http://dx.doi.org/10.19137/qs.v28i1.7390


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RESEÑAS

Diego Armus (Dir.) Sanadores, parteras, curanderos y médicas. Las artes de curar en la Argentina moderna.  Fondo de Cultura Económica, 2022, 370 páginas.

Beatriz Teixeira Weber

Universidade Federal de Santa Maria

Brasil

Correo electrónico: beatriztweber@gmail.com

ORCID: https://orcid.org/0000-0003-0775-9928

Traducción: María Silvia Di Liscia

Conicet/UNLPam. Instituto de Estudios Históricos y Sociales de La Pampa

Argentina

Correo electrónico: silviadiliscia@gmail.com

El 3 de diciembre de 1929, tres mil personas se reunieron en la plaza central de Jujuy frente al palacio de la gobernación para exigir el regreso de Vicente Días, un manosanta expulsado de la ciudad en la madrugada de ese día. El gobernador fue rodeado por un grupo de mujeres y hombres que venían del edificio del Consejo de Higiene donde no encontraron a su presidente, que fue el encargado de despedir a Vicente Díaz. Esa multitud enfrentó a la policía y al ejército con el resultado final de cuatro heridos. El ministro de Gobierno prometió el regreso del manosanta. Este relato recupera un inusual movimiento de apoyo de un curador en una ciudad con 15.000 habitantes, y muestra, a la vez, su relevancia en la comunidad.

Es uno de los curanderos que presenta el libro organizado por Diego Armus para comprender las diversas formas de sanación en el interior de Argentina. Eclipsados del pasado, Vicente Díaz y muchos otros retornan en estas páginas frente a una historiografía que privilegiaba la organización médica formal y corporativa. Juan Pablo Quinteros, Alberto Díaz de la Quintana, Teresita y Ana, Fernando Asuero, Jesús Pueyo, Jaime Press y Verona, entre muchos nombres que encabezan los artículos, evidencian a varios de los profesionales invisibilizados a lo largo de la historia.

Vicente Díaz nació en Gran Canaria y trabajó en una fábrica de tabaco como empacador en Buenos Aires. Viajó por todo el país imponiendo curas con las manos, decía que Dios actuaba a través de ellas y que sus curaciones representaban un don adquirido por la fe, sin recibir retribución monetaria a cambio. Atribuía su efectividad a la acción de espíritus que operaban desde dimensiones materiales. Un gran número de personas creyeron en sus poderes milagrosos y se reunieron para exigir su regreso a la ciudad luego de haber sido expulsado del hotel en el que se alojaba. Ya lo habían erradicado de Salta, donde la corporación médica local había exigido su expulsión. Tenía excelentes referencias por intervenciones exitosas y gratuitas a enfermos incurables, a quienes atendía en sus domicilios con la presencia de público.

Personajes como Díaz reciben diferentes nombres: pueden ser espíritas, manosantas, curadoras, parteras, hipnotizadores, trigeminadores, holistas terapéuticos, homeópatas, sacerdotes, terapeutas orientalistas o también brujas feministas. Con un recorrido desde el siglo XIX hasta parte del XXI, Sanadores, parteras, curanderos y médicas. Las artes de curar en la Argentina moderna permite comprender tales términos, y nos acerca a la trayectoria de esos individuos que actuaron cotidianamente entre la población argentina.

El libro tiene el mérito de presentarnos cómo esas actividades llegaron al siglo XXI: las investigaciones demuestran su existencia en hospitales contemporáneos, en densas áreas urbanas y, en general, en la vida diaria; también compara los curadores en períodos diferentes y señala su permanencia a lo largo del tiempo, aún con similitudes y diferencias. Los trabajos de experimentados investigadores exploran, con datos efectivamente contrastables, el contexto histórico en esos espacios y momentos para explicar su funcionamiento pasado y presente.

El texto utiliza una gama de documentación en el mejor estilo historiográfico, por el cual todo material puede ser fuente histórica. Los autores y autoras esgrimen con maestría testimonios, periódicos, informes de los órganos administrativos y de las Juntas de Higiene considerados como tradicionales para la comprensión del pasado. Además se sirven de patentes de invenciones, letras de tangos y pasodobles, obras de teatro, folletos y novelas, innovando así las posibilidades de abordaje de la curación de forma sorprendente.

En el libro también se presenta a los personajes como individuos con trayectorias vitales complejas, mapeando sus recorridos internacionales y nacionales. Los curadores adquieren intensa vida a lo largo de las páginas y permite comprender la densa trama de sus actuaciones y la vida en las comunidades. Son relaciones de sanación entrelazadas por la política, la sociedad, las estrategias de divulgación y las prácticas de consumo, todo ello en transformación. Tales novedades para la comprensión del fenómeno de la sanidad no son tratadas comúnmente por otras investigaciones, como por ejemplo al integrar el episodio de la manifestación popular en Jujuy a la interpretación histórica.

Pocos libros reúnen a un grupo de investigadores tan calificados y maduros como este que organizó Diego Armus. La experiencia acumulada por autores y autoras argentinas viene de larga data, con una producción densa y consistente, dado que ya inquirieron en la temática de la sanidad en distintas formas y presentan aquí el resultado de sus últimos trabajos, enfocándose en la medicina, las prácticas formales, las enfermedades y en otras tradiciones de curación muy presentes en la sociedad argentina, así como en todo el mundo. Como afirma José Ignacio Allevi en uno de los capítulos: los practicantes letrados y legalizados son una de las piezas, y quizás la menor, en el caleidoscopio de las artes de curar, que incluye curanderos, parteras, flebótomos, comerciantes de remedios, boticarios, espíritas y sacerdotes, entre otros.

Las y los autores consideran un largo proceso histórico que incluye relaciones políticas, pacientes con necesidades variadas, cuidadores con experiencias diversas y amplios espacios geográficos. Son mayoritariamente especialistas en historia, pero también en sociología, antropología, ciencia política, psicología y medicina. Presentan un panorama riquísimo que nos impulsa a reflexionar a nivel global, pues nacimiento, enfermedad y muerte son parte de todas las sociedades.  

Con toda la densidad académica de los análisis, el libro posibilita una lectura fluida y agradable, pues ofrece la descripción de las actividades de esos curadores y detalla episodios de sus trayectorias. Seguramente los lectores se identificarán con alguna de las historias que se narran, pues traen a la luz circunstancias presentes en la vida de todos los que asistimos o participamos a través de nuestras propias experiencias culturales.

Las historias recorren desde el siglo XIX hasta la actualidad, con agilidad y conocimiento. Los investigadores presentan las diversas posibilidades de la curación en la vida de los involucrados, incluso en relación con las motivaciones que acercan a los pacientes con los cuidadores, en búsqueda no solo de una cura eficaz sino de comprensión y escucha; asimismo denota la importancia de estas vinculaciones comunitarias para fortalecer la cohesión y el equilibrio social. Uno de los trabajos, a cargo de Betina Freidin, integra el relato de médicos que se aproximaron a la homeopatía a finales del siglo XX y principios del XXI. Los facultativos involucrados en estas experiencias reconocen que la educación ortodoxa recibida excluye enfoques fuera del reduccionismo de la alopatía, pero aun considerando esa formación médica, los procedimientos necesitan asumir la integralidad de los pacientes, sus padecimientos y sus procesos de cura.

Estas angustias se perciben, por ejemplo, en el texto de Ana Lucía Olmos Álvarez sobre la imposición de manos de un sacerdote católico para aliviar síntomas de enfermedades. Cuando se entrevista a los asistentes en la parroquia para los procedimientos, los testimonios referencian los encuentros de médicos y pacientes, donde la falta de interés de los profesionales se une a que los problemas y afecciones de los pacientes son entendidos solamente de manera sintomática, se ignora la experiencia y los procesos corporales. La biomedicina desconoce las emociones e interpretaciones de los enfermos y de sus familiares; ello explica la búsqueda de otros procedimientos: los que consideran a la persona en su totalidad.

Como señala Armus, existe una verdadera cornucopia de términos para categorizar los resultados de las prácticas y saberes en las artes de curar. La conceptualización de todos ellos puede ser útil para dar cuenta de estas muchas curas, aunque tiene limitaciones. Ninguna de las definiciones da cuenta de la porosidad y elasticidad de las zonas matizadas, grises e híbridas de la curación. La amplitud para pensar esos elementos y sus incongruencias como parte de la historia, otorga a estas investigaciones una mayor significación.

Como sucedió con la población jujeña que, en el siglo XX reivindicaba el regreso de un curador, todavía hay una búsqueda significativa de otras y diversas maneras, más amplias, que brinden una comprensión integral de la salud humana. Este texto sobre la historia de estos curadores y sus procesos nos indica el papel de la curación más allá de la hegemonía de la medicina formal, considerando los variados significados de las enfermedades. Esperamos, entonces, más trabajos como Sanadores, parteras, curanderos y médicas. Su lectura es realmente inspiradora.

Diego Armus (Dir.) Sanadores, parteras, curanderos y médicas. Las artes de curar en la Argentina moderna.  Fondo de Cultura Económica, 2022, 370 páginas.

Beatriz Teixeira Weber

Universidade Federal de Santa Maria

Brasil

Correo electrónico: beatriztweber@gmail.com

ORCID: https://orcid.org/0000-0003-0775-9928

Em 3 de dezembro de 1929, três mil pessoas se reuniram na praça central de Jujuy em frente do palacio da Governación para exigirem a volta de um Mano Santa que foi expulso da cidade de madrugada. O gobernador foi rodeado por um grupo de mulheres e homens que haviam passado pelo prédio do Conselho de Higiene, não encontrando o doutor presidente desse conselho, que havia mandado expulsar Vicente Díaz da cidade. Essa multidão enfrentou a polícia e o exército, gerando quatro feridos. O ministro do governo prometeu o regresso do Mano Santa. Esse movimiento inusitado pelo retorno de um curador numa cidade com 15.000 habitantes mostra a importância que tinha esse personagem.

Ele é um dos curadores que o livro organizado por Diego Armus nos apresenta para a compreensão dessas atividades diversas de cura no interior da Argentina. Vicente Diáz é um deles, mas são muitos os que recebem visibilidade nessa publicação. São curadores que foram eclipsados ao longo da história da Argentina, frente a uma produção historiográfica que privilegiava a organização médica formal e corporativa. São curadores como Juan Pablo Quinteros, Alberto Diáz de la Quintana, Teresita e Ana, Fernando Asuero, Jesús Pueyo, Jaime Press, Verona, dentre muitos nomes que encabeçam os artigos, dando evidência a profissionais que foram invisibilizados ao longo da história.

Vicente Díaz Fuentes era natural de Gran Canaria e residia em Buenos Aires, trabalhando numa fábrica de tabaco como empacotador. Ele viajaba pela Argentina fazendo curas aplicando as mãos. Ele dizia que era Deus que atuava através delas, considerando suas curas como um dom adquirido pela fé, não recebendo dinheiro por isso. Ele atribuía sua efetividade pela ação de espíritos que operavam desde dimensões no materiais. Um grande número de pessoas foi acreditando nos seus poderes milagrosos. Eles se reuníram para exigir sua volta à cidade quando foi expulso do hotel em que estava hospedado durante a madrugada. Ele já havia sido expulso de Salta, onde a corporação médica local havia exigido sua retirada. Tinha ótimas referências por intervenções exitosas e gratuitas a pessoas declaradas incuráveis, a quem atendia nos seus domicilios com a presença de público.

As atividades como essas de Vicente Díaz são muito variadas. Esses personagens são espíritas, manosantas, curadoras e parteiras, hipnotizadores, trigeminadores, holistas terapêuticos, homeopatas, padres, terapeutas orientalistas, bruxas feministas. Percorrendo o séculos XIX até o XXI, ler o livro nos permite compreender cada um desses termos e a trajetória desses indivíduos que atuaram no cotidiano da população argentina.

O livro ainda tem o mérito de apresentar como essas atividades chegaram ao século XXI, com autores apresentando pesquisas de como algunas dessas atividades continuam existindo em hospitais contemporáneos em densas áreas urbanas, demonstrando que as curas diversas são presentes na vida de todos até hoje. Alguns textos fazem comparações dos curadores em períodos diferentes, demonstrando a permanência das atividades ao longo do tempo, com similaridades e diferenças. O contexto de cada lugar e de cada época é explorado para explicar como os fenômenos funcionaram e ainda funcionam. São trabalhos de pesquisadores experientes para a execução de comparação com dados efetivamente comparáveis.

Esse amplo quadro apresentado utilizou uma gama de documentação no melhor estilo da consideração de que todo material humano pode ser fonte para a história. Os autores utilizaram periódicos, documentação oficial de órgãos administrativos, das Juntas de Higiene, depoimentos. Essa documentação é considerada a mais tradicional para a compreensão da história, ainda que usada com maestria pelos pesquisadores. Mas eles utilizam também patentes de invenções, músicas, como tangos e pasodobles, obras de teatro, folhetins, novelas, inovando as possibilidades de abordagem do tema da cura de forma surpreendente.

Eles apresentam os personagens como indivíduos com uma trajetória de vida bastante complexa, conseguindo mapear seus trânsitos internacionais e como percorreram a Argentina. Os personagens adquirem intensa vida ao longo das páginas, permitindo compreender a densa trama que envolve suas atuações e a vida nas comunidades. São relações de cura entremeadas por política, estratégias de divulgação, relações comunitárias, práticas de consumo em transformação. Essas novidades na compreensão do fenómeno da cura não são comumente tratadas por outras pesquisas.  A inovação desses autores oferece uma amplitude da percepção da cura como parte da vida de todos os envolvidos, de forma intensa, como o episódio da multidão se manifestando em Jujuy.

Poucos livros reúnem um grupo de pesquisadores tão qualificado e amadurecido como este organizado por Diego Armus. A experiência acumulada pelos autores argentinos já vem de longa data, apresentando artigos muito densos e consistentes. Esses autores já pesquisaram a temática da cura de formas diversas. Eles apresentam aquí o resultado de seus últimos trabalhos. Ao longo de seus enfoques eles tematizaram a medicina, práticas formais e doenças. Foram se preocupando com o enfoque de outras tradições de cura que se fizeram e fazem muito presentes na sociedade argentina, assim como em todo o mundo. Como afirma José Ignacio Allevi, em um dos textos, os praticantes letrados e legalizados são uma das peças, e talvez a menor, no caleidoscópio das artes de curar que inclui curandeiros, parteiras, flebótomos, comerciantes de remédios, boticários, espíritas, sacerdotes, entre outros. Eles consideram um longo processo histórico que inclui relações políticas, pacientes com necessidades variadas, cuidadores com experiências diversas, amplos espaços geográficos. São majoritariamente doutores em História, mas também em sociología, antropología, ciencia política, psicologia e médica. Apresentam um riquíssimo panorama, que nos instiga a refletir sobre a sociedade como um todo, pois nascimento, doença e morte são parte da vida de todas as pessoas.

Mesmo com toda a densidade acadêmica nas análises, o livro é uma delícia de ler, pois oferece a descrição das atividades desses curadores, contando episódios de suas trajetórias, tornado o texto leve e muito palatável. Com certeza os leitores vão se identificar com alguma das histórias contadas, pois traz circunstâncias presentes na vida de todos nós, porque assistimos ou participamos através de nossos grupos culturais.

As histórias percorrem desde o século XIX até os días atuais, com uma leveza e reconhecimento do cotidiano dos envolvidos nessas curas. Os autores nos apresentam diversas possibilidades de compreensão do que elas significavam para a vida dos envolvidos, inclusive atentando para as motivações que aproximam os pacientes dos cuidadores, procurando conforto, entendimento, escuta, não só a efetividade da cura. Os autores apresentam a importância dessas relações comunitárias para fortalecer a coesão e o equilíbrio social. Uma das autoras, Betina Freidin, apresenta o relato de médicos que se aproximaram da homeopatía no final do século XX e início do XXI. Os médicos envolvidos nessas experiências reconhecem que a educação ortodoxa que receberam exclui enfoques fora do reducionismo da alopatía. Inclusive no meio da formação médica, há a consideração de que os procedimentos precisam levar em conta a integralidade dos pacientes, seus padecimentos e seus procesos de cura, que os sofredores precisam ser considerados de forma ampla, com seus múltiplos significados.

Essas mazelas e angústias de todos também é percebida em outras pesquisas, quando Ana Lucía Olmos Álvarez trata de um padre católico que faz imposição de mãos para aliviar síntomas de doenças. Quando ela entrevista os que vão a sua paróquia para os procedimentos, seus depoimentos denunciam as formas do encontró médico-paciente. Eles assinalam a falta de interesse dos médicos, que seus problemas e afecções são entendidos somente de maneira sintomática, desconsiderando a experiência corporal e os procesos dos pacientes. A biomedicina considera-os partes decompostas, que ignora as experiências, emoções e interpretações dos enfermos e dos seus familiares. Daí justificam suas buscas por outros procedimentos, que leve em conta a pessoa em sua totalidade.

Como o organizador da obra, Diego Armus, assinala, há uma verdadeira cornucópia de termos para categorizar os resultados das práticas e saberes nas artes de curar. Todos os termos teóricos podem ser úteis para dar conta dessas muitas curas, mas têm limitações. Nenhum dos conceitos da conta da porosidade e elasticidade das zonas nuançadas da cura. A amplitude para pensar esses elementos e suas incongruências como parte da história faz com os trabalhos sejam tão significativos. Nada é simples nesses grupos heterogéneos até hoje.

Como a população de Jujuy reivindicava a volta de um curador que atendia suas necesidades no século XX, ainda há uma busca significativa da cura de formas diversas, mais ampla, que dê compreensão para o humano de forma integral. O trabalho da história desses curadores e seus procesos nos ensina o papel que a cura tem. Não é apenas a tentativa de hegemonía da medicina formal que atendem a essas necessidades. Mas também a busca de significado para as mazelas de cada um. Que venham mais trabalhos como esse. Sua leitura é inspiradora.