NOTAS

Primera mención del jurado concurso “Ciencia y sociedad: experiencias de trabajo de campo”

Cortar flores en primera persona. Notas sobre el trabajo de campo para el estudio del trabajo infantil en la floricultura de exportación en México

Flower collection in First Person : Notes on field work carried out to study child labour in export mexican flower farming

 

Sarai Miranda Juárez*

* Doctora en Estudios de Población por el Colegio de México. Investigadora invitada en modalidad de Estancia Post Doctoral en el Grupo de Investigaciones Sobre Infancia, Adolescencia y Juventud en el Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (Argentina), con financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, México. Correo electrónico: saraimirandaj@gmail.com

RECIBIDO: 01/07/2015
ACEPTADO: 16/10/2015

 


RESUMEN

La presente nota corresponde a la descripción del abordaje metodológico de corte cualitativo para responder a una investigación doctoral sobre trabajo infantil en la floricultura de exportación en México. Se presentan las principales estrategias emprendidas durante el trabajo de campo así como las problemáticas enfrentadas al abordar la situación de un grupo social en situación de vulnerabilidad.

Palabras clave: Metodología cualitativa; Notas de campo; Trabajo infantil

ABSTRACT

This note is the description of the qualitative methodological approach adopted for the doctoral research on child labour in  flower farms in Mexico. It shows the main strategies employed as well as the problems that had to be dealt with when addressing the situation of a vulnerable social group.

Keywords: Qualitative methodology; Field notes; Child labour


 

Estos números son enormes, son gigantescos.
Pero detrás de cada número hay un rostro, hay
un menor, hay un ser humano. Cada niño importa1

La disciplina sociodemográfica enfrenta hoy en día una variedad de retos debido a la naturaleza cambiante de los procesos económicos, sociales y políticos que experimenta el mundo. En este contexto de cambio constante y vertiginoso, los estudios de población se han preocupado por ampliar y diversificar los enfoques teórico­metodológicos con los que aborda la realidad sociodemográfica.
Cada vez se incorporan nuevas temáticas de investigación dentro de la disciplina demográfica, lo que implica el reconocimiento de nuevas realidades y la profundización en el análisis de las desigualdades sociales. El trabajo infantil como un fenómeno sociodemográfico es muestra de ello.
Analizar el trabajo infantil desde un enfoque tradicional que se basa en las encuestas de empleo, supondría aprehender la problemática desde una perspectiva que difícilmente podría dar cuenta de las especificidades que ahí se juegan. El trabajo infantil es diverso y heterogéneo. Apegarse al criterio de los grupos etarios, significaría dejar de lado otras dimensione como el género y la etnia, que interactúan entre sí para configurar las formas en que se da la práctica del trabajo infantil.
Es de amplio conocimiento que la captación y medición de datos estadísticos sobre las actividades laborales de los niños, las niñas y los adolescentes es sumamente complicada debido a diversos factores, entre los que se pueden mencionar la estigmatización social que conlleva reconocer que un individuo en edades tempranas se inserte en actividades productivas propias de los adultos.
Paralelamente, los censos poblacionales y las encuestas de empleo enfrentan un problema de fondo que tiene que ver con disímiles lenguajes y concepciones sobre el trabajo infantil entre el diseño de las encuestas y los encuestados. El conjunto de actividades económicas productivas que pueden nombrarse como trabajo infantil son experimentados y nombrados en otros términos como la ayuda y la colaboración, que respaldan la concepción cotidiana de la participación laboral de los niños y las niñas.
A lo anterior se suman otros problemas de captación del fenómeno. En el caso de México, el subregistro del trabajo de niños y niñas constituye un ejemplo claro. Los censos de población y las encuestas sobre empleo recogen información relativa a la población de doce años y más, omitiendo e invisibilizando con ello la existencia de niños y niñas de menores edades que participan en actividades productivas.
Para el caso de las niñas se presenta una mayor y más profunda problemática de registro estadístico. Las niñas que trabajan reproducen desde cortas edades los roles sociales de género por lo que su participación en la esfera productiva es doblemente invisibilizada (Sandoval & Pernudi, 2004). La declaración del trabajo de las niñas en sectores que les generan ingresos se cruza con las representaciones sociales y familiares de género que niegan la posibilidad de que las mujeres y las niñas provean de recursos económicos a los hogares, esta concepción se vincula claramente con la imagen tradicional de hombre jefe del hogar que funge como principal sostén en términos económicos (Lindón, 1995).
Otra dimensión que agrega complejidad a la problemática es el sector de actividad en que se empleen los niños y las niñas. Si bien, en todos los sectores productivos hay problemas de registro y subregistro, el sector agrícola y en particular las ramas más dinámicas consideradas de vanguardia como las frutas, las hortalizas y las flores, presentan aún más problemas de diagnóstico. Ello tiene que ver con la estacionalidad en que se demanda la fuerza de trabajo, estos cultivos se nutren de mano de obra temporaria y de constante movilización. La floricultura de exportación del municipio de Villa Guerrero al sur del Estado de México, es una muestra de ello.
Gran parte de los ramos y arreglos florales que pueden conseguirse en las florerías del Distrito Federal o de las ciudades de Chicago y Nueva York cada Día de San Valentín o cada Día de la Madre, son cortados y empaquetados por trabajadores menores de edad que se emplean al interior de los invernaderos plásticos que asoman su blanco color entre la tupida vegetación conífera de la región. Muchas de esas modernas flores, de colores tan intensos y combinados, han sido regadas, fumigadas y cortadas por niños y niñas que ven en la floricultura una importante fuente de ingresos, lo que a su vez resulta de sustancial importancia para la reproducción y supervivencia de las unidades domésticas a las que pertenecen. Al tiempo que representa una importante estrategia de disminución de costos por parte de los empleadores. Las actividades que realizan los niños y las niñas, son vistas como marginales, sin embargo aportan al proceso productivo y juegan un papel sustancial en la competitividad internacional de esta actividad agrícola.
Frente al reconocimiento de esta compleja realidad, emprendí mi investigación doctoral en estudios de población. El objetivo general de esta investigación fue estudiar la práctica del trabajo infantil en la floricultura moderna de exportación, enfatizando los procesos que podrían facilitar en algunas ocasiones la producción y reproducción de las condiciones de vulnerabilidad en sus distintos matices, de los niños y niñas que trabajan, tanto en la esfera del mercado de trabajo como por parte de las estrategias utilizadas por las unidades domésticas.
Las preguntas formuladas como guías centrales en el proceso de investigación se presentan en los siguientes enunciados: ¿Es el uso del trabajo infantil en la floricultura de exportación resultado del proceso de fusión entre las necesidades de los mercados laborales agrícolas vinculados con los procesos de flexibilización y precarización y las necesidades de reproducción doméstica? ¿De qué modo esta práctica contribuye a reproducir las condiciones y los diferentes matices de la vulnerabilidad de los niños y niñas que laboran en la floricultura?
Debido a la naturaleza de las preguntas de investigación y sobre todo al interés personal por realizar un análisis integral que diera cuenta de los distintos matices que presenta la práctica del trabajo infantil en el sector florícola, emprendí una estrategia metodológica de corte mixta, en donde el acercamiento etnográfico jugó un papel fundamental. Las presentes notas muestran la forma en que se llevó a cabo el trabajo de campo y el aporte que proporcionó al reconocimiento de diversos patrones y diversas formas de experimentar el trabajo infantil en el sector agrícola mexicano. Lo cual hubiera sido imposible de haberme limitado al estudio de las encuestas nacionales de empleo.
El trabajo de campo en el municipio de observación se llevó a cabo entre el mes de enero de 2010 y el mes de mayo del mismo año y fue realizada en diversas fases. Esta es la temporada de alta producción de flores, ya que se presentan celebraciones como el 14 de febrero día de San Valentín y particularmente en México, se celebra el 10 de mayo día de las madres.
El acercamiento inicial al municipio de Villa Guerrero lo realicé con anterioridad durante mis estudios de maestría,2 no obstante, debido a la diferencia del fenómeno de estudio y el paso del tiempo, fue necesario trabajar nuevamente en los contactos con los informantes clave de la localidad.
A principios del mes de enero de 2010 visité a las autoridades locales. Al regidor encargado de la Comisión de Agricultura y Agua y al Presidente Municipal. Realicé visitas al Consejo Mexicano de la Flor y a la Asociación de Floricultores del municipio. Inicialmente logré entrevistas informales y ubiqué una empresa dedicada a la producción y exportación de todo tipo de follajes para arreglos florales, en la que era posible realizar observación participante.

De estudiante doctoral a cortadora de flores. La observación participante en el contexto laboral

En la primera visita a la empresa productora de follajes, con mis credenciales de estudiante doctoral, expuse mi interés por observar el proceso productivo y los procesos laborales. Logré una entrevista informal para conocer el tipo de productos de la empresa y las políticas de contratación de personal, muy amablemente me ofrecieron una visita guiada a los invernaderos en donde pude observar niñas y niños trabajando en el corte de follaje.


Figura 1. Niño de diez años trabajando en el corte de esqueje de clavel
Fuente: Fotografía obtenida durante trabajo de campo. Mayo de 2010.

El gerente general, un licenciado en administración de empresas egresado de una de las universidades privadas de mayor prestigio a nivel nacional, se mostró sumamente interesado en la posibilidad de mi contratación a cambio de que les entregara un informe final con mis observaciones y propuestas de mejora al proceso productivo, por lo que me fueron pedidos varios requisitos tales como una carta de presentación por parte de la institución académica y un anteproyecto indicando las líneas de observación que se llevarían a cabo.
Lamentablemente, en una segunda cita, cuando iba dispuesta a entregar el anteproyecto que había diseñado y la carta de presentación, el gerente manifestó que los socios y accionistas preferían no compartir ningún tipo de información que tuviera que ver con su proceso productivo y que pusiera en riesgo la estabilidad de la empresa. Al respecto, Taylor & Bogdan muy atinadamente afirman que “no es poco frecuente que los investigadores ‘pedaleen en el aire’ durante semanas, incluso meses, tratando de abrir paso hacia un escenario” (Taylor & Bogdan, 1996: 36; en Sánchez, 2008: 107).
Dadas las dificultades para entrar a las empresas floricultoras más importantes, decidí contactar a un enganchador para poder incorporarme como cortadora de flores y a partir de ahí realizar observación participante.
Por lo regular, las empresas cuentan con enganchadores o intermediarios que tienen algún tipo de vehículo útil para transportar a los trabajadores y que se encargan de recoger a diario a hombres, mujeres, jóvenes y niños que a altas horas de la mañana, desde las 5:00 a. m. esperan por algún enganchador con quien puedan negociar su contratación.
El enganchador que pude contactar fue informado a grandes rasgos de los objetivos de mi investigación, por lo que me pidió como retribución una comisión de mil pesos3 a cambio de su silencio. Una vez contratada4 como trabajadora de la empresa, fui citada a las 7:30 de la mañana en uno de los paraderos que se encuentra a pie de la autopista México-Ixtapán de la Sal. A partir de ese día y durante las siguientes tres semanas participé en las faenas diarias de corte y empaque de rosas y gerberas.     
La observación participante me permitió conocer diversas prácticas en el contexto laboral; el proceso productivo de las flores, así como experimentar en primera persona las condiciones laborales de los trabajadores que se emplean en la floricultura, desde el proceso de negociación al inicio del día laboral, pasando por el día completo en las tareas que ahí se requieren, hasta los procesos de pago en distintas modalidades, a destajo, por hora, por día, entre otras formas que se acostumbran.
En la literatura relacionada con las técnicas de investigación cualitativa se recomienda que en el estudio de fenómenos sociales que implican cierta responsabilidad moral y ética de algunos de los actores (que en este caso es el uso de la fuerza de trabajo infantil en las empresas floricultoras) el investigador puede hacer uso de la “investigación encubierta” (Sánchez, 2001: 110).
Para los objetivos de mi investigación resultó perfectamente aplicable la “investigación encubierta y no declarada” puesto que ésta “puede justificarse éticamente como necesaria, cuando se trata de conocer las maniobras y tráfico de influencias de grupos poderosos, quienes jamás aceptarían ser observados” (Sánchez, 2001: 110), que en este caso son empleadores quienes utilizan fuerza de trabajo infantil aun cuando la legislación laboral vigente se los prohíbe.
Empacar y embolsar flores, calibrar y pelar tallos, formar bouquets o ramos de uno, seis, doce y veinticuatro rosas, realizar limpieza de las instalaciones al final de la jornada, cortar rosas, acarrear mallas, subir y bajar cortinas del invernadero, fueron las actividades que realicé durante la observación participante. Tratando siempre de acercarme a los niños y niñas, que al principio aunque fue una misión difícil, con el tiempo se volvió sumamente interesante y divertida, pues pude incorporarme con los menores en las actividades que realizan y que por lo regular combinan con juegos y bromas. La observación participante fue acompañada por un diario de campo, en donde se intentó registrar la mayoría de las prácticas observadas en el contexto laboral.
Durante el proceso de observación surgieron otras preguntas en las que valía la pena enfatizar, por ejemplo, la forma en que los niños y niñas asumen los tratos que se les da por parte de los encargados, tanto a ellos como a los adultos; las estrategias que utilizan cuando se sienten cansados o enfermos; la importancia del trabajo de los niños y niñas para la empresa a nivel organizativo; la importancia de la participación y acompañamiento de los niños para las familias completas que ahí se emplean; la forma en que los niños asumen las irregularidades en los pagos, entre otras.
Esta actividad me exigió un importante esfuerzo físico, ya que además de realizar las tareas que se me asignaban como trabajadora, tuve que buscar la forma de acercarme a los niños y ganarme su confianza, para lo cual me incorporé a sus actividades en las horas muertas5 y en los tiempos del almuerzo.
Los niños y niñas aún después de realizar arduos trabajos similares a los de los adultos, como permanecer de pie durante todo el día, cargar bultos pesados, entrar y salir de las cámaras frías después de estar expuestos a altas temperaturas en los invernaderos, tienen energías suficientes para jugar a las correteadas, al fútbol, recolectar flores entre los desechos que la empresa considera como flores pasadas, refrescarse en el canal de riego, utilizar los patines6 para acarrearse entre ellos y subirse a los árboles de duraznos para cortar frutos y compartirlos a la hora del almuerzo.


Figura 2. Niño, nueve años, actividades al interior de las empresas
Fuente: Ilustración hecha por un niño de nueves años en la escuela primaria de la comunidad La Joya. Mayo de 2010.

El cansancio físico y la debilidad emocional a las que tuve que enfrentarme por ser testigo de las precarias condiciones laborales no sólo de los niños sino de familias enteras que ven en la floricultura una importante fuente de empleo temporal, hicieron que en dos ocasiones regresara a mis cómodas actividades de estudiante doctoral en el Distrito Federal, con el pretexto de buscar bibliografía y cartas de presentación que no necesitaba. Mi mundo y mis costumbres pequeño-burguesas-urbanas representaron un importante reto a vencer a lo largo del proceso de observación y seguramente repercutieron en la forma de percibir el fenómeno estudiado. A pesar de haber leído con anterioridad alguna bibliografía y textos que recomiendan ampliamente la distancia entre el investigador y el objeto de investigación puedo decir que ésta fue una de las tareas que mayor dificultad me generaron.
Por otra parte, es importante hacer mención que fue imposible obtener grabaciones de las conversaciones y entrevistas informales hechas tanto a los niños como a los adultos, ello debido a la dificultad de llevar a la mano la grabadora sin ser descubierta por el encargado. El uso de la cámara fotográfica fue también un problema en esta fase de la investigación. Únicamente fue posible obtener algunas fotografías con un teléfono móvil, teniendo siempre la precaución de no ser descubierta por los encargados o ingenieros.
Una vez que conviví más profundamente con dos trabajadoras de quince años de edad, negociamos con el capataz para que nos contrataran en las actividades post-cosecha. Dicha labor se llama pinchar, consiste en cortar los tallos de las flores de un mismo tamaño. Esta actividad duró tres días, fue de suma importancia para visualizar otras prácticas asociadas con el empleo de los niños y niñas en actividades consideradas marginales o de menor envergadura en la floricultura.
Durante la observación participante en el ámbito laboral, sufrí caídas, rasguños, golpes, cortaduras y cansancio. Todas las afecciones que experimentan en el día a día los trabajadores y las trabajadoras de la floricultura. Experimentar en primera persona las flexibles y precarias condiciones laborales fue uno de los mayores aportes de esta investigación a mi bagaje personal. Me hizo sentir interpelada, ello se convirtió en un reto enorme al momento de desapegarme para la escritura de la tesis doctoral.


Figura 3. Niño, once años, ilustración que refleja una de las posturas más incómodas en las labores de limpieza
Fuente: Ilustración hecha por un niño de diez años en la escuela primaria de la comunidad La Joya. Mayo de 2010.

El trabajo en las escuelas primarias

Una vez terminada la temporada de alta, procedí a buscar los relatos de las niñas y los niños, en edad escolar. Para ello visité las escuelas primarias de seis localidades rurales. Esta actividad tuvo como respaldo a los encargados de repartir los desayunos escolares del Desarrollo Integral de la Familia (DIF) quienes me llevaban a las escuelas primarias y me presentaban con los directivos. Ello generó que los profesores dieran amplia facilidad a las actividades que se realizaba con los niños y niñas.
Una primera propuesta que traté de realizar en el contexto de las escuelas fue entrevistar a los niños y las niñas frente a sus madres a la hora de la salida de la escuela. No obstante, en los primeros intentos pude darme cuenta que fue una estrategia equivocada ya que no se sentían cómodos siendo entrevistados frente a los adultos o viceversa.
Hubo casos en que los argumentos caían en inconsistencias, como cuando les preguntaba a las madres si los hijos/as trabajaban y con qué frecuencia, ellas argumentaban que sólo en sus tiempos libres y los niños las contradecían de inmediato diciendo queno era cierto, que las acompañaban a trabajar a diario saliendo de la escuela; o en algunos casos antes de contestar buscaban con la mirada la aprobación de la madre, lo que resultó en constantes problemas al poner en una situación incómoda a ambos entrevistados.
Por lo anterior, opté por realizar grupos de discusión sin la presencia de los adultos. Una vez frente a los grupos me aseguraba de explicarles de qué se trataba la investigación y la actividad a realizar, además preguntaba quién deseaba participar y quién no; aclarándoles que no se sintieran obligados por los profesores ni por los compañeros a participar.
Con esta forma de obtener sus testimonios, los pequeños informantes se sintieron en mucho más confianza, incluso el hecho de estar compartiendo sus experiencias laborales con el resto de sus compañeros que las comparten fue un incentivo para que dieran rienda suelta a sus discursos acerca de su trabajo en la floricultura. Hubo ocasiones en que se peleaban por hablar y por utilizar la grabadora. Una ventaja de los grupos de discusión fue que los niños y niñas comentaban entre ellos sus experiencias más que entrar en una dinámica de entrevistador-entrevistado cara a cara.
La curiosidad de profesores y directivos fue una de las limitantes enfrentadas pues su presencia hacía sentir incómodos a los niño/as lo que de repente se tornaba en un ambiente de tensión. Por suerte esta limitante se presentó en sólo dos ocasiones.
Los grupos de discusión se efectuaron en el horario de la escuela, cada sesión duró aproximadamente una hora y media dependiendo del número de niños/as. En algunas primarias nos prestaban un salón desocupado y en otras la actividad se tuvo que realizar en el patio escolar a plena luz del sol.
Durante la puesta en práctica de esta técnica de investigación fueron entrevistados setenta y tres niños y cincuenta y siete niñas de quinto y sexto grados de primaria que oscilan entre los nueve y doce años de edad, y que dijeron que trabajan o han trabajado alguna vez en la floricultura, ya sea ayudando en la unidad de producción familiar, contratados a destajo en alguna empresa o acompañando a sus padres como ayudantes también en las empresas.
A continuación un fragmento de uno de los grupos de discusión con niñas de sexto año de primaria:

P: y si viniera un niño y les dijera que se va a salir de la escuela porque se va a meter a trabajar en la flor, ¿qué le dirían?
R: […] bueno pues yo le diría que como ya vamos en sexto está bien, porque ya aprendió todos estos años, pero pues para el trabajo es fácil porque cuando crezcamos nuestro marido si quiera que le ayudábamos y no sabiéramos (sic) nada, se va a enojar, y se nos va a hacer más pesado porque no estamos acostumbradas.7

Igualmente se les invitó a ilustrar su trabajo en la floricultura. Obteniendo cerca de ochenta ilustraciones que sirvieron para respaldar información observada en la empresa.

Reflexiones finales

Los niños y niñas tienen conocimientos, sentimientos, creencias y percepciones del mundo en el que viven a diario, sobre la escuela, el trabajo, su familia, sus amigos y a pesar de su corta edad, van construyendo marcos de referencia para actuar en el presente y en el futuro en función del contexto social que los rodea; sus testimonios muestran la realidad en que viven tan claramente como lo puede mostrar la voz de un adulto.
Los testimonios de estos pequeños sujetos sociales abrieron una amplia ventana para comprender el fenómeno del trabajo infantil en la agricultura de un cultivo moderno como las flores.  Vivir en primera persona el trabajo precario e invisibilizado del sector agrícola, agregó un importante plus a la investigación doctoral.
Representó un sinnúmero de retos metodológicos, tensiones frente a la perspectiva demográfica tradicional, pero con todo eso, fue un ejercicio que enriqueció la mirada del trabajo infantil, esos números que se reflejan en los censos y las encuestas nacionales, tiene rostros y nombres, son niños y niñas que experimentan desde la niñez, la crudeza de los mercados de trabajo más sacrificados de la sociedad.
Ojalá que mi investigación haya hecho un aporte al estado de la cuestión, que aunque modesto, contribuya a visibilizar las condiciones en las que se emplea un fragmento de la niñez mexicana.
Esas manitas que siembran, cosecha, estiban y empacan flores, representan un factor crucial en la generación de riqueza para el sector florícola, por lo que deberían ser un grupo prioritario para los diseñadores de políticas públicas.

REFERENCIAS

Lindón, A. (1995). La producción de información laboral en la encrucijada de las representaciones y prácticas del trabajo (el caso de los sectores populares urbanos). Papeles de Población, 6-7, pp. 75-84. ISSN: 1405-7425.

Sánchez, R. (2008). La observación participante como escenario y configuración de la diversidad de significados. En M. L. Tarrés (coord.), Observar, escuchar y comprender: sobre la tradición cualitativa en la investigación social (pp. 73-98). México, D.F.: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, El Colegio de México, M. A. Porrúa.

Sandoval I. & Pernudi, V. (2004). Una nueva lectura de las estadísticas sobre trabajo infantil y adolescente doméstico. En Organización Internacional del Trabajo, Una mirada de género al trabajo infantil doméstico (pp. 11-21).San José de Costa Rica, Costa Rica: Organización Internacional del Trabajo.

NOTAS

1 Kailash Satyarthi, premio Nobel de la Paz 2014 haciendo referencia a la persistencia del trabajo infantil en el mundo.

2 El objeto de estudio en esa ocasión fueron los jornaleros agrícolas y sus condiciones laborales. Debido a las limitantes que imponía el tiempo de realización de la tesis, no fue posible realizar trabajo etnográfico, únicamente se llevaron a cabo entrevistas semi estructuradas a doce jornaleros agrícolas en las escuelas de sus hijos.

3 Mil pesos mexicanos equivalían en ese momento a setenta dólares americanos aproximadamente.

4 La palabra contratada hace referencia sólo al acuerdo entre intermediario y el empleado para incorporarse como trabajadores. Ello no significa que exista un contrato formal apegado a la legislación laboral.

5 La expresión horas muertas hace referencia a los lapsos de tiempo en que por razones ajenas a los trabajadores no es posible continuar con las actividades, un ejemplo de ello es cuando se agota algún insumo productivo, lo que impide que se continúe con la actividad productiva, para el caso del empaque se puede presentar la escasez de cajas, ligas, listones o incluso flores. Los momentos en que se para la producción son considerados horas no trabajadas, son contabilizadas como tiempo libre y no se pagan.

6 Los patines son tarimas de madera con un soporte de ruedas que se utilizan para transportar las cajas de flores hacia la zona de empaque o embalaje. Cuentan con una palanca para jalar la carga y algunos de ellos cuentan con un sistema de elevador que hace más fácil que se suba y se baje la carga. Los patines son sumamente valorados por los niños a la hora del almuerzo pues les resulta divertido subirse y que alguien los empuje sobre terrenos empinados.   

7 Fragmento de la conversación entre niñas de sexto año de primaria de la comunidad San Gaspar. Mayo de 2010.