. https://dx.doi.org/10.19137/praxiseducativa-2024-280107


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ARTÍCULOS

Solidaridad y tolerancia en la web: un enfoque de educación digital basado en virtudes

Solidarity and tolerance on the web: A virtue-based approach to digital education

Solidariedade e tolerância na Web: uma abordagem baseada em virtudes para a educação digital

Zaida Espinosa Zárate

Universidad Loyola Andalucía, España

zespinosa@uloyola.es

 ORCID 0000-0002-5217-2731 

Jesús Plaza de la Hoz

Universidad Internacional de La Rioja, España

jesus.plaza@unir.net

ORCID 0000-0002-6966-4214 

Resumen: Desde un enfoque de educación digital basado en virtudes, este trabajo analiza la percepción y práctica de dos virtudes cívicas en Internet y redes sociales por parte de un grupo de adolescentes españoles: la solidaridad y la tolerancia. Estas resultan esenciales para el compromiso social y las relaciones interpersonales satisfactorias. Se empleó una metodología de tipo cuantitativo y cualitativo, administrando una encuesta a una muestra intencional de 131estudiantes de Educación Secundaria. Los resultados se analizaron descriptivamente con SPSS.25 yAtlas.ti.8.4. Los datos muestran una percepción general positiva de la red como cauce para fomentar ambas virtudes entre los estudiantes; sin embargo, la práctica personal de estas virtudes en Internet resulta limitada. Los datos recogidos sugieren la necesidad de reforzar una comprensión social de las TIC, acompañando usos de este tipo, y orientándolas hacia el compromiso que vincula al futuro y a un posible proyecto de vida frente a la desvinculación propia de usos consumistas/individualistas.

Palabra clave: TIC; virtudes cívicas; solidaridad; tolerancia; educación digital

Abstract: From a virtue-based approach to digital education, this article aims to analyse the perception of a group of Spanish adolescents and their practice of two civic virtues on the Internet and social media: solidarity and tolerance, crucial for social engagement and for building humanising interpersonal relationships. For this purpose, a quantitative and qualitative research methodology was used. A survey was administered to a purposive sample of 131 high school students. The results were analysed with SPSS.25 and Atlas.ti.8.4. The respondents expressed an abstract positive perception of the possibilities of the Internet for promoting both virtues; however, on a personal level, their practice of these virtues on the web was limited. The collected data suggest the need to strengthen a social understanding of ICTs and accompany this kind of use, steering them towards an engagement that looks into future life plans, in contrast to consumerist and individualist uses.

Keywords: ICT; civic virtues; solidarity; tolerance; digital education

Resumo: A partir de uma abordagem baseada em virtudes para a educação digital, este artigo analisa a percepção e a prática de duas virtudes cívicas na Internet e nas redes sociais por um grupo de adolescentes espanhóis: solidariedade e tolerância, essenciais para o envolvimento social e relacionamentos interpessoais satisfatórios. Foi utilizada uma metodologia quantitativa e qualitativa, com a aplicação de uma pesquisa a uma amostra intencional de 131 alunos do ensino médio. Os resultados foram analisados descritivamente com o SPSS.25 e o Atlas.ti.8.4. Os dados mostram uma percepção geral positiva da Internet como um canal para promover ambas as virtudes entre os alunos; entretanto, a prática pessoal dessas virtudes na Internet é limitada. Os dados coletados sugerem a necessidade de reforçar uma compreensão social das TIC, acompanhando usos desse tipo e orientando-os para o compromisso que os vincula ao futuro e a um possível projeto de vida, em oposição ao descompromisso típico dos usos consumistas/individualistas.

Palavras-chave: TIC; virtudes cívicas; solidariedade; tolerância; educação digital

Recibido: 2023-09-11 | Revisado: 2023-11-17 | Aceptado: 2023-12-18

Introducción

El fortalecimiento de las capacidades cívicas de la persona, a través del desarrollo de disposiciones como la solidaridad, la justicia, la participación o la toleranciaes apremiante en el mundo digital contemporáneo marcado por una deriva individualista (Giddens, 2007) que disuelve horizontes comunes y principios antes compartidos (Bauman, 2022), y amenaza con una fragmentación disgregadora (Lipovestky, 2004; Lobo, 2019; Mahrt, 2019; Taylor, 2016) que conduce al aislamiento.

El carácter liberal de las sociedades occidentales modernas encuentra en el uso intensivo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) un medio efectivo para el fomento del consumo individual, que promete satisfacer de modo inmediato los deseos de distracción y entretenimiento (Dans et al., 2022). En la alianza TIC-consumo, o en la orientación de aquéllas a este, la sociedad contemporánea global (McLuhan, 1963) compleja en sus interrelaciones comunicativas (Habermas, 1988) y mediada por la Red de redes (Castells, 2006) multiplica el riesgo (Beck, 1997) y las posibilidades de decepción del individuo (Lipovetski, 2008). Sin embargo, junto a un uso consumista e individualista de las tecnologías, no son menos reales las oportunidades que estas ofrecen para un uso socialmente comprometido (Ferreira y Rodrigues, 2017; Ramírez y Gracia, 2010; Tena-Espinoza y Merlo-Vega, 2017). Este trabajo explora cómo percibe un grupo de adolescentes españoles el entorno digital -si se percatan de este uso potencial de la red y si consideran que las TIC facilitan una actitud prosocial y la convivencia con los diferentes o, por el contrario, la dificultan-, así como su propio carácter cívico reflejado en sus comportamientos digitales.

En concreto, esta investigación analiza dos virtudes cívicas de primera importancia en el contexto actual: la solidaridad y la tolerancia. La educación de ambas es una necesidad fundamental en sociedades pluralistas marcadas por la desigualdad, y en las que el espectro de las diferencias no solo es cada vez más amplio -económicas, culturales, religiosas o morales-, sino que se presenta de manera inmediata, como realidad próxima o cercana (Lysenko et al., 2020). Cabe cuestionarse si los jóvenes perciben Internet y las redes sociales como entornos que contribuyen a la práctica de aquellas virtudes y  su experiencia digital personal al respecto. Por ello, el objetivo del presente artículo es analizar la percepción de un grupo de estudiantes de 4º de Educación Secundaria de estas dos virtudes cívicas en Internet y las redes sociales y su práctica personal de ellas en el contexto virtual.

Además de conocer cómo dicen los adolescentes que actúan en la red en determinadas situaciones de carácter social, determinar cuáles son sus percepciones acerca de la cultura de los entornos digitales en los que interactúan resulta valioso a la luz de las investigaciones de Sijtsema et al. (2014) y Crystal et al. (2008), según las que las normas socializadas entre los integrantes de un entorno, las dinámicas que imperan en él y los comportamientos que son aprobados por el grupo tienen una potente influencia en la actuación del individuo. En otras palabras, la cultura de esos entornos digitales le afectan en sus disposiciones a vivir en sociedad y, por tanto, en la formación de su carácter cívico, de modo que conocer esas percepciones es fundamental para afectarlas, promoviendo comportamientos socialmente virtuosos. Como Berkowitz y Bier (2017) señalan, la cultura (ethos) de las comunidades (escolar, familiar, virtual) y la percepción que se tenga de ella constituye una de las claves para educar el carácter; de ahí que una medida imprescindible para promover el desarrollo de virtudes radica en la generación de lo que denominan una “caring community”, que también puede crearse en la red. También Correa y Pávez (2016) observan cómo estos factores contextuales y socioculturales, y no solo los individuales/psicológicos, son cruciales para explicar el uso y apropiación de las TIC que logre el individuo, de modo que este contexto modula las personalidades y actitudes.

Un enfoque de la educación digital basado en el desarrollo de virtudes (a virtue-based digital education approach) responde a la necesidad de recuperar dimensiones de la persona olvidadas en aproximaciones educativas puramente cognitivistas (Kolhberg, 1984). Este enfoque resulta de la aplicación de la educación del carácter -con eco incipiente en España (Ahedo et al., 2020; Naval et al., 2017; Pérez-Guerrero y Ahedo, 2020), en sintonía con centros internacionales (Arthur, 2016; Berkowitz et al., 2017; Bernal et al., 2015; Brooks et al., 2019; Jubilee Centre of Character and Virtues, 2022)-, a la educación digital y pretende contribuir a un desarrollo integral del alumnado que no solo prevenga conductas no deseadas (Vázquez-Marín et al., 2022), sino que desarrolle cualidades positivas del carácter y propicie la formación de proyectos de vida valiosos de carácter social (Espinosa Zárate y Plaza-de-la-Hoz, in press), aprovechando las oportunidades novedosas que las TIC ofrecen.

El significado de las dos virtudes objeto de estudio se describe a continuación.

Solidaridad

La solidaridad es una virtud cívica que capacita para pensar, desear y actuar no solamente por fines individuales o de los grupos a los que se está directamente vinculado, sino para “llevar las cargas de los otros y luchar por sus causas haciéndolas propias” (Etxebarría, 2004, p.87). Es decir, supone un ensanchamiento del nosotros, que se extiende de manera potencialmente universal, y muestra parcialidad por el débil y oprimido.

La solidaridad añade un refuerzo virtuoso a la tendencia natural del hombre a la sociabilidad (Naval, 1996). Cabe situarla entre la justicia y la amistad, pero más cercana a esta última (Selles, 2020). Si la amistad consiste en la disposición a querer el bien del otro por sí mismo y a actuar para promoverlo en un contexto en el que la benevolencia es, por definición, recíproca (Makurova, 2016), la solidaridad como virtud diferenciada supone un grado de exigencia mayor, pues busca el bien del otro sin los lazos afectivos que caracterizan a las relaciones amistosas. No obstante, la solidaridad puede entenderse como amistad en sentido cívico, pues ambas requieren de la semejanza o nacen de un reconocimiento de la semejanza: en el caso de los amigos, estos habitualmente buscan lo mismo o comparten actividades y, para ello, son semejantes en virtud (Aristóteles, 1985; Jang, 2018); en el caso de la solidaridad, esta exige el reconocimiento de la común humanidad que permite entender al género humano como una realidad ‘sólida’, palabra de donde deriva el término. Por tanto, si, en el caso de la amistad, la semejanza que está en juego es una semejanza de carácter o virtud, en el caso de la solidaridad se trata de la unidad de la naturaleza humana. Ambas semejanzas actúan como fundamento de las virtudes de la amistad y la solidaridad, respectivamente.

Las TIC abren grandes posibilidades en relación con esta virtud cívica en distintos grados, desde la sensibilización a la implicación práctica. Es interesante averiguar si los estudiantes perciben esas oportunidades en la red y si las hacen propias para ser más solidarios.

Tolerancia

La tolerancia representa uno de los principios en los que se fundamenta un orden social respetuoso con la dignidad humana. Se trata de una capacidad política que no solo se dirige a garantizar la libertad de expresión, sino a no obstaculizar acciones consideradas erróneas o incorrectas con la finalidad de favorecer la inclusión social y construir la armonía necesaria para buscar el bien común. Como virtud cívica permite conjugar la unidad con la diversidad, la defensa de las distintas identidades con el respeto a los derechos humanos y la búsqueda del bien común supranacional.

Se pueden distinguir dos dimensiones en la tolerancia (Fernández-García, 2021; Marciani, 2016): por una parte, una dimensión negativa, que se refiere a la contención de la inclinación a reprimir al otro cuando se entiende que lo que hace constituye un error -en este sentido, la tolerancia se relaciona con la fortaleza- y, por otra, una dimensión positiva, que remite a su fundamento: el amor al otro, que ayuda a aligerar el peso del mal que este genera. Esta última dimensión tiende a ser olvidada en las comprensiones liberales (Loewe y Schwember, 2021).

En su aspecto negativo, la tolerancia se relaciona con la moderación como valor social, que evita el extremismo que dificulta el diálogo y la cooperación necesarios para construir el bien común. Su dimensión positiva distingue la tolerancia de la indiferencia que deja al otro a su suerte, desde la idea de la inconmensurabilidad de las distintas tradiciones culturales, morales o religiosas propia del relativismo. Esta tolerancia relativista, mal entendida, lleva al permisivismo que anula la verdad. Frente a esta visión, la tolerancia solo es posible desde un concepto compartido de bien (Moorthy et al., 2021; Taylor, 2016), que tiene que ver con el reconocimiento de sus límites: los exigidos por el respeto a la dignidad de las personas. En esto la tolerancia muestra también semejanza con la fortaleza, pues esta no solo incluye la capacidad de aguantar y resistir, sino también la de atacar y defender límites que no pueden ser traspasados.

Por tanto, el fundamento de la tolerancia como virtud cívica radica en la conciencia de la debilidad o falibilidad humanas, que es acogida y que, en consecuencia, debe atenderse a regular el comportamiento, tanto a nivel social como político. Por esto, la actitud tolerante se manifiesta en la búsqueda de acuerdos frente a imposiciones, con el objetivo de que todos se sientan reconocidos y se orienten al bien común.

En el último informe del Pew Research Center (2022) sobre si Internet y las redes sociales contribuyen a la tolerancia, las respuestas están muy divididas en los 19 países participantes. En España, un 36% de los encuestados considera que contribuyen a una mayor aceptación de las diferencias, otro 36% afirma lo contrario y un 24% piensa que no tienen mucho impacto en ninguno de los sentidos. Según el mismo informe, son los más jóvenes los que tienden a ver ese efecto positivo en las redes. Desde este marco teórico, es pertinente preguntar a los adolescentes si las TIC, como marco vital ubicuo en el que se desenvuelven, constituyen un entorno propicio para la práctica de estas virtudes.

Método

El presente estudio empírico sigue un diseño descriptivo no experimental (Bourque, 2004) a partir de un cuestionario diseñado ad hoc y autocumplimentado, con preguntas cerradas y abiertas, dirigido a estudiantes del último curso de Educación Secundaria Obligatoria. Su alcance es exploratorio, pues cuantitativamente el perfil y tamaño de la muestra y el número de respuestas válidas no permite generalización estadística, pero las respuestas abiertas añaden un acercamiento cualitativo que aporta un tipo de conocimiento comprensivo que permite complementar y enriquecer tanto los datos cuantitativos aquí recogidos como los resultados de otros estudios previos (Corbetta, 2003; Yin, 2006). Así pues, el enfoque cualitativo permite analizar las narrativas de los participantes, cuyo número necesariamente ha de ser limitado (Stake, 2007), atendiendo a sus razones y reflexiones para explorar significados, sentidos y experiencias (Fink, 2003). Además, la tipología de encuesta empleada tiene ventajas en comparación con la entrevista semiestructurada, pues facilita la participación y es completamente anónima. Al ganar profundidad en las percepciones personales de los participantes, se espera aportar resultados de utilidad a la comunidad científica.

Muestra

El estudio se dirigió a estudiantes de cuarto año de Educación Secundaria, en la adolescencia media, de los que, a causa de la coyuntura educativa que viven, marcada por la necesidad de decidir sobre su futuro académico o laboral, se espera que estén más receptivos a reflexionar sobre los valores, tanto percibidos como vividos, desde cierta madurez propia del final de una etapa (Álvarez-Justel y Álvarez-González, 2021).

Se recibieron 153 encuestas procedentes de estudiantes de ocho colegios en seis Comunidades Autónomas españolas. El primer análisis de su idoneidad refinó la muestra a n=131, una vez eliminados los cuestionarios repetidos y aquellos cumplimentados por alumnado de mayor edad.

Para la elección de los centros educativos se recurrió a un muestreo no probabilístico, de tipo intencional, sobre la población base de más de cien centros escolares concertados y privados recogidos por el diario El Mundo (2021) como aquellos que cumplen en mayor número una selección de 27 criterios de calidad educativa.

El casillero tipológico de la muestra (Tabla 1) manifiesta varias características que resaltar, como es un mayor número de colegios concertados (68,7%) sobre privados, una evidente sobrerrepresentación de alumnas (67.9%), y mayoría de estudiantes de 16 años (67,9%) frente a los de 15 (29%) en el momento de rellenar el cuestionario.

TABLA 1. Tipología de la muestra

Comunidad

Autónoma

Edad

Andalucía

41,3%

16

67,9%

La Rioja

32,9%

15

29,0%

Canarias

14,5%

Madrid

13,7%

Sexo

C-León

3,8%

F

67,9%

Vizcaya

3,8%

V

32,1%

Titularidad

Centro

Concertado

68,7%

Privado

31,3%

Nota. Fuente: elaboración propia

Instrumento

En el diseño del cuestionario para este estudio, denominado “Factores educativos en la formación del carácter de los adolescentes digitales”, se contó con el concurso de profesorado de tres universidades experto en la materia. En varias rondas de revisión, se depuró la primera propuesta. El cuestionario final lo componen 40 ítems, aunque para este trabajo se consideran los consignados en la segunda parte, titulada “Formación del carácter e Internet” (Anexo 1), sobre las virtudes de la solidaridad y la tolerancia.

Procedimiento

Cada uno de los colegios participantes proporcionó a su alumnado datos sobre el estudio junto con la encuesta, cuya libre cumplimentación asegura su consentimiento informado. Un formulario realizado en Google, el cual fue enviado, rellenado y posteriormente recibido online, fue el cauce elegido para recabar la información. Para describir los resultados de las preguntas cuantitativas se usó el análisis descriptivo de SPSS.25; las preguntas abiertas de la parte cualitativa fueron tratadas mediante Atlas.ti.8 para obtener las categorías y los códigos emergentes.

Resultados

Las respuestas se agrupan según las siguientes áreas semánticas, correspondientes a las virtudes cívicas objeto de estudio: solidaridad y tolerancia. Tras las respuestas cerradas sobre cada virtud, se añaden los comentarios recogidos en las preguntas abiertas, que permiten entender mejor el sentido de los resultados cuantitativos. Por último, las preguntas 20, 39, 40 añaden a los resultados la percepción global de las TIC como entorno favorecedor o entorpecedor de la actuación social virtuosa, así como el relato de algunas experiencias de los estudiantes en la red que han servido para su mejora personal en este sentido.

Solidaridad

Un 20,6% de los adolescentes encuestados desconfía de las campañas sociales en Internet, 17,6% se muestra escéptico de su efectividad y a un 7,6% no le interesan; en cambio, más de la mitad (54,2%) considera que fomentan la solidaridad (Tabla 2). En general, un 74% del alumnado entiende que las TIC ofrecen oportunidades para ayudar a otros, pero, al preguntarles por su implicación individual, menos de la mitad (44,3%) manifiesta haberlo hecho personalmente (Tabla 3).

TABLA 2. Las campañas en Internet para conseguir donativos para causas sociales (P21).

f

% válido

% acumulado

Ayudan a ser solidarios

71

54,2

54,2

No creo que sirvan mucho

23

17,6

71,8

Son excesivas y engañosas

27

20,6

92,4

No me interesan

10

7,6

100,0

Total

131

100,0

Nota. Frecuencias (f) de respuestas a la Pregunta 21 (a partir de ahora Pn) del cuestionario (Anexo 1) de elaboración propia.

TABLA 3. Si has tenido oportunidad de ayudar a alguien alguna vez a través de Internet (P18)

 

f

% válido

% acumulado

Sí, he ayudado

58

44,3

44,3

Sí, pero no he ayudado

39

29,8

74,0

No se puede

34

26,0

100,0

Total

131

100,0

 

Respecto a la parte cualitativa, podemos profundizar en el tipo de ayuda que dicen haber prestado a través de las TIC (P19). De los 58 participantes que manifiestan haber ayudado, 9 indican expresamente que ha sido una experiencia buena o muy buena. Las categorías que surgen por inducción de los discursos son dos: a quién se dirige su acción solidaria, y de qué tipo es esa ayuda (Tabla 4).

TABLA 4. Códigos y frecuencias de las categorías sobre la ayuda que presta el alumnado (P19).

Categoría 1:

A quién ayudan

f

Texto de muestra

A las personas en general

14

-Es fácil ayudar a las personas, solo tienes que escuchar cómo se sienten y después buscar soluciones ($13)

A los amigos o amigas

13

-Pues algunas amigas tenían problemas y hablamos a través de las redes para buscar soluciones ($47)

A los compañeros

9

-Me preguntaron cómo se hacía una cosa y se la expliqué. ($34)

En blanco

6

---

Se niegan a indicarlo

5

-No creo que sea ni mucho menos el lugar para compartir tales cosas como ésta. ($3)

Categoría 2:

Tipo de ayuda

Emocional

21

-Un amigo estaba mal emocionalmente y pues lo tratas de animar. ($136)

Profesional

9

-No sabía hacer un trabajo en una determinada web y le hice un tutorial explicativo ($61)

Relacional

5

-Un amigo cometió un error y le querían pegar y hice reflexionar a la otra persona y hacer que no le pegasen. ($101)

Genérica

4

-Cualquier amigo que necesita ayuda con algo ($8)

Económica

1

-Haciendo donativos a distintas causas. Es un tanto impersonal; pero considerablemente útil. ($100)

Tolerancia

Respecto a la tolerancia en sus dimensiones negativa -contenerse ante lo que se juzga erróneo en pro de la concordia social- y positiva -la aceptación y acogida de la falibilidad y debilidad del otro, frente a la indiferencia-, la P22 revela que más de un 70% de los estudiantes muestra indiferencia ante comentarios opuestos a su modo de pensar, y un 21% se enfada, aunque sin entrar al insulto, como, en cambio, hace el 2,3%. Solo un 32,6% dice debatir la cuestión (Tabla 5).

TABLA 5. Cómo reaccionas ante comentarios contrarios a tus ideas (P22).

                                            f

Porcentaje

Porcentaje de casos

Reacciona

Me enfado y dejo de leer

27

15,4%

20,9%

Bloqueo a la persona

11

6,3%

8,5%

Debato y discuto

42

24,0%

32,6%

Insulto con facilidad

3

1,7%

2,3%

Me es indiferente

92

52,6%

71,3%

Total

175

100,0%

135,7%

Nota. a. Grupo de dicotomía tabulado en el valor 1.

Sin embargo, una mayoría de jóvenes (77,9%) considera que las redes facilitan la tolerancia (Tabla 6). Y un porcentaje algo menor (60,3%) muestra tolerancia cero ante los abusadores verbales (Tabla 7).

TABLA 6. Si crees que las redes sociales te facilitan ser más tolerante (P25)

 

f

% válido

% acumulado

39

29,8

29,8

Algunas veces

63

48,1

77,9

Casi nunca

21

16,0

93,9

Nunca

8

6,1

100,0

Total

131

100,0

TABLA 7. Cómo calificas a los usuarios que provocan o insultan en Internet (P28)

F

% válido

% acumulado

Divertidos y necesarios

4

3,1

3,1

Algunos son graciosos

27

20,6

23,7

Me es igual

21

16,0

39,7

Inútiles y desagradables

79

60,3

100,0

Total

131

100,0

Al indagar en las razones que esgrimen los estudiantes por las que la tolerancia se facilita o entorpece a través de Internet (Tabla 8), destacan varias categorías. En primer lugar, entre los que dicen que la favorece, algunos lo atribuyen a la apertura que la red proporciona (41), que posibilita salir del propio contexto sociocultural. La siguiente categoría por número de referencias (29) destaca la posibilidad de reconocer y normalizar las diferencias, comprendiéndolas, lo cual deriva del respeto que los demás merecen. Le sigue en número de alusiones (26) la capacidad que las TIC otorgan para contrastar opiniones, establecer un diálogo y argumentar; algunos señalan positivamente que para ello debes controlarte y otros que no te puedes enfadar. En definitiva, a la apertura receptiva previa, se añade la intervención moderada y cívica. Un paso más en este camino se reconoce en las respuestas que indican la posibilidad que las TIC aportan de cambiar la propia postura, lo que supone reconocer que la apertura a otros y dialogar con respeto pueden llevar al cambio (11). Finalmente, las dos categorías menos representadas aluden al anonimato (10) y a la libertad (5) que otorgan los medios virtuales, lo cual puede tener connotaciones tanto positivas como negativas.

Respecto a las razones de aquellos que opinan que Internet y las redes no favorecen la tolerancia, 10 estudiantes aluden a la evidencia de conductas impropias frecuentes en la red, como insultar, criticar y burlarse, así como silenciar a otros. Le siguen en importancia la idea de que las TIC no deben cambiar el propio modo de pensar (6), que no es fácil entenderse en la red (5) y a veces tampoco controlarse (2).

TABLA 8. Códigos y frecuencias de las categorías sobre la tolerancia en las redes(P25)

Categoría 1: Internet favorece la tolerancia

f

Texto de muestra

Apertura receptiva

41

-La gente puede expresar sus opiniones y a lo mejor te muestran un nuevo punto de vista que no contemplabas antes ($19)

Reconocimiento y respeto

29

-Pues porque entiendes que hay mucha gente y que no todo el mundo piensa igual que tú ($47)

Contraste de posturas

26

-Porque al fin y al cabo siempre hay alguien que no concuerda contigo y al final vas a tener que lidiar con ese tipo de personas ($137)

Reflexión y cambio

11

-Porque lees comentarios y te hacen reflexionar y pensar sobre tus idas opuestas ($102)

Anonimato

10

-Hay mucha gente que es muy valiente detrás de la pantalla... ($44)

Libertad

5

Cada uno piensa lo que quiere ($16)

Categoría 2: Internet no favorece la tolerancia

f

Texto de muestra

Conductas impropias

10

-Porque siempre hay comentarios fuera de lugar, insultando a quien no opina igual que tú ($117)

Ideas inamovibles

6

-Porque tú no vas a cambiar lo que piensas y cómo actúas solo porque alguien cuelgue algo en Internet ($84)

Falta de entendimiento

5

-Porque mediante el lenguaje oral por la entonación y otros factores se entienden mejor las cosas que escritas ($34)

Falta de autocontrol

2

-porque es anónimo, así que la gente se pasa de la raya ($60)

En el plano personal, un 41,2% de los estudiantes reconoce haber discutido alguna vez online, y el 25,2% dice haber ofendido a alguien en Internet (Tablas 9 y 10).

TABLA 9. Si has tenido alguna discusión a través de Internet (P23)

 

f

% válido

54

41,2

No

77

58,8

Total

131

100,0

TABLA 10. Si has insultado o dañado a alguien a través de Internet (P26)

 

f

% válido

33

25,2

No

98

74,8

Total

131

100,0

La P24 recaba información sobre las causas que motivaron esas discusiones, entre las que destacan tener ideas y opiniones diversas (13), cuestiones sin importancia (10), opiniones políticas (5) y asuntos graves -insultos, calumnias y burlas- (8) (Tabla 11).

TABLA 11. Códigos y frecuencias de las categorías sobre contenido de la discusión en la red (P24)

Categoría 1:

Motivos de discusión

f

Texto de muestra

Ideas contrarias

13

-No quería admitir otra idea o forma de ver las cosas, distinta a la que ella siempre había tenido. ($101)

Sin importancia

10

-Se malinterpretó un comentario y tuve que explicar lo que quería decir. ($135)

Asuntos graves

8

-Decían cosas que no eran ciertas o eran ofensivas. ($47)

Se niegan a indicarlo

7

-No recuerdo situaciones en particular. ($79)

Ideas políticas opuestas

5

-Suelen ser problemas políticos o de gente ignorante que habla sin saber. ($145)

En blanco

3

---

TIC y mejora personal

Estos resultados relativos a las dos virtudes estudiadas pueden contrastarse con los obtenidos en la P20 sobre la contribución de las TIC a la mejora personal y con los comentarios a las dos preguntas abiertas finales, en las que se pide a los participantes que narren alguna experiencia del crecimiento personal que les han reportado las redes y cómo tuvo lugar.

Más de tres cuartas partes de los encuestados perciben de modo positivo las redes sociales para su crecimiento como personas (Tabla 12).

TABLA 12. Si crees que las redes sociales te pueden ayudar a ser mejor persona.

 

f

% válido

% acumulado

100

76,3

76,3

No

31

23,7

100,0

Total

131

100,0

 

Respecto a las experiencias digitales que han servido para ello, al margen de 42 estudiantes, que dicen que  no tienen ninguna, o no saben o no quieren referirla, y de 14 que dejan la respuesta en blanco, 59 refieren vivencias positivas, frente a 15 más bien negativas (Tabla 13).

De los códigos que emergen entre las positivas, en segundo lugar tras los amigos -conseguidos, conservados o recuperados a través de las TIC- (21), aparecen las acciones de ayuda (17) -prestada (11) o recibida (7)-. Además, refieren el ejemplo de otros (7) y la empatía que favorecen (7); y, finalmente, la posibilidad de saber cosas nuevas (6). Respecto a las 15 experiencias negativas, la suplantación de identidad (4) es la única que se repite; las demás son variadas: apariencia, estafa, insulto, crítica, envidia, intolerancia, provocación, obscenidades, tener que callar y pérdida de tiempo.

TABLA 13. Códigos y frecuencias de las categorías sobre experiencia de mejora personal (P39)

Categoría 1: Las redes influyen en positivo

f

Texto de muestra

Para hacer, conservar y recuperar amistades

21

-Me presentaron a mi actual mejor amigo por llamada. ($28)

Fomentan ayuda mutua que se presta o recibe

17

-Hablar, ayudar a gente o que me hayan ayudado a mi con conversaciones que de verdad valen la pena. ($161)

Ofrecen buenos ejemplos para imitar

7

-Un youtuber que sigo ha recaudado dinero de forma solidaria con motivo del Covid-19. ($4)

Favorecen la empatía

7

-Entré en debate con unas personas que no pensaban como yo y creo que a ambas nos sirvió para comprender la situación del otro ($47)

Dan nuevo conocimiento

6

-El ver diferentes personas y sus opiniones. ($69)

Categoría 2: Las redes influyen en negativo

f

Texto de muestra

Se suplanta la identidad

4

-Hable con una persona que creo que no era quien decía ser. ($2)

Otros usos negativos

-La gente se mete contigo por tener seguidores. ($114)

En la última cuestión (P40) se pide a los estudiantes que expliquen por qué creen que esa experiencia les ayudó a crecer personalmente. Algunos indican ahora cómo una situación negativa resultó de valor positivo. Para codificar las respuestas, se inducen categorías según las virtudes a que aquéllas remiten (Tabla 14). Al margen de los 23 estudiantes que dejan la pregunta en blanco, 38 que no saben, o no recuerdan, o no han tenido experiencias relevantes, 9 que repiten lo dicho en la pregunta anterior y 2 que no quieren decir nada al respecto, 66 estudiantes aportan comentarios de interés, entre los que destacan referencias a la solidaridad (19), la amistad (14), la prudencia (12), la apertura (7), la fortaleza (7) y el placer (3).

TABLA 14. Códigos y frecuencias en qué valor-virtud Internet mejoró al estudiante (P40)

Categoría: Valor-virtud que se afianza

f

Texto de muestra

Solidaridad

19

-Porque me ayudo a ver que no solo yo necesito ayuda. ($107)

Amistad

14

-Porque he obtenido nuevas amistades y me han otorgado nuevos puntos de vista. ($76)

Prudencia

12

-Porque aprendí de mis errores ($88)

Apertura

7

-Porque te das cuenta de realidades que hasta ese momento ignorabas. ($145)

Fortaleza

7

-Porque si ellos pueden cumplir tus sueños porque tu no. ($140)

Placer

3

-Me hizo sentir bien. ($54)

Discusión

Este trabajo ha pretendido analizar si un grupo de estudiantes españoles en el final de la etapa de Educación Secundaria percibe la red como un entorno propicio para su mejora personal donde poner en práctica comportamientos sociales virtuosos, necesarios para la forja del compromiso cívico y para unas relaciones interpersonales satisfactorias, esenciales en su momento evolutivo. Estas percepciones son relevantes si se tiene en cuenta que, según el informe sobre Bienestar digital (Qustodio, 2021), los adolescentes españoles de entre 12 y 17 años “pasan de media 1.058 horas y media al año conectados a Internet, 4 horas y 30 minutos más que en el colegio”, y que la adolescencia, además de caracterizarse por la exploración de la propia identidad, el deseo de pertenencia a grupos más allá de la familia y el impulso a ser reconocido (Cáceres et al., 2009), está marcada por el compromiso y la involucración de los jóvenes en causas que consideran de valor, cruciales para la formación progresiva de un proyecto de vida.

El análisis de los resultados relacionados con las dos virtudes cívicas estudiadas sugiere lo siguiente:

Solidaridad 

Que un 54,2% de los estudiantes considere que las TIC, a través de campañas sociales, ayudan a ser solidarios -frente a los que las rechazan (20,6%), las consideran inefectivas (17,6%) o los que no tienen interés (7%)- se alinea con los resultados de Conde et al. (2002), en cuyo estudio el 50% de los sujetos las relaciona sobre todo con la posibilidad de obtener o dar ayuda. Personalmente, el 74% de los sujetos aquí encuestados dice haber tenido la oportunidad de ayudar a través de ellas, si bien solamente el 44,3% lo han hecho en efecto, entendiendo aquí por ayuda cualquier tipo de contribución, no necesariamente económica.

Entre ellos (58), son los apoyos de tipo emocional (21) y performativo (9), es decir, para hacer cosas, los más comunes. Estos resultados sugieren dos implicaciones de signo contrario: en positivo, muestran una percepción del medio digital como un espacio apto para fortalecer la seguridad emocional entre los jóvenes, como indica Plaza-de-la-Hoz (2018a) en su estudio cualitativo y Colas et al. (2013), si bien estos últimos lo observaban sobre todo entre los estudiantes varones; en ese sentido, cabe considerar la comunidad digital como una red de apoyo moral (Olvera, 2014); en negativo, también se ha señalado la dependencia emocional que suscitan las redes (Martín y Medina, 2021). Dada la reconocida relevancia de una educación integral que incluya el plexo de las emociones (Bracho y Castillo, 2021), podemos advertir la contribución de las TIC a esta dimensión solidaria de apoyo emocional, crucial para la formación de la identidad de la persona y el bienestar subjetivo, como se deriva de Soriano-Sánchez y Jiménez-Vázquez (2022).

Paralelamente, Conde et al. (2002) encontraban en su estudio que la ayuda que más piden los jóvenes es de tipo personal (68%), frente a otros contenidos como las “clases” y el manejo del propio Internet, y esto es muy relevante para determinar dónde perciben los jóvenes que tienen fuentes de apoyo. Esta visión permite superar una comprensión de las TIC en sentido puramente instrumental (Plaza-de-la-Hoz, 2018b; Martínez y Hernández, 2017; Melendro et al., 2016), con el que estas habitualmente se asocian.

Que más de la mitad (55,7%) de los estudiantes nunca haya ayudado a otros a través de las TIC es indicativo, al menos en parte, de los límites de la realidad virtual para este propósito, debido a su propia naturaleza (Domingo-Moratalla, 2022). A pesar de esta limitación intrínseca, las TIC pueden convertirse en aliadas de la solidaridad, como muestran las 36 experiencias narradas por los encuestados y dirigidas no solo a amigos y compañeros, sino a personas en general.

Tolerancia

77,9% de los jóvenes encuestados considera que en general las redes facilitan siempre o algunas veces la tolerancia, y atribuyen este impacto positivo de Internet sobre todo al hecho de que sirve de plataforma que da voz a distintas cosmovisiones y así posibilita ensanchar los horizontes personales (41), en línea con lo que el Pew Research Center (2022) reporta al referirse a su capacidad para informar y suscitar conciencia como la más señalada, especialmente por los más jóvenes.

Sin embargo, si se analiza la vivencia personal de los estudiantes de esta virtud, se encuentra que cerca de la mitad (41,2%) reconoce haber tenido conflictos a través de Internet, y que atribuye estos, en parte, a tener ideas u opiniones diversas, a pesar de la creciente endogamia digital (Castillo y Gómez-Jacinto, 2021; Gozálvez, 2011). Esta tendencia merma la capacidad democrática del individuo de convivir con las diferencias y dialogar acerca de ellas para alcanzar acuerdos comunes, además de tener un efecto amplificador de la propia opinión (Voinea et al., 2020; Mahrt, 2019; Pérez-Zafrilla, 2021; Castillo y Gómez-Jacinto, 2021).

Un cuarto de los adolescentes manifiesta haber insultado o dañado a alguien a través de Internet, aunque solo ocho refieren asuntos graves en las discusiones. Esto apunta a resultados cercanos a los obtenidos por Sabater y López-Hernáez (2015) en su estudio con jóvenes de 14 a 20 años, donde un 17,3% declaró haber perjudicado de modo esporádico a alguien en la web.

En los resultados obtenidos parece importante para la tolerancia el modo de expresarse (Walton, 2012), así como la escucha del otro (Andolina y Conklin, 2021), pues, como indican algunas respuestas abiertas, el lenguaje escrito es susceptible a malentendidos que pueden herir la sensibilidad, al igual que “listening to the words of others also project[s] signs of having tolerance”  (Moorthy et al., 2021, p.12).

Por otra parte, tanto los que consideran que las TIC contribuyen a la tolerancia como los que afirman lo contrario, subrayan sobre todo la dimensión negativa de esta virtud: la necesidad de control -“no te puedes enfadar ($24)”- ante lo que se entiende como erróneo o equivocado. Sin embargo, aparece poco en las respuestas la dimensión positiva de la tolerancia, el amor al otro que acoge su fragilidad, el afecto o la ayuda. Resultados semejantes se encuentran en el estudio de Sakalli et al. (2021), en el que alumnado de primaria asoció la tolerancia sobre todo con “comportarse bien” y el “respeto”, enfatizando también su dimensión negativa.

De igual modo, en el modelo que Moorthy et al. (2021) plantean de educación en valores para fomentar la positividad social (social positivity) y reducir los conflictos, la tolerancia aparece asociada al principio de no-maleficencia. En cambio, la amistad y la compasión, relacionada con la solidaridad, aparecen asociadas al principio (positivo) de beneficencia. Los resultados obtenidos en este estudio, junto con modelos teóricos como este, son deudores de una concepción liberal individualista de la tolerancia, según la que la libertad del sujeto se entiende en su sentido predominantemente negativo, esto es, como ausencia de obstáculos o barreras a la iniciativa individual (Carter, 2010), lo cual da como resultado un énfasis mayor en la dimensión negativa de la tolerancia -la contención- que en la positiva.

Conclusiones

Un enfoque de la educación digital basado en virtudes persigue aprovechar los medios que ofrece la red para exponer a los educandos a las virtudes, contagiarles en la apreciación de su valor y emplear los medios disponibles en el mundo virtual para practicarlas. Esta propuesta educativa requiere de una exploración guiada de la web que permita advertir estas virtudes en los comportamientos digitales (por ejemplo, a través de estrategias como el strenght spotting (Haslip et al., 2019), mover el afecto hacia ellas y generar rechazo hacia sus contrarios y practicarlas también en el entorno virtual, además de en el real. Este enfoque genera una percepción del valor positivo que aportan las TIC como escenario en el que hay virtud y, por tanto, en el que esta puede manifestarse de modo personal para la mejora del carácter y la justicia social.

En este trabajo se han analizado las percepciones de estudiantes de secundaria de las TIC en relación con dos virtudes relevantes para la formación del compromiso social y la convivencia. Los adolescentes encuestados reconocen en general las potencialidades de las TIC para la actuación de estas virtudes; sin embargo, a nivel personal su práctica en la red es limitada. Por una parte, las TIC como espacio de solidaridad en el que se involucren los jóvenes todavía no está consolidado, lo que sugiere la necesidad de reforzar una comprensión social de ellas que suscite y acompañe usos de este tipo, orientándolas hacia la responsabilización y el compromiso que vincula al futuro y a un posible proyecto de vida, frente a la desvinculación propia de usos consumistas e individualistas. Se evidencia la necesidad de lo que D’Olimpio (2021) denomina critical perspectivism suplemented by a caring disposition, un enfoque ético del manejo de las TIC que da prioridad a un uso cívico y solidario, que coincide con el tipo de uso que los jóvenes más aprecian para su crecimiento personal.

Por otra parte, en cuanto a la tolerancia, se observa la necesidad de cultivar esta virtud a través de una instrucción explícita que atienda a su fundamento positivo -la necesidad del reconocimiento de los otros que asegure una armonía social que posibilite su contribución al bien común- para superar una comprensión limitada al aspecto negativo de contención, desde la que es difícil resistir la tendencia a la endogamia, por la que las personas solo se sienten cómodas entre los que piensan y viven como uno mismo.

Sucesivos estudios con muestras representativas, incluyendo la red pública de centros escolares, podrán profundizar en los datos y apreciaciones cualitativas que este grupo de adolescentes sugieren para la investigación del entorno digital en relación con el carácter y de cómo las TIC sirven como plataforma apropiada para el desarrollo y práctica de las virtudes cívicas estudiadas.

3001, acrílico sobre tela. Eduardo Ferma

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