DOI: http://dx.doi.org/10.19137/cienvet-2019212032
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ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN
Evaluación clínica y bioquímica de perros mayores
de 8 años con factores de riesgo para desarrollar
enfermedad renal crónica. Resultados preliminares.
Clinical and biochemestry evaluation of dogs older
than 8 years old, with risk factors to develop cronic
kidney desease.Preliminary results
Bessone, A.1; Cabral, G.1; Babini, S.1; Arri, J.1; González, P.1; Gimenez, F.1; Constans, L.1;
Rossi, S.1; Bernardes, G.1
1 Hospital Escuela. Facultad de Agronomía y Veterinaria, Universidad
Nacional de Río Cuarto. Ruta 36 km 601. Río Cuarto. Córdoba. Argentina. CP 5800.
Correo electrónico: anibalbessone@gmail.com
Resumen: La enfermedad renal crónica se presenta con frecuencia en perros y tiene una prevalencia de 0,5-1,5%. Los procesos de filtración, reabsorción y excreción renal permiten mantener la homeostasis en los organismos vivos. Estos procesos se ven afectados, en lesiones renales, resultando en insuficiencia del órgano. Los siguientes factores constituyen un riesgo para el desarrollo de enfermedad renal crónica: infecciones tanto agudas como crónicas, neoplasias, enfermedades inmunomediadas, hipertensión arterial, endocrinopatías, administración de corticoides y antinflamatorios no esteroidales, alteraciones metabólicas, incremento de acido úrico en sangre y edad avanzada. El objetivo del presente trabajo fue determinar la asociación entre la presencia de factores de riesgo de enfermedad renal crónica y aquellos análisis que pueden ser tomados como indicadores de alteracion de la funcion renal. Se estudiaron 31 perros de ≥8 años y/o con algún factor de riesgo para desarrollar enfermedad renal crónica. El presente estudio se realizó en los consultorios clínicos y el laboratorio de Análisis Clínico del Hospital Escuela de la Facultad de Agronomía y Veterinaria, de la Universidad Nacional de Rio Cuarto. Los pacientes seleccionados se registraron en fichas clínicas con los siguientes datos: reseña, anamnesis, examen fisico, signos clinicos, diagnostico, pronostico y tratamiento. Se tomaron muestras de sangre y orina para análisis de laboratorio. En cuanto a los resultados de laboratorio se observó lo siguiente: el hemograma no mostro variaciones en relación a procesos renales; en el urianálisis se observó que 5 perros mostraron una densidad urinaria isostenúrica, aunque sin proteinuria; 8 pacientes presentaron proteinuria y 2 de ellos con cilindros en el sedimento. En relación a la bioquímica sanguínea, la creatinina se observó incrementada en 5 perros; el resto de los datos sanguíneos sin variaciones relevantes. En la bioquímica urinaria los datos de mayor importancia fueron la Fracción de Excreción de Na con 9 pacientes con valores incrementados; y la relación Proteínas/ Creatinina con 4 pacientes cuyos valores estuvieron por encima de la referencia. Por los resultados obtenidos y considerando datos de correlación obtenidos por otros autores mencionados en el presente trabajo, podemos inferir que la fracción de excreción de sodio y la relación proteína/creatinina son indicadores específicos y tempranos del riesgo de desarrollar ERC. Se sugiere por lo tanto realizar dichas determinación a fin de detectar precozmente el momento de aparición de dicha enfermedad crónica y poder actuar en consecuencia.
Palabras claves:Riesgo ;ERC ; Perro ; Bioquimica
Abstract: Chronic kidney disease occurs frequently in dogs and has a prevalence of 0.5-1.5%. The filtration, reabsorption and renal excretion processes allow homeostasis to be maintained in living organisms. These processes are affected, in renal lesions, resulting in organ failure. The following factors constitute a risk for the development of chronic kidney disease: both acute and chronic infections, neoplasms, immunomediated diseases, arterial hypertension, endocrinopathies, administration of corticosteroids and non-steroidal anti-inflammatory drugs, metabolic alterations, increased uric acid in the blood and advanced age. The objective of this study was to determine the association between the presence of risk factors for chronic kidney disease and those analyzes that can be taken as indicators of impaired renal function. 31 dogs aged ≥8 years and / or at some risk factor to develop chronic kidney disease were studied. The present study was carried out in the clinical offices and the Clinical Analysis laboratory of the School Hospital of the Faculty of Agronomy and Veterinary Medicine, of the National University of Rio Cuarto. Patients were selected and recorded in clinical records the following data: review, history, physical examination, clinical signs, diagnosis, prognosis, treatment. Blood and urine samples were taken for laboratory analysis. Laboratory results: the blood count showed no variation in relation to renal processes; in urinalysis, 5 dogs showed isostenuric density, without proteinuria; 8 presented proteinuria and 2 of them with urine cylinders. In relation to blood biochemistry, creatinine was observed increased in 5 patients; the rest of the blood data without relevant variations. In the urinary biochemistry, the Na Exculsion Fraction stood out whit 9 patients with increase; and Protein ratio: Creatinine: 4 patients with increase. It is concluded that from the data evaluated the most specific and early indicators of chronic kidney disease, in patients with risk factors for their development, are the Fraction of Na Exclude and Protein: Creatinine Ratio, both in urine. Its measurement is suggested in patients with risk factor to develop chronic kidney disease.
Keywords: Risk factors; CKD ; Dogs ; Biochemestry
La falla renal crónica (FRC) es una enfermedad de alta frecuencia en
perros, resultante de una enfermedad renal primaria que puede haber
persistido durante meses o incluso años. Se caracteriza por presentar
disfuncion renal irreversible con deterioro progresivo del ≥75% del tejido,
lo que produce entre otras altreraciones, incapacidad para concentrar
la orina y eliminar los productos nitrogenados del catabolismo proteico
(azotemia) (1,2,3) En la actualidad los términos “enfermedad renal
crónica (ERC)” se utiliza en reemplazo de “insuficiencia renal crónica” (4) La mayoría de los pacientes con FRC mueren en los primeros dos a
tres años a partir de dicho diagnóstico; aunque es variable el periodo
de sobrevivencia (5,6,7)
La ERC puede afectar a perros de cualquier edad, (5) pero es más frecuente
en pacientes geriátricos, considerando que aproximadamente
un 10% de los perros que presentan ERC, en diversos estadíos, son
pacientes de edad avanzada.
En el perro constituyen factores de riesgo para el desarrollo de
ERC: procesos infecciosos que cursan con glomerulonefritis como
Adenovirus canino 1, endocarditis bacteriana, brucelosis, borreliosis, dirofilariosis, ehrliquiosis, leishmaniasis, hepatozoonosis, bartonelosis,
babesiosis, blastomicosis, coccidioidomicosis, tripanosomiasis; así como también, aquellas infecciones bacterianas cronicas como las de
procesos periodontales, piodermas, piometra, septicemias, prostatitis,
pielonefritis, etc.; algunas neoplasias, también constituyen factor de
riesgo, como las leucemias, linfosarcoma, mastocitoma, eritroleucemil
primaria e histiocitoma sistémico entre otras. Otros factores de
riesgo para el desarrollo de ERC son: enfermedades inmunomediadas
con hiperglobulinemias; hipertensión arterial, administración de corticosteroides
y otros antinflamatorios por un tiempo prolongado, endocrinopatías
como diabetes mellitus, hiperadrenocorticismo, y otras
que cursan con hiperlipidemia.(8) Animales que presentan niveles elevados
de ácido úrico en sangre y edad avanzada (9,10,11) también corren
riesgo que generar una ERC.
Los estudios que permiten diagnosticar la ERC son la concentración
sérica de urea y creatinina aumentadas, que denotan incapacidad renal
para eliminar productos nitrogenados, y la densidad urinaria disminuída
que muestra incapacidad para concentrar la orina. Estos son
métodos que deben incluirse en el perfil renal, pero resultan poco sensibles
y específicos, en la detección precoz del daño, debido a que para
cada uno existen múltiples causas extrarenales de incremento. Por
lo tanto, resulta necesario ampliar el perfil de análisis de laboratorio
para el diagnóstico de ERC, considerando pruebas fáciles de realizar y
que permitan una mayor aproximación al diagnóstico.
El análisis de las proteínas en la orina permite evidenciar la presencia
de cantidades variables de éstas (proteinuria), que si bien pueden
relacionarse a causas fisiológicas/ funcionales, tambén refieren
a patologías renales,(14) por lo que resulta fundamental su detección
para la evaluación de la función renal.(12, 13 ) Se considera proteinuria
persistente cuando ésta se detecta, por lo menos 2 ó 3 veces consecutivas,
en un periodo de 2-4 semanas(14). La proteinuria constituye un
importante marcador clínico-patológico de ERC en el perro cuando se
presenta en una orina cuyo sedimento es sin particularidades, es decir
inactivo. (15,14) La causa de la proteinuria, consideradon su origen puede
ser pre-renal, renal y post-renal. Una vez excluidas las causas pre/
post-renales, si el animal presenta un sedimento urinario inactivo, se
considera que el origen de la proteinuria sólo puede ser glomerular
o tubular. En animales con enfermedad renal crónica de origen glomerular,
la evaluación de la proteinuria permite hacer el diagnóstico
antes de que se produzcan cambios en los indicadores plasmáticos de
enfermedad renal. (14)
La evaluación de la proteinuria se realiza mediante diferentes técnicas
de laboratorio. La más utilizada es la medición utilizando la tira
colorimétrica de química seca para proteinas, así como para microalbumina
en orina (MA). La MA hace referencia a la presencia de albúmina
en orina en cantidad superior a la normal, pero por debajo del
límite de detección que presentan las las tiras de orina tradicionales.
Se debe tener en cuenta que en el perro la MA puede asociarse a procesos
neoplásicos, inflamatorios, inmunomediados, como así también,
a endocrinopatías, infecciones urinartias, además de nefropatías. (14, 16,
17) Por lo expresado, un resultado positivo no implica necesariamente
la existencia de nefropatía. Además entre un 15 al 19% de perros sanos
pueden presentar MA, y la prevalencia aumenta con la edad. (18) La tira colorimétrica de química seca para proteinas es el método más
usado para la evaluación inicial de la proteinuria, por ser económica
y de fácil uso. Es una prueba semicuantitativa que permite la detección
de proteínas, con mayor sensibilidad para la albúmina, y la detecta
cuando su concentración en orina es ≥ a 30 mg/dl. Es importante
considerar algunos datos para aumentar la especificidad diagnóstica
de la tira colorimétrica para orina y evaluar dos situaciones dos posibles
situaciones: 1) orina con proteínas negativa, sedimento urinario
inactivo y pH < 7,5, excluye la existencia de proteinuria con una probabilidad
del 92,7%; y 2) proteínas con ≥ (++) (100 mg/dl) sugiere la
existencia de proteinuria significativa con una especificidad ≥ 95.8%.
(14)
El dosaje de proteínas totales y albúmina séricas revisten importancia
considerando la posibilidad de que, a partir de la proteinuria,
se pueden generar hipoproteinemias marcadas.
Todos los analitos de la orina incluyendo a las proteínas, se deben
evaluar en forma relativa a la densidad de orina (DU). Entonces, una
proteinuria se considera más severa, cuanto más baja sea la DU. En
aquellos casos en los que la DU es ≤ 1.012 y el resultado de proteinas
es de (+) (valor ≥30 mg/dl), estáría indicado realizar la relación P/C
(proteina /creatinina) en orina, y con éste dato evaluar la severidad de
la proteínuria; y cuando la DU ≥ 1.012 con (+), ≥30 mg/dl de proteínas,
es posible excluir la existencia de proteinuria significativa con una
probabilidad aproximada del 82%. (14, 19)
La relacion proteína / creatinina en orina (P/C) es un cálculo matemático
que permite evaluar la presencia de proteínas en la orina. Para
su cálculo es necesario realizar también dosaje de éstos analitos también
en sangre para hacer la correlación de resultados. Actualmente
se considera que ésta relación es el dato de elección para cuantificar
la severidad de la proteinuria.(20) En estos casos, si la P/C > 2, puede
establecerse que la proteinuria es glomerular. Si el P/C arroja valores entre 0,5-2 en perros, la proteinuria puede ser tanto tubular como glomerular.
(14,15,4) La correcta valoración de exámenes como el urianálisis
y la relación P/C permiten determinar tempranamente y con mayor
sensibilidad la pérdida de la función renal. (21, 16)
La medición de la densidad de la orina (DU) es la prueba más útil
y práctica para evaluar la función tubular en base a su sencillez, costo
y la información que aporta. La DU determina el grado de concentración
de la orina y por lo tanto, la capacidad de los túbulos renales para
concentrar o diluir la misma. La DU o peso específico de la orina surge
del cociente entre el peso de un determinado volumen de orina y uno
igual de agua destilada. (2,22) La DU se puede medir con un refractómetro
clínico y aunque la mayoría de las tiras colorimétricas comerciales
también miden DU, los resultados que arrojan suelen ser inestables.
(14,19) En el perro la DU normal es mayor de 1015. El valor de la DU debe
interpretarse teniendo en cuenta la edad, estado de hidratación del
paciente, la existencia de enfermedades concomitantes, la concentración
de urea y creatinina, la existencia de glucosuria y la posible administración
de fármacos o fluidos. En animales con ERC se produce una
pérdida progresiva de la capacidad de concentrar la orina. Esto ocurre
cuando se pierden aproximadamente 2/3 de la masa renal funcional;ésta alteración precede a la aparición de azotemia(23, 2) y remarca la
importancia del análisis de orina en el diagnóstico de la ERC.
El riñón tambien interviene en el metabolismo del calcio y del fósforo
que son regulados por la acción de la paratohormona (PTH), calcitonina
y calcitriol (1,25 dihidroxicolecalciferol). La paratohormona
estimula la hidroxilación renal de la vitamina D, para producir la forma
activa denominada: calcitriol. Este último promueve la absorción
renal y reabsorción renal tubular distal de Ca, estimulando la síntesis
de una proteína ligadora de calcio que es fundamental en el ingreso de
calcio hacia el interior de las células epiteliales de estos tejidos. El calcitriol
también inhibe la liberación de PTH por parte de la glándula paratiroides
(24, 25, 26, 27). En relación al metabolismo del calcio y del fosforo,
la hipocalcemia e hiperfosfatemia, son uno de los datos de laboratorio
frecuentemente hallados en el perfil bioquímico de los perros con FRC
avanzado. (28, 24, 25, 3)
En relación al ión Na+ cabe considerar que es el el principal componente
de la osmolaridad plasmática, y es el factor fundamental para
mantener el líquido en los vasos sanguíneos. Las variaciones en la
cantidad de agua provocaran aumento o disminución del Na+. Entre
los factores de regulación interviene la hormona ADH, que favorece
la retención tubular renal de agua. Por otro lado, la regulación del
Na+ a nivel renal depende de dos procesos: el primero es la filtración glomerular, que está regulada por barroreceptores del arco aórtico,
senos carotídeos y auricular disminuyendo la filtración y excresión del
Na+, cuando el volumen plasmático se encuentra disminuído. El segundo
proceso que regula el Na+ a nivel renal es su reabsorción a nivel tubular,
proceso mediado por la aldosterona, intimamente relacionados
con el péptido natriurético auricular .
La fracción de excreción de electrolitos (Na+, Ca+ y P-), es una herramienta
utilizada en pacientes en relación a la capacidad renal de absorber
o excretar cada uno de éstas moléculas, según las necesidades
del organismo. En la ERC dichas funciones podrían perderse. De ello,
surge la importancia de valorar los electrolitos mediante el cálculo de
la fracción de excreción de fósforo, sodio y calcio. Para ello es necesario
realizar el dosaje de dichos electrolitos en sangre y en orina, así también como de creatinina en sangre y en orina para poder aplicar la
siguiente fórmula de fracción de excresión %: creatinina sérica/ creatinina
orina x electrolito orina/ electrolito sérico x100%.
En la ERC ya avanzada la disminución de eritropoyetina y calcitriol
producidos por los riñones, conduce a una anemia no regenerativa y
a un hiperparatiroidismo renal secundario, respectivamente. (1, 29) Por
lo tanto, resulta de fundamental importancia evaluar el eritrograma
en busca de anemia normocítica, normocrómica arregenerativa por
carencia de eritropoyetina.
La enzima gama- glutamil transpeptidasa (GGT) se encuentra en las
células tubulares y aumentan en la orina frente a un daño a éste nivel,
y puede aumentar rapidamente frente procesos de nefrotoxicidad, anticipandose
en relación a la urea y la creatinina. Para su evaluación
debe realizarse la relación con GGT/ creatinina, a modo de corregir las
diferentes concentraciones que pudiera presentar la orina.
Es importante considerar el dosaje de ácido úrico, considerando
que en humanos son muchos los estudios epidemiológicos que han
asociado niveles de acido úrico elevados en sangre y la prevalencia de
enfermedad renal progresiva. En la mayoría de ellos se encontró un
riesgo incrementado de desarrollar ERC, cuando los niveles de uricemia
superan los normales. (9,10,11)
El objetivo del presente trabajo fue determinar la asociación entre
la presencia de factores de riesgo para el desarrollo de enfermedad
renal crónica y los indicadores bioquímicos más tempranos de alteracion
de la funcionalidad renal. Resulta de suma importancia detectar
las primeras alteraciones en relación al desarrollo de enfermedad renal
crónica, para ello, se deben evaluar aquellos indicadores específicos
y tempranos para su diagnóstico. De este modo, se podría dar comienzo a la terapia más adecuada, evitando así el progreso de la
enfermedad renal mejorando la calidad de vida del paciente canino.
El trabajo de investigacion se realizó en la Universidad Nacional de
Río Cuarto, en los consultorios y el laboratorio de Análisis Clínico del
Hospital Escuela de la FAV.
Se estudiaron 31 perros que concurrieron al Hospital Escuela de la
UNRC por diferentes motivos, y que fueron seleccionados por tener≥ 8 años y/o factores de riesgo como enfermedades infecciosas, tanto
agudas como crónicas, enfermedades parasitarias, neoplasias, hiperlipidemia,
enfermedades inmunomediadas con hiperglobulinemias,
hipertensión arterial, endocrinopatías, administración por tiempo
prolongado de ciertos fármacos como antibióticos, antinflamatorios
y/o niveles elevados de acido urico.
para generar enfermedad renal crónica (ERC), pero que al momento
de su selección no presentaban una falla renal manifiesta. No se discriminó por sexo ni por raza.
Reparo ético: los propietarios de los perros seleccionados prestaron
su conformidad por escrito para la participación de sus mascotas
en el presente estudio.
Cada animal se registró en fichas clínicas, donde se incluyeron reseña
(edad, peso, condicion corporal, sexo y raza), anamnesis y examen
clínico (signos, diagnostico, pronostico, tratamiento, evolucion
y seguimiento). Esta ficha incluyó el listado especifico de factores de
riesgo mencionados en la introducción. En el laboratorio se realizó a
todos los perros hemograma completo utilizando un contador hematológico
GEO MAC VET, y determinaciones bioquimicas en sangre y en
orina.
En sangre se midió: albumina (método colorimétrico de cresolsulfonftaleina
en medio tamponado a pH 3,9), proteinas totales (método
colorimétrico reacción con ión cúprico en medio alcalino), glucemia
(método enzimático con glucosa oxidasa, peroxidasa, 4 amino-fenazona
y buffer fosfatos), colesterol (método enzimático con glucosa oxidasa,
peroxidasa, 4 amino-fenazona y buffer fosfatos), uricemia (método
enzimático para la determinación de ácido úrico en suero, reacción
con UOD/ POD), creatinina (método cinético, reacción de Jaffe con ac.
Pícrico alcalino), utilizando un espectrofotómetro Wienerlab DR 1600
plus.
En orina se realizó: urianálisis completo utilizando tiras reactivas;
la densidad urinaria fue evaluada con un refractómetro clínico. Las
proteinas en orina se midieron por tiras reactivas y espectrofotometría
(solución estabilizada de rojo de pirogalol y molibdato de sodio en
buffer succinato). La microalbuminuria con química seca de tiras reactivas.
Además se determinó creatinina (método cinético, reacción de
Jaffe con ac. pícrico alcalino) y GGT (método cinético, con L-γ-glutamil-
3-carboxi-4- nitro-anilida y glicilglicina. + solución de buffer Tris pH
final de 8,25). En éstos casos, también se utilizó el espectrofotómetro
Wienerlab DR 1600 plus.
En sangre y en orina se dosaron los siguientes electrolitos: Ca+ (método
colorimétrico directo por la reacción del calcio con el Arsenazo
III.), P- (con complejo fosfomolíbdico), ambos se midieron con el espectrofotómetro
Wienerlab DR 1600 plus y Na+ utilizando un analizador
automático de electrolitos. Con los datos obtenidos se pudieron
calcular las Fracciones de Excresión de Ca, Na y P y las relaciones: proteina/
creatinina (P/C) y GGT/creatinina (GGT/C).
En los hemogramas se observó que en relación al eritrograma solo
2 animales (6,4%) presentaron anemia, en uno de los casos era macrocítica
normocrómica y en el otro microcítica hipocrómica. En ambos
el valor de Ht% fue > a 30%, por lo que no se realizó recuento de
reticulocitos. En el leucograma se observó que solo 2 perros (6,4%)
presentaron leucocitosis moderada, las cuales fueron atribuidas a la
concomitancia de procesos infecciosos- inflamatorios, por los cuales
habían asistido a la consulta clínica. Además éstos pacientes mostraron
incremento del fibrinógeno, proteína marcadora de proceso inflamatorio
agudo. En el urianálisis se observó que 5 perros (16,1%) presentaron
valores de densidad isostenúricas (igual al plasma) entre 1009
a 1011, sin presencia de proteínas en la orina. En 8 pacientes (25,8%)
se observó proteinuria en grados de (+) a (++++) con las tiras reactivas
de química seca y 2 de ellos (6,4%) presentaba también cilindros
en el sedimento. Los 6 perros (19%) restantes que habían presentado
proteinurias, tenían manifestaciones clínicas y analíticas coincidentes
con causas extra renales como hematuria y cistitis.
En la bioquímica sanguínea se observó lo siguiente: en relación
a la medición de ácido úrico 2 animales (6,4%) presentaron valores
superiores al rango de referencia; albúmina: 16 animales (51%) con
valores superiores a la referencia, por causas probables de variación
en el estado de hidratación; colesterol: 4 animales (12,9%) con valores
incrementados; creatinina: 3 animales (9,6%) con valores bajos
y 5 (16,1%) con valores por encima de referencia, pero próximos a lo normal; glucosa: 4 animales (12,9%) presentaron valores bajos. Con
relación a las proteínas totales: 2 animales (6,4%) resultaron con valores
por debajo de la referencia y 4 (12,9%) con valores por encima;
calcio: valores sin particularidades; fósforo: 2 (6,4%) con valores
altos; sodio: 4 (12,4%) con valores incrementados en relación a la
referencia.
En relación a la bioquímica urinaria se observó que en cuanto a la
GGT: 11 pacientes (35.4%) presentaron valores elevados; en la relación
GGT/ creatinina: 3 de los pacientes (9,6%) tuvieron valores por encima
de lo referencial; relación proteína/ creatinina: 4 caninos (12,9%) presentaron
valores de relación por encima de lo esperado y coincidían con
la medición de proteínas positivas con las tiras reactivas; la fracción de
excreción de Na+ resultó que 9 pacientes (29,0%) mostraron incremento,
lo que se considera una modificación significativa si se relaciona a la
función renal de reabsorción; en la fracción de excreción de P-: solo 3 de
los pacientes (9,6%) tuvieron valores por encima de lo referencial y en
cuanto a la fracción de excreción de Ca+: solo 3 (9,6%) de los pacientes
tuvieron valores por encima de los límites de referencia.
Existen múltiples causas que provocan modificaciones, en los analítos
utilizados para el diagnóstico de enfermedad renal crónica, por lo
que es de suma importancia destacar aquellos que pueden ser más específicos
y tempranos. Estamos de acuerdo con Fernández del Palacio,
M.J. (2012)(8), que todo paciente con riesgo de padecer enfermedad
renal crónica, debe ser evaluado en tal sentido, al momento de la consulta
clínica.
Hemos analizado que la correcta valoración de exámenes como el
urianálisis y la relación Proteina: Creatinina, permite determinar tempranamente
y con mayor sensibilidad disminuciones en la funcionalidad
renal, en acuerdo con Whittemore, J.C.; et al. (2007) (17) y Watson,
A.D. y et al. (2003)(21). En coincidencia con otros autores, Cortadellas,
M. J. y Fernández-del Palacio (2012) (14,8), hemos registrado que la evaluación
de la proteinuria es fundamental en la evaluación renal; y en
animales con enfermedad renal crónica de origen glomerular dicha evaluación
permite hacer el diagnostico con anterioridad a cambios en los
indicadores plasmáticos de enfermedad renal, como urea y creatinina.
También, hemos observado que la proteinuria persistente, asociada a
un sedimento urinario sin particularidades, es un importante marcador
clínico patológico de lesión renal, en acuerdo con Cortadellas, M. J.
y Fernández-del Palacio (2012)(14,8); y Lees GE, Brown SA, Elliott J, et al. (2007) (15,5,20). Coincidimos con Cortadellas, M. J. y Fernández-del Palacio
(2012)(14,8), que excluidas las causas de proteinuria pre y post renal con
sedimento urinario inactivo, la causa de la proteinuria solo puede ser
glomerular o tubular. Analizando los resultados de la relación proteína/
creatinina, en acuerdo con con Cortadellas, M. J. y Fernández-del Palacio
(2012)(14,8); y Lees GE, Brown SA, Elliott J, et al. (2007)(15,5,20) vemos que
se trata del método de elección para cuantificar la severidad de la proteinuria.
El deterioro de la función renal es más rápido en perros que
presentan una relación proteína: creatinina elevada.
La función tubular puede evaluarse por diferentes pruebas y de
todas la más útil y práctica para el clínico es la DU. En animales con
ERC se produce pérdida progresiva de la capacidad para concentrar la
orina. Hemos registrado que esto ocurre cuando se pierden aproximadamente
2/3 de la masa funcional renal, y ésta alteración precede a la
aparición de la azotemia como también lo expresan Heine R, Lefebvre
H. (2007) y Di Bartola, S.P. (2005)(23,2)
La fracción de excreción de Na+ es un marcador más temprano y
sensible que la azotemia para detectar alteración en la función renal
de regulación de excreción y reabsorción según las necesidades del
organismo, y aunque depende muchos factores incluyendo la dieta,
función renal y regulación hormonal, como expresan Pressler Barrak
M. (2013)(30)también son de utilidad en el diagnostico temprano de
alteraciones renales.
Por los resultados obtenidos y considerando datos de correlación
obtenidos por otros autores mencionados en el presente trabajo, podemos
inferir que la fracción de excreción de sodio y la relación proteína/
creatinina son indicadores específicos y tempranos del riesgo de
desarrollar ERC. Se sugiere por lo tanto realizar dichas determinación
a fin de detectar precozmente el momento de aparición de dicha enfermedad
crónica y poder actuar en consecuencia.
Surge la necesidad de realizar una evaluación de la función renal
con dichos indicadores, además de los utilizados de rutina, a todo paciente
con algún factor de riesgo para el desarrollo de enfermedad renal
crónica. En aquellos casos en el que existan tales factores de riesgo,
se le debe comunicar al propietario la necesidad de realizar controles
periódicos que incluyan: urianálisis, (proteinuria, densidad), hemograma,
bioquímica sanguínea (urea, creatinina), además de datos más
específicos como la relación proteína/ creatinina y fracción de excreción
Na+. Por lo tanto, se establece como necesario la instauración de
planes de control, a tiempos cortos para anticipar el diagnóstico de la
ERC y comenzar con una terapia que permita mejorar la calidad y el
tiempo de vida de los caninos.
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Fecha de recepción de artículo original: 01-10-2019
Fecha de aceptación para su publicación: 25-11-2019