Campo de Prácticas, junio 2021, ISSN 2718-8787, pp. 1-4

 

Editorial

Las prácticas educativas como expresión de nuestras necesidades y como campo de posibilidades

 

Norma Di Franco

Universidad Nacional de La Pampa, Argentina

difranconb@gmail.com

 

Iniciamos, con este número, una publicación que es producto de necesidades.

Necesitamos socializar experiencias y reflexiones que configuran sus sentidos en las prácticas educativas de la formación de nuestros profesorados.

Necesitamos tener un espacio donde siga vigente aquel fundacional Schön (1992) que nos ayudaba a pensar en la importancia de la reflexión a partir de las prácticas, acerca de las prácticas y para las prácticas.

Necesitamos poder expresarlas como nuestra praxis, esa con que Shirley Grundy (1991) nos acercaba a Jürgen Habermas (1986) y nos espoleaba a afirmar que es acción y es reflexión, que se da en una circulación dialéctica, que no pertenece al mundo de las entelequias, se desarrolla en la realidad, en nuestras realidades –históricas y sociales– y por eso nos implica en una acción con otras/os, nunca sobre otras/os; como acto de reconstruir de forma reflexiva el mundo social, con unos significados que se construyen socialmente, que no son absolutos ni naturales ni existen fuera de quienes lo legitiman.

Necesitamos que las prácticas comiencen a tener una posibilidad más pública y más abierta en la construcción de saberes de los profesorados, convencidas/os de que el conocimiento es poder y la distribución de conocimiento es parte de la distribución de poder, como en tantas oportunidades nos instó a pensar Michel Apple (1995).

Necesitamos poder estudiarlas desde dimensiones epistemológicas que nos orienten a preguntarnos qué entendemos por conocimiento válido, quién lo construye y quién lo distribuye. Con las Epistemologías del Sur, Boaventura de Sousa Santos (2009, 2010, 2018) invita a estudiar y mostrar tantas experiencias ausentes en los relatos oficiales que, en esos sentidos abisales, fueron creadas activamente ausentes. Nuestros cuestionamientos quedan configurados de miras a la comprensión acerca de cómo operan aquellas racionalidades que, a modo de monoculturas, configuran presencias y producen ausencias; cómo maniobran y cómo se actualizan las lógicas de producción de no existencia que organizan y dan significados indiscutidos a las prácticas y a los saberes que (no)se enseñan y que (no)se aprenden en las aulas.

Lo necesitamos porque, como expresa Nuria Planas (2011), cuando la teoría no alcanza la innovación en la práctica sostiene el presupuesto y la oportunidad de transformar el aula.

Y, con esas guías de ruta, necesitamos poder ir ajustando nuestros sures educativos -nuestros nortes hubiésemos escrito en otros momentos-; prácticos, útiles, reorientándonos en cada momento.

Necesitamos que esas reflexiones habiliten debates profundos que nos permitan proyectar experiencias e investigaciones menos extractivistas, violentas, patriarcales, colonizadas o discriminadoras.

Necesitamos mostrar(nos) que es posible pensarlas más democráticas, colectivas, interpeladoras de relaciones tan asimétricas de poder, que construyan nuevas ciudadanías, mayor inclusión, y que nada de eso desconozca la importancia de una educación de calidad, de formación profunda, informada y contradicha.

Necesitamos reconocernos en tareas y en posicionamientos que vayan configurándose como prácticas identitarias de la formación profesional docente. Y lo necesitamos, entre muchas razones porque, como analiza Liliana Sanjurjo (2009), los tramos de socialización profesional – a partir de los cuales se va construyendo conocimiento de las propias prácticas – son de alto impacto en relación a otros recorridos más sistemáticos y formales de la formación inicial de profesorado.

Iniciamos así una pequeña publicación que concentra grandes expectativas. Tiene sus fuentes experienciales en los profesorados de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNLPam y esto es de resonancia regional en concepciones y prácticas de formación docente en todas las aulas y estudiantes de escuelas de la zona, dado que nuestra institución es la única formadora de profesores universitarios de educación secundaria y superior en estos campos disciplinares –Matemática, Física, Biología, Química y Computación–, en un radio de unos 300 kilómetros.

En este número inicial se incluyen artículos de cuestionamiento de las metodologías de investigación en las prácticas y de las estrategias que validan aquello que se produce, de análisis de relaciones con el saber en experiencias educativas mediadas por juegos, y de prácticas de enseñanza de las Ciencias Biológicas y la Química a partir de problemáticas locales como intervenciones fuertes en un proyecto político curricular de los profesorados de esta facultad. Hasta allí un recorrido bien diverso del mundo de las prácticas docentes.

Desde otra modalidad de producción, integra también la publicación, un grupo de trabajos que intentamos que se constituyan en una sección y que caracterizamos como ´propuestas de aula` ya que gravita en ellos el valor de haber sido desarrollados completamente por estudiantes de la facultad en instituciones educativas de nuestros contextos. La lógica es la de publicar las propuestas que van desarrollándose cuatrimestre a cuatrimestre en los diferentes profesorados, con las temáticas de lo que en la habitualidad se desarrolló. Simplemente y complejamente son las prácticas que venimos desarrollando. Comenzamos con casos mayoritariamente del Profesorado en Matemática. Así, se incluye una propuesta de enseñanza en el inicio del trabajo con Polinomios en el secundario, a partir del producto de funciones de menor grado; un plan para las conceptualizaciones vinculadas a la noción de función; un par de producciones que en simultáneo les correspondió dedicarse a las variaciones uniformes y una formulación para las funciones y ecuaciones cuadráticas. Algunas expresiones de intencionalidades nos ayudan a comunicar los sentidos de las propuestas. Ellas se elaboran a partir del intento de manejar las abundancias conceptuales en un tratamiento desde la gradualidad y la recursividad; en una linealidad de enseñanza que igualmente ceda espacio a ideas enredadas con otras nociones y a los argumentos de los desenredos; desde esfuerzos por trabajar con el conocimiento a partir de necesidades antes que de imposiciones, intentando problematizar, conflictuar, desestabilizar lo que se sabe porque ese es uno de los privilegios de las relaciones educativas tal como las entendemos, e intentando que en las problemáticas esté presente lo local y lo nuestro. Primer número, se acumulan ansiedades, placeres y desafíos. Decidimos atrevernos. Nos sentimos un poco activistas de la educación como posibilidad.

 

Referencias Bibliográficas

Apple, M. (1995). El conocimiento oficial. Buenos Aires: Paidós.

Grundy, S. (1991). Producto o Praxis del currículum. Madrid: Morata.

Habermas, J. (1986). Conocimiento e interés. Madrid: Taurus.

Planas, N. (2011). Buenas Prácticas en la enseñanza de las Matemáticas en secundaria y bachillerato. En J. M. Goñi (Coord.). Matemáticas. Investigación, innovación y buenas prácticas (pp. 57-157). Barcelona: Graó.

Sanjurjo, L. (2009). Los Dispositivos para la formación en las prácticas profesionales. Rosario: Homo Sapiens.

Santos, B. de Souza (2009). Una epistemología del sur: la reinvención del conocimiento y la emancipación social. México: Siglo XXI, CLACSO.

Santos, B. de Souza (2010). Descolonizar el saber, reinventar el poder. Buenos Aires: Trilce.

Santos, B. de Sousa (2018). Introducción a las Epistemologías del Sur. En Menesses, M.P.& Bidaseca, K.(coords.) Epistemologías del Sur. Buenos Aires: CLACSO/Coímbra: CES.

Schön, D. (1992). La formación de profesionales reflexivos: hacia un nuevo diseño de la enseñanza y el aprendizaje de las profesiones. Barcelona: Paidós.