DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2023-2801


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PRESENTACIÓN

30 años del Instituto de Geografía: avances y retrocesos de la actividad científica argentina

El Instituto de Geografía cumple treinta años. Décadas de vaivenes en el sector de la ciencia y tecnología de nuestro país, con logros y retrocesos. El año 1994 tiene especial significación: por un lado, el 23 de mayo de 1994, la designación de la profesora Gladys Mabel Tourn como directora, da inicio al funcionamiento del Instituto de Geografía de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de La Pampa. Por otro, en el mes de septiembre de ese mismo año, el entonces Ministro de Economía de la Nación, Domingo Cavallo, manda a la prestigiosa socióloga, investigadora del CONICET, Dra. Susana Torrado y con ella a comunidad científica argentina “a lavar los platos”, iniciando una ofensiva política de desfinanciamiento y destrucción de la ciencia pública argentina.

Demás está decir lo que significa destruir la ciencia, y desprestigiar a las científicas y científicos, para la soberanía de un país. La investigación científica en Argentina ha sido la variable de ajuste de los modelos liberales y neoliberales de la historia del país. En 2001, mismo Domingo Cavallo fue designado nuevamente Ministro de Economía durante el gobierno de Fernando De la Rúa, implementando el denominado “corralito financiero” y responsable de una de las crisis económicas, sociales y culturales más importante de la historia argentina. Otra vez, la actividad educativa y científica pública nacional fue una de la más perjudicada, reduciendo su presupuesto a niveles ínfimos.

En 2003, durante la presidencia de Néstor Kirchner, el proceso de destrucción comenzó a revertirse al traspasar a la entonces Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva a la órbita del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. En 2007, en lo que fue considerada una decisión política histórica se crea el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación Argentina. El apoyo a la ciencia y tecnología continuó durante los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner.

Pero en 2018, este Ministerio fue lisa y llanamente eliminado por el presidente Mauricio Macri, bajándolo a Secretaría de Estado provocando, nuevamente, un desfinanciamiento que puso en jaque a los centros e institutos de investigación. En 2019, la ciencia y la tecnología recuperaron el rango de ministerio que mantuvo hasta el 10 de diciembre de 2023.

En febrero de 2021 el Congreso Nacional aprobó el proyecto de Ley de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, estableciendo como meta progresiva y sostenida el aumento del presupuesto nacional en ciencia y tecnología hasta alcanzar en el año 2032, una participación del 1% del Producto Bruto Interno, como mínimo. En 2023, se obtuvo la media sanción de la Cámara de Diputados que aprobó el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030 que, entre sus objetivos principales pretende: aumentar la producción sostenible y alcanzar la soberanía alimentaria, impulsar la bioeconomía y la biotecnología; contribuir al diseño de políticas para fortalecer la democracia y ampliar los derechos ciudadanos; promover el desarrollo industrial y consolidar la transición energética; construir una educación inclusiva y de calidad y lograr una salud accesible, equitativa y de calidad.

Esta breve descripción de los últimos treinta años de la ciencia argentina no hace más que dar cuenta que la alternancia de modelos neoliberales y progresistas han provocado fuertes retrocesos con épocas en que la recuperación pareciera no alcanzar frente a tanto daño provocado.  

Lejos de ser tenida en cuenta, el gobierno de Javier Milei, en una clara y manifiesta política de destruir el Estado, tiene entre sus planes y el de sus seguidores, desfinanciar y aniquilar el sistema educativo y científico público argentino. “Que quede en manos del sector privado” manifestó el actual presidente argentino al referirse al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y “que los investigadores se ganen la plata sirviendo al prójimo, a una mejor calidad y un mejor precio, como hace la gente de bien”.

Hacia 2024, frente al más cruel y violento desfinanciamiento de la educación universitaria pública argentina, las universidades se debaten entre sostener su funcionamiento y adoptar medidas preventivas para no afectar lo ya degradado. La Federación Universitaria de la UBA (FUBA) lanzó una campaña con la consigna ‘Cuidemos lo que funciona’ para intentar visibilizar la situación y alertar sobre la subsistencia “día a día” de las universidades.

Asimismo, científicas y científicos autoconvocados organizararán un Festival Federal de Ciencias en todo el país para visibilizar los reclamos y aportes al desarrollo de las ciencias en las Universidades Publicas y los centros de investigación del CONICET. El programa Elijo Crecer, Ciencia x Argentina se realizará en distintos espacios públicos de todas las provincias del país, con el lema de “la ciencia se defiende colectivamente”.

La Universidad Nacional de La Pampa no es ajena a este embate. Sus Facultades e Institutos de Investigación intentan subsistir a costa de luchar contra un oponente que ha desplegado todo su arsenal destructivo que desparrama violencia política, simbólica, e institucional contra los cuerpos de las y los trabajadores, estudiantes y a la comunidad en general, a punto tal de desplegar los servicios de inteligencia del Estado contra quienes intentan oponerse y luchar contra el sistema opresor, represivo y destructor del gobierno de turno.

En la histórica Asamblea Universitaria llevada adelante el 15 en agosto de 2001, en medio de una crisis social sin precedentes, la comunidad educativa de la UNLPam reafirmó el compromiso de priorizar la responsabilidad social universitaria y acompañar solidariamente a los sectores más pauperizados. Hoy la universidad argentina atraviesa una crisis donde aún estos sectores así como también un número importante de docentes, no docentes y estudiantes apoyaron y apoyan estas políticas de destrucción.  

En este contexto, el funcionamiento de la universidad está en jaque. La Ciencia y la Tecnología no cuentan con financiamiento en un contexto de galopante inflación. En este sentido, desde los órganos de gobierno universitario se ha manifestado la imposibilidad de seguir financiando las actividades de ciencia y tecnología como proyectos de investigación, programas institucionales, las revistas científicas, entre otras actividades.

Desde el Instituto de Geografía hemos decidido sostener la publicación de la Revista Huellas. Esta revista acompañó el camino del Instituto y atravesó las crisis precedentes gracias al esfuerzo de sus docentes e investigadoras/es. El número 28(1) de Huellas mostrará un diseño de tapa de color negro en muestra de nuestro más claro repudio a las políticas de destrucción del sistema universitario público argentino y de la ciencia y la tecnología.  A su vez, agradecemos a todas las personas que, solidariamente, contribuirán, para que la revista no sea discontinuada y se cumplan los compromisos asumidos con las y los autores que enviaron sus contribuciones.

Ante la anunciada falta de financiamiento para la publicación de las revistas científicas de la UNLPam, compañeras y compañeros se han visto afectadas. Abrazamos solidariamente a las integrantes del servicio de traducción: María Elena Pérez Bustillo, Flavia Fernández y Graciela Obert y agradecemos su compromiso por acompañarnos en esta lucha. A Lucía Bernardi y Ramiro Rodríguez Carámbula, del área de diseño, acompañarlos en este cruel momento. Pronto volveremos a contar con ustedes, estamos consternadamente afectados.

La esperanza es el motor que mueve las luchas pero es necesario recuperar la rebeldía. La rebeldía de quienes piensan en una sociedad justa y mancomunada para reclamar derechos, adquiridos y por adquirir. Este número de la revista Huellas será simbólicamente demostrativo del momento que nos toca vivir y por todo ello un especial agradecimiento a su Directora Dra. María Eugenia Comerci; a la secretaria de redacción Prof. Melina Acosta; a sus secretaria/o de edición Dra. María Cristina Nin y Prof. Gustavo Gastón Pérez. A las y los miembros del Comité Editorial y el Comité Académico. Al equipo técnico Mg. Melina Caraballo y Arq. Antonela Lucía Mostacero.

Todas, todos, todes nos abrazamos en la lucha: la universidad pública no se negocia, no se regala, no desaparecerá por más intentos represivos que la embistan.

Mg. Beatriz Dillon

Directora del Instituto de Geografía

Facultad de Ciencias Humanas – UNLPam

28 de marzo de 2024

PRESENTACIÓN

Defender la educación, la ciencia y el sistema universitario nacional

Presentamos este volumen de Huellas atravesando una situación crítica inédita en la Universidad Pública Argentina, sometida a una expresa campaña de desfinanciamiento y desprestigio de las Ciencias Sociales y las Humanidades y el desmantelamiento del sistema Científico y Tecnológico realizados por el gobierno de Javier Milei.

En este sentido nos interesa destacar los aportes que hacen las revistas de las Universidades Nacionales a la ciencia, la investigación y la educación; en particular poner en valor la relevancia que tienen las revistas de ciencias sociales y humanas que desde perfiles internacionales, regionales, nacionales están territorialmente ancladas analizar, problematizar y aportar a mejores modos de comprender e intervenir en el mundo (Freire, 2008).

Destacamos también la importancia del desarrollo editorial institucional con la creación de un portal y el acompañamiento en la permanente necesidad de profesionalización de los equipos. Por ello resulta fundamental priorizar la educación pública que iguala y nos hace libres; la formación e investigación universitaria de calidad y el sostenimiento del sistema como modos de defender derechos irrenunciables.

Frente a este contexto adverso decidimos como grupo editorial y junto con las demás revistas de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de La Pampa, sostener la publicación aun sin disponer de ningún recurso económico y haciéndonos cargo de todo el proceso de edición. Elegimos una tapa negra, en tonos oscuros, sin las habituales imágenes, con el fin de expresar y denunciar la situación que estamos atravesando las revistas científicas en particular y la Universidad Pública en general. El color negro, no es casual, subjetivamente denota miedo, muerte y temor. También supone resistencia y desde allí sostenemos con convicción este derecho. Nuestro futuro es incierto y nos preocupa el sostenimiento del derecho a la educación superior de calidad, gratuita e inclusiva en el país.

La inexistencia de partida presupuestaria para Ciencia y Tecnología impidió que contemos con un diseño de la tapa y el cuerpo del interior de la revista realizados por profesionales en diseño, por lo que decidimos editar los archivos y publicar el número con nuestras propias herramientas y la colaboración desinteresada de personal universitario. Queremos agradecer especialmente a las docentes del equipo de traducción y colegas de las secretarías de redacción y edición. Sin el trabajo colectivo no se hubiera podido publicar el volumen en este trigésimo aniversario del Instituto de Geografía.

El número 1 del volumen 28 se compone de diez artículos que dan cuenta de la diversidad de temas territoriales estudiados en la actualidad, dos reseñas de tesis y una sección de aportes para la reflexión. El primer estudio se titula “Trabajo territorial, participación y producción. Claves explicativas para entender los logros de un proyecto de desarrollo local en el oeste pampeano (2015-2023)” es autoría de Clarisa Inés Fernández. El segundo trabajo realiza un abordaje teórico para la integración de enfoques cuali-cuantitativos y cuanti-cualitativos como estrategia metodológica y es elaborado por Claudia Avelina Sereno y Erica Schenkel.

El tercer artículo analiza la vida y movilidad cotidiana de las clases medias residentes en áreas de expansión de las ciudades de La Plata y Mar del Plata, durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19 y es autoría de Violeta Ventura. El cuarto trabajo se titula “Las marcas del agronegocio en el cuerpo-territorio de mujeres y docentes de los pueblos fumigados” y es escrito por Yamila Celina Vega.

María Sol Sierra y Ada Graciela Nogar analizan, en el quinto artículo, las experiencias de valorización de recursos energéticos en Argentina. Otro estudio de Gabriela Soledad Varela Freire aborda el papel de la territorialidad en las escuelas de muy difícil acceso entre comunidades indígeno-campesinas del norte argentino.

El séptimo trabajo aporta una metodología para su delimitación de la ribera de los ríos y es autoría de por Alicia Roxana Blanco y María Mercedes Salvia. El octavo artículo se titula “La agroecología: de necesidad a opción. El caso de las huertas de Valle Viejo, Catamarca” y es uma producción de Silvia Carina Valiente y Luciano Martín Mantiñán.

En el noveno trabajo, Alejandra de Arce y Alejandra Salomón abordan, de manera diacrónica, los tambos familiares, la movilidad y la accesibilidad en un partido de Buenos Aires. Finalmente, el último artículo del número realiza un análisis espacio-temporal de la dinámica de los usos del suelo periurbano de la ciudad Santa Rosa, y es autoría de Daila Pombo y María Celeste Martínez Uncal.

El número además integra dos tesis, una de grado elaborada por Antonella Mauri y otra de posgrado de Gustavo Hernán Silvestre y la sección aportes que analiza el papel del INTA en el desarrollo del Argentina de Darío Agustín Machuca.

Esperemos que las personas autoras y lectoras entiendan que no somos especialistas en edición gráfica, pero nos resistimos a la desaparición de nuestras revistas de acceso libre que permiten la comunicación de las investigaciones y el conocimiento científico-académico gestados en cada uno de los Institutos de nuestra Facultad.

Queremos seguir sosteniendo la revista Huellas porque aporta a la difusión de las investigaciones sociales, humanas, territoriales y educativas gestadas en Institutos y Departamentos de organismos nacionales e internacionales. Seguiremos reivindicando a la Universidad Pública, luchando por el cumplimiento de la Ley de Financiamiento de Ciencia y Tecnología y resistiendo a la desaparición de nuestras revistas.

Dra. María Eugenia Comerci

Directora Revista Huellas

Editorial compartida con las demás revisas de la Facultad de Ciencias Humanas – UNLPam