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que la especie se comporta como pionera en
aquellos lugares donde la comunidad vegetal ha
sufrido algún disturbio de alta intensidad, como
tala, incendio o rolado con la destrucción total
o parcial de los estratos arbóreos (Rollhauser y
Uhaldegaray, 2015). Cabe mencionar que
también se ha registrado, en picadas corta
fuegos que fueron repasadas la estación anterior,
como especie dominante con una gran
producción de fitomasa aérea y de semillas (C.
Suárez, com pers).
Algunos aspectos para destacar de esta
especie están vinculados a la frecuencia
irregular de aparición en los pastizales y estratos
graminosos herbáceos del caldenal donde se
presentan grandes manchones muy densos en
determinados años y ausencia total en otros,
teniendo un comportamiento bastante variable
y estocástico; y a la toxicidad que posee que no
siempre se manifiesta con signos de
intoxicación en el ganado doméstico. Dicha
toxicidad se debe a la presencia de alcaloides
derivados del aminoácido triptófano compuestos
químicos comunes en el género Phalaris
(Odriozola et al., 1991). Si bien existe poca
información sobre la acumulación de los
alcaloides, en otras especies de este género se
ha evidenciado una mayor concentración en
láminas y vainas respecto al resto de la planta
(Marten, 1973), aún más en el rebrote vegetativo
joven (Woods y Clark, 1971).
Así como numerosos trabajos mencionan a
esta especie como tóxica para el ganado (García
y Capelli, 2016; Job Serodio, 2011; Odriozola
et al., 1991; Odriozola, 2015;), muchos otros
(incluso contemporáneos) solo indican su buena
calidad forrajera (Rodríguez et al., 2016; Rossi,
2014; Rossi et al., 2009). De alguna manera,
esto evidencia que no siempre la toxicidad de la
especie ha sido percibida por el productor en su
manifestación de intoxicación y hasta muerte
del ganado (Job Serodio, 2011; Odriozola et al.,
1991; Odriozola, 2015). El hecho de formar
parte de la flora nativa de los pastizales de la
región (Cano et al., 1980; Prina et al., 2015;
Traverso et al., 2005; Troiani et al., 1993)
sugiere que con seguridad ha sido consumida
junto con otras especies por lo que la toxicidad
no se habría manifestado. En este sentido, su
presencia en estas áreas podría ser un
complemento en la producción ganadera. Sin
embargo, los altos índices de toxicidad y
mortalidad de ganado observados durante los
últimos años (Miranda et al., 2017) por el
consumo de esta especie podrían estar
relacionados con su dominancia en la
comunidad del pastizal -su importancia en la
dieta del ganado-, y el manejo del pastoreo.
Las intoxicaciones se pueden presentar en
cualquier momento del año siendo diversos los
factores que se han relacionado con el aumento
del contenido de estos metabolitos en la planta
o de aquellos que pueden intervenir en la
manifestación de la toxicidad.
Las situaciones de toxicidad en el ganado
pueden depender de la conjugación de varios
factores ya sean vinculados a la planta, al
ambiente o al animal. Entre los dos primeros, se
puede mencionar el estado fenológico, órgano
de la planta, el rápido crecimiento (o rebrote)
posterior a intensas lluvias precedido por
sequías o heladas extremas (situaciones de
estrés para la planta) (Bourke, 1998), la
fertilidad del suelo (contenido de algunos
minerales como Nitrógeno, Azufre, Fósforo,
Potasio, Magnesio, Boro, Calcio, Cobalto) y la
radiación solar incidente (reducción por
nubosidad o sombreo por canopeo) (Anaya
Lang, 2003; Gallagher et al., 1966;). En cuanto
a los vinculados al animal, se encuentran la
selectividad de pastos que podrían ser forrajeros
pero tóxicos y el manejo del rodeo con altas
cargas que obliguen al ganado a ingerir todo tipo
de pastos (no selectividad), entre los que se
podrían hallar especies tóxicas que en otras
situaciones serían evitadas (Avendaño Reyes y
Flores Gudiño, 1999), entre otros.
Teniendo en cuenta todo lo expuesto,
adquieren relevancia los estudios sobre la
demografía de estas especies problemáticas, ya
que incluyen aspectos del banco de semillas, el
establecimiento de plántulas, el crecimiento
(asignación a estructuras vegetativas y
reproductivas), la floración y fructificación
(Harper, 1990; Silvertown y Doust, 1997). En el
caso particular del alpistillo es interesante
conocer de qué manera influye el canopeo sobre
el desarrollo de sus poblaciones dado su
posibilidad de uso forrajero y sus explosiones
demográficas variables. Por ello, el objetivo de
Suárez, C.E., Sánchez Rinaldi, B., Arrigone Ghizzo, R. Fioravantti, I.V., Rossini, M.S., Ernst, R.D., Morici, E.F., Estelrich, H.D.
SEMIÁRIDA,Vol. 33, N° 2. Julio-Diciembre 2023. ISSN 2408-4077 (online), pp. 43-55