ARTÍCULOS
José Tranier*
*Doctor en Ciencias de la Educación
por la Universidad Nacional de Rosario
(UNR). República Argentina.
Docente e Investigador en la misma Casa
de Estudios.
Argentina. Email: jtranier@gmail.com
Resumen: El presente trabajo intentará articular algunas cuestiones teóricas que nos permitan brindar elementos para repensar críticamente la tensión originada entre el lugar social retóricamente asignado a la labor y al trabajo docente y el universo de representaciones ideológicas que, “realmente” –y en forma efectiva– operan objetivamente en dichas condiciones. Creemos que a pesar de haber transitado más de una década en este nuevo milenio, cuestiones ligadas fundamentalmente con problemáticas de género, clase y etnia, demandan seguir siendo abordadas y problematizadas en el campo educativo. La tragedia de siete maestras quienes, rumbo a sus trabajos, perdieron la vida escasas semanas en las rutas santafesinas en Argentina, ponen en“visibilidad” la “punta de un iceberg” que será nuestro punto de partida inicial para reflexionar y debatir acerca de las condiciones docentes y del rol de los mismos en esta nueva coyuntura de nuestra historia reciente.
Palabras clave: Maestras; Educación; Condición docente; Problemáticas emergentes.
Teachers of earth, chalk and blood. Emergent educational issues and conditions of teachers in contemporary politics. Elementary level, Rosario, Argentina, 2013
Abstract: The present work attempts to articulate some theoretical issues that will allow us to think of the elements of a critical mode of tension produced between the social place rhetorically assigned to work and the teachers work as well as the world of ideological representations that are real and in an effective form and objectively operates these terms. We believe that despite all transitions of a decade in this new millennium, there are issues related with fundamental issues of gender, class and ethnicity that demands to be addressed and problematized in educational fields. For example, we will take the case of the tragedy of seven teachers who due to their hard work were killed on the Santafesine roads in Argentina. We will highlight the tip of the iceberg that is our point of departure for our reflection and debate on the conditions of teachers and their role in this new conjuncture in our recent history.
Keywords: Teachers; Education; Working teachers conditions; Emergent problematics.
“La inadvertencia tiene, por lo tanto y por así decirlo, una dimensión ontológica negativa”. (S. Zizek).
“Sólo en la praxis puede el hombre probar la verdad, es decir, la realidad y potencia u objetividad de su pensamiento”. (K. Marx).
Pocos años atrás dos noticias reproducidas por diferentes
medios de comunicación, señalaban realidades bien diferentes,
es decir, antagónicas en relación a los extremos que
representan la trayectoria de la vida del sujeto: la infancia y la vejez. La primera de aquellas notas periodísticas
en cuestión, remitía a un pueblo llamado Longyearbyen, ubicado en el archipiélago
de Svalbard, Noruega en donde, en el marco
de la Ley, decretaron la “imposibilidad”, es
decir, la “prohibición” de morirse. La “razón” aludida que subvierte una de las pocas –sino
la única– certeza en relación a nuestra finitud
biológica que tenemos los seres humanos, tiene
sus raíces en cuestiones vinculadas con la
intransigencia del clima y haber descubierto
que los cuerpos del cementerio permanecían
intactos a pesar del paso del tiempo debido
a la acción de la capa subterránea del hielo.
Debido a ello es que ya no tienen más espacio
disponible y, entonces, por expresa indicación
estatal, los habitantes de esa pequeña localidad
no contarán con Longyearbyen como su última morada1.
La contracara de lo anterior, podría estar
representada en otra noticia de carácter internacional
que también dio la vuelta al mundo
al subrayar que en Firhall, pequeña localidad
ubicada en Escocia, aquello que se prohíbe, ya
no será la inútil tarea de no morirse pero sí en
cambio, la prohibición de tener niños, “criar
animales” o, a su vez, “recibir nietos”2. Quizás,
para un futuro artículo, pueda ser interesante
tratar de inferir y “hacer dialogar” aquellos
relatos con distintas concepciones que subyacen
en relación a la función de la educación, el
poder y la infancia a lo largo del tiempo, en las
sociedades3.
Sin embargo, desde nuestro enfoque de trabajo,
hemos considerado que aquellos dos relatos
iniciales (los de ambos pueblos contemporáneos)
son los que mejor podrían funcionar
como una suerte de metáfora para introducir
ciertas temáticas relacionadas con la distribución
de las responsabilidades, las concepciones
ligadas con las diferentes condiciones de vida
y su articulación con la función del Estado, las
infancias y la sociedad del tema que hemos
presentado en el resumen. A partir de ahora,
habremos de abordar con mayor profundidad
las condiciones que habitan la función docente
en la actualidad, junto con la problematización
del rol que ocupan en la sociedad contemporánea.
A diferencia de los dos relatos anteriores
(el del pueblo que decreta vanamente la prohibición
de morir y aquel otro que prohíbe la
vida representada en la niñez), las maestras
de las que nos ocuparemos, fueron víctimas
de los efectos de una suspensión política de la
normativa y de la intervención –presencia y
protección– de un Estado para con sus “maestras
y ciudadanas”. Habremos de explayarnos
más en estas hipótesis, a continuación.
“El ferrocarril que es la supresión del espacio, obra este portento mejor que todos los portentos de la tierra; el ferrocarril innova, reforma y cambia las cosas más difíciles. Ellos son a la vida local de nuestros territorios interiores lo que las grandes arterias a los extremos del cuerpo humano: manual de la vida”.
(J. B. Alberdi)
Tostado es una pequeña localidad ubicada
al norte de la Provincia de Santa Fe. Tiene una
población estimada en un poco más de 14.000
habitantes según la información que se puede
obtener a través de distintos portales dedicados
al turismo en esa provincia, como así también
de los medios de comunicación que tuvieron
que dar cuenta de la lamentable noticia el día
del accidente4.
Aquella mañana, como todos los días, silenciosamente5,
las siete maestras se disponían
a llevar a cabo su oficio uniendo los diversos
puntos de distanciamiento que separaban sus
lugares de origen con las escuelas donde trabajaban.
El viaje, a partir del cierre de los ferrocarriles
en Argentina como parte de una política
de reducción del estado y efectivizada el 10 de
Marzo de 1993 a través de un decreto por el entonces
Presidente Carlos Saúl Menem, se llevó a cabo en un vehículo utilitario para transportar,
en forma privada, a las personas6. Creemos
que el accidente ocurrido en cuestión, demanda
ser analizado a la luz de diversas variables
que, en sí mismas, lo alejarían de una simple y
vulgar significación social de mero accidente
o fatalidad del destino7. Y es a partir de este
momento, donde trataremos de fundamentar
esta última aseveración y a su vez continuar
con nuestro trabajo de indagación sobre las
relaciones existentes entre políticas gubernamentales,
representaciones e ideologías en
el espacio social y sus consecuencias para las
condiciones y rol docente en los últimos años
de nuestra historia reciente.
En el apartado inicial, entonces hacíamos
mención al “ferrocidio”, adoptando este duro
concepto acuñado en la obra del mismo nombre
de Juan Carlos Cena (Cena: 2003). En la
misma, se aborda la historia, la constitución y
las consecuencias del cierre del ferrocarril en
nuestro país8. Sin buscar simplificar la complejidad
que reviste esta problemática continuamente
abordada por historiadores y académicos,
de nuestra parte, solo quisiéramos
efectuar un pequeño recorte que permita –o
que nos brinde elementos teóricos– para repensar
críticamente nuestro objeto de estudio
aquí abordado. Es por ello que parte de las más
significativas consecuencias del cierre ferrocarril
y su relación con el tema que nos ocupa,
tienen que ver con el padecimiento, hasta el
día de hoy de:
* Cientos de pueblos aislados, des-articulados en relación al mundo de la comunicación y alejados, a su vez, de los centros de la producción.
* Imposibilidad de contar con un transporte eficaz, seguro, público y de calidad.
* De lo anterior se sigue que hubo un mayor aumento de los accidentes de tránsito tanto en las zonas urbanas como en las rutas de nuestro país, entre otras consecuencias que no se hacen mención por alejarnos del objeto de estudio del presente trabajo.
De esta manera, podríamos observar cómo,
a partir de un ‘simple’ y breve sobre vuelo sobre
la historia reciente de nuestro país, una escueta
vulgarización o puesta en práctica del sentido
común en relación al accidente, podría llegar
a dejarse de lado para cobrar otro nivel de
significación más profunda. Podríamos decir
que las maestras eran, a su vez, víctimas de las
propias condiciones laborales generadas por la
puesta en práctica de políticas de gobierno que
favorecieron la reducción de un sistema de comunicación
a lo largo del territorio nacional,
efectivizado en los noventa, pero fuertemente
arraigado y naturalizado ya pasada la primer
década del nuevo milenio.
De lo anterior se sigue que, tras aquel ‘ferrocidio’,
correspondería ahora, brevemente,
hacer alusión al feminicidio docente. ¿Por qué
se habla en el presente trabajo de feminicidio
docente?, ¿Cómo fundamentar semejante adjetivación
en relación a un colectivo de trabajadoras
de la docencia? Las condiciones de
precariedad puestas en práctica a través de la
constante reiteración en el tiempo, es decir,
de las lógicas neoliberales que constriñeron
las posibilidades del ejercicio de la docencia a
la mínima expresión, condujeron, entre otras
causas, a que las maestras, (mayoritariamente
mujeres), quedaran mucho más desamparadas
–y casi siempre más expuestas– que los hombres
al peligro. Estas condiciones se visibilizan
en distintos momentos: al cruzar un lago para
ir a dar clases, ‘hacer dedo’ y quedar a ‘merced’
de extraños; o bien caminar solas a la vera de
la ruta para ‘abaratar’ los elevados costos de
los boletos poniendo en riesgo la propia vida o
pagando con ella; o, como el caso de Tostado, a
través de transportes compartidos –y ausentes,
en muchos casos, de la correspondiente habilitación.
La desvinculación directa por parte del
estado a partir de la década del noventa, junto
a la acción continua sobre diferentes esferas
o asuntos de gobierno (como el caso que
aquí nos ocupa en relación a las vinculaciones
existentes entre erradicación del ferrocarril y
el ‘peregrinaje’ docente), condujo a un universo
de variables. Ello hizo que las posibilidades
en torno al potencial peligro y a la ‘fatalidad’,
por un lado, se incrementaran absolutamente
y, por el otro, se naturalizaran e invisibilizaran
en la sociedad.
Datos concretos que nos permiten realizar
esta lectura crítica (tomando en forma exclusiva
los casos que han cobrado mayor notoriedad
en la Provincia de Santa Fe) comprenderían:
uno de los más terribles asesinatos cometidos
hacia una maestra, el cual sientan las bases
para debatir acerca de las condiciones laborales
y las leyes existentes concernientes a las
Maestras rurales –el caso de Daniela Spárvoli,
quien fuera violada y asesinada en el año 2003
cuando intentaba hacer dedo en las rutas hacia
su escuela y que en este año se cumplen diez
años de su asesinato9–; una maestra atropellada
por un camión que no alcanzó a observarla
cuando, a través del mismo medio, intentaba
ir a su trabajo10; otra asesinada al regresar sola
de sus tareas en su auto y quien, en plena ruta,
detiene su marcha para acercar a alguien que
vivía en su mismo pueblo pero apenas conoce11;
más el accidente que nos ocupa, en donde
la espesa niebla de aquel trágico día, como cruda metáfora de lo que aún sigue ocurriendo,
(nos) impedía ver lo que realmente estaba
sucediendo hasta que, finalmente, chocan y
pierden la vida12.
Quisiéramos ahora señalar que no estamos
desconociendo las dificultades metodológicas
e investigativas que este tipo de reflexiones,
debido a la inmediatez y el intento de articular
la misma con la historia reciente, presentan
hoy. Sin embargo, preferimos intentar
construir una posición subjetiva que no tenga
o que no llegue a afirmar, inexorablemente,
lo planteado por Bourdieu (2012), acerca de
que “no existe reparación para un presente perdido”.
(Bourdieu, 2012: 415). Es por eso que
el presente trabajo, de alguna manera, intenta
asumir aquellos riesgos en cuestión, pero
para mejor tratar de que el presente, pueda
significarse como posibilidad de reparación.
Pero para que lo anterior sea viable, creemos
necesario iniciar un camino de recuperación
crítica que permita desandarlo e invertir los
mecanismos que dieron e hicieron posible su
obturación.
Por todo lo anteriormente planteado, pensamos
que, efectivamente, aquellas muertes tal
vez puedan ser consideradas como parte de un
‘feminicidio docente’, si por feminicidio13, en su
dimensión genealógica, lo comprenderíamos
como una construcción política que permita
trazar, pensar y denunciar las muy diversas
formas e infinitos circuitos institucionales de
violencias ejercidos contra la mujer en el siglo
XX y XXI14.
Siguiendo a Michael Apple (2012), podríamos
pensar que las nuevas formas de ataque
y violencias contra la escuela en el siglo XXI,
demandarían ser leídas como una suerte de
‘re-actualización’ de la violencia masculina hacia
las mujeres (y hacia la niñez) ejercidas por
la derecha política. ¿Pues quiénes participan, y
han participado, históricamente con mayor representatividad
de género en la labor educativa?
Las mujeres. Sin embargo, en los procesos
de constitución de los estados nacionales, la
figura de la mujer, siempre ocupó un rango de
subordinación –y de sometimiento– salvo raras
y contadísimas excepciones, en la división
social, legitimación y distribución del poder
en el trabajo y del ejercicio docente. Dichos
procesos, muchas veces tuvieron –y aún tienen
que ver– con potenciar metáforas de masculinización –y de ‘heroización’– que contribuyan
a generar posiciones subjetivas ‘permanentes’ a
través de la puesta en práctica de significantes
que permitan la resocialización de los hombres
como ‘héroes’ a lo largo de la historia y como
facilitadores de la emancipación de los pueblos.
En estos contextos, quizás a unas pocas
mujeres pueda concedérseles el honor histórico
de reconocerles –y autorizarles– en forma
excepcional la ‘inversión’ de re-significar eventualmente
la propia ‘casa’, espacio doméstico
por excelencia, como eventual territorio político.
Lo anterior, sin olvidar que la posición de
clase, muchas veces ha contribuido a lo largo
del tiempo a disimular –o a atenuar– la diferencia
de género en relación a la distribución
del poder en el espacio social. ¿Cómo se explicaría,
que en un gremio mayormente poblado
por mujeres, la representatividad en el orden
de las conducciones políticas continúe siendo
alcanzada, reiteramos, generalmente pero sistemáticamente,
por hombres?.
Muchos de nosotros recordamos el lamentable
episodio que tuvo por protagonista a
un entonces ministro de economía de la Argentina,
allá por septiembre de 1994. En esa
instancia, Domingo Cavallo, al oír sobre los
cuestionamientos de las políticas de ajuste y lo
inevitable de su impacto negativo a mediano
y largo plazo efectuado por una investigadora
del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas
y Tecnológicas (CONICET) del Área de
las Ciencias Sociales, éste la mandó a “lavar
los platos”15. Lo más curioso del caso, es que si
uno ‘bucea’ en las significaciones colectivas –y
hasta en el propio espacio virtual sobre el caso
en cuestión– el episodio se presenta y recuerda
como que “Cavallo mandó a lavar los platos
a los científicos”. Pareciera que aquella fue la
única estrategia comunicacional por parte del
colectivo de investigadores para asumir una
suerte de defensa y rechazo público a los dichos
del entonces Ministro de Economía.
De toda formas, pensamos que sigue siendo
necesario retomar nuestro análisis y tratar
de identificar y re-interpretar la política gubernamental
de los años noventa, es decir, el
ataque sufrido hacia la escuela y la educación
pública, como un antecedente –o como una
forma encubierta– de ‘ataque’ hacia la mujer,
por las razones que aquí trataremos de compartir.
Partimos de una idea fuerza que sostiene
que la violencia hacia y contra la escuela, es
una forma oculta de violencia hacia la mujer; que en la desmantelación del espacio educativo
producido en los años noventa y reeditado por
algunos gobernantes de derecha en la actualidad,
subyace ciertamente un ataque de género.
Es decir, que están destinados a la mujer por
un lado, y a las generaciones o poblaciones que
habitan la escuela: los niños, por otro. De esta
manera, ‘infancia y mujer’ estarían representando
las categorías con las cuales las políticas
de ajuste llevan a cabo, su principal cometido
de desprotección. Cómo no observar, mencionar
o, al menos dejar entrever, la posibilidad
de una correlación directa que podría haber
entre la implementación de aquellas políticas
y el incremento de la violencia de género que
se ha suscitado en la Argentina, en los últimos
años de nuestra historia reciente? Estos circuitos
de violencia institucional son los que permiten
y posibilitan la indiferencia y la naturalización
de los ‘accidentes’ y de las ‘fatalidades’
las cuales, desde esta óptica y fundamentación,
no serían tales.
En forma contraria, podría pensarse a su
vez que la multiplicación de los fondos educativos
tanto para la investigación como el aumento
del presupuesto en materia educativa
a nivel nacional de los últimos años, podría
tener su correlato lógico en las políticas de inclusión
y de protección social, destinadas en
cierta manera a comenzar a reparar el espacio
mutilado de la niñez y de la violencia hacia la
mujer. Los pueblos suelen recordar bastante
a sus gobernantes, en función del cuidado o
no que posibilitan y ejercen en forma directa
o indirecta, hacia la educación y la infancia.
Basta recordar aquello que, internacionalmente,
recrudeció con la muerte ocurrida apenas
pocos meses atrás de Margaret Thatcher, mejor
reconocida por sus propiedades que equiparan
la dureza del metal y su aleación con el carácter
simbólico ‘fuerte’ de lo ‘masculino’ como
metáfora para la toma de decisiones, que por
sus políticas de inclusión y de alteridad hacia
los sectores obreros y los menos privilegiados.
Así, entre ofrendas florales y cartas a favor y
en contra, muchos recordaron los efectos de la
quita del subsidio a la leche para los niños en
edad escolar cuando se desempeñó como ministra
de educación, y que le valió el mote de la milk snatcher “robaleche”16.
De esta manera, a partir de los aportes de
Loic Wacquant (2006), podríamos reformular
parte de su pensamiento en relación con que
la educación también conlleva y representa,
implícitamente, una dinámica disposicional
estructural en cuanto a la corporeidad. Esto
es, la escuela y la educación como parte de
una máquina masculinizadora en donde la
paradoja está centrada en presentar, históricamente,
a la escuela como un lugar de mujeres
‘presentes-ausentes’. Presentes, porque son
ellas las que constituyen en su gran mayoría la
cartografía institucional. Ausentes, porque esa
corporeidad no representa o no se ajusta, necesariamente, a la definición social existente más
valorada. En resumidas cuentas, la presencia
mayoritariamente de mujeres en el espacio
educativo no siempre ratifica o se retraduce en
mejores valoraciones de status institucional o
social acerca del género.
Por el contrario, episodios como los que
aquí se incluyen y describen, darían cuenta de
que la condición numérica serviría, en muchos
casos, para ratificar la pertenencia a un colectivo
del cual frecuentemente sería ‘más fácil’ ser
silenciado y, socialmente, más fácil de ser manipuladas
las responsabilidades para disimularlas–y naturalizarlas–. Esto como parte de
un destino ‘imprevisible’ o como, simplemente ‘fatalidades’ de un destino ‘incierto’ y del cual
nada puede hacerse para prevenirlo. Sin embargo,
desde nuestro punto de vista, el rol histórico
de la mujer en la educación como una
propiedad objetivable estructural y disposicional
en relación a las formas de autorización del
ejercicio del poder masculino sigue cobrando ‘sus víctimas’.
Las escuelas del mundo contemporáneo
–pertenecientes tanto a las esferas del orden
de lo público o de lo privado aunque, poco
importe esta división al ser, en definitiva, el
mismo estado el que regule ambas esferas– siguen
operando como máquinas civilizadoras
efectivamente masculinizantes y bajo la órbita
‘patriarcal’. Y si bien podría objetarse que
hay cientos de cargos directivos en manos de
mujeres en cientos de escuelas, esas mismas
manos, ante la ‘impotencia’ de no devenir puños
como las de nosotros, los hombres, generalmente,
en algún punto, quedan relegadas
en los infinitos circuitos de la distribución del
poder. Mujeres presentes-ausentes; y hombres
ausentes-presentes. Preguntamos a los lectores:
¿cuántos presidentes de comisiones de ‘padres’,
de asociación de cooperadoras de escuelas, sus
directores gremiales, representantes, están en
manos de mujeres, en forma mayoritaria?.
La muerte de las siete maestras de Tostado,
desde nuestro punto de vista, tiene que poder
ser leída como una advertencia social en cuanto
hacia la (in)diferencia existente entre lo que
se sostiene retóricamente a partir de la institución
de nuevas prácticas educativas, nuevas
leyes y reconocimientos de derechos a cada
vez más sectores minoritarios de la sociedad y
aquello que, realmente opera en la actualidad
en el espacio escolar.
Quizás tengan que pasar varias décadas
más a fin de observar un cambio real o efectos
de las políticas actuales en la dinámica de los
procesos identitarios en relación con las problemáticas
de género y su representación en
el espacio social. La fuerza de las ideologías,
cuando estas destituyen de sentido y naturalizan
prácticas, suelen ser duros ámbitos para
corroer y re-significar. Fourier (2008), constituido
en su socialismo utópico, soñaba con
la creación de ‘falansterios’ colectivos, ‘libres’
pero, en donde inclusive, en esa utopía, los
exámenes a las niñas de cinco años de edad
consistirían “en lavar ciento veinte platos en
media hora o en pelar en una hora una gran
cantidad de patatas” para corroborar y distribuir
responsabilidades y habililidades.
(Abbagnano y Visalberghi, 2008: 506). ¿Cuán
lejos están nuestras escuelas de los sistemas de
constitución identitaria y evaluación en relación
a las expectativas de género de Fourier en
la actualidad?.
¿Qué hubiese sucedido si aquellas muertes
eran de personalidades famosas pertenecientes
al mundo de la política o del deporte? O aún
más: ¿qué hubiese sucedido si, en vez de mujeres
hubiesen muerto siete hombres, al igual
que la triste muerte de los gendarmes ocurrida
apenas un año atrás?17 Pero no. Eran, ‘simplemente’ maestras y mujeres. Una suerte de
combinación perfecta para decretar un simple
duelo a ‘media asta sin cancelación de clases
alguna en todo el territorio nacional’ salvo en
la pequeña localidad donde ocurrió este feminicidio
docente.
Los duelos tienen que ver con la elaboración
personal y colectiva necesaria para desandar
un camino de penas y re-encauzar al alma
herida. A veces las más mínimas muestras de
afecto, acompañan y sirven a los deudos para
que aquella carga pueda ser, aunque sea, un
tanto menos insoportable. Tras aquel accidente,
todas las escuelas dieron clases a excepción
–lógicamente– de la de ellos. No estamos proponiendo
que se hayan suspendido para que
los docentes se quedaran en sus casas, sino
que hubiese sido una necesaria y justa ocasión
para repensar el campo de las condiciones
docentes junto con su articulación en estas
problemáticas contemporáneas históricas de
las que hemos estado intentando dar cuenta
en el presente trabajo con una mayor visibilidad
social. A su vez, para que otros docentes y allegados, pudieran compartir ese momento
de dolor junto a sus compañeras. Pero esta
posibilidad, tampoco pudo ser contemplada
ni por los gremios (más allá del esfuerzo con
el cual, seguramente, alguno de ellos vienen
trabajando con esta y otras problemáticas de
igual importancia desde su posición gremial y
política), ni por las esferas gubernamentales de
cualquier dependencia: a las variables del ser
mujer, ser maestras, se le suman ser de un pequeño
pueblo. Y entonces, aquella oportunidad
de visibilidad y de crítica social, quedaría
‘atrapada’ o silenciada por los juegos políticos
que son los que permiten dar luz o, en forma
contraria, minimizar los acontecimientos, según
cómo y de dónde provengan las voces,
vientos e intereses; y según cómo todos éstos,
se plieguen –y desplieguen– en el ejercicio y el
juego del poder.
“Al igual que alguien que se mantiene encima de una nave trepándose a lo alto de un mástil que se está derrumbando. Pero desde allí, tiene la oportunidad de dar una señal para su rescate”.
(Walter Benjamin)
En el presente trabajo hemos intentado
efectuar un recorrido posible destinado a hacer
visibles ciertas constricciones relacionadas con
el ejercicio de la docencia y del rol de la mujer
en la educación actual contemporánea. A partir
de dos relatos iniciales acerca de la infancia
y la vejez como objeto de discusión política, lo
anterior nos permitió introducir el tema de las
responsabilidades del estado en relación a la
toma de decisiones que configuran y objetivan
subjetividades y realidades. Uno de aquellos
espacios de configuración, tenían que ver con
el ejercicio de la docencia y los mecanismos de
naturalización con los cuales, frecuentemente,
se inviste al espacio educativo, hoy.
De esta manera partimos de una idea central
que expuso las razones acerca de por qué el
accidente de Tostado, en donde siete maestras
del norte de la provincia de Santa FE, República
Argentina perdieron la vida, no podía ser ‘simplemente significado como una ‘fatalidad
del destino’. Por el contrario, hemos tratado de
trazar las coordenadas que permitan iniciar un
camino de deconstrucción de ciertas políticas
reiteradas en el paso del tiempo que oficiaron
de puerta de entrada a las condiciones objetivas
para que las probabilidades de que las
maestras padezcan accidentes, se incrementen
considerablemente.
Una de esas razones nos remitió necesariamente
a revisar las políticas de estado bajo el
período neoliberal de la década de los noventa
y que afectó en demasía las relaciones interpersonales
del sujeto y la comunidad. Desde hace
años no desconocemos que las lógicas económicas
favorecen, producen –y reproducen–
determinadas lógicas sociales. El cierre del
ferrocarril y su modo de presentación en este
trabajo como ‘ferricidio’ pero ligado, inexorablemente
al ‘feminicidio docente’, intenta justificar
puntos de encuentro entre la tragedia
sucedida y su relación directa con, hasta el día
de hoy, los alcances de aquellas políticas.
Pero, quizás, una de las razones más importantes
que motivó la escritura del presente trabajo,
tuvo que ver con interrogar e interpelar
a partir de la condición de género de aquellas
muertes, en pleno siglo XXI. Mujeres. Mujeres
y maestras, ¿cómo se entrecruzan y enlazan en
la actualidad las cuestiones de género y clase
en el ejercicio y condiciones de la docencia
actual? A partir de allí hemos afirmado que,
desde nuestro punto de vista, que en cualquier
ataque a la escuela y contra la escuela, subyace,
tácita pero ciertamente, un ataque de género.
Es decir que, detrás de las políticas de desprotección
del espacio educativo, hay un correlato
lógico y desigual de desprotección directa que
sufren más las mujeres que sus pares hombres,
por ser ellas quienes, en su gran mayoría, habitan
las poblaciones escolares. Y, junto con
ellas, los niños, es decir, ambos extremos de
la trayectoria del sujeto con el cual, simbólicamente,
quisimos comenzar la representación
de nuestro trabajo. Niñez o infancia, mujeres y
maestras, arrojadas a la ‘buena de Dios’ en los
caminos, en las aulas y en las rutas.
Pensar la educación contemporánea debería
poder conducirnos a repensar críticamente
el lugar de la mujer en el siglo XXI y en relación
al alarmante avance de violencia de género
que viene sucediéndose no solo en Argentina,
sino en muchos lugares de Latinoamérica
y del mundo. De allí la necesidad de no pasar
aquel ‘accidente’ como una ‘inadvertencia’ social.
Por el contrario, demandaría del campo
investigativo y de la comunidad docente, exigirnos devenir en agentes de reflexión a priori.
Esa condición de ‘a priorismo’, es la que nos
debe poder constituir para poder intervenir en
la cruda realidad que nos toca transitar y no
caer en la trampa del sentido común y de la
vulgar significación de los hechos.
La necesaria des-naturalización del episodio
en cuestión (junto con otras problemáticas
actuales que involucran diversas formas de
violencia escolar y educativa) nos permitirá intentar transformar aquellas problemáticas
en objeto de cuestionamiento político. “No se
encarcela a Voltaire”, sostuvo Charles de Gaulle
en relación a las presiones de la derecha
para arrestar a Sartre por sus manifestaciones
políticas. (Miller, 2009:185). Las Maestras y
los maestros suelen ser el blanco ideal de las
sociedades para asestar sus frustraciones y
resentimientos. Sin embargo, bien sabemos
que constituyen sin lugar a dudas los ‘faros’ de
esperanza necesarios en la actualidad, con los
cuales poder contribuir a concebir la ‘verdad’ como construcción y como creación. Por supuesto
que también es necesaria la discusión
en torno a qué tipo de educación cada sociedad
desea junto con qué tipo de instrumentos
teóricos y prácticos, el estado concibe a la
formación docente actual. Desde hace algunos
años estamos tratando de señalar la dificultad
hallada para articular, historizar, objetivar,
eventos, acontecimientos, provenientes de la
historia reciente-presente en educación. Sin
embargo, el hilo no puede ser cortado por las más débiles (físicamente ante las problemáticas
emergentes aquí planteadas), las maestras.
Así como las acusaciones de misoginia generalmente,
en el espacio social, tienen que ver
con la incapacidad de visualizarse ‘uno mismo’
como procedente de una ‘madre’ (Facto que
convoca a toda la humanidad, es decir, la procedencia
original en el cuidado de un vientre
materno), todos nosotros hemos realizado, de
alguna que otra manera, un pasaje por el ‘vientre
escolar’, como alumnos, en alguna que otra
escuela. Allí ha sido donde alguna de ellas quizás
se dio cuenta de que un día estábamos tristes,
o teníamos frío, hambre, o que nos sentíamos
mal. Ese cuidado que reedita el pasaje del
espacio privado de cuidado –ausente o presente–
según los casos, de los hogares al espacio
escolar, es ‘silenciado’ con la desprotección que
las mujeres maestras padecen, generalmente,
como consecuencia de muchas políticas de
estado y en complicidad con la obturación y
la naturalización de aquello que, socialmente,
acontece.
Son maestras de barro, tiza y sangre, que
nos resistimos a que caigan en el olvido. Y una
de las formas de re-significar lo acontecido es
intentar no sólo convivir con ello, sino a su vez
aprender –y comprender– bien qué sucedió.
Siguiendo a Arendt (2008), en relación con el
pasado, afirma: “lo mejor que puede logarse es
saber con precisión qué fue, soportar este conocimiento
y luego aguardar y ver qué resulta de
este conocimiento y del hecho de soportarlo”.
(Arendt, 2008: 30). Esto último, a pesar de que
ellas ya no regresarán más ni a sus vidas, ni a
sus aulas, ni a sus hogares.
Notas
1 Cf: http://notireales.blogspot.com.ar/2008/07/el-pueblo-donde-est-prohibido-morirse.html. Consultado en Línea en 10 de Julio de 2013.
2 http://www.lagaceta.com.ar/nota/387681/Firhall_pueblo_donde_est%C3%A1_prohibido_tener_ni%C3%B1os.html. Consultado en Línea el 10 de Julio de 2013.
3 Y tal vez, por qué no también incluir lo expresado no solo en noticias contemporáneas sino a su vez a lo largo de la historia y a través de la indagación de las concepciones de infancia que subyacen en textos sagrados como, por ejemplo, la Biblia, en donde un antiguo rey, Herodes, sesgado en su paranoia por el deseo de continuar reinando, decide matar (literalmente) a todos los niños menores de dos años nacidos; o qué relaciones educativas relativas a la función de la infancia podrían inferirse en aquel otro relato acerca de aquellos primogénitos quienes podrán permanecer con vida, siempre y cuando, los marcos de sus puertas estuvieran pintadas con la sangre de un cordero como garantía de pacto, sumisión y obediencia a “Dios”, como representante de la autoridad. Quizás sea también interesante, a través de estos textos, tratar de analizar la génesis del adultocentrismo y de la autoridad a través de las relaciones históricas existentes entre infancia, sociedad, religión y obediencia.
4 CF: http://www.turismosantafe.com.ar/tostado/ciudad.htm; http://www.lacapital.com.ar/la-region/Diezmuertos-entre-ellos-siete-maestras-en-un-accidentede-transito-cerca-de-Tostado-20130527-0048.html; http://www.ellitoral.com/index.php/id_um/89474-tostado-despide-a-las-maestras-fallecidas-en-elaccidente. Consultados en Línea el 27 de Mayo de 2013.
5 Cf. la profunda y conmovedora descripción que, en relación con el accidente, la Periodista –y Maestra- Marcela Isaías publica en el Diario La Capital de Rosario denominada: “El lado silencioso del oficio docente”. Disponible en la web: http://www.lacapital.com.ar/columnistas/MIsaias/noticia_0022.html. Consultado en Línea el 5 de Junio de 2013.
6 Agradecemos las observaciones compartidas al respecto por parte de la Dra. Liliana Sanjurjo, de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) ya que nos brindaron elementos para repensar nuestro trabajo.
7 Y en este punto, nuestro agradecimiento va dirigido hacia el Dr. Diego Roldán (CONICET-UNR) por sugerirnos la lectura de la excelente compilación de: Hartman, Chester y Squires, Gregory (Editores). (2006). There is No Such Thing as a Natural Disaster Race Class and Hurricane Katrina, New York: Routledge Talyor & Francis Group.
8 A su vez, hemos trabajado con diversas fuentes entre la que se destaca un documento oficial del Ministerio de Educación y la Universidad Tecnológica Nacional titulado: “Breve historia de los Ferrocarriles Argentinos, su construcción, su destrucción, su importancia y proyecto de recuperación”. Disponible en línea: http://www.cin.edu.ar/descargas/material%20Asuntos%20Academicos%20reunion%2019%20DE%20noviembre/26-02%205-%20Capiltulo%20III%20Historia%20de%20los%20ferrocarriles.pdf. Consultado en Línea el 11 de Julio de 2013.
9 Agradecemos el señalamiento de Marcela Isaías sobre contemplar primordialmente este caso en cuestión. Cf: http://www.lacapital.com.ar/la-region/Los-docentesrecuerdan-hoy-a-la-maestra-Daniela-Spaacutervolia-siete-antildeos-de-su-asesinato-20100512-0046.html. Consultado en Línea el 11 de Mayo de 2010.
10 CF: “Los maestros rurales piden que les garanticen un traslado seguro”. Disponible en línea: http://tiempo.infonews.com/2013/06/02/sociedad-103018-losmaestros-rurales-piden-que-les-garanticen-un-traslado-seguro.php. Consultado en línea el 6 de Junio de 2013.
11 CF: “Un crimen muy violento”. Disponible en línea: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/10-19308-2009-07-11.html. Consultado en Línea el 14 de Julio de 2013.
12 Y hemos dejado a un lado los casos en donde las maestras nos han relatado tener que padecer las constantes insinuaciones por parte de los hombres, al caminar en el medio de las calles solas, al subirse a los autos y al trasladarse hacia sus lugares de trabajo. “Ya ni el guardapolvos blanco nos protege”, compartía con nosotros una maestra rural.
13 Es notorio cómo el término en cuestión, hasta el día de hoy y a pesar de contar con un vasto recorrido en el mundo académico, no está incluido en ninguno de los diccionarios de habla hispana existentes.
14 CF: “Feminicidio: mujeres en el ojo de la violencia”. Disponible en línea: http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Feminicidio-mujeres-ojoviolencia_0_904709534.html. Consultado en Línea el 12 de Julio de 2013.
15 “Lavar los Platos. Ciencia, Sociedad y Menemismo: Dialogo con Susana Torrado”. Disponible en Línea: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/futuro/13-2222-2009-09-27.html. Consultado en Línea el 15 de Julio de 2013.
16 “Murió Margaret Thatcher. Un símbolo de la guerra y la revolución conservadora”. Disponible en línea: http://www.clarin.com/mundo/simbolo-guerra-revolucion-conservadora_0_898110252.html. Consultado en Línea el 16 de Julio de 2013.
17 Cf: “Nueve gendarmes y tres civiles mueren en un accidente de tránsito en Chubut”. Disponible en línea: http://www.lacapital.com.ar/informacion-gral/Nueve-gendarmes-y-tres-civiles-mueren-en-un-accidente-de-transito-en-Chubut-20120627-0007.html. Consultado en Línea el 12 de Julio de 2013.
“Cuando llegas”, óleo.
María José Pérez
“Caminos que se cortan”, óleo. María José Pérez
Bibliografía
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2. APPLE, Michael. (2012). Can Education Change Society? London, Taylor & Francis.
3. ARENDT, Hannah. (2008). Hombres en tiempos de oscuridad. Barcelona, Gedisa.
4. BOURDIEU, Pierre. (2012). La distinción. Criterios y bases sociales del gusto. Buenos Aires, Taurus.
6. CENA, Juan Carlos. (2003). El Ferrocidio. Buenos Aires, La Rosa Blindada.
7. HARTMAN, Chester y SQUIRES, Gregory (Editores). (2006). There is No Such Thing as a Natural Disaster Race Class and Hurricane Katrina, New York: Routledge Talyor & Francis Group.
8. MILLER, James. (2009). La Pasión de Michel Foucault. Santiago de Chile, Tajamar Ediciones.
9. WACQUANT, Louis. (2006). Entre las Cuerdas. Cuadernos de un aprendiz de boxeador. Buenos Aires, Siglo XXI.
10. ZIZEK, Slavoj. (2003). El sublime objeto de la Ideología. Buenos Aires, Siglo XXI.
Fecha de Recepción: 8 de diciembre de 2014
Primera Evaluación: 26 de diciembre de 2014
Segunda Evaluación: 5 de enero de 2015
Fecha de Aceptación: 5 de enero de 2015
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