mastitis se ve afectado por las
condiciones de la cama y el nivel de higiene de las vacas. En la cuenca
lechera del Valle de Lerma (Salta) se observó una asociación positiva
entre los grados 1, 2 y 3 del California mastitis test y la higiene de las
vacas; además, al comparar aquellas vacas con ese grado de mastitis
subclínicas con las sanas la probabilidad de sufrir descarte o muerte,
de necesitar más de 2 servicios para concebir y de tener un intervalo
parto parto superior a los 400 días fue 5,4, 7,0 y 2.9 superior, respectivamente.
(60)
Si bien las temperaturas más altas (55 a 65°C) promueven la destrucción
de patógenos, (28) lo que puede ser ventajoso para la destrucción
de bacterias que causan mastitis, las temperaturas observadas en
relevamiento en sistemas reales CB por Barberg et al., (2) Black et al. (5)
y Klaas et al.
no alcanzó el nivel necesario para la sanitización de
la cama, lo que trajo aparejado en todos los casos un mayor RCS y una
mayor prevalencia de mastitis.
Klaas et al., (11), Shane et al. (27) y Barberg et al. (30) coinciden en que
los altos recuentos bacterianos de patógenos causantes de mastitis en
CB refuerzan la necesidad de llevar delante de manera adecuada los
procedimientos vinculados con la rutina ordeño para disminuir la incidencia
de esta enfermedad.
El confinamiento de las vacas afecta los aspectos físicos, fisiológicos
y de comportamiento por lo que deriva en un impacto en la salud
y bienestar de los animales. (61) Hasta el presente pocos estudios han
comparado la salud del ganado lechero en sistemas CB con otro tipo de
sistemas productivos en confinamiento. Una revisión reciente de Leso
et al. (6) encontró que los sistemas CB tienden a mejorar el bienestar de
las vacas lecheras.
La mortalidad y el descarte son mediciones estrechamente ligadas
al bienestar de los animales. (34, 62, 63) En estudio realizado en USA (64) muestra mayores tasas de mortalidad en vacas manejadas en freestalls
y principalmente en aquellos con suelo de concreto al compararlos
con otro tipo de suelos. Otro estudio (18) mostró una menor prevalencia
en CB de afecciones podales y lesiones de garrón de las vacas
en comparación con aquellas manejadas en free-stalls con ventilación,
pero sin asociaciones adversas con la tasa de mortalidad ni descarte.
En este sentido, los pocos estudios llevados a cabo sobre la longevidad
y el descarte de las vacas y su relación con el CB no han sido del todo
concluyentes. Estos escasos datos obligan a continuar con aquellos
estudios que comparen la salud y las tasas de mortalidad y descarte
entre los diferentes sistemas lecheros y los sistemas manejados sobre
cama cliente.
A partir de los resultados realizados a nivel mundial, los sistemas CB se presentan como un sistema amigable con el bienestar de los animales en comparación con otros sistemas confinados. Sin embargo, todavía el número de investigaciones sobre el bienestar del ganado lechero en estos sistemas es escaso y sería aconsejable sumar estudios sobre los factores que podrían incidir sobre el bienestar animal, sobre todo a la importancia e incidencia que las diferencias ambientales y de manejo de cada región tendrían sobre el buen manejo del sistema CB.
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Fecha de recepción del artículo: 30/03/2022
Fecha de aceptación para su publicación: 21/05/202