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MISCELÁNEAS
El Museo de la Mujer: instrumento de organización y lucha
Graciela Tejero Coni[1]
Museo de la Mujer - CABA, Argentina
Espacio de y para mujeres
En 1981 se fundó el primer museo de las mujeres en la ciudad de Bonn, Alemania. Hoy, funcionan más de ochenta y cinco en todo el mundo y otros proyectan su actividad. En ese contexto, el Museo de la Mujer en Argentina surgió como iniciativa en 1989 cuando Graciela Tejero Coni lo propuso siendo asesora de la Dirección General de Museos de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.
El proyecto no prosperó en los ámbitos oficiales, pues según dice Américo Castilla (2003)[2]:
las instituciones culturales a cargo del Estado..., eran juzgadas en su mayoría, en los términos burocráticos propios de otras reparticiones del Estado. (...) En ese sentido, las políticas en relación con los museos estuvieron prácticamente ajenas al fenómeno internacional que impulsó la profesionalización y la optimización de recursos.
No obstante, en el año 2006, se dieron las condiciones para concretar la propuesta en forma privada. Un equipo de profesionales feministas con carácter interdisciplinario puso en funcionamiento el primer Museo de la Mujer en América Latina (IGJ Nª 734/06), con el propósito de generar un espacio de y para mujeres como instrumento de organización y lucha feminista. Para ello, la intención fue recoger la herencia de las mujeres que hacen la historia junto al pueblo, con la convicción de que ese patrimonio material e inmaterial no son un capital cultural neutro ni fijo, sino dialéctico y con significante desde la perspectiva de género como relación de poder entre los sexos y su origen histórico. Así mismo, buscó reflejar la evolución del análisis científico sobre la opresión social de las mujeres como guía para la acción. Fue así como se creó el Museo para ser un instrumento más de acción de las mujeres por su liberación y como reivindicación del camino colectivo como el único posible para la transformación social.
Estrategias
Ese objetivo requirió de distintas estrategias, por ejemplo, constituir un archivo y reservorio museológico específico de la historia de las mujeres; también promover y producir arte en todas sus disciplinas como privilegiado vehículo de sensibilización y pedagogía feminista.
La propuesta, con veinte años de desarrollo, es la de un museo activo donde interactúan todas las expresiones culturales: se realizan acciones de estudio e investigación histórica que han colaborado con material museológico específico; ha habido innumerables exposiciones y muestras; se han enriquecido archivos y conformado una biblioteca especializada; se han impartido cursos, seminarios, conferencias y coloquios de manera presencial y virtual. Se han realizado ediciones de libros y folletos. Se lograron intercambios de muestras e investigaciones con instituciones culturales del país o del extranjero. Todo ello, bajo los principios de la defensa de una cultura científica, la reivindicación de los derechos e intereses de las mujeres y la lucha sin claudicaciones contra su opresión patriarcal atendiendo a sus condiciones de clase, raza, etnia y edad.
En el año 2006, el Museo se fijó como objetivo hacer un rescate histórico de las feministas de final del siglo XIX y principios del siglo XX en el Río de La Plata. Fue así como, el Museo como instrumento de acción positiva, promovió la organización del 2º Congreso Feminista Internacional de la República Argentina que se realizó en el año 2010 – fecha del Bicentenario de la Revolución de Mayo, inicio de nuestra independencia – en conmemoración del 1º Congreso de 1910[3]. Dicho Congreso permitió pasar revista a las luchas de las mujeres y el feminismo político moderno del siglo XX y en el marco de esa iniciativa se rescataron y reeditaron las Actas de votos y ponencias de cien años antes como fuentes imprescindibles de la genealogía feminista argentina y latinoamericana. Hacer la reedición de "toda" la documentación del Congreso fue un objetivo de militancia feminista, pues el material es patrimonio del movimiento de mujeres que trasciende la erudición académica. Desde esa perspectiva, aquellos debates de 1910 tienen hoy una vigencia de agenda absoluta y sin duda, alumbran las controversias actuales: abolición de la prostitución, defensa de pueblos originarios, concepto de familia, acceso al conocimiento, estereotipos sexistas, etc.
Otro ejemplo para graficar las múltiples acciones del museo es la interacción museístico teatral que se practica desde el año 2008 a la fecha. En éstas el recurso del teatro dialoga con las muestras exhibidas, fortaleciendo ambos soportes como vehículos de comunicación desde la perspectiva feminista. Desde su proyecto museístico-teatral, el museo fue promotor del Festival Nacional de Teatro sobre Violencia de Género, desde su primera edición en el año 2013, que mereció la distinción del Premio “Florencio Sánchez”. Esa experiencia, que se extendió hasta el año 2019 con carácter nacional, hoy se sostiene en la propia sala del museo reconocida por el Instituto Nacional del Teatro como “espacio no convencional”. También fue distinguido con el Premio “Teatro del Mundo”, en su XX° Edición 2016-2017, otorgado por el Centro Cultural Rector Ricardo Rojas de la Universidad de Buenos Aires.
La estructura del Museo, desde su inicio, se integró con un equipo interdisciplinario (socias activas, adherentes y honorarias) y su funcionamiento se organizó a través de Programas coordinados: Investigaciones y Colecciones; Exposiciones; Música, Teatro y Performance; Educación; Voluntariado; Recursos Económicos; Comunicación, Prensa, Difusión y Redes. Asimismo, cuenta con el apoyo invalorable de un Consejo Asesor de “Amigas del museo”.
La decisión de no insistir en ámbitos estatales con el proyecto y hacer del museo una asociación civil sin fines de lucro y no una fundación, ni una sociedad anónima, se inscribió en la convicción de acción colectiva bajo los principios feministas de autogestión y autofinanciamiento como garantía de autonomía. El museo no recibe financiación regular de entes oficiales ni privados y sí recibe el sostén económico permanente de sus socias y amigas. No obstante, como paradoja, fue declarado de interés cultural por el Honorable Congreso de la Nación (O.D.2378 de junio 2007) como así también su recomendación al Poder Ejecutivo para que “adopte las medidas necesarias con el fin de reasignar a título de comodato el uso del predio ubicado en la calle Humberto Iº Nº 378, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, al Museo de la Mujer para su funcionamiento” (O.D. 2379 junio 2007). Tal recomendación jamás se concretó.
Metodología
La metodología elegida fue la de “comunidad de aprendizaje” que se caracteriza por lo colectivo por sobre lo personal y al diálogo por sobre un discurso institucional unidireccional.
Un museo como comunidad de aprendizaje implicó la práctica de procesos de participación: de las propias socias en su dinámica interna, como del público visitante y el equipo museológico. Para afianzar esta comunidad, fue necesario promover proyectos asociativos y la construcción de alianzas para definir el interés de las muestras y las actividades a realizar; también una persistente tarea para consolidar una red de “amigas del museo” que haga posible y útil su existencia.
Es una batalla cotidiana mantener viva la idea original de crear las condiciones para la generación de procesos estimulantes y significativos. Las experiencias directas o indirectas dan como resultado el conocimiento y la concienciación sobre las relaciones opresivas y las violencias de que somos objeto las mujeres y generan procesos capaces de transformar la realidad de esas relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres.
Ser fieles con una “museología feminista y liberadora” implica buscar que los diseños museográficos reflejen la realidad de la opresión, pero también de lucha y de conquistas de las mujeres. Situar en contexto a los objetos y relatos que exhibe el Museo es la principal preocupación de la curaduría. También integrar la estética con la didáctica a través de tecnologías museográficas que susciten experiencias emocionales y comunicacionales que permitan que la experiencia individual de cada mujer se transforme en conocimiento para modificar las conductas y normas impuestas como algo “natural”.
Es por todo ello que defendemos un museo temático que aborde con sentido de pasado, presente y futuro, todas las Violencias que sufren las mujeres; la Abolición de la Trata y la Prostitución, la Pornografía; el Trabajo doméstico y el «extra hogareño»; la Participación política; la Sexualidad y el erotismo; la Abolición de los Estereotipos de género; la Abolición de la Explotación Reproductiva; la Explotación de Clases; la Discriminación de razas y etnias; el Abuso Sexual de niñas y niños; y, muchas otras.
El museo como instrumento de organización y lucha
Un Museo de la mujer como “espacio propio”, de y para mujeres es necesario porque en él se reflejan prácticas comunes y se logran identificaciones como requisito para la organización colectiva. Porque colectivamente se pueden realizar diagnósticos y trazar tácticas para el cambio de la realidad social que tiene momentos de auge y momentos de retroceso.
El feminismo como proyecto político de transformación es internacionalista por el carácter universal del Patriarcado, desde esa perspectiva el Museo de la Mujer en Argentina en el año 2008 fue cofundador de la Red Internacional de Museos de las Mujeres en el mundo. Tal red se transformó, desde el año 2013, en IAWM – International Association of Women´s Museums. Desde su condición de Coordinador de América Latina y el Caribe, el Museo de la Mujer en Argentina fue anfitrión del III Congreso Internacional de Museos de las Mujeres realizado en el 2010 en la ciudad de Buenos Aires.
Mantener una agenda reivindicativa propia y coherencia organizativa para ese fin es nuestro principal balance local, en el que persistiremos. Las experiencias de estos 20 años permitieron que el Museo se fuera transformando en un espacio de referencia militante feminista y práctica social liberadora para un sector del movimiento de mujeres dispuesto a luchar contra la ofensiva patriarcal.
Referencias
CASTILLA, Américo; “Una política cultural para los Museos de la Argentina” (diciembre 2003), Documento reproducido en Boletín Nº 3 – Año III, ADiMRA, Buenos Aires, octubre 2006.
TEJERO CONI, Graciela; “Why create a Museum on Woman?”, in Museum International, N° 236 – Gender Perpectives on Cultural Heritage and Museums, UNESCO, París, 2007.
TEJERO CONI, Graciela; “Museo de Mujeres: Un camino a recorrer en América Latina”, en HERMUS. Heritage&Museographie, N° 3 - Museos y Mujeres; 2010, Gijón. Ediciones TREA.
WOLF, Virginia; Un cuarto propio, Madrid, Horas y Horas, 2003.
Notas
[1] Directora del Museo de la Mujer - CABA, Argentina. Historiadora, feminista y militante social y política desde la década del ´70. Sobrina bisnieta de la francesa Gabriela de Laperriere de Coni (1861 -1907) pionera del Feminismo en el Río de la Plata.
[2] Castilla, Américo; “Una política cultural para los Museos de la Argentina” (diciembre 2003), Documento reproducido en Boletín Nº 3 – Año III, ADiMRA, Buenos Aires, octubre 2006.
[3] Primer Congreso Femenino Internacional de la República Argentina, desarrollado desde el 18 al 23 de mayo de 1910.