RESEÑAS

Rascovan, S., Levy, D. y Korinfeld, D. Entre Adolescentes y Adultos en la Escuela. Puntuaciones de época. Editorial Paidós (2014)

La obra “Entre Adolescentes y Adultos en la Escuela. Puntuaciones de Época” de Sergio Rascovan, Daniel Levy y Daniel Korinfeld, expone y despliega de manera significativa los términos transmisión, escuela, lazo intergeneracional, lazo pedagógico, lazo social, disciplina, convivencia, etc., orientados hacia ese “entre” de las relaciones entre los adolescentes, la juventud y los adultos, en un campo problemático como lo es el de la subjetividad.
Es un libro que presenta un conjunto de textos que pretenden dar cuenta de la vida de los sujetos en las instituciones, fundamentalmente las educativas de enseñanza media, y del lazo intergeneracional que es su sostén y su motor. Los autores proponen pensar al sujeto de modo dinámico, expuesto y constituido en el devenir, la diferencia y la tensión, para lo cual se tiene en cuenta que los aspectos que caracterizan la época actual provocan mutaciones en las instituciones y en las configuraciones de las subjetividades según coordenadas sociohistóricas, geográficas y ambientales.
La obra presenta Introducción y 9 capítulos. El capítulo primero se denomina “Entre Adolescentes, Jóvenes y Adultos” y pertenece a Sergio Rascovan. En este capítulo, es notoria la formulación teórica y la reflexión que el autor desarrolla. Reflexiona sobre lo que denomina “subjetividades des-sustancializadas” en tanto que refiere a su cualidad relacional, siendo efecto de los procesos de lazo e intercambio que no se cristalizan en identidades fijas. La subjetividad se configura en la diferencia, en su significación se construye en la tensión con todo aquello que uno no lo es: Será pues una configuración que se organiza desde la alteridad / otredad, sin sustancializarse. Por ello cuestiona argumentativamente a aquellos que sostienen que la condición subjetiva adolescente, juvenil adulta se presenta como tema sustancial o esencial, estático, absoluto y ahistórico.
Desde el paradigma de la complejidad, postura epistemológica del autor, expone y describe de modo claro y profundo las diferencias conceptuales entre los términos Subjetividad-Sujeto-Yo. Propone elucidar estas nociones ya que habitualmente se confunden y disminuyen su eficacia simbólica, potencia operativa y pierden su capacidad para producir nuevos efectos de sentido. El autor presenta el desarrollo de estas diferencias conceptuales magistralmente y convoca a que cada uno reflexione para posicionarse o no.
Como el revés de la subjetividad instituida, siendo la subjetivación la operación capaz de intervenir sobre la subjetividad y el lazo social instituido.
En la noción de sujeto que enfrenta la concepción de individuo como indiviso, homogéneo y encapsulado en sus propios limites.
Como modelo de identificación ya que el proceso de identificación es la operatoria psicológica por la cual el yo establece relaciones con los otros, hace lazo.
Finalizando el capítulo Rascovan realiza un análisis pormenorizado acerca de la autonomía y deja bien en claro que el rol del adulto tiene sentido si es para sostener, defender y extender la condición que tienen niños, adolescentes y jóvenes como sujetos de derechos, y articuladores responsables de promover, sostener y soportar los procesos de subjetivación en la acción cotidiana tanto en el ámbito educativo como social.
El segundo capítulo de Daniel Korinfeld “Transmisión y Práctica Institucionales” explica que la fragilización de los lazos sociales marca como aspecto critico lo que pasa y se pasa entre las generaciones, por ello la cuestión de la transmisión intergeneracional está analizada desde sus “interferencias” y desde las prácticas que se despliegan en la vida de las instituciones.
Utiliza el análisis de distintas narrativas (entendidas como discursos hegemónicos que se corresponden con prácticas institucionales), pero en una narrativa particular la “narrativa zombi” como metáfora para dar cuenta de las persistentes formas de rechazo y negación de la condición de sujetos de derechos de adolescentes y jóvenes que se verifican en gran parte de las prácticas institucionales. Transmisión intergeneracional donde triunfa la premisa del “destino inamovible” “de lo inevitable” del discurso hegemónico (según el cual nada puede hacerse y por ello lo único que queda es destituir al “no humano”, al “muerto-vivo”, al extraño, al otro), como el que expresan las distintas figuras de la distopía zombi. Estos modos de mirar al otro persisten en las practicas: estigmatización, segregación y microsegregación, fundamentalmente a través de dos estrategias de control: 1) La judicial: criminalización, judicialización y 2) Psiquiátrico-Psicológica: patologización, psicopatologización, medicalización.
Daniel Korinfeld habilita con su reflexión a pensar que el antagonismo entre inevitabilidad y evitabilidad de los acontecimientos, se salva por medio del rescate de la ética. En definitiva, el relato del “destino inamovible”, versa sobre la legitimidad de una profunda desigualdad social. En cambio, el rescate de la ética de la condición humana, “nos permite decidir que no existe lo inevitable, al menos respecto del futuro de nuestras sociedades”.
En este sentido el autor proporciona herramientas intelectuales y de acción para cuestionar los modos de transmisión que hacen de la creencia en la inevitabilidad del presente y la negación de toda construcción alternativa del futuro como lo fueron las verdades sagradas de la modernidad.
El tercer capítulo se denomina “Subjetividades en la Era Digital” por Daniel Levy.
La pregunta que orienta al autor es: ¿Cómo se constituyen las subjetividades a partir de las prácticas y los discursos que en cada época atraviesan a los sujetos?
Los cambios con las nuevas tecnologías, surcados por la velocidad que insiste en transformar el tiempo en inmediatez y la vivencia en instantaneidad, se han incorporado a nuestras vidas cotidianas, han impactado en las sociedades, en las instituciones y en las subjetividades. Este fenómeno dio lugar a la caracterización de las sociedades de la información y del conocimiento. Hay opiniones contrapuestas respecto a la caracterización, su influencia, los modos en que la información circula, los efectos, usos y acceso a la información.
El autor menciona que las formas de ponderar y nombrar los desarrollos tecnológicos no es unánime y que el análisis de las nuevas tecnologías no puede estar divorciado de la visión de poder y la economía. Daniel Levy nos enseña a sostener una posición crítica frente a los distintos discursos para diferenciar, desocultar y reconstruir intenciones que se presentan como verdades inobjetables.
Como sabemos la gran difusión de las tecnologías digitales caracteriza la época actual. Si bien todos los jóvenes se encuentran afectados e inmersos en estos fenómenos, no todos disponen de estas herramientas ni despliegan las mismas habilidades. Jóvenes conectados y jóvenes desconectados. La información no está distribuida homogéneamente, ni el acceso a los bienes tecnológicos está garantizado para todos. Estas diferencias van marcando imposibilidades de inclusión a nivel laboral y determinan aislamientos culturales y sociales. “Brecha Digital” que no se limita al uso técnico de las computadoras; se traslada a la adquisición de manejos simbólicos, adquisiciones culturales necesarias para manejarse en las redes sociales, desarrollar sentidos críticos, ampliar las miradas y las ideas de lo que nos rodea.
La aparición de las TIC extiende la brecha a la diferencia generacional en el uso y manejo de las tecnologías, se invierten los dominios generacionales sobre los saberes. Levy destaca hábilmente algunos elementos de este circuito invertido que no pueden dejarse de tener en cuenta en una práctica de la enseñanza.
Interesante desarrollo despliega sobre “las redes sociales” como nuevas posibilidades de interacción de los sujetos. Advierte que el usuario no solo es consumidor de información sino que a su vez es productor en estos sitios participativos y como la cultura digital interviene en la construcción del capital cultural y como modifica las formas de adquirirlo y transformarlo.
Daniel Korinfeld es el autor del capítulo cuarto: Espacios e Instituciones suficientemente subjetivados. Este capítulo enriquece el análisis sobre el lazo pedagógico y sobre el aspecto multidimensional que condiciona el proceso de subjetivación en las instituciones educativas, exponiendo claramente la responsabilidad política y subjetiva que se ponen en juego, como así todo aquello que refiere a la cuestión de lo impredecible. Korinfeld ingresa la cuestión de la subjetividad en las prácticas y la conformación de las instituciones, apoyado en el análisis de un acontecimiento acaecido donde se pretendió transformar una escuela pública de la ciudad de Buenos Aires en un centro comercial. Esta situación la analiza, por un lado, como la metáfora del vaciamiento de la escuela retornaba en lo real, y por otro tomo lo que Marc Augé (1993) definió como “no lugares”, como lugares del anonimato. Plantea acertadamente el desafío para que la escuela siga consistiendo “un lugar”, en tanto espacio relacional e histórico. Para dar cuenta que la escuela siga formulándose como “un lugar”, toma una expresión de René Kaes (1989), a partir de la cual plantea una suerte de “antídoto”: generar un espacio suficientemente subjetivado y relativamente operativo.
Por lo tanto la pregunta que lo convoca en el presente texto es precisar esta idea. ¿De qué trata una institución educativa en tanto espacio suficientemente subjetivado y relativamente operativo? Hábilmente muestra los efectos y revela los desafíos al momento de pensar la cuestión de la subjetividad en la vida institucional educativa .El autor tratará de dar cuenta acerca de qué significa esta posibilidad y en que consiste la cuestión del sujeto en el lazo pedagógico. Visibiliza a través de los siguientes preceptos: La subjetividad del alumno, La mutua afectación del lazo pedagógico, Los límites de saber sobre lo subjetivo y La institución como productora de subjetividad, algunos supuestos que se encuentran en el discurso pedagógico tradicional dificultando el abordaje complejo de las relaciones, de la enseñanza, el aprendizaje etc. que desarrollan e incrementan el sufrimiento en las instituciones educativas.
Desarrolla ingeniosamente lo que entiende por “Estar Educador” como así también el concepto “itinerario subjetivo”, es decir los modos en que cada sujeto experimenta su travesía escolar.
El capítulo quinto lo presenta Daniel Levy con el título “De la Red al Aula ¿Una Nueva Ilusión? A lo largo del capítulo y como eje transversal de su escrito el autor nos permite a los lectores ir explicitando la concepción que se tiene acerca de la escuela, del sujeto y de la educación.
Levy comenta que la escuela es una instancia social. La misión por la que fue creada es la transmisión cultural que una sociedad se propone perpetuar en las nuevas generaciones.
Ese espacio social y esas subjetividades están en un cambio dinámico y no siempre la institución escuela está a la par de las subjetividades de los que concurren a la misma. Hoy estamos frente a un nuevo paradigma, el ingreso de las TIC a la institución escolar que no tendríamos que desconocer. Es que a partir de ello el autor se propone analizar las características actuales de la escuela media, sus posibilidades, tensiones y las lógicas que la determinan. Vincula estas características a la incorporación de las TIC y, reflexiona sobre dos situaciones particulares respecto la inclusión de las tecnologías: 1.-la relación pedagógica, las tensiones que se provocan en la relación docente alumno y al momento de pensar el lazo pedagógico y 2.- lo propio de la producción intelectual en el aula en el contexto institucional actual.
Con la siguiente frase “la posibilidad de generar un entramado heterogéneo con los aportes de cada uno”, Levy nos introduce en la reflexión acerca del destino homogeneizador de la institución escolar que tuvo en sus orígenes, y que aún conserva en cierta medida, y que la institución educativa se la puede pensar , como un espejo del capitalismo donde se ofrece información (que no es sinónimo de conocimiento) y donde el tiempo que propone es el tiempo que propone el neoliberalismo (satisfacción inmediata, el conocimiento como mercancía); o habitar la institución educativa que sostenga que lo fundamental de este tiempo es la inclusión social en la convivencia de las diferencias desde un lugar de resistencia y construcción de subjetividad ciudadana y democrática. Con sólidos y profundos argumentos el autor propone nuevas representaciones para pensar el rol como educadores, tolerando la incertidumbre y la contradicción, visibiliza el para qué del docente dentro del aula, resignifica el para qué de la institución educativa y desmitifica con pensamiento crítico los aportes y alcances de las TIC dentro del espacio educativo.
“Convivencias Escolares” por Daniel Levy es el título que compone el capítulo sexto. En este capítulo confluyen las líneas teóricas expuestas en los capítulos 3 y 5.Todas aquellas ideas expresadas con fuerza en un plano más teórico ahora adquieren, visibilidad y consistencia. A leer el capítulo vemos como el propósito de Daniel Levy es desmontar discursos inconsistentes que abruman a la vida escolar y a sus integrantes.
El autor propone realizar un recorrido sobre la convivencia escolar mejor dicho sobre las convivencias escolares”. El plural da cuenta de la pluralidad que va marcando diferentes posibilidades y condiciones que permiten el encuentro entre pares y entre generaciones. La exquisita argumentación parte de considerar y armar un mapa sobre un territorio amplio variado sobre el cual intervenir. Mapa que deja a la luz que es un terreno difícil donde se manifiesta: variedad de modalidades, distintos modos en que cada escuela trama las relaciones interpersonales, escenarios diferentes que reúnen a jóvenes entre sí con adultos y adultos entre ellos, es decir cómo transcurre la vida diaria de las instituciones involucrando a alumnos, autoridades, padres, docentes, personal administrativo en fin todos aquellos que hacen a la vida institucional.
“La Escuela como una Ultima Resistencia a la Exclusión” para llegar a esta frase Levy hace un recorrido que parte de una mirada histórica acerca del devenir de la institución educativa. El análisis profundo que realiza describe la potencia simbólica de la institución educativa en el tiempo histórico que fue creada y como esta matriz fundacional impacta en la actualidad educativa determinando las posibilidades de los sujetos que la circulan.
Realiza un exhaustivo análisis sobre la disciplina escolar: orden y progreso, compone una verdadera gramática del control donde el autor deja en evidencia como se vulneraron absolutamente los derechos de niños y jóvenes estudiantes. Su propuesta continúa en realizar una intensa interpretación histórica sobre el desarrollo del concepto de autoridad –semejante en la escuela, hasta la actualidad. Levy señala que si bien es una tarea compleja desmontar formas de perpetuación institucional, cree en el desafío de llevar a cabo acciones que intenten desarticular formas y mecanismos de funcionamiento institucional arraigados en prácticas autoritarias o individualistas.
En el subtítulo “De la Disciplina a la Convivencia” extraordinariamente nos muestra cómo llevar a cabo el movimiento de una concepción a otra. De la “violencia de adaptación” “violencia simbólica” (Bourdieu, 1981) a “pensar la diversidad es reconocer la singularidad de cada uno, facilitar la interlocución y construir desde las diferencias la posibilidad de un conjunto” (Levy, 2014). Movimiento que implican nuevas condiciones de época y nuevas subjetividades en juego.
Nos habla de la importancia de los grupos para los jóvenes, lo hace desde un lugar crítico tratando de significar sus dinámicas y las violencias que lo atraviesan.
Explicita el concepto de violencia, sus características, sus formas y manifestaciones y nos advierte porque no podemos separar la violencia social de la violencia en las escuelas, y como la escuela no tiene que adherir a la justificación o naturalización de las acciones violentas sino que debe abrir las fronteras de la reflexión y ampliar las miradas de cada uno para favorecer la inclusión.
Por ultimo realiza una crítica atenta y seria sobre el concepto de bullying, brinda un aporte muy interesante de intervención con abordaje integral de estos fenómenos escolares.
“Las prácticas de la orientación educativa” Capítulo séptimo de Sergio Rascovan.
En las primeras páginas de este capítulo el autor manifiesta que el dispositivo escolar no responde a las nuevas demandas y, por lo tanto, debe ser urgentemente revisado, reformado, recreado. Motivo por el cual el término que recorrerá todo el capítulo será la inclusión.
Nos plantea que la fuerza de esta noción, está dada en la potencia instituyente que conserva la institución escolar y es en esta línea que piensa los dispositivos de acompañamiento, particularmente las tutorías en las escuelas secundarias y en las instituciones de educación superior.
Los dispositivos de acompañamiento se enmarcan en el campo de la “Orientación Educativa”. Desarrolla brevemente pero no por eso con menor profundidad, los principales aspectos que la caracterizan. Aspectos que alientan a pensar críticamente en todo el capítulo la Orientación Educativa de otro modo.
Propone “una perspectiva crítica, un abordaje desde la complejidad que desnaturalice los fenómenos sociales y que propicie la reconstrucción de las tramas que tejen las situaciones problemáticas institucionales”. Por ello muy interesante resulta cuando el autor sostiene como pasar del conflicto a una situación problemática. Nos da la oportunidad de pensar y re-pensar su premisa para el cambio cuando articula e interrelaciona hábilmente los siguientes conceptos: posición analítica, conflicto, posición pedagógica, instituciones educativas, líneas de acción, síntoma, estrategias de intervención, lo simbólico, universos de sentido, transformación y utiliza como eje transversal la importancia de la escucha –ese oír más allá de lo dicho– como un proceso de apertura a la otredad. Mirada humanizante e inclusiva que aboga como meta la institución escolar.
Interesante propuesta nos acerca el autor cuando desarrolla las intersecciones entre salud y educación. Problematiza el concepto de salud, salud mental, de intersección como un territorio de entrecruzamientos de instituciones sociales, salud mental comunitaria y el lugar que ocupa la Orientación Educativa. Desde allí, piensa la Orientación Educativa no en el sentido de aquel que sabe y orienta hacia una dirección determinada al otro, sino como un dispositivo capaz de “sostener la singularidad y el protagonismo de los sujetos, de los grupos y de las instituciones en la definición de sus propios problemas y en la búsqueda colectiva de las alternativas para abordarlos y superarlos”. Como vemos nos problematiza el tipo de problemáticas con que nos enfrentamos y sobre las que hay que efectuar una elucidación critica.
Finalmente el autor nos presenta el análisis de las tutorías, como parte de las prácticas de Orientación Educativa, o como parte del campo de problemáticas de la intersección entre salud y educación.
Rascovan sostiene que “las tutorías como dispositivo son una de las posibles estrategias que ayudan a sostener las trayectorias de los estudiantes, dinamizar los procesos de enseñanza-aprendizaje, al mismo tiempo que colaboran en hacer más habitable la vida cotidiana en las institución educativa”. El autor se lanza de lleno a explicitar cual/es son las funciones de tutoría, cuales son los riesgos en la que se suele caer, el dispositivo de tutorías debe estar incluido en el proyecto educativo institucional, preguntas que se deberían realizar, promover un proyecto situado de tutorías, etc. Todos aspectos que deberían estar presentes en el debate cotidiano de las instituciones para lograr que el dispositivo tutorial no pierda de vista sus funciones y porque como sostiene el autor “básicamente en tiempos de cultura de mercado, podrían pensarse como una expresión contracultural, como la promoción de una ética basada en la solidaridad”…” que promueva de variadas y diferentes formas la emancipación del sujeto, singular y colectivamente”.
El octavo capítulo escrito por Daniel Korinfeld “Equipos de Orientación, Espacios de Interlocución”.
El autor comienza exponiendo reflexivamente las quejas en el Entre institucional donde se encuentran los gabinetes” exponiendo como una de las causas de su recurrencia lo que el autor llama “marcas de origen”. Se refiere con esta expresión a los modos que manifiestan “equipos técnicos” de concebir y posicionarse en las prácticas atravesadas profundamente por el discurso pedagógico tradicional y el Modelo Médico Hegemónico. Posiciones que “tienden a replicar en las practicas “psi” en “los equipos técnicos” o en los gabinetes” los mandatos fundacionales de adaptación y normalización que siguen sosteniendo la noción de “alumno problema”, por lo que no logran descentrarse del trabajo sobre el caso individual. Trampa en la que se encuentran prisioneros y sin propuesta de una salida posible. Situación que lleva a un malestar y sufrimiento que se expresa en sentimientos de impotencia de maestros, profesores, directivos y profesionales. Para esto el autor propone los espacios de interlocución para los educadores, para los “psi” y los equipos técnicos.
Aquí comienza la importantísima posición que nos ofrece Korinfeld respecto a lo que entiende como espacios de interlocución para favorecer “modos de intervención que busquen articularse con los distintos actores de la escena educativa transformando posiciones a través del debate y el intercambios de perspectivas de modo de reactivar funciones y actitudes que por distintas razones se han ido eclipsando”
Por ello efectúa una hábil elucidación respecto a: la diferenciación entre lo que es el campo de las problemáticas de los que son los pedidos de intervención, la diferenciación entre un síntoma en la escuela y un síntoma escolar, al uso del término “síntoma” como lugar común donde de todo es o puede ser síntoma, la noción de situación problema, la culpabilización ideológico-política, etc. En este Análisis y reflexión el autor plantea como estas herramientas son más que imprescindible para reconvertir la queja, ubicar un lugar que permita una interlocución, reconfigurar así la demanda y crear la antesala de un encuentro posible. Desplegar una posición que propicie un contexto de consulta e interlocución. Esta diferenciación, aporta la visibilización de los propios prejuicios y estigmas en los modos de intervención del psicólogo y los equipos técnicos, en los que “se ponen en juego modos de subjetivación, y esa es la responsabilidad política y subjetiva en juego”.
Sergio Rascovan escribe “Los Caminos de la Vida” en el capítulo noveno.
Rascovan retoma dos de sus investigaciones realizadas en los últimos años para puntualizar las particularidades de lo que denomina“elecciones vocacionales” y las trayectorias que los jóvenes efectúan al finalizar la escuela secundaria, interrogando la eficacia del dispositivo escolar y analizando las diferencias existentes en las representaciones de futuro de los estudiantes de diferentes sectores sociales”.
El autor en un primer momento despliega desde la modernidad hasta la actualidad el desarrollo y cambio de los conceptos de escolarización, promesas de movilidad social, inclusión de jóvenes de clases populares al sistema educativo, quienes aspiraban al uso de la moratoria psicosocial. La “Carrera” como emblema que adoptaron las trayectorias laborales y académicas en la sociedad salarial, que en su apogeo fue una verdadera institución productora de subjetividad (mitad del Siglo XX), el posterior deterioro de la carrera profesional por el debilitamiento de: la sociedad salarial, del estado y la preeminencia del capitalismo financiero sobre el industrial, por el riesgo que supone la finalización de la escuela secundaria que la transición constituya un “salto al vacío” que provoca en la actualidad al momento de la elección de un proyecto de vida a futuro induce a que los caminos de la vida sean más frágiles y vulnerables.
Excelente explicitación argumentativa propone a los educadores para intentar revisar críticamente nociones como itinerarios, trayectorias, trayectos, transiciones, y de un término muy actual trayectorias transicionales y elecciones vocacionales, que nos permitan pensar y operar sobre los problemas con los que se enfrentan los sujetos actuales para organizar sus propios caminos de vida. Además presenta como la desigualdad social está en la base del entrar y salir de los trayectos “oficiales” y los“paralelos” para muchos adolescentes y jóvenes de nuestra sociedad.
Y para concluir su escrito Rascovan ofrece el relato sobre la investigación realizada en los años 2006 y 2007, desde la Secretaría Científica de la Asociación de Profesionales de la Orientación de la República Argentina (APORA) investigación que se vuelve interesante al leer y analizar las conclusiones a las que arribaron sobre las preguntas acerca de la importancia del estudio, el anhelo de su finalización, los temores frente al fin del ciclo de enseñanza media, el acceso al dinero, la importancia del trabajo. El autor sostiene que en el año 2010 se propuso problematizar y generar una revisión crítica de los resultados obtenidos en la investigación anterior. Esta segunda instancia de investigación se la denomino Fase II, para la cual se invitó a
otros grupos de investigadores para efectuar un estudio cualitativo en dicha convocatoria el interés estaba puesto en que los jóvenes estudiantes de distintos sectores y de variadas zonas geográficas de nuestro país pudieran analizar críticamente y opinar sobre los datos escogidos de la investigación de 2006 y 2007 y a partir de ello expresar como vivían el momento de finalización de los estudios y de decisión sobre sus proyectos futuros, sus expectativas y los factores que colaboraban u obstaculizaban su cumplimiento.
Notoria fueron las miradas y respuestas que los jóvenes dieron respecto de otros jóvenes. La riqueza de esta investigación nos convoca a profundizar la lectura para comprender en definitiva, cuáles son las intenciones de futuro, las expectativas y los obstáculos que se presentan en la decisión de elegir que hacer en la vida.

Adriana Beatriz Lozano
Lic. en Psicopedagogía. Universidad Nacional del Salvador. Especialista en Evaluación (UNLPam). Docente de Práctica Educativa I y Didáctica (UNLPam). Miembro Integrante del Equipo de Investigación del ICEII. Facultad de Cs. Humanas UNLPam
abl008@hotmail.com

Vanina Anabella Castro
Psicopedagoga. Integrante del Equipo v_anabellacastro@hotmail.com

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