DOI: http://dx.doi.org/10.19137/cienvet-201921208
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COMUNICACIONES
Hernia Discal tipo I en Dachshund
Type I disc herniation in Dachshound
Mancuso, AS.1; Sosa, RA. 2, Sosa RE. 3
1 Escuela de Medicina Veterinaria, Universidad Nacional de Río Negro. Pacheco 460. Choele
Choel, Río Negro.
2 Escuela de Medicina Veterinaria, Universidad Nacional de Río Negro. Pacheco 460. Choele
Choel, Río Negro.
3 Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad Nacional de La Pampa. Calle 5 esquina
116. General Pico, La Pampa.
Correo electrónico: asmancuso@unrn.edu.ar
Resumen: La Hernia Discal tipo I es una degeneración condroide que conduce a la calcificación del núcleo pulposo y la consiguiente pérdida de las propiedades hidroelásticas del disco intervertebral. Su presentación es más frecuente en caninos de razas condrodistróficas, siendo el Dachshund la más predispuesta a sufrir esta patología. Es importante mencionar que puede aparecer en otras razas como el Caniche, Basset Hound, Teckel, etc. Se manifiesta y se diagnostica principalmente cuando el animal es joven, debido a que es una afección degenerativa temprana del disco intervertebral. En este trabajo se describe la presentación de un paciente canino, Dachshund, de cinco años de edad, que llegó a la consulta con parálisis flácida de los miembros posteriores y falta de control de los esfínteres. Se llevó a cabo una completa exploración clínica-neurológica y, luego, se realizó una radiografía de columna vertebral, lo cual permitió confirmar el diagnóstico de dicha degeneración.
Palabras claves: Degeneración condroide; Núcleo pulposo; Hidroelásticas; Condrodistróficas; Radiografía.
Abstract: Disc Hernia type I is a condroid degeneration that leads to calcification of the pulpy nucleus and the consequent loss of the hydroelastic properties of intervertebral disc. Its presentation is most common in chondrodistrophic breeds canines, being Dachshund the most predisposed to suffer this pathology. It is important to mention that it can appear in other breeds such as the Poodle, Basset Hound, Teckel, etc. This disease is mainly diagnosed when the animal is young, because it is an early degenerative condition of the intervertebral disc. This work describes the presentation of a five-year-old canine patient, Dachshund, who arrived to consultation with flaccid paralysis of the posterior limbs and lack of control of sphincters. A complete clinical- neurological examination and after that, a spinal x-ray were performed, confirming the diagnosis of such degeneration.
Keywords: Condroid degeneration; Pulpy nucleus; Hydroelastic; Condrodytrophic; X-ray.
Los discos intervertebrales se pueden encontrar a lo largo de la extensión
de la columna vertebral, entre los cuerpos vertebrales, excepto
en la articulación atlanto-axial y en las vértebras sacras fusionadas.
La Hernia discal intervertebral es el trastorno neurológico más corrientemente
diagnosticado en pacientes caninos. El 80% de las protrusiones
discales se producen en el Dachshund, también puede aparecer
con frecuencia en razas como el Beagle y Caniche (1).
La etiología de esta enfermedad se debe a cambios degenerativos
en los discos intervertebrales y a la pérdida de la capacidad de absorber
choques por parte de los mismos. La extrusión del disco puede
ocurrir en forma espontánea o secundaria a un traumatismo (1). Hansen (citado en Beltrán, E.; Feliu-Pascual, AL.; Mascort, J.;
Sánchez, M) (2) describe diferentes tipos de degeneración discal, cada
una de las cuales presenta una fisiopatogenia particular.
El objetivo de este trabajo es exponer el caso de un paciente canino
con hernia de disco Hansen tipo I. Durante el desarrollo de dicha degeneración
condroide se produce la calcificación del núcleo pulposo y
la consiguiente pérdida de las propiedades hidroelásticas del disco. La
calcificación de los discos intervertebrales puede manifestarse entre
los 6 y 18 meses de edad, siendo frecuente en ejemplares condrodistróficos
(Dachshund, Beagle) y de edad media (4 a 9 años de edad)
(1). El anillo fibroso también está debilitado en algunos perros, lo que
predispone a herniación discal.
La degeneración condroide se caracteriza por la pérdida de glicosaminoglicanos,
incremento en el contenido de colágeno y disminución
del contenido de agua. La transformación progresiva del núcleo pulposo
gelatinoso hacia cartílago hialino puede empezar a partir de los dos
meses de edad, e incluye el reemplazo de las células mesenquimales
del núcleo pulposo por células del tipo condrocitos.
La calcificación discal se ha descripto en todos los discos intervertebrales,
pero se sitúa con mayor frecuencia en la región torácica, especialmente
entre T10 y T13 (3).
Los acontecimientos anteriormente descriptos conducen a la extrusión
discal aguda, debido a que el anillo fibroso se encuentra debilitado
y por consiguiente los movimientos normales de la columna vertebral
generan la rotura del mismo. Por último dicha extrusión genera
una compresión leve o severa en la médula espinal. Esta compresión
de la médula espinal provoca deficiencias neurológicas a través de mecanismos
directos e indirectos.
Los efectos directos se deben al daño traumático sobre el tejido
nervioso en la materia gris y la materia blanca. A estos efectos también
se les conoce como inmediatos (4).
Los efectos indirectos en su mayoría están poco determinados; sin
embargo, se desarrollan a las pocas horas postraumatismo, dando
como consecuencia el daño retardado a la médula espinal. Estos factores
se cree que favorecen la disminución de la irrigación o que alteran
el metabolismo local del tejido dañado. Los efectos indirectos se deben
a la compresión de las vías neurales (4).
Todo esto concluye en los siguientes hallazgos en el examen físico-
neurológico, que van a variar de acuerdo a la localización anatómica
de la extrusión, duración de la compresión y fuerza compresora en el
momento de la extrusión discal (4): dolor en las regiones circundantes
a la columna vertebral, espasmos musculares intensos, tetraparesia, paresia, SNMS, SNMI de grados variables en miembros pélvicos, pérdida
nociceptiva y del control de esfínteres (1,5).
El dolor es generado por compresión de la raíz nerviosa, debido
a la extrusión del disco en dirección dorsolateral (entre el ligamento
longitudinal dorsal y el seno venoso vertebral). Si el material discal
protruye en contra del ligamento longitudinal dorsal, el dolor puede
derivar de la presión sobre las fibras nociceptivas del anillo fibroso
dorsal y ligamento longitudinal dorsal (1).
Los signos de SNMI son: paresia o parálisis flácida, disminución o
ausencia del tono muscular, rápida atrofia muscular, disminución o ausencia
de reflejos espinales. Cuando se ha dañado el componente sensitivo
de la NMI puede aparecer pérdida de la sensibilidad de la piel y
de la extremidad inervada por dicha neurona (3).
Por su parte, los signos que componen el SNMS: paresia o parálisis
espástica, incremento del tono extensor y reflejos espinales normales
o aumentados. Los signos sensoriales, como ataxia o disminución de
la sensibilidad de la piel y de las extremidades caudales al punto de la
lesión son reflejo de la interrupción de los tractos sensitivos de la NMS
que median en la propiocepción y en la percepción del dolor (3).
El diagnóstico definitivo de esta patología se realiza mediante radiografía,
donde la extrusión es demostrada por la presencia de los
siguientes cambios: disminución e incremento de la densidad del espacio
intervertebral, colapso de las facetas articulares y disminución
del tamaño o alteración en la forma del foramen neural. También se
puede apreciar la presencia de material calcificado dentro del canal
medular (4).
Se presentó a la consulta un canino Dachshund, de cinco años de
edad, con parálisis del tren posterior e incontinencia urinaria. En la
anamnesis su propietario relató que el canino vocalizó, presentó emesis
y no volvió a utilizar sus miembros posteriores para incorporarse.
Durante la exploración clínica y neurológica se pudo determinar la
presencia de parálisis flácida en miembros posteriores, con pérdida de
la sensibilidad profunda, reflejo de retirada disminuido y dolor en la
columna vertebral a nivel de la zona lumbar (L5 y L6).
Se llevó a cabo una radiografía latero – lateral de la zona afectada,
en la cual se pudo observar reducción del espacio intervertebral L5 y
L6.
El diagnóstico definitivo fue hernia de disco Hansen tipo I.
A continuación se indicó un tratamiento conservador, el cual consistió en la administración de antiinflamatorios esteroides por un
lado, y en la realización de fisioterapia y rehabilitación por el otro, obteniendo
muy buenos resultados en la recuperación del paciente en
las primeras 96 hs.
La hernia de disco Hansen tipo I es una patología de presentación
frecuente en razas condrodistróficas, dentro de las cuales el Dachshund
es una de las más afectadas.
El curso de esta patología es agudo, poniéndose de manifiesto principalmente
a través de sintomatología clínica relacionada al dolor y a
la dificultad en la deambulación.
Es de utilidad tener en cuenta estos datos, con el objetivo de incluir
a esta hernia discal dentro de los diagnósticos presuntivos cuando el
enfermo presenta la sintomatología clínica descripta, ya que resulta
importante comenzar un tratamiento temprano con la finalidad de incrementar
las posibilidades de éxito en la recuperación del paciente.
Bibliografía
1. Fossum TW, Hedlund CS, Hulse DA, et al. Cirugía en pequeños animales. Editorial Inter - Médica. Buenos Aires, Argentina.1999.
2. Beltrán E, Feliu-Pascual AL, Mascort J, Sánchez M. Enfermedad discal intervertebral (I): anatomía, fisiopatología y signos clínicos. Clin. Vet. Peq. Anim. 2012: p.7-11.
3. Couto, CG. Medicina interna de pequeños animales. Editorial Inter - Médica. Buenos Aires, Argentina. 2010.
4. Santoscoy Mejía EC. Ortopedia, neurología y rehabilitación en pequeñas especies. Manual Moderno, Colombia. 2008.
5. Fossum TW, Hedlund CS, Hulse DA, et al. Cirugía en pequeños animales. Editorial Inter - Médica. Buenos Aires, Argentina 1999.
Fecha de recepción artículo original: 08-08-2019
Fecha de aceptación para su publicación: 16-09-2019