https://doi.org/10.19137/anclajes-2023-2738
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Rodríguez Gutiérrez, Milena. “Roque Dalton y Praga: Taberna y otros lugares o la perspectiva desacralizadora en la literatura comunista mundial”. Anclajes, vol. XXVII, n.° 3, septiembre-diciembre 2023, pp. 117-132.
DOSSIER
Roque Dalton y Praga: Taberna y otros lugares o la perspectiva desacralizadora en la literatura comunista mundial[1]
Roque Dalton and Prague: Taberna y otros lugares or the desacralizing perspective in world communist literature
Roque Dalton e Praga: Taberna e outros lugares ou a perspectiva dessacralizante na literatura comunista mundial
Milena Rodríguez Gutiérrez
Universidad de Granada
España
ORCID: 0000-0003-2168-4985
Resumen: El principal viaje del escritor salvadoreño Roque Dalton a Europa del Este se produjo en 1966 y tuvo como destino Praga. Esa experiencia se plasmó en el poemario Taberna y otros lugares. (1969). El volumen analizado constituye un testimonio de imaginación sobre Praga y sobre la República Socialista Checoslovaca, en el contexto socio-político de la Guerra Fría. El libro forma parte de la denominada “literatura comunista mundial”, pero adopta, sin embargo, una perspectiva crítica y desacralizadora dentro de esta literatura.
Palabras claves: Roque Dalton; Praga; crítica literaria; Guerra Fría; siglo XX
Abstract: The main trip of the Salvadoran writer Roque Dalton to Eastern Europe took place in 1966 and was destined for Prague. That experience was captured in the collection of poems Taberna y otros lugares (1969). The volume analyzed as constitutes a testimony of imagination about Prague and about the Czechoslovak Socialist Republic in the socio-political context of the Cold War. The book is part of the so-called "world communist literature", but it nevertheless adopts a critical and desacralizing perspective within this literature.
Keywords: Roque Dalton; Prague; Literary criticism; Cold War; Twentieth Century
Resumo: A principal viagem do escritor salvadorenho Roque Dalton ao Leste Europeu ocorreu em 1966 e teve como destino Praga. Essa experiência foi captada na coletânea de poemas Taberna y otros lugares (1969). O volume analisado constitui um testemunho da imaginação sobre Praga e sobre a República Socialista da Checoslováquia no contexto sócio-político da Guerra Fria. O livro faz parte da chamada "literatura comunista mundial", mas mesmo assim adota uma perspectiva crítica e dessacralizadora dentro dessa literatura.
Palavras chaves: Roque Dalton; Praga; Crítica literária; Guerra Fria; Século XX
Fecha de recepción: 21-4-2023 | Fecha de aceptación: 12-6-2023
Roque Dalton y la literatura comunista mundial
El poeta Roque Dalton (San Salvador, 1935-1975) es uno de los referentes de la literatura latinoamericana mundial, definida por Gustavo Guerrero como la literatura que con algún tipo de impronta identificable como latinoamericana encuentra una recepción en horizontes de mayor o menor alcance global” (Guerrero et al. 5). Dalton era miembro de la llamada Generación Comprometida salvadoreña, pero, como escribía Elena Poniatowska en su prólogo a Un libro levemente odioso, es un “hombre-puente” (13) en América Latina, porque su voz “va de un lado a otro”, porque “galopa con su corazón de plátano dorado de El Salvador a Nicaragua a Cuba a México a Honduras” (13). Y añadía en ese texto de 1988, porque “sus ideas son lazos que nos integran a pesar de estar tan bestialmente desintegrados. Porque la unidad hispanoamericana aún no existe y somos países que no nos importamos” (13-14). Podrían añadirse otros motivos que proyectan a Roque Dalton hacia la mundialidad; en él galopan poetas anteriores de la literatura en lengua española mundial: el peregrinaje vital y el conflicto entre escritura y acción revolucionaria de Martí; la marca de la cárcel y aún el apaleamiento de Vallejo; el asesinato (aún más terrible, si cabe) de Lorca[2].
Los años en que Roque Dalton escribe, los sesenta, son esos en los que, al decir de Fernández Retamar, puede hablarse propiamente de “una entrada de la literatura latinoamericana en el mundo, de su articulación orgánica con la literatura universal” (223)[3]. Como señalan numerosos críticos y estudiosos, será el triunfo de la Revolución cubana el acontecimiento medular en esos años, que potenciará la atención hacia la literatura latinoamericana[4]. En los sesenta comenzará también, en la práctica, para América Latina, la Guerra Fría, teniendo una vez más como centro la Revolución cubana, tal como ha afirmado Jean Franco (2003), y confirman muchos otros investigadores[5]. Roque Dalton es, así, un autor que se ubica dentro del período de la Guerra Fría; un escritor identificado con la ideología comunista y, en los sesenta, con los principios e ideas de la Revolución cubana, país que fue para él una segunda patria[6]. De este modo, Roque Dalton no es solo un referente de la literatura latinoamericana mundial. Su figura y su obra pueden ser asimismo inscritas dentro de esa que Jorge Locane ha nombrado en fechas muy recientes como “literatura comunista mundial” (203). Para Locane, esta literatura “estaría conformada por la literatura internacional en circulación en el mundo comunista, independientemente de que su línea estética pueda ser clasificable como real-socialista o no” (203)[7].
En este artículo pretendemos abordar a Roque Dalton como representante o referente de esta “literatura comunista mundial” que, en este caso, es también transatlántica desde su origen, pues se constituye y se configura como literatura, no desde el propio país de origen del autor ni desde América Latina, sino desde la traslación geográfica, desde el contacto directo y la fricción[8] con los países socialistas de Europa del Este. Para ello, proponemos acercarnos al que fuera el principal viaje de Dalton a Europa del Este, su viaje a Praga, y a la plasmación fundamental del mismo en su escritura, el poemario Taberna y otros lugares, publicado en 1969. Como afirma Albuquerque al referirse a los viajes de los intelectuales latinoamericanos a los países del bloque del Este en La trinchera letrada. Intelectuales latinoamericanos y Guerra Fría (2011), “los intelectuales emiten un mensaje no escrito ni hablado al viajar; es otra forma de expresarse que puede ser tan asertiva como la convencional” (62); y añade: “en el plano discursivo serán fundamentales las ideas que el intelectual revela acerca del viaje, sus opiniones, impresiones, conclusiones” (63). Nos interesa, de este modo, el “mensaje” que “emite” este viaje de Dalton a Praga, así como las opiniones, impresiones, valoraciones, que podemos obtener sobre el mismo tras la lectura y el análisis de Taberna.
El viaje a Praga
En el estudio Las relaciones entre Checoslovaquia y América Latina 1945–1989 en los archivos de la República Checa, sus autores refieren cómo: “En la primera mitad de los sesenta creció en Checoslovaquia el interés por los acontecimientos en América Latina, acompañado por las consideraciones sobre las posibilidades del fortalecimiento de los contactos con toda la región o al menos con algunas de sus partes” (Opatrný et al 11).
Aunque el triunfo de la Revolución Cubana fue un hecho que despertó y aumentó el interés hacia la región latinoamericana por parte de los países del bloque soviético, es cierto también que esta circunstancia tuvo consecuencias en sentido contrario. Es el caso de América Central, y de El Salvador, que en 1963 impuso un embargo comercial a los países de Europa del Este “como parte de las medidas anticubanas” (Opatrný et al. 272). En los países centroamericanos se creó además una ley que prohibía a sus ciudadanos viajar a los países del bloque soviético[9].
A pesar de esta ley, Checoslovaquia mantuvo “relaciones clandestinas” (272) con los miembros de los Partidos Comunistas de los países de Centroamérica. Gracias a estas relaciones, Dalton pudo viajar a Praga en 1966[10], enviado como delegado del Partido Comunista de El Salvador, del que era miembro[11], a la redacción de la Revista Internacional (Problemas de la paz y el socialismo): revista teórica y de información de los partidos comunistas y obreros (Zourek, La visión 20-21). Pero el viaje a Praga fue, en realidad, parte del exilio del escritor, que había comenzado en México en 1961, y continuó en Cuba, donde residió durante un año desde 1962 (Alvarenga 2004).
La Revista Internacional, cuya sede estaba en la capital de Checoslovaquia, era una publicación fundamental dentro del campo intelectual de los países del bloque soviético; intentaba ser “el foro de debate que formara e informara a cuadros y militantes comunistas” (Zourek, La Revista 101-102) y supuso “un vínculo importante entre los partidos comunistas a través de los continentes” (101)[12].
Dalton permaneció en Praga alrededor de un año, hasta 1967, como miembro del Consejo de redacción de la Revista, el cual tenía una función más política que periodística y se encargaba de revisar los artículos enviados a la redacción. Roque no era, exactamente, representante sino “referente” de su Partido (Zourek, La Revista 111-112); es decir, era más bien un colaborador, por lo que tenía voz en la publicación, pero no voto, y su salario era también “sustancialmente menor al de los representantes plenos” (Arias 40).
Señala Zourek que “es evidente que Roque Dalton no se sentía muy cómodo en el ambiente de una revista de carácter prosoviético” (La Revista 111) y cita en este sentido las palabras de su amigo José Manuel Fortuny, delegado guatemalteco en la Revista, recogidas en el libro José Manuel Fortuny, un comunista guatemalteco, de Marco Antonio Flores (1994), que reproducimos por su interés:
Roque, al parecer, no estaba familiarizado con ese tipo de artículos y evidentemente aquello le aburría, además no podía manejarlo, porque el conocimiento marxista de Roque era elemental. Todo lo que había asimilado en Cuba era la literatura revolucionaria que allá se difundía y que giraba alrededor de los discursos de Fidel, del Che Guevara, alrededor de la obra de Ernesto Guevara, es decir, toda la cuestión de guerrillas, la teoría del foco. Eso Roque se lo sabía de pé a pá, Roque, en la revista estaba fuera de contexto. (Zourek, La Revista 111)[13]
También su amigo Jorge Arias, quien coincidió con el poeta en Praga en 1966, donde permaneció durante cinco meses, habla del “desencanto” del poeta con el Partido Comunista Salvadoreño, y de que, en estas fechas, y aunque no se lo comunicó, tenía ya tomada la decisión de separarse de sus filas (20). En el mes de abril de 1967, Dalton va a renunciar a su cargo en la revista (Zourek, La visión) y regresará a Cuba[14].
La escritura: Taberna y otros lugares y la perspectiva desacralizadora en la literatura comunista mundial
Aunque existen otros documentos relacionados con este viaje a Praga, el poemario Taberna y otros lugares es, sin duda, el documento fundamental para el desciframiento del “mensaje” sobre este viaje de Dalton[15].
El poemario, que obtuvo en 1969 el Premio Casa de las Américas, que lo proyectó hacia el canon de la poesía latinoamericana, se inserta de lleno dentro de la “literatura comunista mundial”, literatura comunista mundial transatlántica, como ya hemos indicado. Escriben Opatrný et al. que el libro “constituye un testimonio de sus ideas [las de Dalton] sobre la vida en Checoslovaquia y el movimiento comunista internacional pocos meses antes del inicio de la Primavera de Praga” (272).
Dentro de este campo literario, el libro de Dalton podría ser colocado dentro de la serie de los testimonios de viajes de escritores latinoamericanos a Checoslovaquia. Zourek destaca varios en el período de 1948 a 1968, como el libro de Jorge Amado, El mundo de la paz, o ciertos artículos de Nicolás Guillén y de Eduardo Galeano, o los reportajes periodísticos de García Márquez.
Sería necesario matizar, sin embargo, que ese testimonio que es Taberna no puede ser leído como un testimonio más, pues hablamos de un libro de poemas y, como ha señalado Bourdieu, los acontecimientos sociales afectan al campo intelectual “según una lógica específica” (182); es decir, estos acontecimientos van a influir sin duda en el campo intelectual, pero este, mediante el proyecto creador (un proyecto creador muy singular, sin duda, en este libro) va a efectuar “una conversión de sentido y de valor al transmutarlos en objetos de reflexión y de imaginación” (182). Llamativamente, el propio Dalton había señalado en 1963, unos años antes de la publicación de Taberna, en su artículo “Poesía y militancia en América Latina”, publicado en la Revista Casa de las Américas, ciertas distinciones entre su labor como militante del Partido Comunista y su labor como poeta, que están en consonancia con lo apuntado por Bourdieu; escribía Dalton:
He dicho que soy un poeta que en lo referente a la militancia política, actúo dentro de las filas del Partido Comunista. Pero este hecho indica solamente que existe en mí una preocupación social, al tiempo que evidencia el contacto directo con la organización que en forma más satisfactoria interpreta los fenómenos sociales. De todo ello me nace una responsabilidad ante la lucha de los hombres. Mas esta responsabilidad la cumplo principalmente en el trabajo específico del Partido, en las acciones concretas de la Revolución. Mi poesía, además de salvar esa responsabilidad con sus medios particulares, persigue otros fines, se convierte en otra cosa diferente a un mero instrumento ético, desde que la fuerza de la imaginación, entre otras cosas, interviene. (Alvarenga, Roque 87)
A pesar de ser un testimonio singular, de imaginación, Zourek afirma sobre el poemario: “probablemente ninguna obra capte mejor la perspectiva crítica frente a Checoslovaquia, compartida a su vez por varios representantes de la izquierda radical en la segunda mitad de los sesenta que el libro Taberna y otros lugares” (La visión 20).
La “perspectiva crítica” la subraya el propio poeta en una famosa entrevista que le hiciera Mario Benedetti, publicada en el semanario Marcha en 1969, poco después de recibir el premio Casa de las Américas. Allí, Roque Dalton decía que Taberna “plantea y acentúa la expresión política, llevando así el conflicto a lo ideológico, y rompiendo con una serie de estructuras caducas del movimiento revolucionario en el que de algún modo estoy inmerso” (Benedetti 114-115). En este sentido, resaltaba en la entrevista que el primer título del poemario fue precisamente Poemas problemas, título que aludía a que el libro lo conforman “poemas que, al sumergirse en la lucha ideológica, se convertían ellos mismos en problemas” (115); aunque es probable que este primer título del poemario fuera además un guiño al de la propia Revista Internacional y a los propios problemas que Dalton tuvo en ella[16].
En este libro, Dalton va a llevar a cabo algo parecido a lo que ya había comenzado a hacer en poemarios anteriores:
Favorece la introducción en “lo político” de elementos relegados al nivel subconsciente: los temores y angustias, las impotencias, los deseos imposibles con sus fantasmas, etc., elementos que demasiado a menudo son considerados no tener un lugar en el discurso tradicionalmente racional, científico y consciente que se emplea para hablar de las cosas serias. (Ostergaard 45)
Pero en Taberna, estos elementos afectan al sujeto político, al revolucionario, en un contexto concreto y específico: la Praga comunista que es, así, en gran medida, generadora o propiciadora de muchos de estos miedos y angustias, o deseos imposibles e impotencias; pero, además, en el libro “la ambigüedad del revolucionario, sus dudas, sus interrogaciones, sus miedos” (Fabry s/p), no están solamente encarnadas en el sujeto poético-revolucionario, sino que se trasladan a diversos personajes, en especial a los jóvenes de esta sociedad, lo cual nos transmite una visión sobre un sentir social; es decir, se presenta una sociedad, un país, un sistema, marcados por ellos. Asimismo ― y esta circunstancia es también muy relevante y se observa de manera muy intensa en “Taberna”, el poema que da título y cierra el libro―, el poemario se sitúa en un lugar de enunciación que apuesta por el distanciamiento frente a estas conductas narradas, por no introducir opiniones ni juicios sobre ciertas ideas o conductas presentadas, con el propósito de tratar el material como lo haría un sociólogo, con “una rigurosa objetividad” (Dalton, en Benedetti 116)[17]. Taberna encarna, de este modo, la perspectiva crítica sobre la construcción del socialismo en la República Socialista de Checoslovaquia y, por extensión, sobre el socialismo institucionalizado en los países de Europa del Este, dentro de la literatura comunista mundial. Pero, incluso, podríamos decir que Taberna va más allá de la perspectiva crítica, encarnando la perspectiva desmitificadora, desacralizadora y aun irreverente dentro de esta literatura.
Llama la atención el propio lugar elegido por Dalton para simbolizar Praga y la Checoslovaquia socialista en el libro; un lugar que supone ya una posición desacralizadora, o que representa el “espíritu desacralizador” del poeta (Lara Martínez 8): la taberna U Flekù; un lugar real, que data de 1459 y sin duda emblemático de la ciudad, pero una cervecería. “Hay en Praga una taberna muy famosa, una cervecería que data del siglo XIII, llamada Ufleku (sic), donde se reúne la juventud checa a beber cerveza y a conversar; también concurren muchos extranjeros residentes en Praga”, decía Dalton en la entrevista con Benedetti (115); es decir, se trata de un sitio para el ocio, para beber, tocar música, bailar; un lugar de “sana alegría” (Arias 26), según lo describe Arias, que lo conoció junto a Dalton; un lugar, también, cosmopolita: “el cosmopolitismo de U Flekù tenía un poderoso e irrechazable atractivo para Roque”, sigue diciendo Arias (26).
No aparece en el poemario ninguno de los tópicos de esta literatura comunista mundial sobre Checoslovaquia construidos en otros testimonios; así, los tópicos referidos a la supuesta justicia social o a las condiciones de los trabajadores, o al bienestar de los niños, o a los logros tecnológicos; tampoco hay alusiones a las bellezas arquitectónicas de Praga, al protagonismo de la cultura o a la gran cantidad de librerías de la ciudad. De los diversos testimonios de escritores latinoamericanos sobre Checoslovaquia recogidos por Zourek, el de Roque Dalton solo haría serie, hasta cierto punto, con los reportajes de García Márquez escritos en 1957, quien “se interesaba en lugares relacionados con el ocio, como los bares y cabarés” (Zourek, La visión 16), pero, a diferencia de Dalton, García Márquez no era miembro del Partido Comunista.
La ciudad de Praga cobra protagonismo en Taberna en la quinta y última parte, titulada “La historia” y subtitulada “Escrito en Praga”.
Habría que señalar, sin embargo, que antes, en la cuarta parte del poemario, titulada “Seis poemas en prosa”, hallamos el poema “Con palabras”, dedicado al poeta chileno Enrique Lihn, que contiene cuestionamientos al régimen soviético y a la figura de Stalin y donde se habla de “el naufragio-entre-témpanos de la Internacional” (88). Esta crítica al socialismo soviético y al stalinismo, un sistema donde podemos entender que imperan, según el poeta, “las cuasipalabras”, “las antipalabras”, “las palabras degeneradas” y las “palabras muertas” (88), anticipa la de “La historia”, que se plantea de manera más indirecta y mucho más compleja.
Se trata de quince poemas ambientados en la ciudad checoslovaca, tal como se desprende de las referencias a nombres de plazas, como la célebre Venceslao (Vaslavski Namiesti), a calles de la ciudad (Na Prikope y Thákurova), a barrios (Holesovice, Malá Straná), a escritores como Kafka, o a la propia taberna U flekù a la que alude el título del libro. Son poemas de temáticas diversas; están los explícitamente políticos (“Sobre dolores de cabeza”, “Revisionismo”, “Decires”), los reflexivo-filosóficos (“La cabeza contra el muro”, “Los jóvenes”, “La lucha de contrarios, pero”); los poemas de amor (“Tragedia no precisamente optimista”, “Historia de un amor”); los existenciales (“Lo moderno”); o los sociológicos (“Primavera en Jevani”, “Taberna”).
La ironía es uno de los rasgos predominantes en “La historia”; una ironía que atraviesa gran parte de los poemas, y que, a menudo, será también desacralizadora; como en “Sobre dolores de cabeza”, que se abre con el verso: “Es bello ser comunista / aunque cause muchos dolores de cabeza” (Dalton, Taberna 96), y también: “En la construcción socialista / planificamos el dolor de cabeza / lo cual no lo hace escasear / sino todo lo contrario” (96) y donde “el comunismo será, entre otras cosas / una aspirina del tamaño del sol” (96). Encontramos también cierta posición de rechazo, y desmitificadora, hacia “el futuro”, emblema del optimismo científico de los países socialistas, colocando, en su lugar, el presente, el aquí y ahora, como en “Los jóvenes”, escrito en primera persona del plural: “Nos proponen el futuro y nosotros nos defendemos del futuro / como de un murciélago que nos azotase la cara” (95). En este mismo poema se contrapone el laberinto a la dialéctica, apelando a una complejidad mayor, y aún más, a la incertidumbre: “Alguien nos propone la dialéctica / y nosotros sólo escuchamos un pregón en favor de los laberintos / que nos pide olvidar los hilos salvadores de Ariadna” (95).
La desacralización unida a la irreverencia se manifiesta en varios poemas; de manera agudizada en el poema en prosa titulado con ironía: “Tragedia no precisamente optimista”, que deconstruye en clave de choteo, para decirlo en términos del cubano Jorge Mañach[18], diversos tópicos comunistas: el hacer de la propia Revista Internacional, las relaciones amorosas entre camaradas, o las prioridades vitales del militante comunista. El poema narra una relación amorosa frustrada que se desarrolla en el edificio de la sede de la Revista Internacional, donde “la dulce carita de nuestra camarada rumana, digo, de la camarada-funcionario del Partido-Comunista-Rumano” (100) va a ser, para el sujeto-poético / militante comunista, “lo más deseable de ver, cada día” (100) y donde la repentina “preñez” de la camarada se convierte en signo de la imposibilidad amorosa, produciendo la frustración en el sujeto/ militante que describe su vivencia en los siguientes términos: “Ayer me he asomado a la ventana para ver los cerezos de la colina cercana y he visto que a mi sombra le crecía por la cabeza una incontrolable cornamenta de ciervo” (100), para concluir con desparpajo: “Todo esto es muy duro para un soldado de la Revolución” (100).
Otro momento particularmente irreverente se produce en el poema “El ser social determina la conciencia social”, a través del recurso de la yuxtaposición. Con desfachatez, sin jerarquías ni transiciones, al verso que hace referencia a las oraciones de “los oradores del VII Congreso de la Internacional” (105), se adiciona la siguiente reflexión subjetiva del sujeto poético/ militante revolucionario y comunista: “pronto necesitaré anteojos / y unos masajes para reducir la barriga / pues mi figura actual no da mayor decoro / niega respaldo a mi famosa fuga de la cárcel” (105); se colocan, de este modo, al mismo nivel, ambas situaciones: las sagradas oraciones de los militantes comunistas y las banales y pequeño burguesas preocupaciones del sujeto poético-revolucionario.
El largo poema en cinco partes, casi mini o nanovela, “Historia de un amor”, continúa la línea de la ironía y la desacralización; concebido desde el espacio íntimo, amoroso. El poema narra el encuentro, la boda, la vida en común, el paso del tiempo y la ruptura de dos personajes de culturas diferentes, el latinoamericano y la checa. Dos personajes que al comienzo son presentados como iguales, dos camaradas, “hijos del pueblo, comunistas los dos” (II. “Escrito en una servilleta” 109), y que, gracias al matrimonio “cada uno es un camarada / multiplicado por dos” (109). Con el paso de los años aflorarán, sin embargo, las diferencias, y escucharemos decir a ella las siguientes palabras, acaso una de las críticas más corrosivas del libro sobre el socialismo checoslovaco:
¿El socialismo? No está mal:
aun los más pobres
tenemos tostadores de pan,
televisor, medias francesas,
buenos zapatos, mejor olla,
ropas de moda recién pasada en París,
vacaciones pagadas, refrigeradora,
aspiradora de polvo, mezcladora,
sueños muy serios con un auto pequeño
para la próxima primavera,
viajes nada ridículos
a la oficina del Turismo Extranjero.
Lo único malo es que todo ello es mejor
en Alemania Occidental. (IV. “El paso de loa años” 111)
Este fragmento tiene la estructura del chiste político socialista, que asume, además, la posición de uno de los chistes más típicos originados en los países socialistas del bloque soviético. Como escribe Abel Prieto, “una de las más poderosas tendencias en el chiste político del socialismo real, se dedica, tenazmente, a refutar [el] triunfalismo y a asociar las nociones de progreso y modernidad con el capitalismo occidental” (Prieto 19). Es lo que hace el personaje femenino de este poema, la esposa checoslovaca, que declara que todo el supuesto bienestar material de su país, aunque “no está mal”, se encuentra, sin duda, por debajo del que existe en un país capitalista como Alemania Occidental. Como respuesta a estas declaraciones, el personaje masculino, el esposo latinoamericano, plantea, irónicamente, la posibilidad de pedir el divorcio por “incompatibilidad ideológica” (Taberna IV. “El paso de los años”, 112) y propone, como capítulo final de la “guerra amorosa” (112), una salida sarcástica: arrastrarla a su país, donde él podrá ver “tus orgullosas tetas checoeslovacas / marchitándose entre los implacables volcanes” (112). La quinta y última parte del poema ofrece el contraste y el choque entre esas dos civilizaciones o culturas, que acaban descubriéndose incompatibles, o irreconciliables y, por añadidura, el poema pone también el foco crítico en las posiciones de superioridad, y en última instancia neocoloniales, que adoptan estos comunistas del Este hacia los latinoamericanos, aun cuando estos sean, como ellos, comunistas. Dice el esposo latinoamericano:
Lo peor es el telón de fondo: esa prepotencia nacional que se te sale por los poros y te captura cada palabra dicha a lo mejor tan inocentemente por la boca. Mundo de mierda, caray, el que entonces se contempla desde tu lado. Claro, ustedes son los seres que acaparan las cualidades superiores, son dramáticos, atormentados y demoniacos. Nosotros podemos, en el mejor de los casos, aspirar a ser divertidos y simpáticos. Tú y tus amigos son personajes de Kafka, yo y mis sombras vivimos en el mundo de los cómics.
Nosotros no somos capaces de ciertos clímax, aun de ciertos clímax de lo sombrío. En cambio ustedes nos califican, nos miden, pesan, hurgan. (V. “Carta” 113)
Otro poema relevante es el titulado “50 Aniversario”, poema enigmático, sombrío, que describe el brindis solitario de un hombre en el “patio trasero de su casa” (115), un hombre ya con canas, que fue un día héroe “entre miles de héroes” (115); con escasas palabras y a través de la atmósfera del poema, se describe un escenario de frustración y fracaso (el duro viento del otoño, las huellas del asco y del temor) y una leve, muy leve, luz: “En el fondo del cielo luce una estrella / que él llama esperanza” (115). Aunque el poema mantiene el enigma sobre el significado del título, podemos pensar, por el contexto y las insinuaciones del poema, y por las fechas de escritura, que acaso se trata del aniversario de la Revolución de Octubre, cuyos cincuenta aniversarios se conmemoraba en 1967.
Pero el poema central en el libro es, sin duda, “Taberna”, poema polifónico que cierra y da título al poemario; texto que lleva el subtítulo de “Conversatorio”, firmado en U fleku, en 1966 y que, según escribe Dalton en nota, “resultó del recogimiento directo de las conversaciones escuchadas al azar y sostenidas entre sí por jóvenes checoslovacos, europeo-occidentales y ―en menor número― latinoamericanos, mientras bebían cerveza en U fleku” (Taberna 117). El autor también clasificará en esta nota el texto en un curioso subgénero, un poema collage particular, “una especie de poema-objeto basado a su vez en una especie de encuesta sociológica furtiva” (117). En la entrevista con Benedetti lo califica como “una crónica de los esquemas mentales de un sector importante de la juventud checa, en los años 1966 y 1967” (Benedetti 115)
Ironía, desacralización abundan en este poema-objeto-encuesta sociológica; un poema extremadamente perturbador para los marxistas dogmáticos, que, con lucidez, Alvarenga, tomando los Pasajes de Benjamin como referencia, ha puesto en relación con la taberna baudeleriana, ese sitio donde se encuentra “la bohemia y la conspiración profesional” (Roque Dalton 178). Como escribe el crítico: “Dalton descubre que en el centro (geográfico, que no político) del socialismo real de Europa del Este, hay una Taberna que es un espacio crítico respecto de la racionalidad hegemónica” (178).
“Taberna” es un poema coral donde la polifonía se ensancha. En este poema-objeto intervienen anónimamente numerosos personajes que no son identificados, cuyas voces se mezclan sin que los lectores podamos discernir quién habla, aunque la utilización de diversas tipografías pretende recoger la amplia variedad de voces; es, también, uno de los poemas más problemáticos del libro, porque tampoco hay jerarquías en las declaraciones y porque el lugar de enunciación está oscurecido. Añadía en este sentido Dalton en la nota mencionada: “El autor solamente ordenó el material. En el conjunto de opiniones recogidas no hay ninguna que pueda atribuirse completamente al autor y por ello éste las presenta en el seno del poema sin ninguna jerarquización, ni frente a la verdad, ni frente a la bondad moral o política” (117). Y finalmente:
No es el propósito del autor intentar un planteo de soluciones a los problemas que se desprenden de la existencia de tales formas de pensamiento en una sociedad socialista. Este intento podrá encontrarse, posiblemente, en la serie de acontecimientos políticos ocurridos en los países socialistas del centro de Europa en los últimos meses. (117)[19]
“Taberna” es un poema que puede ser un problema para ciertos poderes políticos, como los stalinistas, esos que quieren saber a toda costa, como escribe Claudia Gilman, “de qué lado de lo dicho, en qué lugar de lo escrito, se encuentra el autor mismo” (70). Veamos, como breve muestra, algunos ejemplos de la problematicidad de “Taberna”: voces que parodian consignas comunistas: “BUENOS PADRES DE FAMILIA DEL MUNDO, UNÍOS! / NO TENÉIS NADA QUE PERDER, SOLO LAS GANAS DE NO HACERLO!” (119)[20]; voces que ironizan sobre el sentido del comunismo: “di que pensar en el comunismo bajo la ducha es sano / y, en el trópico al menos, refrescante” (121); voces que reclaman con sarcasmo un guía para la revolución, en concreto, el propio Dios: “Oh, Dios mío, Dios mío: / ¿por qué no tomas por tu cuenta la revolución mundial? / Excepto los obispos polacos, todo el mundo / te lo vería muy bien” (129); voces que reclaman conocimientos financieros para los comunistas: “Los comunistas deberíamos conocer de finanzas: / hacer proselitismo entre los millonarios / haría por lo menos que cada célula de barrio tuviera / piano, litografías de Dresden, aspiradora eléctrica” (131), o, por último, esa voz que lee a Trostky, con temerosa admiración:
Tengo miedo de dormir solo
con ese libro de Trotsky en la mesa de noche:
es terrible como una lámpara,
como un cubo de hielo
en el espíritu del anciano resfriado. (134)
En su artículo sobre Taberna, Oberlin lee el poemario a partir del llamado giro benjaminiano en la poesía de Dalton, planteado por estudiosos del poeta como Iffland o Alvarenga; un giro que se iniciaría precisamente con este poemario para continuar en Las historias prohibidas del pulgarcito; desde esta perspectiva, la apuesta de Dalton en el libro sería la de “una lectura de la historia” que rompe “con el Diamat soviético” (74); así, el modo de comprensión de la historia que adopta el salvadoreño “sería más similar a la de Walter Benjamin, compuesta por imágenes dialécticas, constelaciones fragmentarias que repercuten en el presente, sin una solución de continuidad” (74). Estas constelaciones fragmentarias serían las que encontraríamos en los poemas de este libro.
Como escribe Alvarenga, “la propuesta oculta en Taberna es la de un marxismo ‘abierto’, esto es, no teleológico, no determinista ni positivista. Este marxismo es ‘abierto’ por cuanto la historia se concibe como un proceso ‘abierto’, no determinado por la inevitabilidad de sus ‘leyes naturales’”. (Roque 137)
Jacqueline Loss considera a los cubanos como “intermediarios” entre el Este y el Oeste (Loss, s/p). En cierto modo, Roque Dalton puede ser visto también como “intermediario”; intermediario entre ese socialismo real, institucionalizado, del Este y la verdad que él pudo conocer sobre el mismo, y la propuesta de un nuevo socialismo, diferente y por venir para América Latina. Esa intermediación es la que intenta ofrecer Taberna. Porque para Dalton, como señalara Antonio Gramsci:
Crear una gran cultura no representa solo hacer descubrimientos individuales “originales”; también, y especialmente, significa difundir críticamente la verdad descubierta, “socializarla” por así decir, convertirla en fundamento de acción vital, en elemento de coordinación y de condición intelectual y moral. (64)
Referencias bibliográficas
[1] Este artículo se inscribe dentro del Proyecto de I + D Escritores latinoamericanos en los países socialistas europeos durante la Guerra Fría (ELASOC) (PID2020-113994GB-I00), financiado por MCIN / AEI, 10.13039/501100011033, España.
[2] La mundialidad de Dalton se constata también en las traducciones de su obra: al inglés, al ruso, al alemán, al italiano, al japonés...
[3] Retamar refiere las palabras de Roger Caillois en Le Monde en 1965: “La literatura latinoamericana será la gran literatura de mañana, como la literatura rusa fue la gran literatura de finales del siglo pasado y la norteamericana la de los años 25-40; ahora ha sonado la hora de la América Latina” (Fernández 223).
[4] Puede mencionarse la soviética Vera Kuteischikova quien escribe en 1973: “las innovaciones literarias de América Latina en la década del 50 y el 60 generalmente se relacionan con el movimiento de liberación nacional cuyo comienzo habrá que buscarlo en la Revolución Cubana” (Fernández 224). Ver también Guerrero et al (2021).
[5] Escribe Franco: “se puede argüir que la guerra fría en Latinoamérica empezó realmente con la Revolución cubana, si bien la intervención de 1954 en Guatemala le sirvió de preludio” (11). Pueden consultarse también Gilman (2003), Albuquerque (2011), o Pettinà (2018), entre otros. Sobre el golpe contra Arbenz en Guatemala en 1954, escribe Pettinà que fue “solo después del derrocamiento de Arbenz, y justamente a raíz del golpe que involucraba a la CIA, cuando la URSS tomó una posición más beligerante[ y cuando su interés hacia América Latina se hizo más definido” (87).
[6] “Dos patrias tengo yo: Cuba / y la mía”, escribió Dalton en su poema “Paráfrasis”, en alusión a “Dos patrias”, de Martí (Un libro levemente odioso 110).
[7] Locane dialoga con K. Geißler, quien propuso en los ochenta la categoría de “literatura socialista mundial”, unida al realismo socialista.
[8] “F(r)icciones culturales entre América Latina y el Bloque del Este/Balcanes durante la Guerra Fría” es precisamente el título del monográfico recientemente preparado por Gallardo-Saborido e Ilian sobre este tema para Hispanic Research Journal (2021).
[9] La prohibición también incluía a Cuba. Opatrný et al. señalan que “los pasaportes fueron sellados con una leyenda que decía: ‘No es válido para viajar a Cuba ni a los países detrás del Telón de acero’” (272); indican también que la prohibición terminó en El Salvador en 1973.
[10] El poeta ya conocía Checoslovaquia, donde había estado de paso, pues fue “su primera escala” en los países socialistas durante su viaje a la URSS en 1957 (Alvarenga, El ciervo 44).
[11] Dalton empezó a militar en el PC salvadoreño en 1957, precisamente después de su viaje a la URSS, a donde fue con un grupo de amigos estudiantes para asistir al Sexto Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes por la Paz y la Amistad. (Ver Alvarenga, El ciervo perseguido, y también Arias, para más información). Llegó a escribir un libro de poemas sobre ese viaje, que no publicó: Vengo desde la URSS amaneciendo. En la biografía de Luis Alvarenga sobre el poeta se reproduce un poema de este libro, titulado “En Kiev (Ucrania)” (Alvarenga, El ciervo 43-8).
[12] La Revista Internacional surgió como “una respuesta de las fuerzas conservadoras de las URSS a la liberación relativa que tuvo lugar en el Bloque del Este después de la muerte de Stalin” (Zourek, La Revista 101); de carácter mensual, se editó en numerosos idiomas desde 1958 hasta 1990, siendo “la lucha contra el revisionismo” en el seno de los países socialistas uno de sus principales temas (101). Para más información sobre esta publicación, consultar Michal Zourek, “La Revista Internacional”.
[13] Cabe señalar, no obstante, que hay opiniones discrepantes del testimonio de Fortuny, al menos en lo que respecta al conocimiento de Roque sobre el marxismo. Tras el asesinato de Dalton, Regis Debray se refería al poeta en los siguientes términos: “él ponía tanto cuidado en ocultar su erudición, por delicadeza, por modestia, que a veces uno se olvidaba de que él era uno de los mejores conocedores de la historia del marxismo internacional, y, en particular, latinoamericano. Era una mina de conocimientos, pero prefería la anécdota a la cita” (Debray s/p).
[14] Alvarenga y también Zourek ubican a Dalton en Praga hasta 1967; Jorge Arias sostiene, sin embargo, que el poeta estuvo en Praga hasta el primer semestre de 1968 (43).
[15] Habría que mencionar, por ejemplo, los cuatro artículos que el salvadoreño publicó en la Revista Internacional: “Los estudiantes en la revolución latinoamericana” (n.º 3, 1966, pp. 59–67); “Alcance y vigencia de la revolución latinoamericana” (n.º 5, 1967, pp. 51-59), “Significación histórica de la Gran Revolución de Octubre” (n.º 10, 1967, pp. 78–80) y “Católicos y comunistas en América Latina: Algunos aspectos actuales del problema” (n.º 1, 1968, pp. 80–87) (Zourek, La Revista 122, 123 y 124). Alvarenga ha establecido un interesante paralelismo entre la ruptura política de estos artículos y la ruptura estética de Taberna (Véase Roque Dalton 126-136). En el poemario póstumo Un libro levemente odioso, escrito entre 1965 y 1971, aparecen también algunos poemas relacionados con el viaje a Praga, como “From Central Europe”, “El Che en Praga en 1965”, o “No, no siempre fui tan feo”.
[16] Apunta Zourek sobre la situación de Dalton en la revista: “la orientación procubana de Dalton no estaba en línea con la posición oficial de la revista y por lo tanto tuvo varios problemas con las autoridades soviéticas que estaban a su cargo” (“La visión…” 21).
[17] Solo a posteriori, y fuera del libro, Dalton enjuicia estas conductas; así en la mencionada entrevista con Benedetti, dirá: “Yo partí del asombro político que, como comunista extranjero en Praga, experimenté al enfrentarme con un panorama ideológico que no esperaba encontrar en un país que llevaba veinte años de socialismo. Además, la experiencia del socialismo que yo tenía era la cubana, donde el sentido de lo heroico, el fervor de la revolución, el orgullo de ser comunista y revolucionario, eran desde luego el pan de cada día para la juventud; en cambio, la problemática planteada por los jóvenes praguenses, era una mescolanza de misticismo, religiosidad, anticomunismo, esnobismo, nihilismo; o sea una cantidad de formas ideológicas que el imperialismo exporta para el consumo de los pueblos que él mismo se encarga de oprimir” (Benedetti 116-117).
[18] El choteo, según Jorge Mañach, supone una resistencia a la autoridad, y es una disposición psicológica que constituye, en su opinión, uno de los rasgos más distintivos de la identidad cubana; disposición que lleva a “discernir lo cómico en la autoridad” (20) o a “descubrir lo objetivo risible que había pasado inadvertido a los observadores más intensos” (20-21). El choteo supone “pone[r] en solfa los valores morales, intelectuales y aún sentimentales más encarecidos” (26). Quizás este concepto latinoamericano y cubano resulte más apropiado para caracterizar la posición de Dalton en los poemas de Taberna (y en otros) que el europeo de le culte de la blag, que Benjamin atribuye a Baudelaire y que Oberlin también identifica en Dalton (57).
[19] Se refiere, por supuesto, a los sucesos de la Primavera de Praga.
[20] En mayúsculas en el original.