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ARTÍCULOS

LAS VIAJERAS FRANCESAS EN ANDALUCÍA (SIGLO XIX): RELATOS Y REPRESENTACIONES

FRENCH TRAVELERS IN ANDALUSIA (SIGLO XIX): STORIES AND REPRESENTATIONS

María Eugenia Fernández Fraile

Universidad de Granada

Resumen: La literatura de viajes es un género bastante conocido por la historiografía, en ella se han analizado desde los viajes de la Antigüedad hasta la Contemporaneidad. Sin embargo, tradicionalmente, se había mostrado un especial interés por la literatura de viajes producida por viajeros masculinos, mientras que la procedente de viajeras había sido tratada en menor medida. Este hecho se ha visto corregido en los últimos tiempos gracias a la labor de algunos investigadores que han analizado y visibilizado a las autoras de relatos de viajes. En este trabajo, nos proponemos dar a conocer una serie de autoras, algunas de ellas muy conocidas, pero otras prácticamente desconocidas, todas ellas viajeras intrépidas y atrevidas, que recorrieron España (siglo XIX-principios del siglo XX). Esto nos va a permitir acercarnos a sus biografías, a sus trayectorias literarias y profesionales y a sus relatos sobre España.

Palabras Clave: Mujeres; Viajeras; Literatura de mujeres; Literatura de viajes; Viajeras-escritoras. 

Abstract

Travel literature is a genre well known for historiography, in which travels have been analyzed from the Antiquity to Contemporaneity. Traditionally, however, it’s travel literature produced by male travellers that had got a particular interest, while travel literature from female travellers has been treated to a lesser extent. This fact has been corrected in recent times thanks to the work of some researchers who have analysed and made visible female authors of travel stories. In this work, we propose to make known a series of female travellers, some of them very well known, but others practically unknown, all of them intrepid and daring women, who travelled through Spain (19th century-early 20th century). This will allow us to get closer to their biographies, their literary and professional careers and their stories about Spain.

Keywords: Women; Travellers; Women’s literature; Travel literature;  Traveller-writers

  1. Introducción: los relatos de viajes

Los relatos de viajes que se producen a lo largo del siglo XIX se inscriben en una larga tradición literaria, que puede remontar – para atenernos al Occidente europeo reciente – a los relatos de caballeros andantes, de las Cruzadas, a Marco Polo (siglos XII-XIII), titulado significativamente Il Milione (el millón), o Libro de las maravillas, y conocido en español como Los viajes de Marco Polo. Desde sus inicios (o reinicios), el relato de un viaje está unido a la revelación de una realidad no solo desconocida por ser lejana espacialmente, sino fantástica, inverosímil, sorprendente… Los viajes que narran el descubrimiento de nuevos mundos se convierten en un género literario que goza de una enorme éxito a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII: solo voy a señalar uno de ellos, fundamental: La Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo (1568)…

Viaje físico y viaje de formación se unen en el siglo XVIII en las experiencias de viajes de la aristocracia inglesa y alemana con el Grand Tour, práctica sociocultural que se extiende a otras capas sociales con los románticos…

(véase: El viaje como formación: ejemplos de la literatura europea del siglo XVIII, Nicolás Bas Martín, Historia de la educación: Revista interuniversitaria, 2011, 129-143)

Centrándonos en el objeto de nuestra temática, el relato de viajes a España por parte de mujeres viajeras de nacionalidad francesa en el siglo XIX, es preciso señalar el precedente más sobresaliente: la Relation du voyage d'Espagne, de Madame D’Aulnoy, (s. XVII) del que nos ocupamos en un capítulo de la obra Nuevos Mundos, nuevas palabras, publicado en Comares, en 2007.

El “relato de viajes” ha constituido durante mucho tiempo, dentro del canon literario, como un género menor y tan solo algunos de ellos están referidos en las Historias de las literaturas. En nuestros días, dada la pujanza que han tomado, en las ciencias humanas, los enfoques de índole etnológica, los relatos de viajes conocen un segundo éxito (con reediciones frecuentes y masivas), pasándose a considerar  los aspectos culturales, sociales, políticos y económicos, siendo objeto de múltiples ópticas de análisis, por parte de  disciplinas como son la geografía, la historia, la sociología, la literatura igualmente, desde un prisma sociocultural (la literatura de masas, las representaciones sociales), los estudios de las mujeres…

El siglo XIX culmina la etapa de los grandes descubrimientos, extendiéndose la colonización (por parte de las potencias coloniales, entre las cuales ya no se cuenta España) a todos los continentes. Las “razones” para escribir el relato de un “viaje” son por ello extraordinariamente diversas: la guerra, la evangelización, el estudio científico y la exploración, el comercio, el asentamiento de emigrantes en nuevas tierras… El relato de viajes se especializa, se convierte en la crónica de una empresa específica.

Si tales empresas constituyen el campo de actuación preferente de  hombres, también existen mujeres, cuyos relatos han sido generalmente silenciados o postergados por críticos literarios, editores o estudiosos de lo social. En esta historia, como en otras, la mujer no era el sujeto agente, sino el objeto paciente, que espera el regreso del héroe que se fue: el imaginario occidental está en efecto más cerca de Penélope que de Clariclea (las Etiópicas, novela griega de siglos III-IV de nuestra era, que gozó de un enorme éxito durante el imperio bizantino, escrita por Heliodoro de Emesa, cuenta la historia de Claricea, princesa de Etiopía, abandonada en su nacimiento, transportada a Delfos, en donde se convierte en sacerdotisa, y sus amores con Teágenes…).

El interés que suscita la escritura de relatos de viajes hecha por mujeres ha tenido un notable auge a partir de los años ochenta, noventa del siglo XX. Estos estudios obedecen a muy variados objetivos:


-dar visibilidad a los escritos de mujeres,

-descubrir o redescubrir las prácticas socio-culturales de las mujeres,

-mostrar el papel de las mujeres, las representaciones de lo masculino y lo femenino y, también, las aportaciones de las mujeres frente a un paradigma construido por lo masculino.

Las publicaciones y los encuentros sobre los escritos de las mujeres viajeras se multiplican en los últimos 20 años, dándonos a conocer otra visión de la sociedad.

Entre los estudiosas (también existen estudiosos) que se han interesado por este campo, cabe citar de modo especial a Michelle Perrot (que en la Historia de las mujeres, en un apartado titulado Sortir/ Salir, se ocupa de las viajeras); citaremos igualmente a la geógrafa Mona Domosh, que inicia desde una perspectiva feminista, el estudio de obras de mujeres viajeras (en relatos de descubrimiento/exploración) no tenidas en cuenta hasta ahora. En España cabe citar los estudios de Francisco Lafarga, Elena Echevarría, María Antonia López-Burgos, entre otros.

  1. España en los relatos de viaje

Podemos preguntarnos, llegados a este momento ¿qué razones podían tener una serie de mujeres en venir a España? E igualmente: ¿qué interés podía ofrecer el relato de un viaje a España? ¿Qué pretendían esos relatos de viajes? ¿Qué editor podía arriesgarse en una empresa editorial de tal suerte?

Es indudable, dado el número de relatos de viajes a España en el siglo XIX, que existía en Europa una curiosidad enorme por conocer España. El interés no podía ser  componer una guía turística, al estilo actual, puesto que  los relatos no estaban destinados a servir de guía para futuros viajeros (tal vez unos pocos), si bien lo pormenorizado de las descripciones puede hacer pensar en  tal objetivo. La representación acerca de España en el imaginario colectivo de los países europeos del siglo XIX, en la primera década del siglo, es el de una España salvaje, indómita, guerrera, país de origen de los “conquistadores” de América. Es el país romántico por excelencia: el pueblo español es individualista, indomable, bárbaro, digno, sobrio, orgulloso, vocinglero. Las causas de esta imagen son múltiples y complejas. En primer lugar, a raíz de la guerra de la Independencia, España aparece ante los ojos de Europa como el país que se levanta de forma espontánea contra el todopoderoso invasor napoleónico.  En segundo lugar, la literatura desde el siglo XVII pone en escena a personajes en que el orgullo, la hidalguía, la temeridad, la pasión y la valentía confluyen para perfilar el cuadro del carácter (o modo de ser) español. Por otra parte, en ningún otro lugar de Europa como en el sur de España, se encuentran las exóticas reminiscencias árabes que tanto gustaban a los románticos en sus viajes a Oriente: España  era un país “diferente”, no hacía falta ir más lejos. El objeto de los relatos de viajes (de viajeros y viajeras) es así confluir con tal demanda/representación de los lectores: sorprender al lector con la descripción de una España original, de costumbres insólitas, llena de exotismo y seducción, pero igualmente de supersticiones y de fanatismo religioso, con fiestas colectivas de raigambre medieval… Aquello que es común, corriente, similar a lo “europeo” no llama la atención, y por tanto no será objeto de escritura…

España se construye así como el lugar del ensueño romántico ante los ojos de Europa, de modo que va a haber muchos viajeros por la España romántica.

  1. Cómo se incorporan las mujeres a estos relatos o escritos

¿Cómo se incorporan las viajeras francesas, en sus relatos de viajes, en dicha representación?

Es lo que pretendemos exponer a continuación, a través del examen de los puntos siguientes:


-aspectos socio-culturales acerca de las viajeras francesas: qué mujeres viajaban

-en qué viajan

-miradas de mujeres viajeras

-algunas mujeres viajeras: datos biográficos y obras

3.1. Aspectos socio-culturales acerca de las viajeras francesas

En el s. XIX empieza a desarrollarse una burguesía, en Francia, que eleva el nivel de educación de las mujeres y les abre las puertas para que puedan ir al exterior y contar sus vivencias, teniendo sin duda unas connotaciones específicas, como pueden ser la afirmación de la identidad de la mujer y de su autonomía con respecto al hombre. No dan una mirada distinta a la de los hombres, a los paisajes, monumentos, actividades humanas, pero si otra percepción, otro sentimiento fruto de una situación personal diferente.

En Francia, en esta época, en el s. XIX, se crea una publicación, exclusivamente de relato de viajes, llamada “Le Tour du Monde”, fundada por Édouard Charton. Se editó en París entre 1860 y 1914, en la que de quinientos autores publicados veinticinco son mujeres. Si a estos datos añadimos las entradas del Diccionario ilustre de exploradores y grandes viajeros franceses del s. XIX y los fondos bibliográficos de la biblioteca de Marguerite Durand, especialista de los estudios de las mujeres, podemos recensionar  más de setenta mujeres que han efectuado viajes en el s. XIX (1800-1900). En dichos estudios, se entiende como “las grandes viajeras” a aquellas mujeres que han visitado África, Asia, Australia, Rusia… y se excluye el resto de Europa. España será un destino viajero a partir de 1820, de segundo orden (en cuanto a la magnitud de los viajes), pero profundamente insertada en las representaciones que alimenta el sueño romántico, con los archiconocidos relatos de Chateaubriand, Charles Didier (1838), Victor Hugo (Les Pyrennées, 1843), Théophile Gautier, o Prosper Mérimée…

¿Qué mujeres viajaban?

Las mujeres que viajaban pertenecían a la aristocracia o a la alta burguesía, no podía ser de otro modo, ya que tenían que contar con un alto presupuesto. Hay excepciones, como Marie-Thérèse Figueur, llamada, Madame Sans-Gêne, que fue una célebre mujer soldado francesa, que viajó durante las guerras napoleónicas y cuyas memorias fueron escritas por Saint-Germain Leduc, al dictado de ella.

En cuanto a su dedicación en la vida o sus actividades, la mayoría eran escritoras, algunas conocidas en su época, aunque cayeron en el olvido: la duquesa de Abrantes, la condesa de Gasparin, Mme Ratazzi; otras eran intelectuales como Jane Dieulafoy, o artistas como la pintora Baahkirtseff…

La forma de escritura era habitualmente el diario (relato día a día); dentro de dicho género literario, la forma epistolar era un recurso muy habitual, puesto que se correspondía que una práctica discursiva “femenina” de la época (la carta: a una amiga…), confiriendo al texto un sello de autenticidad, a la vez que de privacidad o intimidad. El diario puede contener igualmente relatos expuestos de modo directamente subjetivo, bajo títulos como “impresiones”. En otros casos, el relato de viaje aparece bajo la forma de memorias (recuerdos).

3.2. ¿En qué viajan?

La mayoría de las viajeras románticas (1847-1867) viajaron, como medio de trasporte, a caballo, a lomos de mula o en diligencia a pesar de las incomodidades. Joséphine de Brinckmann nos dice (en una carta que escribe a su hermano Hugues) que para recorrer el país a caballo hace falta dos cosas: la salud y el dinero:

“Creéme, querido Hugues, no hay manera de viajar por España que la que yo utilizo. El paseo que di por las Alpujarras […] como el que di por Málaga, fue algo tan embriagador que las palabras no pueden expresarlo” (pág. 265).

 El ferrocarril marcará un antes y un después en los viajes, los viajes se harán más asequibles, cómodos.

3.3. Miradas de las mujeres viajeras

El viaje a España se había convertido en el gran sueño de los románticos, al que las mujeres se  incorporan, aportando un toque especial en sus descripciones y valoraciones. Podemos ver este toque de forma sintéticamente recogido en el consejo que prodiga Joséphine de Brinckmann, en sus “Paseos por España”: “id a España, allí encontraréis todo lo que puede encantar y seducir al espíritu así como todo lo que puede conmover el corazón”.

Los viajes de la época romántica marcan una visión de España que se va mantener durante mucho tiempo, presentando un país “diferente”, lejos de todo progreso; relatan el mal estado de los caminos, la existencia de los contrabandistas y de bandoleros, la suciedad, la procesiones y la religiosidad española, las corridas de toros, la comida, la indolencia, la diferencia entre el norte y el sur… Tal visión es generalmente compartida por las mujeres viajeras.

La región más visitada, o al menos más apreciada por las mujeres, es Andalucía: Sevilla, Córdoba, Granada, Cádiz y Málaga. No visitan solo ciudades, recorren Sierra Nevada, la serranía de Ronda, por nombrar algunos sitios. No pretenden hacer guías turísticas (salvo en algunos casos, como la obra de JOSÉPHINE DE BRINCKMANN Paseos por España), sino que proponen su visión de España, describiendo las costumbres españolas tales como la corrida, el baile; les llama la atención el “sereno”.

Ahora bien, el viaje por España, para las viajeras románticas, marca el surgimiento de una nueva sensibilidad (que comporten igualmente algunos viajeros): viajar no solo para encontrarse con lo pintoresco, sino más sencillamente o prosaicamente, viajar para conocer, para ver, para experimentar sensaciones nuevas, aventurándose por regiones menos conocidas y/o apartadas de los itinerarios habituales. El viaje es una aventura física y espiritual.

A las viajeras les llama la atención las costumbres de las mujeres españolas, la ropa que utilizaban. La marquesa de la Tour du Pin, nada más desembarcar en Cádiz, se compró una mantilla y una basquiña:

[una falda usada por damas desde el siglo XVI al XIX. Normalmente era de color negro y estaba asociada a las ceremonias más solemnes.) Saya que usaban las mujeres sobre la ropa para salir a la calle, y que actualmente se utiliza como complemento de algunos trajes regionales.) “para poder salir sin escandalizar a toda la población”.]

También se asombran de que las españolas no utilizaran sombreros: Marie Barhkirtseff y su tía cuentan que eran las únicas que utilizaban sombrero en Sevilla.

La mirada hacia la realidad es así ligeramente diferente, por el surgimiento de dicha nueva sensibilidad, o bien por las unas connotaciones específicas de la realidad en que vive la mujer. Está, por un lado, la afirmación de la identidad de la mujer, de la reivindicación de su autonomía con respecto al hombre (estamos en el s. XIX).  Muchas de ellas viajan solas, o con una amiga, una hija; otras viajan con sus maridos, pero este no es mencionado en el relato sino de modo infrecuente y coyuntural. En todos los casos, utilizan en sus relatos la primera persona

Por otro lado, puede entreverse una percepción distinta de la realidad, como consecuencia de una situación personal y social distinta. Vamos a destacar dos ejemplos:

“Hay en la republica de las letras, un escritor, también republicano, que pertenece a uno y otro sexo; por lo general, se le supone mujer. Este escritor ha hablado únicamente de los buenos mallorquines: es lo que me han contado en Palma, pues he leído muy poco sus obras y no conozco su viaje a Mallorca. Lamento no tener el talento de este escritor para decir más cosas buenas que todas las malas que él ha podido decir de los amables e inteligentes de estos pagos. Como francesa y como mujer lamento infinito el motivo que ha podido llevarla a expresarse así, de modo absolutamente falso, y no acabo de entender que ha podido sacar con eso. “ .

Otro ejemplo es Ernesta Stern o María Star. En varias ocasiones se refiere al carácter de los españoles y le llama la atención el trato que recibe la mujer en España:

“Como madre y como mujer, me ha profundamente impresionado el culto que los españoles tienen todavía por la madre y por la esposa, a veces desdeñadas en otros países… El emocionado reconocimiento de los españoles hacia el eterno femenino es una prenda de su corazón; por muchas que sean sus imperfecciones, sólo por eso me resultan simpáticos. Una raza en la que el respeto es la salvaguarda del cariño no puede estar en decadencia. En España los hijos tienen la costumbre de añadir al apellido del padre el de la madre. Así asocian su recuerdo a toda su existencia. Las mujeres tienen derecho a heredar un título y a dar el suyo a sus maridos, si su título es superior al del esposo. La mujer tiene, pues, aquí una situación privilegiada y muy distinta a la que se concede en otros países. Al casarse no pierden ni su apellido ni su personalidad”.

3.4. Algunas mujeres viajeras

De todas las mujeres que viajaron por Andalucía, me voy a centrar en las viajeras que llegaron a Granada, distinguiendo las románticas y modernas:

Románticas (viajeras  la segunda mitad del XIX, viajaron a caballo, a lomos de la mula…): Mme Suberwick, Joséphine de BRINCKMANN, Juliette de Robersart.

 

Mme Suberwick

De Mme de Irène de Suberwik no sabemos nada de su vida, salvo que es de nacionalidad alemana. Escribió bajo el pseudónimo de “Víctor Féréal”. Viajó por España vestida como un hombre, lo sabemos porque los autores no hicieron referencia a la jamuga:


“Silla de tijera, con patas curvas y correones para apoyar espalda y brazos, que se coloca sobre el aparejo de las caballerías para montar a mujeriegas”.

Es autora de L’Espagne pittoresque, artistique et monumentale (1848). Se trata de la versión francesa —la más divulgada— de una obra escrita originalmente en alemán por Mme Suberwick, que firmaba conjuntamente con Manuel Galo de Cuendias, exiliado en Francia por sus ideas liberales. Según parece, fue ella misma quien la tradujo al francés con el seudónimo de Víctor de Féréal, nombre con el que viajaba. Se trata de una descripción de nuestro país escrita bajo la forma de un viaje ficticio.

En todo su relato de viajes trata de averiguar la idiosincrasia y la forma de ser de los españoles, de los que dice que “son producto de la tierra que trabajan” y los define con adjetivos, como osados, orgullosos, afeminados. Llega a hacer distinciones entre regiones y provincias, para ella el andaluz, es epicúreo, escéptico.

El Capítulo V nos describe Andalucía, el relato es grandilocuente, en lo que se refiere a Granada y nos describe el Arco de las Orejas, llamado así porque cortaban (según los testimonios que ella recoge) las orejas a los moros, culpables de un delito político, y hace una pequeña gracia diciéndonos que si este castigo estuviera en Francia, muchos temblarían por sus orejas.

Los granadinos son soñadores, poetas, características del carácter árabe (Pág. 357) y las mujeres muy bellas, con aires orientales; cita a Lord Byron: “Il avait raison; c'est vraiment ici la terre classique de la beauté!” (pág. 358). Visita la Alhambra y queda maravillada nos habla del arte y nos recuerda que leamos la obra de M. de Châteaubriand, Martyrs y después visitemos la Alhambra.

Nos da una visión llena de tópicos de los españoles: “L'Espagne est essentiellement hospitalière, et les voleurs se contentent de voler sur les grands chemins”  (pág. 357)

Nos explica de una manera singular a los bandoleros:

“Le bandit et le contrebandier espagnols, ces deux branches d'un même tronc, ne ressemblent en rien aux bandits et aux contrebandiers des autres nations. Les voleurs français volent par besoin, les Italiens deviennent souvent des bandits par vengeance, en Angleterre on se fait larron ou contrebandier par spéculation, les Espagnols deviennent contrebandiers et, en cas d'échecs, bandoleros, par amour de l'art” (347).

El español,  el andaluz, sobre todo, está dotado de una brillante imaginación, le gusta desesperadamente su libertad, no la libertad política, de la que no espera nada, sino la libertad de los pájaros. Rico, deja que la vida corra pacíficamente; el amor, las seguidillas, los perfumes de las flores salvajes y de las plantas aromáticas que cubren las montañas, el sol de ese cielo  tan alegre, estos son sus bienes. Trabajar es para los gallegos. Si no tiene fortuna se hace contrabandista y si pierde lo que tiene se hace  bandido. Estas dos profesiones alimentan su imaginación  aventurara.

Joséphine de BRINCKMANN


Viajo sola, con indumentaria masculina recorrió España de norte a sur, su relato es epistolar, las cartas están dirigidas a su hermano Hugues Delaporte, ingeniero en Saint Petersbourg.

La obra de JOSÉPHINE DE BRINCKMANN, está traducida al español: Paseos por España (véase la página WEB del ayuntamiento de Dúrcal, está referenciada su obra porque describe el viaje que hizo desde Granada hasta las Alpujarras, pasando por los pueblos del Valle de Lecrín).

El libro quiere “ofrecer datos a los turistas, informaciones útiles” y es una verdadera guía de viaje, donde describe minuciosamente por donde pasa. Se queja de la gastronomía (una constante entre los viajeros) y también de la suciedad de las ciudades, si bien admira la naturaleza y los cielos nocturnos estrellados. Le advierten de los bandidos, ella misma declara que “creo poco en ellos” si bien iba con dos pistolas y se hacía acompañar por guías armados. Lo curioso es que no fue robada ni atacada por los bandidos pero cuando más segura se encontraba la robaron. Fue en el besamanos de la reina  Isabel II, invitada por el general Narváez: “Un profesional de gran habilidad me robó del bolsillo el monedero con algunas piezas de oro, grande fue mi sorpresa cuando me di cuenta del hurto…” 

Pretende que su obra sea un homenaje a una noble y gran nación y también un agradecimiento a España por la hospitalidad que le han dado a una mujer que viaja sola, el hecho de no saber el castellano le obliga a permanecer callada, cosa que no le gusta nada. Se adentra en tierras andaluzas, habla de los contrabandistas y decide hacer el viaje de Algeciras a Málaga con escolta, coge como escolta un contrabandista. En Málaga asiste a las procesiones que queda maravillada. Para llegar hasta Granada, la autora decide contratar aun arriero como guía: Pepe Lanza, este hombre paga un tributo a los ladrones y nunca le roban, la autora lamenta esta situación, porque perjudica a una tierra tan bella como Andalucía. Cuando llega a Granada, le parece un país encantador: con su vega, la maravillosa fertilidad de su territorio, no tiene palabras para describir tanta belleza, la ciudad de las mil torres, considera que no ha visto nada tan hermoso, y dice: “si Dios abandona el paraíso lo hará a favor de Granada”.

Describe con todo lujo de detalles Granada y provincia. De la Alhambra considera que es nula para describir esta obra maestra de la naturaleza.

De carácter romántico, su relato no está reñido con un cierto racionalismo, a la hora de contar sus descubrimientos, si bien cuenta algunos inconvenientes (malos caminos, trasporte incomodo…) está todo compensado por los monumentos, la gente…, su lectura es reconfortante.

Robersart, Juliette de. Ctesse

Juliette Robert de Robersart, nació en Bélgica, Mons en 1824 y murió en 1900 en Wambrechies (Francia).

Realizó dos viajes a España s. El primer viaje lo realizó lo realizó entre el 23 de marzo y el 31 de junio de 1863 y siguió el periplo que realizo su hermano Raymond, fallecido en 1860. Visitó San Sebastián, Madrid, Sevilla y Cádiz y embarcó rumbo a África y al regreso continuó por Ronda, Málaga y Granada.

 En diciembre de 1866 a abril de 1867, volvió a España y recorrió Madrid, Sevilla y Granada estos viajes están recogidos en: Las Lettres d’Espagne, el libro está formado por las cartas reales que envío a sus amigas, fundamentalmente dirigidas a su amiga Charlotte de Grammont, las conocemos gracias a que fueron editadas por Louis Veuillot, escritor y amigo de la viajera. Para sus desplazamientos utilizó el ferrocarril, la diligencia o el caballo

Monárquica, conservadora y profundamente católica. Admira el patrimonio eclesiástico cultural español porque representa la religiosidad española. A su vez le invade una nostalgia por la pérdida de esa religiosidad y de las tradiciones españolas en los países modernos europeos:

" ¡ Les digo que España me parece un espectáculo maravilloso, un paraíso! Por todas partes se ve los vestigios brillantes de esta potencia que fue la primera del mundo, de esta reina de naciones que no veía en absoluto el sol acostarse sobre sus dominios; que se siente  al marchar sobre una tierra santa, regada de la sangre de los héroes cristianos; ¡ qué aquí la fe todavía domina, gracias a Dios, y qué verdaderamente es la nación católica de las Teresa, de los Ignacio de Loyola, de los Franciscos Javier! La gran nación del Cid, de Vargas, de Isabel-la-Católica, de JIménez, etc”

 De este modo es contraria al progreso y a la revolución porque destruye conventos, y el trabajo en las fábricas envilece a los obreros Así cuando visita Granada, que lo relata en las cartas: XXVII, XXVIII, XXIX, XXX, XXXI, se siente transportada al reinado de Boabdil, a la Granada nazarí, hasta el punto de identificarse con las favoritas del rey. Le invade la nostalgia de un esplendor desaparecido, el del mundo islámico, reconociendo el prestigio de sus científicos, de sus literatos y de sus arquitectos:

Veo a los reyes moros rindiendo allá, bajo este soportal poético la justicia para sus sujetos; veo sus brillantes trajes y sus caballos  vestidos  magníficamente; veo a las sultanas, y los aparejos de un  torneo. Oigo a sus poetas cantar a Allah

En Juliette de Robersart, aparecen los temas propios de los románticos:

-compara el norte con el sur Castilla (un desierto), Andalucía (un vergel) en cuanto a los caracteres el español es: orgulloso, de pocas palabras, hospitalario, cortes, caballero, de pasiones ardientes…) y del andaluz dice ( alto, moreno, viril, elegante, ingenioso, amante del placer, y cuyos placeres se resumen en : beber agua, fumar y tomar el sol..

Córdoba y Granada, envueltas en el hechizo de su pasado musulmán,  la retendrían durante sus dos viajes, no variando un ápice ni su asombro, ni su admiración ante los tesoros que se encierran en ellas.

-la belleza de las mujeres: poseen cabellos de ébano, sus ojos brillan como el fuego…Para terminar su libro desde el balneario Bagnères de Luchon :

“Ya estoy en tierras de Francia, arrojada desde el país de las hadas a una bañera”

Modernas (viajeras del último tercio del S. XIX, viajarón en tren): Marie Bashkirseff, Louise Bourbonnaud, Jane Dieulafoy,  Jane Fancy,  Maria Star.

Marie Bashkirseff

De origen Ucraniano, viajo por Europa acompañada de su madre, fue una ferviente defensora de los derechos de las mujeres, escritora y sobre todo pintora, sus cuadros se conservan en el Museo d’Orsay, aunque algunos fueros destruidos por los bombardeos de los alemanes durante la segunda guerra mundial. El relato de sus viajes por España aparece publicado en su Diario en 1887.

Llega a Granada el 27 de octubre de 1881, huyendo de la horrible Sevilla, según dice, y se queda durante tres días, su gran desgracia es no poderse quedar durante seis meses o un año… Se siente entusiasmada contemplando y pintando la Alhambra, los gitanos del Albaicín, tiene tantas cosas para ver que no sabe por dónde empezar. Visita la cárcel, al día siguiente de llegar, para pintar a los presos, y la recorre acompañada de seis prisioneros que le sirven de guía.

Todo en Granada le parece maravilloso, considera que el monumento de la Alhambra, es lo más bello del mundo, con sus vistas y las vistas al Albaicín, todo lo quiere pintar. Los jardines del Generalife, le parecen una sucursal de paraíso.

Pasa un día entero en las cuevas con los gitanos, se queja del frio que hace, glaciar, dice. Para una artista, los gitanos, tienen un aspecto precioso, con los extranjeros son muy amables, no tanto con los españoles que les desprecian.  Lo único que la echa de Granada es el frio. Si bien huye de los tópicos, si se le escapan algún que otro como por ejemplo: los españoles no hacen nada…, cuando se para en una calle para pintarla.

María Bashkirtseff despertó la curiosidad de Emilia Pardo Bazán, «mujer rusa e ilustre», recibiendo el encargo de José Lázaro Galiano para referenciar su obra en la revista “La España Moderna”.

Louise Bourbonnaud (18..-19..?) no se sabe exactamente su fecha de nacimiento, viaja en tren.

Viuda en 1875, Louise Bourbonnaud decide viajar y descubrir el mundo y sus habitantes. Intrépida, temeraria y ávida de aprender recorre el mundo: América, Asia, África, Europa. Fue una mujer moderna y en sus viajes tuvo que enfrentarse a situaciones difíciles. Participa en la fundación de la Sociedad de ayuda a los heridos del Ejército de tierra y mar. Que más tarde será la Cruz Roja. Dota a la Sociedad Geográfica de Paris de una dote de 350 francos, un premio destinado a recompensar los relatos de los grandes viajeros. Fue, igualmente la madrina de la rose « Louise-Bourbonnaud »

Seule à travers 145.000 lieues terrestres, marines et aériennes. Premier voyage. Europe (45.000 lieues), Espagne, Portugal, Gibraltar, Maroc. Paris s. d.

“¡Qué naturaleza impresionante la de la mujer! ¡ nada asusta,nada le hace perder la cabeza!.... ¿Sin hombre que hará? ¿Cómo se desenvolverá, la pobre? Y bien he querido mostrar yo, mujer,  que estas ideas emitidas, anteriormente, sobre la mujer comienzan a estar atrasadas. Joven todavía, gozando de una fortuna bastante grande, viuda, es decir, dueña de mis acciones, me  he propuesto dar la vuelta al mundo”

El Capítulo VIII de su “Sola a través de 145.000 leguas…”. Está consagrado a Granada. Empieza diciéndonos que: “La ciudad de Granada o Granada, es de las más alegres de España, posiblemente a causa de sus numerosos paseos, y sin duda y sobre todo a causa de Alhambra, este palacio maravilloso y árabe”

A continuación nos da información sobre la historia de la ciudad, sobre la Alhambra:

“Todas estas maravillas reunidas en un solo monumento hacen soñar. Qué riqueza y qué lujo de detalles   en estas construcciones árabes”.

Compara la ciudad con la Alhambra y todas las calles le parecen tristes después de la visita a la Alhambra: « Cuantas calles de Granada me parecen tristes después de haber visitado la Alhambra” 

En España, y concretamente en Granada se come fatal: « Debo decir que he comido fatal en Granada y se bebe un vino malísimo en España »

Considera que hay casas muy bonitas en Granada, pero al lado de estas se encuentran otras que son horribles y enfrente de la Alhambra están las cuevas: «Pero al lado de estas casas lujosas, las  hay horribles. En la colina ( los peñascos, dice ella) que está  frente de la Alhambra están las cuevas en las que viven Gitanos o Bohemios»

Se queja de lo mal que está construido el ferrocarril y de cómo la gente se sube y se baja del tren cuando quiere, hablando con el maquinista para que le apee donde el pasajero considere. Después de este capítulo en el capítulo IX nos describe Córdoba, diciéndonos que las tres grandes curiosidades de España son la Mezquita, el Alcazar de Sevilla y la Alhambra.

Jane Dieulafoy  (1851, 1916, Toulouse).

 Estaba casada con el arqueólogo Marcel Dieulafoy (¡interesado en la arquitectura de Oriente),  acompañó a su marido en todas las expediciones que hizo, disfrazada o con vestimenta masculina, porque consideraba que una mujer vestida de hombre tenía más libertad para desplazarse.

Realizaron dos expediciones a Persia, la primera entre 1881 y 1882, a la demanda del ministerio de Instrucción Pública con el fin de hacer excavaciones. Jane Dieulafoy nos relata su viaje lleno de anécdotas sobre la vida y la historia de este país. Era elle, quién hacía la fotos .Descubriendo en las excavaciones el “friso de los arqueros” que se guarda en el museo de Louvre en una sala que lleva su nombre, Dieulafoy. Por este hallazgo, recibió la legión de honor. Siembre vestida de hombre, se la conocía en Francia como “la mujer que se vestía de hombre”. Obtuvo del prefecto de Paris permiso para vestirse así “autorización de travestismo”, esta vestimenta fue aceptada, sin problemas por la comunidad científica y intelectual masculina no así por la comunidad femenina, fue criticada, por una revista feminsita de la época como « La Fronde » . Escritora, publicó varias novelas, sin mucho éxito y decide dedicarse solo a la literatura de viajes. Entre 1888 y 1914 realiza viajes a España que recogió en dos volúmenes: Aragon et Valence y  Castille et Andalousie. Cada volumen está dividido en 12 capítulos, sigue un ordenamiento geográfico aunque no tiene fecha, la autora se detiene a menudo en descripciones de edificios y obras de arte y presta atención a lo que pasa en la calle, plazas etc.

En sus obras defiende los derechos de las mujeres, nos da una imagen de mujer fuerte, inteligente y responsable con los mismos valores que el hombre al que considera igual que la mujer. Una de las razones que se pueden esgrimir para que adoptara la vestimenta masculina, puede ser, que no estuviera de acuerdo con el modelo femenino de su tiempo, y para afirmarse de sus cualidades intelectuales y tener los mismos derechos de los hombres, Jane Dieulafoy se masculiniza. Sin embargo se opuso siempre al divorcio de las mujeres criticándolo de una manera violenta en su novela: Déchéance.

Algunos biógrafos dicen que realizó más de 20 viajes a España todas sus vivencias en España le sirvieron para conocer no solo las regiones españolas, sino también su historia, escribió un libro sobre Isabel la Católica: “Isabelle la Grande reine de Castille” (1451-1504).

En sus relatos de viajes, da la impresión que viaja sola, utiliza la primera persona, y hace pocas menciones a Marcel Dieulefoy, su marido, a menudo habla de son compañero.

Sus libros son obras de erudición, están consagradas a la descripción de los tesoros artísticos y carecen de ese calor humano que caracterizan otros relatos de viajes.

Sin embargo cae en ciertos tópicos:Pone de manifiesto la diferencia entre el Norte y el Sur, resaltando los valores del Norte en contraposición a los del Sur:

Reconoce la religiosidad en España, reconociendo que el español del sur “es menos recogido”. Por otra parte sus escritos pone de manifiesto los estereotipos españoles que nos persiguen siempre: fanatismo religioso, dormir mucho y trabajar poco, apático en razón a herencia oriental….

“Si alguien ha querido subir a la Alhambra, me agradecerá que no insista, como me estará agradecida por no haberla descrito un mil veces lo que sus ojos pueden admirar. A  quién la vea que goce de su vista y a mí de callarme y dar la palabra a su belleza”

Fancy, Jane. Quelques jours en Espagne et en Algérie. Paris: Librairie de Paris, 1891.

No se conocen detalles de su vida. Realiza el viaje en compañía de un grupo de turistas en lo que se refiere a España, nos describe: Madrid, Sevilla, Granada. Al llegar a la ciudad, a Granada, se queja del mal estado de la calzada cosa que el cochero utiliza para arremeter contra el Ayuntamiento que no arregla las calles porque se queda con el dinero: “La culpa la tiene el ayuntamiento que se guarda el dinero”.

Se extraña de la figura del Sereno, que este toda la noche silbando para alejar a los ladrones. Al día siguiente las calles no le parecen tan tristes como por de noche, pero las casas no tienen la alegría de las casas de Sevilla. Describe la Alhambra, primero los jardines: “celle promenade d'été des Grenadins, créée par Wellington, et dont chaque arbre aurait été envoyé d'Angleterre. » (p.84). Por los jardines encuentran a las gitanas que les echan la buenaventura. Cuando llegan a los Palacios: “Aquí (los palacios) se queda alucinada! Sobre todo teniendo la gran suerte de estar sola contemplándolos!!”

Compara Granada con Italia: « Esta Granada que bien pudiera rivalizar con las repúblicas italianas»

Describe a los gitanos, que le parecen salvajes, pidiendo dinero… a las mujeres gitanas, que las encuentra feas pero la vestimenta elegante. Una vez visitada la Alhambra, visitan la ciudad con las iglesias, que encuentra que son maravillosas: la Catedral, la iglesia de San Jerónimo, la Cartuja.

Hace comentarios sobre la gente que demuestra la superioridad: El Albaicín, le parece curioso y muy peligroso, habitado por gitanos.

Finalmente es hora de irse:

“En este país casi salvaje las llegadas y los regresos son complicados; no hay más que un tren al día y es a las cuatro de la madrugada” y termina con esta frase :“En cuanto a mí, durante mi rápida travesía por  España, no  encontré  a ningún bandolero, pero sí, en cambio,  me rocé con mucho de vulgares ladrones”

Stern, Mme Louis.  Ernesta Stern (Marie Star)

Ernesta Stern (8 de diciembre de 1854, Trieste – mayo 1926), de soltera Maria-Ernesta de Hierschel, escritora y filántropa. Escribió con seudónimo, varias comedias, narraciones, libros de aforismos y relatos de viajes. En sus “Impressions d’Espagne”, nos cuenta el viaje que realizó acompañada de su hija y varios amigos entre el 14 de enero y el 2 de marzo de 1899. En este viaje visitó Fuenterrabía, Madrid, Córdoba, Gibraltar, Tánger, Ronda, Granada, Sevilla… Es un libro muy bien documentado en el que, la autora manifiesta sus conocimientos artísticos e históricos, contiene numerosas fotografías, que son tomadas por la autora.

La autora llega a Granada en tren, en el mes de Enero, se aloja en el Hotel Washiton, y utilizan como medio de trasporte para llegar al hotel desde la estación las mulas, que según nos cuenta las mulas se niegan a subir la cuesta y tienen que subir andando y además de noche ciega. Por la mañana pueden admirar Granada, la misma autora nos dice el refrán: “Quien no ha visto Granada no ha visto nada”. Nos describe Granada rodeada de montañas, que la protegen, nevadas y verdes. Cuando llega a la Alhambra, entrando por la puerta de la Justicia, se encuentra con el Palacio de CarlosV:

 “Desagradablemente sorprendida por la devastación que se hizo bajo las ordenes bárbaras de Carlos V [….] arrasando el palacio de invierno del que no queda ningún vestigio, para construir un pesado y triste palacio que no han terminado nunca[…] y que aparece privado de gusto al lado de la Alhambra tan seductora en su feminidad (feminilité)”

Nos va describiendo la Alhambra con todo su esplendor, haciendo continuas referencias a lo masculino y femenino:

“La impresión que se descubre en el patio de los leones es más viril […] Los ojos se centran en la fuente del medio, que está sujeta por doce leones que tienen un aspecto fiero, emblema de la fuerza y de la generosidad y que nos reconforta del arte tan femenino que adorna el resto del edificio” .

 “Me atrevo a confesar que aprecio sobre todo la arquitectura potente, viril, guerrera, la que responde al ideal de grandeza de una nación, que mantiene en los pueblos el culto de Dios y el patriotismo

Cuando sale de la Alhambra se encuentra con un gitano- Mariano Fernández, “vestido con un pintoresco traje y que habrá posado para pintores como Fortuny”

Nos va describiendo la ciudad, su historia, sus monumentos, el libro está plagado de fotografías hechas por la autora: de la alhambra, de la ciudad de los gitanos….

Nos recuerda que hay que recorrer Granada a pié o en coche, sin olvidar las cuevas donde viven los gitanos: “algunas limpísimas y muy cuidadas” (pág. 136). Y nos lo describe como: “delgados, elegantes, ligeros, felinos, poseen el encanto de razas puras… están envueltos de misterio… sus hijos tienen una inteligencia y precocidad remarcables” (pág. 136-137) Abandona Granada a primeros de febrero y nos dice:

“todo lo que he vivido, me deja en el corazón una sensación inolvidable que voy a tratar de dárselo a la escritura…. Hay en la vida minutos que no olvidamos nunca y que nos dejan la impresión, rara en este mundo, de alegría completa, en la que la naturaleza, el arte y los recuerdos del pasado se mezclan para fundirse en la historia de nuestro corazón”

Abandona Granada, y parte para Sevilla donde permanece once días. En sus múltiples fotografías que hace y que podemos encontrar en su libro, aparece, la única fotografía del Colegio-Universidad que fundara Maese Rodrigo de Santaella, (pág. 159) en Sevilla, la hizo María Star, la foto está fechada en 1899; se publicó en su libro francés titulado "Impressions de l'Espagne", que se encuentra en el Laboratorio de Arte de la Universidad de Sevilla, donde fue encontrada por la profesora María Jesús Sanz en 1977.

Termina su libro diciendo que guarda de España una gran recuerdo que lleva en el corazón y que “como madre y como mujer se siente profundamente emocionada por el culto que los españoles conservan, todavía a la madre y a la mujer, no reconocidos en otros países” (pág. 209).

 Nos recuerda a modo de alago que la mujer conserva su apellido y su personalidad, contrariamente a lo que pasa en Francia.

Claude Vignon (personaje de "La Cousine Bette", novela de Balzac). pseudonyme de Marie-Noémi Cadiot, (1832-1888).

Novelista, escultora, periodista, escribió bajo el seudónimo de H. Morel, y también con los nombres de sus maridos, Noémi Constant, Noémi Rouvier, finalmente adoptó el nombre de su segundo marido: Noémi Rouvier

Como escultora participó en la ejecución de las Bajos-relieves  de la Fuente de Saint-Michel y en la decoración del Louvre et de las Tuileries. Realiza, igualmente, las cuatro figuras del Alto Relieve del Porche de la Iglesia de Saint-Denis-du-Saint-Sacrement: La Fuerza,  La Justicia, La Prudencia et La Templanza.

 Marie-Noémi Constant es novelista escultora, crítica de arte y revolucionaria que desempeñó un papel activo en el movimiento feminista de la Revolución de 1848. Frecuentó el club de mujeres de Mme Niboyet y escribió novelas con el seudónimo de Claude Vignon en "Le Tintamarre" et "Le Moniteur du Soir". Después de su matrimonio con Maurice Rouvier, publicó con el nombre de H. Morel. Está enterrada en el cementerio de Père-Lachaise.

Un decreto de 26 de agosto de 18866, autorizaba a Mme Constant a llevar el seudónimo Claude Vignon ya que era conocida como escritora con este nombre.

Realizó un breve viaje a España que relata en “Vingt jours en Espagne”, Paris: Monniet et Cie, 1885

El libro de Mme Rouvier, está dividido en 8 Capítulos, sin fechar, empieza con un relato muy irónico sobre los peligros, las incomodidades de los viajes a España que los viajeros habían descrito de una manera tan novelesca.

“Acabo de regresar de España: No asesinan allí a los escritores franceses, Gracias a Dios! Y aquí estoy de vuelta sin contratiempos e incluso en bastante buen estado. Se habla mucho de España pero se va poco a visitarla”….

Ella introduce la idea del viaje moderno, por lo tanto, el relato de las anteriores viajeras deja poco a poco de existir y las ideas estereotipadas y tópicas de las románticas van a ir desapareciendo poco a poco. Por lo menos se reconoce el valor del tópico, bien  sea negativo o positivo: mala comida, suciedad, la pasión del español… Nos habla de la España más real, no tan romántica. Encuentra pobreza, atraso. Es pues un relato más

Anexo

Breve relación de viajeras (selección)

Anexo

Duquesa de Abbrantes (Laure Permon) (1784-1835).

-1836, Scènes de la vie espagnole. Paris : Dumont,

-1837, Souvenirs d'une ambassade et d'un séjour en Espagne et au Portugal, de 1808 à 1811, Paris : Ollivier.

Marquise d’Auxais Léziart de Lavillorée (1827-1896). (seudonimo de Ida Marguerite d’Auxais d’Haudienville).

-1878,  Impressions d’une solitaire en Espagne, Paris, Ed. Oudin frères.

Marie Bashkirseff (1858-1884) « 

-1890 Journal de Marie Bashkirseff, Paris, Ed. Charpentier.

Joséphine de Brinckmann  (Dupont Delaporte) (1808- ???). « Promenades en Espagne pendant les années 1849-1850 » (1852).

Louise Bourbonnaud (¿¿¿- ???). « Seule à travers 145.000 lieues terrestres, maritimes, aériennes » (s.d.).

Madame C. de la B. (1882) « Impressions de voyage d'une Parisienne en Espagne, Algérie et Italie ».

Jane Dieulafoy (1851-1916).  Castille et Andalousie, Burgos, Valladolid, Avila, Ségovie, Tolède, Cordoue, Séville, Grenade. Paris : Hachette, 1908

Jane Fancy (¿¿¿- ???) « Quelques jours en Espagne et en Algérie » (1891)

Thérèse Figueur (1774- 1861) « Les Campagnes de mademoiselle Thérèse Figueur »,  escritas al dictado por Saint-Germain Leduc

Florinda (Mme D.) (1858), (née R. F. de A.) « Récit d’une jeune femme » (1883)

Madame Fritz (¿¿¿- ???).(Fotográfa) .

Valérie Boissier, de Gasparin, condesa de Agénor (1813 ?- !894 Andalousie et Portuga (1886).

Henriette-Lucy, Marquise de La Tour du Pin-Gouvernet

(Henriette-Lucy Dillon). (1770- 1853). « Journal d'une femme de 50 ans » (1907).

Mme Ratazzi (Maria Laetitia Bonaparte-Wyse) (1831-1902)

« L’Espagne moderne ». (1879).

Rambourg, Marguerite (¿¿¿- 1903) (Seudónimo Jean Roanne)  « Voyage en Espagne » ( 1905).

Juliette de Robersart, Contesse.  (1824-1900) «  Lettres d’Espagne » (1865)

Maria Star, Mme Louis Stern. (Ernesta de Hierschel   de Minerbi) « Impressions d’Espagne », (1900)

Mme Suberwick (Victor Féréal)  (1784-1838) «L´Espagne pittoresque, artistique et monumentale », (1847). Escribió con Manuel Galo de Cuendías.

Claude de Vignon (Marie- Noémie Cadiot) 1828-1888). « Vingt jours en Espagne », (1885).

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