DOI: https://dx.doi.org/10.19137/praxiseducativa-2020-240315


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RESEÑA CRÍTICA

 

Palabras claves en la historia de la educación argentina, Flavia Fiorucci y José Bustamante Vismara (editores científicos), UNIPE: Editorial Universitaria, CABA, 2019, 320 pp.

 

La historia de la educación, en Argentina, ha sido trabajada desde múltiples perspectivas y campos de investigación; siendo desarrollada con mayor especificidad en las últimas décadas, a partir de poner en relevancia su centralidad para la comprensión de múltiples procesos históricos y culturales, en particular los vinculados al desarrollo de los Estados nacionales modernos. Resulta un campo de estudio en el que, además, dialogan múltiples disciplinas y, por lo mismo, requiere de un marco teórico complejo y flexible a la hora de abordar trabajos vinculados a ella.
Palabras claves en la historia de la educación argentina se ubica, precisamente, en el campo de la historia de la educación. Se trata de un libro que reúne una serie de entradas que proponen describir procesos históricos e identificar objetos ligados a este campo de estudios en Argentina. La obra intenta generar un aporte en cuanto al conocimiento de la realidad educativa de nuestro país desde fines del siglo XIX hasta principios del siglo XXI, a partir de la presentación de definiciones terminológicas. Se trata de la primera edición —año 2019—, siendo la misma realizada por la Editorial Universitaria UNIPE. Asimismo, pertenece a la colecciónIdeas en la educación argentina, dirigida por Darío Pulfer y, específicamente, a la serie Abordajes que, como se expresa en la Presentación: “privilegia accesos a la vida educativa argentina a través del tratamiento de los términos y categorías más importantes, el análisis de las diversas corrientes de pensamiento y la recuperación de figuras clave del pasado” (p. 8).
En lo que respecta a la producción del libro, tiene su origen en un proyecto colectivo dirigido por Flavia Fiorucci y José Bustamante Vismara, siendo ambos doctores en Historia e investigadores independientes del CONICET, además de reconocidos especialistas en el campo de la historia de la educación, tanto en Argentina como en Latinoamérica. Los temas principales que trabajan se relacionan con el Estado, los intelectuales, la política y los funcionarios vinculados al sistema educativo, durante el siglo XX en Argentina en el caso de Fiorucci, y durante el siglo XIX y XX en América Latina en el caso de Bustamante Vismara.
En la Presentación realizada por ambos editores, postulan el libro como una obra original y de referencia, aunque la misma puede estar dirigida a un público más amplio, por lo cual se “elude a una lógica ilustrada y enciclopédica” (p.8). Esto es muy evidente en el desarrollo de las entradas ya que las mismas, aunque resultan de gran precisión y especificidad en muchos casos, brindan ante todo un panorama general de diversos temas que pueden ser ampliados a partir de la bibliografía que se sugiere en cada ensayo. En este sentido, la idea de elaborar un escrito asequible para un público amplio es reflejada en el formato y desarrollo de cada término. En cuanto al contenido, resulta muy clara y amigable la información que se brinda, es fácil de comprender, por lo que puede acceder al mismo un público que excede al ámbito científico y académico.
Además, los autores expresan en esa Presentación que no se pretende ofrecer definiciones terminológicas, sino ensayos que den cuenta de la historicidad de los vocablos incluidos. Por lo mismo, en el desarrollo de cada entrada, se puede evidenciar una periodización propia que historiza el concepto trabajado y que, a su vez, está vinculado con la historicidad de la educación argentina. Es decir que, de forma conjunta, puede pensarse que responden a la pregunta: ¿cómo se conformó el sistema de educación nacional argentino?, aportando, cada autor, desde el desarrollo de un breve y específico ensayo.
Respecto de los autores participantes, el libro es el resultado de un proyecto colectivo “llevado adelante por historiadores, sociólogos, antropólogos y expertos en Ciencias de la Educación” (contratapa). Se trata de 60 autores colaboradores. Es interesante señalar que, salvo tres de ellos, todos pertenecen a centros de investigación (en su mayoría de Conicet) y universidades nacionales; y sus lugares de trabajo, puntualmente, son, en su mayoría, de la región metropolitana bonaerense, algunos pocos de la zona central (La Pampa y Rosario), siendo solo un autor de la región patagónica (Río Negro).
En términos generales, no se puede decir que se le da un lugar de mayor protagonismo a ninguno de los autores ya que los criterios que establecen la escritura de los ensayos se basan en decisiones tomadas por los editores que se relacionan directamente con los temas de investigación en los que cada uno se destaca o dedica. En relación con esto, todos ellos ubican sus objetos de estudio en la Argentina de los siglos XIX y XX, siendo, gran parte de ellos, especialistas en temas vinculados a la educación. Cabe aclarar que no se evidencia que los autores compartan una línea teórica que los unifique o identifique; sin embargo, en la mayoría de los escritos, los autores brindan una gran centralidad al Estado en sus explicaciones, lo cual probablemente sea un punto de interés e indagación común entre los editores y los autores.
En cuanto a los términos que componen el libro, este consta de 67 entradas, ordenadas alfabéticamente, sin subtítulos ni bloques temáticos. La extensión está determinada por el criterio establecido por los editores, en palabras de ellos:

Las voces están divididas en torno a tres jerarquías que delimitan su extensión y abordaje. Las más cortas tienen una presentación principalmente descriptiva; en las de extensión media, el análisis es más detallado; y en las más extensas se incorporan consideraciones de índole teórica o bibliográfica. Esta organización combina la lógica argumental de los autores con el criterio editorial que les propusimos. (p. 9)

Así, existen 23 entradas que poseen una extensión claramente mayor al resto. Estas entradas están—en su mayoría— vinculadas al desarrollo de un campo de estudio específico, ya sea dentro de la ciencia de la educación o bien vinculado a otra disciplina y, por lo mismo, se le dedica un desarrollo más extenso, por ejemplo: historia de la educación, psicología, género, entre otros.
En cuanto a su presentación, el lector se va a encontrar con que esta obra no es un diccionario del tipo etimológico o temático o, incluso, epistémico; es un conjunto de breves estudios que contienen citas de autores de referencia sobre el concepto o tema que se aborda. Resulta acertada la presentación de los términos dado que simula una especie de diccionario científico, aunque los contenidos de las entradas sean más bien ensayos que definiciones; probablemente, se podría acomodar de forma temática en función de los criterios que establecen los editores en relación con el contenido.
En general, los autores dan una breve descripción teórica del concepto y luego brindan su posible aplicación al campo de indagación de la ciencia de la educación. Además, esta descripción teórica, en muchos casos, es muy detallada y se trabaja con parámetros de cientificidad incluyendo periodizaciones, subcategorías, clasificaciones y conceptualizaciones construidas por el autor a fin de brindar una mayor complejidad al ensayo al que refiere. Presentan —en muchos casos— un resumen del proceso histórico en torno a lo que alude dicho concepto, tal como, por ejemplo, es la alfabetización. Finalmente, expone las referencias con los autores citados en su ensayo que no suelen ser más de tres o cuatro.
Como se mencionó, los términos específicos que se trabajan en esta obra giran en torno a la historia de la educación y, en ese sentido, presentan categorías vinculadas a las disciplinas que estudian particularmente la temática, por ejemplo: a los tipos de educación; los componentes de la misma; los agentes que la integran; los conceptos teóricos más utilizados y relevantes; los conceptos historiográficos relacionados a la educación; los elementos metodológicos de la investigación en torno a este campo; entre otros.
Puede pensarse la existencia de puntos de articulación que reúnen una serie de conceptos que —aunque no sean explicitados— pueden entreverse en una lectura detenida de las entradas que componen la obra, por ejemplo: la relación de la escuela y la familia; los agentes escolares; el funcionamiento escolar (desde la construcción, el currículum, los tipos de escuelas, los textos escolares, etc.); las corrientes pedagógicas; las herramientas teóricas de la investigación en la historia de la educación (archivo, fuentes, conceptos teóricos principales, etc.); y —quizá el tema más concurrido y desarrollado— el que refiere a todo lo pertinente al Estado y su rol en el proceso de conformación del sistema educativo argentino (ya sea a través de leyes, la intercesión de organismos estatales, etc.). De este modo, los términos definidos, aunque refieran a agentes, categorías, temas o hasta disciplinas puntuales, confluyen en su vínculo con la historia de la educación, es decir, son historizados y aplicados de forma precisa al devenir de la educación en el tiempo.
Por ejemplo, el caso de la entrada “Arquitectura” resume los modelos arquitectónicos utilizados en las escuelas argentinas a lo largo de los años y sus implicancias para el modelo pedagógico que cada una propone. Además, incluye una serie de fotografías que dan mayor sustento al desarrollo escrito. O bien, el caso de la entrada “Asociaciones y sindicatos” resume puntualmente el desarrollo histórico de los sindicatos docentes en Argentina y sus vínculos con el Estado en diferentes períodos.
Las entradas, por su parte, no están vinculadas explícitamente entre sí bajo ninguna referencia o cita, sin embargo, es evidente que están relacionadas temáticamente y que cada autor escribe bajo el contexto del conjunto de la obra, sin ser ensayos aislados o desvinculados. En algunos casos, incluso hacen explícito ese vínculo refiriéndose al contenido correspondiente a otras entradas. Esto evidencia un trabajo colectivo y la puesta en conocimiento de los autores sobre el contenido del resto del libro más allá del tema que cada uno desarrolle.
La extensión es apropiada. Tal como se expresaba en párrafos anteriores, la misma fue predeterminada por los editores, dando mayor jerarquía a ciertos conceptos, y esta decisión es coherente con la necesidad de desarrollo mayor en unos términos que en otros en función de la información que se requiere para explicar un tema, o bien la necesidad de incorporar un registro fotográfico o bien cuadros temáticos que obligan a extender la escritura; todo esto evidencia que fue considerado al momento de determinar la extensión de cada una de las entradas resultando ordenado y cómodo al recorrer el libro completo.
Por otra parte, luego de recorrer críticamente toda la obra se considera que sería interesante incorporar la participación de autores de distintas regiones del “interior” del país, no solo en el afán de federalizar la escritura, sino más bien porque esto permitiría tener una visión más compleja del desarrollo histórico del sistema educativo argentino, dado que las particularidades que se presentan en las regiones alejadas de los grandes centros urbanos son justamente las que enriquecen el conocimiento sobre este proceso y ponen en cuestión una serie de supuestos. Sería un gran aporte incorporarlos a fin de obtener una visión más abarcativa de la historia de la educación. Por ejemplo, en el apartado “Educación indígena”, se expresa en relación con las escuelas destinadas exclusivamente para niños indígenas que “para mediados de la década de 1930 no existía ninguno de estos establecimientos” (p. 121).
Quien escribe se ocupa del tema, en una investigación incipiente, pero que permite sostener que esa polifonía sugerida, entre investigaciones que indaguen en los espacios urbanos tanto como en los semirurales o rurales puede cobrar otro cariz al momento de entrecruzar estas categorías residenciales con aquellas otras jurisdiccionales (provincias y territorios nacionales), características de la historia de nuestro país. Específicamente, en el caso de las escuelas indígenas, existen como una experiencia concreta en cinco territorios nacionales, entre las décadas de 1930 y 1950. Probablemente, en próximas ediciones del diccionario, se podría considerar complejizar el abordaje particular de temas como este, atendiendo a un conjunto de investigaciones que se desarrollaron o están en curso, fuera de los centros o universidades convocados en esta edición del diccionario.
En este sentido, se debe considerar que representa una obra de enorme utilidad para investigadores noveles, sin embargo, confiere un punto de partida y un libro de consulta para quienes sean especialistas en determinadas temáticas vinculadas a la historia de la educación u otras especialidades. Por lo cual se reafirma la idea de que esta obra confiere gran utilidad a quienes buscan iniciarse en este campo de estudios de forma incipiente o bien utilizando los conceptos como una base para continuar la búsqueda teórica y empírica que de ellos se desprende.
Con todo, el libro reseñado constituye una obra de enorme aporte para las ciencias sociales en general y, en particular, para quienes trabajan temas vinculados con la educación, sea sobre su historia, su funcionamiento, su análisis actual, entre tantos otros temas que de ella se desprenden. Hoy, la historia de la educación se ha constituido como un campo de estudio en sí mismo, y este libro resulta una herramienta central para su consulta permanente en el trabajo académico. Asimismo, permite: establecer vínculos temáticos; ampliar los conocimientos previos que se tiene sobre los temas que presenta; y adentrarse en una serie de elementos que quizá no habían sido considerados por quienes trabajan en este campo de estudio. Es, así, un aporte original para todos quienes quieran pensar la historia de la educación en nuestro país, no solo por su contenido, sino también porque se encuentra escrito por decenas de expertos en la temática dando así un plusvalor a cada uno de los ensayos que contiene.

Carolina Vanessa Villar Iaz
Instituto Patagónico de Estudios Históricos Culturales y Sociales - CONICET - Universidad Nacional del Comahue, Argentina
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