https://doi.org/10.19137/anclajes-2024-2821 


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DOSSIER

Vergüenzas y orgullos: literatura y cultura LGTB en España y Latinoamérica. Parte II[1]

Shame and Pride: LGTB Literature and Culture in Spain and Latin America

Vergonha e orgulho: literatura e cultura LGTB em Espanha e na América Latina

Jorge Luis Peralta

Universidad Nacional de Educación a Distancia 

España

jorperalta@palma.uned.es

ORCID: 0000-0003-3774-273X

Geoffroy Huard

CY Cergy Paris Université

Francia

geoffroy.huard@cyu.fr

ORCID: 0000-0003-4410-0655

Fecha de recepción: 18/12/2023 | Fecha de aceptación: 4/03/2024

Resumen: La primera parte del presente dossier reflexionaba sobre las dinámicas de la vergüenza y el orgullo como eje articulador del universo LGTB en el contexto español. Esta segunda parte retoma ese eje de análisis, pero pone el foco en cuatro países de Latinoamérica: México, Puerto Rico, Cuba y Argentina. Las historias de vida, autobiografías, poemarios, epistolarios y material de prensa que estudian los diferentes artículos permiten confirmar la hipótesis de que ni el orgullo es la experiencia dominante a partir de los años de 1970, ni la vergüenza rige de manera homogénea en el período precedente. Hay, sin embargo, una especificidad propia de Latinoamérica –más allá de su lógica diversidad– en el modo en que la vergüenza y el orgullo se configuran entre los sujetos disidentes debido a las circunstancias políticas y socioeconómicas propias de la región. Así, la vergüenza no se vincula únicamente al género y a la sexualidad, sino también a la clase social, la raza o el estatus socioeconómico, mientras que el orgullo asume también formas muy heterogéneas, no siempre de carácter público, debido a la presión de regímenes autoritarios o de sociedades más conservadoras a consecuencia del machismo y de la influencia determinante de la religión católica.

Palabras clave: Orgullo; Vergüenza; Cultura; España y Latinoamérica; Siglos XX y XXI.

Abstract: The first part of this dossier reflected on the dynamics of shame and pride as the articulating axis of the LGTB universe in the Spanish context. This second part takes up that axis of analysis but focuses on four Latin American countries: Mexico, Puerto Rico, Cuba and Argentina. The life stories, autobiographies, poems, letters and press material studied in the different articles confirm the hypothesis that pride is not the dominant experience from the 1970s onwards, nor does shame rule homogeneously in the preceding period. There is, however, a specificity to Latin America –beyond its logical diversity– in the way in which shame and pride are configured among dissident subjects due to the political and socioeconomic circumstances specific to the region. Thus, shame is not only linked to gender and sexuality, but also to social class, race or socio-economic status, while pride also assumes very heterogeneous forms, not always of a public nature, due to the pressure of authoritarian regimes or more conservative societies as a result of machismo and the determining influence of the Catholic religion.

Keywords: Pride; Shame; Culture; Spain and Latin America; 20th and 21st Centuries.

Resumo: A primeira parte deste dossiê refletiu sobre a dinâmica da vergonha e do orgulho como eixo articulador do universo LGTB no contexto espanhol. Esta segunda parte retoma esse eixo de análise, mas se concentra em quatro países latino-americanos: México, Porto Rico, Cuba e Argentina. As histórias de vida, autobiografias, poemas, cartas e material de imprensa estudados nos diferentes artigos confirmam a hipótese de que o orgulho não é a experiência dominante a partir da década de 1970, nem a vergonha reina de forma homogênea no período anterior. Há, no entanto, uma especificidade própria da América Latina –além de sua diversidade lógica– na maneira como a vergonha e o orgulho se configuram entre os sujeitos dissidentes devido às circunstâncias políticas e socioeconômicas específicas da região. Assim, a vergonha não está vinculada apenas ao gênero e à sexualidade, mas também à classe social, à raça ou ao status socioeconômico, enquanto o orgulho também assume formas muito heterogêneas, nem sempre de natureza pública, devido à pressão de regimes autoritários ou de sociedades mais conservadoras em decorrência do machismo e da influência determinante da religião católica.

Palavras-chave: Orgulho; Vergonha; Cultura; Espanha e América Latina; Séculos XX e XXI.

Tal como avanzábamos en la introducción a la primera parte de este dossier, las dinámicas vinculadas a la vergüenza y al orgullo LGTB poseen puntos en común en España y Latinoamérica, pero también sus especificidades, razón por la cual decidimos organizar los trabajos en dos números diferentes. Resulta obvio que la realidad española –pese a las peculiaridades de sus distintas regiones– es mucho más homogénea que la de Latinoamérica, denominación que abarca una veintena de países muy diferentes entre sí. Existen razones de peso, sin embargo, para postular una unidad en lo que respecta a cuestiones de género y sexualidad: la influencia extendida de la Iglesia católica y su restrictiva ideología; un profundo machismo que, con sus matices, sigue arraigado todavía hoy, de norte a sur; modelos de identidad y sociabilidad disidentes con numerosas semejanzas en diversas latitudes; un desarrollo históricamente parecido del activismo LGTB a partir de los años de 1970 y 1980; desigualdades socioeconómicas y políticas autoritarias (en algunos casos en forma de regímenes dictatoriales) con un impacto similar sobre las poblaciones disidentes, en el sentido de que sumaron varios ejes de exclusión –como estatus económico, raza y etnia– a los específicamente relacionados con la sexualidad y el género (Foster; Viteri, Serrano y Vidal-Ortiz; Falconí; Domínguez-Ruvalcaba). También propiciaron, lógicamente, la estigmatización y la persecución de la diferencia sexogenérica, así como el refuerzo de distintas expresiones homo-lesbo-bi-transfóbicas. Incluso si es evidente que, al hablar de Latinoamérica en relación con cuestiones LGTB, algunos países asumen un marcado protagonismo mientras que otros se mantienen en segundo plano, por una variedad de motivos, aun así se trata de un territorio atravesado por ejes comunes. El presente dossier centrará su atención en México, Argentina, Puerto Rico y Cuba[2], que si bien constituyen solo una porción pequeña de una región mucho más extensa, pueden ilustrar, en virtud de los vasos comunicantes antes señalados, problemáticas que afectan a muchos otros países.

Hay que tener en cuenta, asimismo, que tal como vienen destacando desde hace tiempo numerosos investigadorxs, la producción artística y académica LGTB posee una tradición amplísima no siempre deudora del Norte global; antes bien, determinadas figuras, como Néstor Perlongher (1949-1992) o Pedro Lemebel (1952-2015), incluso anticiparon lo que a partir de los años de 1990 se ha conocido –e institucionalizado– como “queer” (Epps; Maristany). Sin negar de ningún modo el impacto global de los estudios de género y sexualidad, en general, y de los estudios LGTB, en particular, así como del activismo que se organizó a partir de las revueltas de Stonewall, se puede señalar que tanto a nivel de creación como de investigación, Latinoamérica ha hecho aportes originales que, por su condición periférica, no siempre han obtenido el reconocimiento de las grandes potencias (especialmente, Estados Unidos y Europa). El reclamo del uso de “cuir”, como inflexión específica de la palabra inglesa y las teorías y prácticas que implica, es ilustrativo del esfuerzo por singularizar la contribución de la región a la tarea de imaginar nuevos horizontes para los cuerpos y subjetividades disidentes (Valencia).

La articulación del “orgullo” –ya sea individual o colectivo– en contextos donde han sido muy profundas las marcas de la dominación (en todas sus facetas: colonialista, patriarcal, religiosa, político-económica, heteronormativa) asume rasgos particulares. Y aunque Salvador Novo haya afirmado, en un texto de 1979, que “hubo siempre locas en México” (11), lo cierto es que la visibilidad de la cultura marica a la que aludía el escritor es solo una parte de la historia y una que costó detenciones, censuras, persecuciones y sufrimientos varios, más allá del gesto desafiante de sus protagonistas, a lxs que podríamos considerar precursores del “orgullo” gay. La otra cara de la moneda la representa, lógicamente, la “vergüenza” que muchxs sujetos experimenta(ro)n no solo por salirse de los moldes sexogenéricos impuestos, sino también por su color de piel y/o por sus escasos recursos económicos. Para ellxs, a la vergüenza de ser gay/marica/lesbiana/trans, se suma/ó la de ser pobre, o de color; de allí la crítica feroz que formuló Pedro Lemebel (257): “tal vez lo gay es blanco”. El orgullo y la vergüenza se configuran, en Latinoamérica, alrededor de estos profundos contrastes. No hay que olvidar tampoco el abismo entre los grandes centros urbanos y las zonas rurales, donde sigue resultando difícil saltarse el guion cis/heteronormativo. Así lo ratifican, tristemente, los índices de violencia contra personas LGTB de los últimos años.

Retrospectivamente, puede señalarse la misma dificultad que en España para considerar que la “liberación” y, con ella, el “orgullo”, nacieron en los años de 1970. Aunque numerosas “historias”  –de la homosexualidad, del lesbianismo, del transgenerismo– estén aún por escribirse para numerosos países, los estudios disponibles –y la ingente producción literaria y artística– muestra destellos de “orgullo” desde finales del siglo XIX (con hitos de visibilidad notables como el baile de los 41 de 1906 en México o la obra teatral Los invertidos del argentino José González Castillo, en 1914); del mismo modo, en la actualidad, la “vergüenza” no ha dejado de constituir un componente importante de las trayectorias LGTB. Películas recientes como Temblores (2019), del guatemalteco Jayro Bustamante, o Los agitadores (2022), del argentino Marco Berger, muestran la persistencia de actitudes machistas y (auto)homofóbicas que conducen a la intolerancia y a la violencia. Aunque los años de 1970 fueron sin duda un punto de inflexión, necesitamos reexaminar la idea demasiado simplista de que fue a partir de ese momento cuando resultó posible el “orgullo”, frente a un pasado monolíticamente asociado con la “vergüenza”. Cabe recordar que en la primera marcha del orgullo celebrada en Buenos Aires, en 1992, la mayoría de asistentes portaban máscaras de cartón pues temían que la exposición acarreara el riesgo de perder el empleo. Aquello que conviene, y que procura este dossier, es examinar en cada caso cómo se planteó la dinámica entre orgullo y vergüenza, atendiendo a los factores específicos que determinan el mayor o menor peso de cada uno de los elementos del binomio.

Los artículos que componen esta segunda parte del dossier cubren un espectro muy diverso de temas. Su ordenación combina el criterio cronológico y espacial: los años de 1950, 1960 y 1970 en México y Argentina como punto de arranque; los años de 1990 y 2000 en Cuba y Puerto Rico como cierre. Entre unos y otros, un triple abordaje de la realidad mexicana donde los estudios literarios conviven con la aproximación antropológica. El carácter más marcadamente interdisciplinar de los artículos aquí reunidos obedece, en primer lugar, al perfil de los diferentes autores/investigadores, pero se antoja también la vía más acertada para abordar territorios complejos, atravesados por múltiples tensiones y contradicciones. Esta segunda parte, a diferencia de la primera, no solo pone el foco en la vergüenza y el orgullo tal como se han articulado artísticamente, sino también en los discursos e historias de vida de varones gais anónimos cuya experiencia no siempre toma forma de novela o película. Podrán valorarse, de ese modo, los puntos en común y las diferencias entre textualidades muy heterogéneas, de indudable interés para calibrar las transformaciones sociales en materia de género y sexualidad.

El primer artículo, “Entre la vergüenza y el placer: la correspondencia mexicana de Carlo Cóccioli”, de Javier Fernández Galeano, es un contundente ejemplo del diálogo entre “literatura” y “realidad”. Fernández Galeano, historiador interesado en reconstruir las trayectorias de sujetos disidentes en España y Latinoamérica a lo largo del siglo XX, tuvo acceso al extraordinario archivo del escritor ítalo-mexicano Carlo Cóccioli (1920-2003), quien protagonizó un sonado escándalo, en 1952, al publicar, en Francia, la novela de temática homosexual Fabrizio Lupo. De hecho, la polémica motivó la mudanza de Cóccioli a México, donde la novela se tradujo al español al año siguiente y le granjeó numerosos lectores interesados por el modo en que reconciliaba la experiencia homosexual con la religiosidad católica. Pese al desenlace trágico, Fabrizio Lupo tuvo un impacto que la correspondencia analizada por Fernández Galeano no hace más que confirmar.

Los lectores de clase media y alta que se comunicaron con el escritor italiano a raíz de la lectura de su novela se alineaban con la tendencia homófila en boga en aquella época, que reivindicaba una defensa de la homosexualidad “masculina” frente al afeminamiento y la promiscuidad característicos de la expresión del homoerotismo entre las clases populares. Las cartas estudiadas muestran vivencias antitéticas: de un lado, una identificación con el sesgo trágico de la novela de Cóccioli que llevaron a pensar en el suicidio, o incluso a entender los propios impulsos suicidas según el marco elaborado por el autor; del otro, el reconocimiento de una experiencia compartida que, pese a sus aspectos negativos, condujo a muchos homosexuales a afirmarse a sí mismos y buscar el placer. Aunque los admiradores “entendidos” de Fabrizio Lupo evitaban la visibilidad que luego se asociaría al orgullo gay, asumieron positivamente su sexualidad a partir de la resignificación del imaginario católico promovido por Cóccioli, favorecidos también por una pertenencia de clase y un estatus educativo que los dotaba de mayores recursos para hacer frente a la vergüenza de una identidad socialmente condenada.         

Santiago Joaquín Insausti combina la perspectiva histórica con la sociológica en “Una historia del orgullo gay en Argentina, 1940-1980”, donde analiza el surgimiento de la política del orgullo gay en ese país. Se concentra, para ello, en diversos materiales como prensa, literatura médica, documentos político-administrativos, tratados penitenciarios y egodocumentos. Su objetivo consiste en mostrar que los homosexuales y transexuales se aliaron estratégicamente, a principios de la década de 1960, con los médicos que consideraban la homosexualidad como una enfermedad. Para lxs lectorxs de hoy puede parecer curioso, pero lo que se pretendía era criticar la criminalización, pues hasta la fecha la homosexualidad era considerada un crimen. Dado que estos sujetos deseaban evitar la persecución y los arrestos, la patologización constituía una alternativa “positiva” para quienes sólo tenían como horizonte la cárcel. Un ejemplo de ello son los discursos de la lástima articulados en “Nuestro Mundo”, la primera organización de activismo homosexual latinoamericana, surgida en Buenos Aires entre 1967 y 1971. La aceptación estratégica de la patologización y el discurso de la lástima cambiaron a partir de los años de 1970 con el surgimiento de los movimientos gais, en particular el Frente de Liberación Homosexual (1971-1976), pues los activistas empezaron a buscar la despatologización de la homosexualidad y afirmaron su deseo reivindicando el concepto de orgullo y de goce: se hablaba de “orgullo homosexual” y de “devolver a los homosexuales el gusto por la vida”. Insausti analiza el surgimiento de esas reivindicaciones y el modo como se alejaron del discurso patologizante y vergonzante que había imperado hasta ese momento.

Una de las experiencias que contribuyó a intensificar el sentimiento de la vergüenza entre las comunidades gais fue, sin lugar a dudas, la pandemia del VIH/sida iniciada a comienzos de la década de 1980. En “La poética del tergiversar en Poesida de Abigael Bohórquez: restituir la dignidad y destituir la vergüenza frente a la pandemia de VIH/sida”, César Cañedo analiza un poemario excepcional que buscó confrontar los discursos estigmatizantes que circularon en México –como en tantos otros países latinoamericanos– con el objetivo de culpar y avergonzar a los sujetos homosexuales por la propagación de la enfermedad. Cañedo recupera a un autor y un texto marginados en el campo literario mexicano y explora lo que denomina una “poética del tergiversar”, que permite a Bohórquez elaborar un discurso poético disidente tanto con la tradición lírica como con los discursos sociales y políticos de la época.

En las antípodas de los “entendidos” que escribían a Cóccioli en los años de 1950 y 1960, Poesida (1996) despliega una lengua combativa que aspira a devolver al discurso heteronormativo la vergüenza que este endilgó a la comunidad homosexual, afirmando que el VIH/sida constituía una suerte de “castigo” por conductas sexuales peligrosas e inadecuadas. El libro póstumo de Bohórquez constituye, para Cañedo, un testimonio contestatario que, si bien no vuelca la vivencia personal del poeta, da cuenta de la experiencia de muchos de sus amigos y conocidos. La primera persona empleada asume el compromiso de hablar en nombre de toda una comunidad, no sólo para denunciar la homofobia y la estigmatización, sino también para defender las prácticas sexuales gozosas que muchos discursos coetáneos emplazaron en el terreno de la inmoralidad. Al tergiversar esa mirada y las tradiciones poéticas previas, hispánicas y extranjeras, Bohórquez consigue articular una resistencia y devolver la dignidad a las víctimas de una pandemia desoladora, especialmente a aquellos doblemente excluidos, por su orientación sexual y por su transgresión de las normas de género (afeminados, “vestidas”, travestis).

La homofobia y la estigmatización asumen perfiles particularmente virulentos en las regiones rurales. En su artículo “Vergüenza y orgullo en varones gais en México”, Mauricio List Reyes explora las estrategias para hacer frente a ese tipo de discriminación. Su investigación parte de entrevistas realizadas a hombres mexicanos homosexuales que vivieron su infancia y su adolescencia en pequeñas localidades rurales. El objetivo radica en analizar cómo ocultaron su orientación sexual mientras vivían en un ambiente homofóbico. Las emociones que caracterizan a la mayoría de los entrevistados jóvenes acerca de su orientación sexual son la vergüenza y el miedo, en un contexto más bien conservador y adverso a todo tipo de disidencia sexual. Además, la vergüenza se acentúa de acuerdo con el estatus social.

El autor señala la importancia de salir de la localidad para poder vivir una vida sexual más placentera y alejada de la vergüenza y del control familiar y social, corroborando de esa manera la hipótesis de que el espacio urbano resulta más amable con los sujetos sexodisidentes. Se trata de evitar la “mirada que descubra la transgresión a la heterosexualidad” y la transgresión a la masculinidad, cuando no simplemente de huir de la violencia (familiar, escolar, laboral, vecinal, social en general). El relativo anonimato que confiere una capital es beneficioso para los varones gais que provienen del mundo rural. Tras esta primera etapa de la huida a la ciudad, List Reyes destaca la importancia de la visibilización y las estrategias colectivas que tratan de cambiar la vergüenza en orgullo para obtener nuevos derechos. En este sentido, subraya los elementos particulares que caracterizan la experiencia de varones gais mexicanos originarios del campo, para quienes la clase social o el color de piel pueden constituir un factor de exclusión añadido.

Manuel Méndez, en “La corona de Patricio. Vivir con VIH: encarnar la enfermedad, corporeizar la homosexualidad”, emplea una metodología cualitativa en la que, a partir de registros etnográficos y varias entrevistas realizadas a un varón gay mexicano de una pequeña localidad de Puebla, México, analiza sus afectos y estrategias frente a la discriminación por orientación sexual, enfatizando otros estigmas sociales como vivir con VIH y “vestirse de mujer”. Méndez traza la trayectoria de vida de “Patricio” desde la infancia y el ambiente familiar homofóbico, pasando por el diagnóstico de VIH y los prejuicios que conlleva, hasta las estrategias de cuidado y autocuidado llevadas a cabo ante la estigmatización social de la enfermedad. Además, destaca que el estigma viene acompañado de dificultades económicas para acudir al centro médico así como distintos insultos y violencia física. Ante las múltiples discriminaciones, el entrevistado ha podido construir, sin embargo, redes afectivas y espacios de contención sin miedo, como los antros o los concursos de belleza latina gay, donde se siente protegido por la comunidad LGBT a la que considera como “familia”. Ello representa un paso importante para repensar cómo ocurren los procesos de transformación subjetiva que se dan entre la vergüenza y el orgullo.

Víctor Saúl Villegas, en “Orgullo y libertad frente al sistema heteronormativo: una representación del sujeto disidente en Antes que anochezca (1992) de Reinaldo Arenas”, pone el foco en la famosa autobiografía del escritor cubano, publicada dos años después de su muerte a consecuencia del VIH/sida. Como muchos hombres gais de su generación, el joven Arenas sintió vergüenza por sus deseos homoeróticos, alejados de las normas sexuales establecidas, pero a su vez fue testigo de la hipocresía del sistema cubano revolucionario a partir de los años de 1960 porque, a pesar de las normas antihomosexuales entonces vigentes, existía un mundo gay subterráneo –y a veces no tan subterráneo– bastante desarrollado en distintos puntos de La Habana. Más adelante, el autor transforma la vergüenza impuesta en estigma elegido, pues se muestra orgulloso de ser tanto un disidente del régimen político como un disidente de los parámetros de género y sexualidad. Afirma estar orgulloso de ser una “loca promiscua” y pasiva, al igual que muchos revolucionarios, a pesar de la estigmatización de la pasividad. La concepción del orgullo de Arenas pasa por la “exaltación de una sexualidad anal”, considerada vergonzosa por la sociedad en general.

Villegas da cuenta de cómo la experiencia de Arenas se emplaza en el sistema de deseo mediterráneo propio de América Latina, que se diferencia del sistema homo/heterosexual occidental, pues opone la figura de un varón a priori no homosexual, que desempeña el rol activo, a otro que sí se reconoce como tal y que asume la posición pasiva. El investigador plantea incluso la existencia de un “orgullo pasivo”, ratificando que el eje activo/pasivo sería más significativo en la Cuba de Reinaldo Arenas que el sistema homo/hetero en el mundo occidental por la misma época. En definitiva, la autobiografía del cubano demostraría una ética sexual y artística basada en el orgullo de la disidencia sexual y política frente a un sistema heteronormativo opresor. Se inserta así en la tradición latinoamericana de la “loca” junto a otros autores como Salvador Novo, Pedro Lemebel o Manuel Puig.

El dossier concluye con el trabajo de Laura Martínez Català “Música, alma, sexo. La autobiografía de Ricky Martin dentro del binomio vergüenza/orgullo”, centrado en un testimonio mucho más reciente, que ofrece un interesante contraste con el de Arenas: el del cantante puertorriqueño Ricky Martin (1971), publicado en 2010, año en que el artista salió oficialmente del armario tras años de especulaciones. El proceso vital de Martin es parecido al de la mayoría de los gais, pues vivió con el estigma de la vergüenza impuesta durante la mayor parte de su vida. Martínez Català estudia al respecto los discursos de rechazo generales y aquellos específicos por tratarse de una figura pública con millones de seguidoras/es en todo el mundo. Al principio de su carrera, la homosexualidad del cantante era vista como un obstáculo, mientras que en la segunda década de los 2000 se empezó a pensar en términos diferentes. Martin tomó la decisión de visibilizarse a partir de un proceso de aceptación en el que incidieron varios factores, como la espiritualidad, la familia, la paternidad y la filantropía, entre otros.

Aunque la salida del armario como estrategia clave de los movimientos LGBT desde los años de 1970 constituye un hecho positivo a nivel colectivo, ello no fue posible en el caso de Enrique Martín Morales, verdadero nombre de Ricky Martin, pues se crió en San Juan de Puerto Rico en una familia tradicional y católica y se vio obligado a silenciar sus deseos considerados entonces como desviados. Durante su carrera como cantante, se le veía como un “ídolo latino” con todas las características de la masculinidad hegemónica y, por lo tanto, declararse gay implicaba arriesgarse a perder ese estatus, con todo lo que ello conllevaría tanto a nivel social como familiar y artístico. La salida del armario ha ido cambiando con el tiempo hasta convertirse en un valor positivo de aceptación frente a los actos de odio que siguen ocurriendo con lamentable regularidad. La autobiografía de Martin ilustró este cambio y pudo ejercer influencia, de hecho, en la actitud de artistas posteriores que se han declarado gais, lesbianas, queer o no binaries al inicio de sus carreras. Los posibles beneficios económicos asociados con la pertenencia al colectivo LGTBIQ+ (convertido ahora en nicho de mercado) no disminuye el valor que el gesto “orgulloso” de artistas masivos como Martin puede llegar a poseer para quienes todavía hoy sufren el estigma y la discriminación por su género y/o identidad sexual.

El cierre “latinoamericano” de nuestro dossier marca una ligera diferencia con respecto a la primera parte, centrada en España. Las realidades y textualidades analizadas enfatizan de manera más intensa el componente “orgulloso”: para sobrevivir, gracias a la literatura, en un ambiente hostil a la disidencia (Fernández Galeano); para hacer frente a la criminalización y organizarse políticamente (Insausti); para responder a los discursos literarios y sociales que inocularon la vergüenza en las víctimas de la pandemia de VIH/sida (Cañedo); para vencer el estigma en regiones rurales más opresivas en relación con el género y la sexualidad normativas (List Reyes y Méndez); para desafiar un régimen político conservador e hipócrita (Villegas); para derrotar los prejuicios en el campo de la cultura popular (Martínez Català). Los distintos contextos muestran la agencia de sujetos gais que sufren la vergüenza pero desarrollan distintas estrategias para salir de ella y transformarla. En Reflexiones sobre la cuestión gay, Didier Eribon afirmaba que la injuria contra los gais es un veredicto, “una sentencia casi definitiva, una condena a cadena perpetua, y con la que habrá que vivir” (30). Los artículos aquí reunidos presentan modos muy heterogéneos de revertir ese veredicto. Sin negar la vergüenza, afirman que existen otros modos de vivir y de relacionarse, pese a los estigmas y prejuicios que siguen a la orden del día.

Referencias bibliográficas

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  11. Novo, Salvador. “Las locas y la Inquisición”. Las locas, el sexo y los burdeles. Ciudad de México, Editorial Diana, 1979, pp. 11-16.
  12. Valencia, Sayak. “Del Queer al Cuir: ostranénie geopolítica y epistémica desde el sur g-local”. Queer & Cuir. Políticas de lo irreal, 2015, pp. 19-37.
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Notas

[1] Este trabajo forma parte del proyecto de investigación “Memorias de las masculinidades disidentes en España e Hispanoamérica” (PID2019-106083GB-I00) del Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España.

[2] Aunque, en sentido estricto, Cuba y Puerto Rico pertenecen a la América insular o el Caribe, se consideran países latinoamericanos en la medida en que en ellos se habla una lengua, como el español, derivada del latín.