https://doi.org/10.19137/anclajes-2020-2431
ARTÍCULOS
Representaciones de la violencia de género en producciones culturales latinoamericanas actuales
Representations of Gender Violence in Current Latin American Cultural Creations
Representações da violência de gênero em produções culturais latino-americanas atuais
Tatiana Navallo
Université de Montréal
Canadá
ct.navallo.coimbra@umontreal.ca
ORCID: 0000-0001-8951-8911
Ainhoa Vásquez Mejías
Universidad Nacional Autónoma de México
México
ainhoavasquez@filos.unam.mx
ORCID: 0000-0002-7747-8606
Resumen: Los artículos de este dossier se centran en los modos mediante los cuales el ejercicio de la violencia de género impacta material, simbólica y subjetivamente en sus propios contextos y comunidades. Los textos abordan los femicidios-feminicidios, la explotación y racialización de los cuerpos en el marco de lo que Sayak Valencia entiende por “capitalismo gore”, como asimismo respecto a la violencia infringida en los cuerpos en condiciones fronterizas de migración y deportación.
Palabras clave: Violencia de género; Femicidio; Masculinidades; Migración; Estudios latinoamericanos.
Abstract: The articles in this issue focus on the ways in which gender violence impacts its own contexts and communities materially, symbolically, and subjectively. The texts address femicides-feminicides, the exploitation and racialization of bodies within the framework of “gore capitalism” as understood by Sayak Valencia, as well as the violence inflicted on bodies within the border-related contexts of migration and deportation.
Keywords: Gender violence; Feminicide; Masculinities; Migration; Latin American studies.
Resumo: Os artigos deste dossier se centram nos modos mediante os quais o exercício da violência de gênero causa impacto material, simbólico e subjetivo em seus próprios contextos e núcleos comunitários. Os textos abordam os femicídios-feminicídios, a exploração e racialização dos corpos no âmbito do que Sayak Valencia entende por “capitalismo gore”, assim como a respeito da violência infringida nos corpos em condições fronteiriças de migração e deportação.
Palavras-chave: Violência de gênero; Feminicídio; Masculinidades; Migração; Estudos latino-americanos.
El #8M de 2020 una oración quedó estampada en carteles de todo el mundo: “Las cifras tienen nombre”. Algo que debiera ser tan básico de suponer, sin embargo, hasta hace poco no lo era. Más de dos mil feminicidios en Ciudad Juárez desde que se abrieron los primeros expedientes a principios de los noventa; más de quinientas mujeres asesinadas por sus parejas en una década en Chile, desde que se aprobó la inclusión del término femicidio en el Código Penal; una mujer asesinada cada veintinueve horas en Argentina. Números, expedientes, informes: “Antes se llamaba Laura, hoy es una carpeta”, leíamos en la marcha en México.
¿Qué implica entender que una cifra tuvo un nombre o que un expediente fue una mujer? En primer lugar, es validar al ser humano; en segundo, cambiar el enfoque de representación. Ya no basta con numerar, hoy necesitamos nombrar; ese acto es volver a dar vida. Dentro de muchas otras lecciones el pasado #8M nos ha dejado eso: voz; grito; dos millones de compañeras apropiándose de las calles de Santiago de Chile; mujeres valientes denunciando los abusos sufridos mientras caminaban por Madero, la calle de Ciudad de México más transitada del mundo. No obstante, hoy, en el marco de la crisis sanitaria mundial provocada por el COVID-19, nos encontramos en estado de emergencia en materia social por violencia de género, puesto que la cuarentena obligatoria para evitar la propagación del virus está mostrando efectos nefastos en la “pandemia de los femicidios / feminicidios / trans-travesticidios”. La cuarentena está generando mayores riesgos para las mujeres y niños que viven en situaciones de violencia doméstica. En Argentina, se registraron ciento ocho femicidios –ya sean directos, vinculados con una niña o con un niño como víctima y trans-travesticidios– en los primeros ciento veinticinco días del 2020, y cuarenta y cinco de ellos se produjeron desde que empezaron las medidas de confinamiento de la población, de acuerdo a los datos difundidos por el Observatorio de la Organización de Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá); es decir que el 60% de los asesinatos tuvieron lugar en el espacio doméstico. En el mismo período, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana reveló que en México se reportaron al menos ciento sesenta y tres feminicidios en el país, y que la solicitudes de ingreso a refugios aumentó un 12,7%, entre el mes de marzo y abril. En este contexto, urge que la problemática de la violencia de género se aborde a la par de las medidas de emergencia sanitarias, con una cobertura presupuestaria y de políticas públicas que garantice la prevención y erradicación de la violencia hacia la mujeres, niños y mujeres trans.
Este dossier busca aportar en este sentido, construir un puente entre académicas y académicos que estamos vislumbrando nuevos modos de lectura y formas novedosas de representación. Las preguntas que atraviesan este trabajo colectivo dialogan así con las interpelaciones hechas por millones de mujeres en la marcha internacional de marzo ¿cómo devolverle la vida a quien ha sido convertida en expediente?, ¿cómo retratar la violencia y el feminicidio sin caer en los estereotipos o en la banalización del sufrimiento? En este marco, las vías de reflexión propuestas visibilizan un haz de posicionamientos situados respecto al estrecho lazo existente entre la violencia de género en sus múltiples variantes, sin desatender los factores que remiten a la historicidad en la que estas formas de violencia se inscriben, trayendo consigo una evidente implementación de políticas de ajuste estructural. Los textos aquí reunidos se centran en el presente y en las divergentes consecuencias del ejercicio de la violencia, traducidos en el cómo impacta material, simbólica y subjetivamente en sus propios contextos y núcleos comunitarios. Desde una mirada transfeminista, si se quiere, los textos abordan los femicidios-feminicidios, la explotación y racialización de los cuerpos en el marco de lo que Sayak Valencia entiende por “capitalismo gore”, como asimismo respecto a la violencia infringida en los cuerpos en condiciones fronterizas de migración y deportación; condiciones en las que la desubjetivación, desaparición y muerte se actualizan día a día. Se trata, pues, de una serie de lecturas críticas que analizan desde diversas narratividades de violencia extrema y vulnerabilidad, la dimensión política y afectiva que les es propia.
Así lo enuncian Sayak Valencia y Sonia Herrera Sánchez en su artículo “Porno miseria, violencia contra las mujeres y mirada colonial en el cine. El caso de Backyard: El traspatio (2009) y La mujer del Animal (2016)”, en el cual analizan la representación de la violencia en dos películas latinoamericanas recientes. Estas, lejos de proponer una mirada ética hacia las víctimas, reproducen la porno miseria y el discurso heteropatriarcal, en que los hombres son vistos como seres agresivos, mientras las mujeres son presentadas como sujetos eternamente pasivos. Las autoras se preguntan, entonces, “¿cómo crear estrategias de visualización de la violencia que no revictimicen a las víctimas?, ¿cómo romper con el entumecimiento emocional y generar empatía activa en contra de la violencia machista y la violencia feminicida?
Ana Cornide, en su trabajo “Tempestad: Una cartografía corporal de la violencia”, también se plantea estas preguntas: ¿cómo articular el trauma desde el arte visual?, ¿cómo evitar el morbo y la indiferencia cuando se trata del dolor ajeno? En este caso, ella apuesta por el arte como respuesta a la invisibilización de las víctimas en meras estadísticas. Para Cornide, Tempestad de Tatiana Huezo, otorgaría una respuesta a ello, ofreciendo un testimonio sin caer en estereotipos ni en una representación directa de la violencia. Al contrario de las obras analizadas por Valencia y Herrera, esta película documental daría preponderancia a la voz de las víctimas, lo que constituiría un esfuerzo fructífero en el camino de pronunciar el sufrimiento.
Robert McKee Irwin también responde a estas preguntas desde su propio trabajo de campo con hombres deportados y que hoy viven en condiciones precarias en Tijuana. En su artículo “Crueles deportaciones: masculinidades, infrapolítica”, nos permite observar el otro lado de ese mandato heteropatriarcal, al mostrarnos una masculinidad no estereotípica. Son los mismos deportados quienes cuentan sus historias y dan un testimonio de su vida, sus fracasos, su sufrimiento y sus esperanzas. Alejados del ideal de hombría como “aquel ser hermético que jamás se abre frente a los otros”, estos hombres son capaces de reconocer y emitir su dolor, a la vez que se representan a sí mismos sin miedo a parecer vulnerables.
Alicia Miklos, por su parte, en “Polarización pública en los foros online: La violencia de género ante la sociedad nicaragüense” demuestra la persistencia de un discurso tradicional patriarcal que se debate con los avances en materia de género. Así, la aprobación de la ley de femicidio en Nicaragua reveló que parte de la población percibe la violencia contra las mujeres como un asunto privado, que debe manejarse dentro del ámbito familiar, a la par que se considera como un enfrentamiento contra los hombres. Este artículo permite entender que también los medios de comunicación construyen representaciones particulares respecto a la violencia de género que, muchas veces, abonan a perpetuar estereotipos.
Rubí Carreño, en “Paz y amor de las mujeres: violencia de género en Woodstock y Palomita Blanca”, cuestiona la representación pública que se ha realizado en torno a los suicidios de mujeres artistas como Janis Joplin o Violeta Parra. Más allá del sufrimiento por amor o las adicciones, ellas debieron soportar una sostenida violencia de género por ser mujeres situadas fuera de la norma. Sus suicidios, no obstante, no entran en las estadísticas de feminicidio ni son consideradas como crímenes. Así como cambian cantos y consignas en las marchas, así como cambian los modos de representación, también estamos cambiando los modos de lectura al develar que esas mujeres, históricamente consideradas víctimas de la droga o del amor, en realidad fueron orilladas al suicidio producto de un sistema patriarcal.
Ainhoa Vásquez Mejías, en “Óxico de Carmen de Ana María del Río: un suicidio feminicida”, propone una renovada lectura de la novela, respecto de las ya realizadas en el campo crítico, en la que la protagonista no solo se ha visto progresivamente acorralada sino que la multidimensionalidad de la violencia cotidiana llevaron a la niña al suicidio. La relectura de la novela pone al descubierto la complejidad de las prácticas de violencia que azotan a las mujeres desde temprana edad particularmente en el ámbito cotidiano, junto a los modos de despojo de los estereotipos heteronormativos que familiar y socialmente se les asigna.
¿Cómo contar el horror?, ¿cómo rescatar de la cifra, la vida de mujeres que fueron asesinadas?, ¿cómo representar a hombres y mujeres sin caer en el mandato heteropatriarcal?, ¿cuál es el rol que deben jugar hoy las industrias culturales frente a la violencia de género? Tal como menciona Tatiana Navallo respecto a la crónica Chicas muertas de Selva Almada, nos hemos acostumbrado a múltiples muertes: al asesinato físico, a la muerte simbólica ante la falta de justicia, a la muerte espectacular cuando se banaliza en los medios. “¿Cómo devolverles voz y dignidad humanas a las jóvenes asesinadas? ¿Cómo hacer para que, al menos, en el arte recuperemos sus historias y celebremos sus vidas?”, ¿cómo vamos a escribir y construir una denuncia?
El breve recorrido, propuesto en las líneas precedentes, transparenta que el ejercicio crítico de las y los académicos aquí reunidos se torna un gesto político, al ofrecernos un análisis enmarcado en un contexto sociohistórico que puja por una vida más digna e igualitaria. Por esto mismo, esperamos que este dossier pueda dar ciertas luces respecto a estos interrogantes, proponiendo nuevos modos de contar, leer y visibilizar la violencia de género en producciones culturales latinoamericanas recientes.
Fecha de recepción: 30/12/2019
Fecha de aceptación: 18/05/2020