DOI https://doi.org/10.19137/cuadex-2023-07-08


Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional

ENTREVISTAS

Entrevista a Odette González Aportela

Aportes del Taller de Extensión Universitaria en el Congreso Internacional de Educación Superior de La Habana, Cuba

Mariana Soledad Castro

Instituto Universitario de Derechos Humanos Madres de Plaza de Mayo

castromarianasol@gmail.com

ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8316-6705 

Odette González Aportela es doctora en Ciencias de la Educación por la Universidad de La Habana.

Se desempeñó como directora de Extensión Universitaria de la Universidad de La Habana y Presidenta del Consejo Provincial de Extensión de la misma institución por diez años. Ha sido conferencista invitada en numerosos eventos científicos nacionales e internacionales, en Cuba, México, Argentina, China y Ecuador. Publicó los resultados de sus investigaciones en extensión en revistas indexadas, y es autora de once capítulos de libros.

A partir del año 2010 se desempeñó como integrante del comité científico de Extensión Universitaria que se desarrolla en el Congreso Universidad, y desde el 2016 fue designada su Secretaria Ejecutiva.

El Congreso Internacional de Educación Superior, que se lleva a cabo en la ciudad de La Habana cada dos años, reúne a delegaciones de más de 30 países de todo el mundo que se reúnen a debatir e intercambiar sobre los principales aspectos de la educación superior. En ese marco, el Taller de Extensión agrupa a personas interesadas en la materia para dialogar acerca de la realidad de la función.

En esta entrevista, Odette González Aportela comparte con Cuadernos de Extensión las principales características del taller, su surgimiento y los desafíos de la extensión universitaria en la región. También nos sumergimos en algunos aspectos del tema que convoca el dossier, y abordamos la importancia del vínculo entre las prácticas extensionistas y la preservación del patrimonio cultural en Cuba. 

¿La extensión, como función universitaria, desde cuándo es reconocida en el ámbito de la educación superior de Centroamérica y el Caribe?

El nombre extensión universitaria se acuñó en sus inicios solamente con el término extensión y estaba relacionado con aspectos de cursos libres, con talleres que no formaban parte de los currículos de las carreras que se impartían en las universidades. Antes de la reforma de Córdoba ya se hablaba de la extensión cultural, pero ciertamente en Centroamérica se comienza a fortalecer el proceso de la extensión universitaria a partir del movimiento de 1918.

Las universidades asumen lo planteado en la reforma y comienzan a introducir los procesos referidos a trabajar en función de la transformación social que requerían las sociedades en Centroamérica y el Caribe. Sin embargo, esto tuvo diferentes formas de materialidad en la región, algunas universidades comenzaron a trabajar más en aspectos relacionados a proyectos de formación social, que también entró tardíamente en los procesos de desarrollo en Centroamérica, ya que lo más habitual eran los cursos abiertos a la comunidad. Por ejemplo, en la Universidad de La Habana, se comenzaron a dar cursos de cine, de cultura general, de aspectos que tuviesen que fundamentar el conocimiento de intereses que no fueran vinculantes a las carreras que se estaban dando. En esos momentos se impartían charlas, conferencias, talleres con intelectuales del momento y se comenzó a estructurar una programación de la vida cultural universitaria que entró dentro del proceso extensionista. Allí se empiezan a crear grupos de danza, de teatro y de música que fueron representaciones de las universidades y esto surge muy fuertemente y con un alto impacto en la región.

Podemos ver en el caso de la Universidad de la Habana la fundación del grupo de teatro universitario, la creación de la coral universitaria y grupos de danza, entre otros. Y en México también comienza a haber una fuerte influencia tanto de los cursos y talleres como de la creación de los grupos, es por eso que decimos que la gestión de proyectos entra tardíamente. Esta dinámica del proceso extensionista se estaba desarrollando en Brasil y Argentina, pero no así en Centroamérica, que se acompaña con el proceso de creación de los proyectos y que estos mismos se materializaron y transformaron con solidez, y con mayor fundamentación lógica desde la investigación que también pudiese aportar al desarrollo social desde los objetivos de la extensión universitaria.

En el marco de este camino recorrido ¿cuándo y por qué surge el Taller de Extensión dentro del Congreso de Educación Superior?

El Taller surge como producto del desarrollo de la extensión universitaria en América Latina y el Caribe, a partir de la fuerza que va ganando, donde Centroamérica no fue uno de los principales exponentes, sino que había países que estaban más avanzados. Así fue como empezaron a tomar relevancia estos procesos que no solamente fueran la gestión de cursos y movimientos culturales, sino en otras actividades que tuvieran interrelación con la docencia y con la extensión.

En ese momento, comienzan a desarrollarse investigaciones en Cuba que aportarían al desarrollo teórico de la extensión y que luego tendría un gran impacto en la práctica. Una investigación doctoral de Gil Ramón González, que defiende en 1996, aporta una teoría acerca del proceso de extensión universitaria, esto sacó a relucir aspectos que se venían desarrollando, pero que se logran concretar. No solo queda en lo que anteriormente mencionamos, sino también con el objetivo de crear y fortalecer, por ejemplo, un movimiento deportivo en función de la calidad de vida de las personas, y también de los proyectos y de la relación que tenía la extensión universitaria con la investigación y con la docencia en las universidades.

Esto trajo consigo un trabajo pormenorizado y la aparición de nuevas investigaciones. En ese mismo año, en 1996, ya se pensaba realizar en Cuba un congreso de extensión universitaria. En ese marco, surge el primer Congreso Latinoamericano de Extensión Universitaria que fue la antesala de la creación de la Unión Latinoamericana de Extensión Universitaria, que en ese momento se formaliza y comienza con una vasta trayectoria de los CLEU. Este fue el germen para que en 1998 se creara y se oficializara el primer Congreso Universidad, uno de los talleres que se definió como fundador fue el Taller de Extensión Universitaria. El hecho de que hubiera investigaciones relacionadas con la temática, el fortalecimiento del proceso en la región y en Cuba, y que había sido nuestro país el que había albergado al CLEU en 1996 llevó consigo a que cuando se organizara el primer congreso uno de los talleres fundadores fuera el de extensión.

Desde sus comienzos, se planteó como tema para debatir e intercambiar entre quienes desde la docencia y la investigación estuviesen trabajando en el campo de la extensión, como así también el estudiantado, y que allí pudieran debatir en función de todas las temáticas vinculadas con el proceso. Esto llevó a que se dieran discusiones sobre la conceptualización de la extensión, cómo se asumió en diferentes ámbitos de la región, lo que en todos los países se da de manera diferente y, a veces, tampoco tiene el mismo nombre. Por lo tanto, siempre ha permanecido como un interrogante dentro de los encuentros para llevar al debate, para discutir y profundizar sin ánimos de homogeneizar, sino con el objetivo de fortalecer la función, poniendo en común todos los aspectos que compartimos y que tiene como fin último la transformación social.

Siempre han sido temas recurrentes la conceptualización del proceso, cómo se lleva a cabo en los diferentes espacios, pero, al mismo tiempo, con el marcado rasgo de contextualización que caracteriza a la extensión y su vinculación con la sociedad. Siempre se han ido ubicando temas que permitan demostrar que el proceso funciona, que es contextualizado y que permite el intercambio con la sociedad y, por lo tanto, siempre se analiza el entorno y el contexto para delimitar los contenidos. En función de esto, también se debate sobre la gestión del proceso y de los propios proyectos, de la interrelación con la cultura, con la multidisciplinariedad y la interdisciplinariedad, que se deben tener en cuenta con el protagonismo de las y los estudiantes y una fuerte participación de los actores sociales, abordando siempre la territorialidad. Ya en los últimos años se incorporaron los proyectos de innovación, cómo innovar en los talleres, cómo ser cada vez más eficientes y eficaces para que el proceso extensionista sea cada vez de mayor calidad. A su vez, por el modo de gestionar de la extensión fuertemente vinculado con el contexto, se ha incorporado la gestión de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que tienen hoy un rol protagónico.

En los últimos años se han discutido mucho las cuestiones que afectan a los procesos universitarios porque perjudican a la sociedad y directamente al proceso de extensión, como la globalización, la transculturación, la pérdida de identidad tan necesaria para la permanencia de la cultura de los pueblos, vinculadas a aspectos del patrimonio cultural, de la integración de los tres procesos sustantivos la docencia, la investigación y la extensión. Por lo tanto, ha sido un taller que desde su surgimiento ha venido trabajando al unísono con los cambios, por lo tanto, el espacio ha sido dinámico, creativo y, al mismo tiempo, conservador, sin perder la esencia de que es el propio proceso de extensión universitaria el que ha ido marcando pautas acerca de ubicarse a tono del contexto en el que se está desarrollando las discusiones en función del tema.

Con esta fuerte historia del taller y del claro crecimiento de la función en el debate latinoamericano y caribeño ¿Cuál cree que ha sido su impacto en este evento?

Este taller tiene impacto por su particular dinámica. La sesión de pósteres que se hace es una sesión diferente; en general son estáticas donde los ponentes presentan sus trabajos y quienes asisten van pasando por las estaciones haciendo preguntas. Aquí esa no es la dinámica, sino que se generan espacios de intercambio también entre quienes presentan pósteres a través de metodologías propias de la extensión.

El taller marca pauta en el Congreso Universidad por la diversidad y la discusión de los temas, por la forma diferente de interactuar en la exposición de los posters a la que se suma cada vez más gente que no participa en el taller. Esto tiene que ver con que se retoma la propia dinámica del proceso extensionista en el que todos participan y presentan sus desarrollos, pero, al mismo tiempo, es un taller que siempre lleva presentaciones de revistas y libros de extensión universitaria, particularmente en los últimos años para reforzar el impacto de la función en la producción de conocimiento. A su vez, el taller es sede de las reuniones de la ULEU que es donde se define la presidencia del organismo y la sede de los Congresos Latinoamericanos de Extensión Universitaria. Por otra parte, siempre se invitan conferencistas de alto nivel lo que implica que no solo asisten las personas que están acreditadas, sino aquellas que se van sumando por las temáticas que allí se discuten. Esto nos habla de la transformación social desde la extensión universitaria, que impacta en las otras funciones sustantivas.

En numerosas ocasiones, se han hecho otras presentaciones dentro del propio congreso lo que deviene en intercambios con los otros talleres, con temáticas que se están trabajando al unísono, además de integrar en un mismo panel a las personas que dirigen la extensión en diferentes países de la región. Eso también marca pauta porque muestra que existe una relación y que podemos estar en la misma mesa para debatir una autoridad de Argentina, con una de México, de Brasil o de Colombia para aportar al desarrollo de la función.

Teniendo en cuenta que los debates que se dan en el interior del taller son los que van surgiendo en los diversos contextos en la región, ¿qué temas se han abordado y qué debates han surgido a lo largo de los años?

Uno de los temas más debatidos y que seguirá siendo es el relacionado a la conceptualización de la extensión, y cómo esta conceptualización implica diversas formas de gestionar el proceso. También lo relacionado con la socialización y divulgación de los resultados, de lo que se ha venido trabajando y debatiendo y allí la ULEU lo ha potenciado mediante la creación de revistas indexadas que sean propias de la función, eso es muy válido y pertinente, y se ha llevado la discusión en los talleres con muy buena aceptación.

Otro eje de gran debate y que va a seguir estando es el cómo gestionamos los proyectos en nuestros contextos diversos con la participación de estudiantes y desde el propio perfil profesional. Para que realmente puedan vivenciar cómo aporta al desarrollo social desde un proyecto extensionista y desde su desarrollo en la materia, cómo se relacionan estos aspectos y que lleve consigo un cambio en la comunidad en la que se está trabajando y en su propia trayectoria educativa.

Otros temas son la curricularización, la integración de los procesos sustantivos, así como la búsqueda permanente de la calidad en lo que hacemos.

Pensando en los debates que se dieron al interior del taller, ¿cómo crees que este contribuye a la jerarquización de la extensión?

El hecho de que la extensión tenga uno de los talleres fundadores de este Congreso y que este sea uno de los más importantes permite jerarquizar el proceso como sustantivo y darle el valor que tiene; a ello se suma que un grupo importante de personas se inscriba a participar y que cuando se analiza el impacto los resultados sean buenos. El espacio con más participación es el de formación, después de este taller continúa el que está vinculado con ciencia y técnica y casi siempre el tercer taller con mayor participación es el de extensión. Además, en ocasiones, con muy cercana participación al de investigación, por encima de otros como el de desarrollo local, los relacionados con las cuestiones de medioambiente, de calidad, de acreditación y de relaciones internacionales. Esto marca el interés en la extensión y además pone en escena la necesidad de debatir y trabajar en torno a ella.

Al mismo tiempo, los resultados permiten una participación activa de quienes forman parte de él, ya que en los últimos años se realiza una relatoría cuando finalizan, en ocasiones esa relatoría no servía como diagnóstico o fuente principal de información para la determinación de los próximos temas; pero en los últimos 6 o 7 congresos se empezó a implementar un constante intercambio con las personas participantes. Se les envía la relatoría, una propuesta de temas en función de los que se discutió y del contexto actual, y estas personas tienen el poder de tomar decisiones respecto a lo que sucederá en los próximos encuentros. Eso permite un involucramiento diferente a la hora de definir de qué talleres van a participar en los próximos congresos, también qué sucede que se repiten porque se genera una identidad, un sentido de pertinencia, y porque les gusta la forma en la que se debate y se discute, donde nunca el tiempo alcanza, pero es un espacio donde se debate mucho y el intercambio es constante y útil. Eso ha marcado la pauta del Taller de Extensión dentro del Congreso.

Retomando la idea de que la extensión surge muy ligada a la actividad cultural, y teniendo en cuenta que este número de la revista aborda ese tema, entre otros, ¿cuál crees que es el vínculo de la extensión universitaria con la cultura en Cuba?

En Cuba una de las acepciones de la extensión es la promoción de la cultura es su más amplia conceptualización, interrelacionada con el resto de los procesos sustantivos para dar cumplimiento a la misión social de las universidades. Por lo tanto, es uno de los propósitos la promoción de la cultura, no solo la de las artes y las letras, sino la cultura como modos de vida, hábitos y conductas que tienen que ver con la identidad. En este sentido, la extensión universitaria en Cuba además promueve la preservación y promoción de patrimonio cultural, no solo como aquello tangible de la cultura sino también lo intangible.

El patrimonio cultural físico y tangible es aquel que se puede medir en obras de arte, en espacios físicos que se convierten en patrimonio, pero también lo intangible que tiene que ver con la preservación de elementos culturales propios de la identidad y de la idiosincrasia de los pueblos, de la propia cultura de los pueblos. En este sentido, se ha venido trabajando en la realización de talleres y seminarios relacionados con la temática de la preservación para incentivar la investigación relacionada a ello. La extensión juega un papel primordial porque coordina y orienta metodológicamente cómo se debe preservar y promover el cuidado del patrimonio y, al mismo tiempo, aporta a su socialización, para que no sea de uso exclusivo solo para las personas que tienen acceso a él, sino que sea de uso de todo aquel que desee incrementar su acervo cultural o simplemente ser actores activos de ese patrimonio.

Me refiero por ejemplo a la Universidad de La Habana que cuenta con museos que conservan el patrimonio y la historia, son museos que no solo abren sus puertas para la comunidad universitaria sino para que todo aquel que quiere pueda visitarlo. El Museo Fragua Martiana donde José Martí, el apóstol nacional, trabajó en las canteras y allí se preservan importantes elementos del patrimonio que tiene que ver su vida y obra, abre sus puertas todos los días para la realización de actividades con la comunidad, y promueve la vida y obra de José Martí desde los conceptos de la extensión, es decir se hacen proyectos, talleres, exposiciones con la comunidad.

También está el patrimonio cultural intangible, que son aquellas personas que tienen un conocimiento e historia cultural que es necesario mantener y socializar, allí hay producciones literarias para dar a conocer la vida y obra de ese tipo de personajes. También tenemos la presencia de agrupaciones como la coral universitaria y el teatro universitario que forman parte del patrimonio intangible, de una historia de creación de grupos que han representado a la universidad y tienen algunos más de 70 años de historia para compartir una forma de hacer arte desde la universidad que se debate e intercambia con todo aquel que lo desee. Al mismo tiempo, cada estudiante que forma parte de estos grupos se convierte en actor activo de un patrimonio de la universidad.

Son muchos los grupos y espacios que contribuyen a ese patrimonio que es necesario conservar. Por eso, es importante el papel de la extensión allí, en la preservación y promoción del patrimonio cultural, tangible e intangible, dentro de la vida cultural social de los procesos formativos, porque contribuyen a conocer las instituciones y sus contextos, la propia idiosincrasia, de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos.

Fecha de recepción: 27-02-2023 / Fecha de aceptación: 03-03-2023