https://dx.doi.org/10.19137/praxiseducativa-2022-260311

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ARTÍCULOS

Jóvenes y museos. Estudio de percepciones sobre experiencias educativas

Jouth and museums. Study of perceptions about educational experiences

Juventude e museus. Estudo de percepções sobre experiências educacionais

María Fernanda Melgar

Universidad Nacional de Río Cuarto, Argentina

fernandamelgar@gmail.com

ORCID 0000-0003-4331-0319

Romina Elisondo

Universidad Nacional de Río Cuarto. Consejo Nacional de Investigaciones Científica y Técnicas, Argentina

relisondo@gmail.com

ORCID 0000-0002-7841-9878

Mayra Gisel Díaz

Universidad Nacional de Río Cuarto, Argentina

maay.diiaz@gmail.com

ORCID 0000 0003 1317 4766

Evelyn Lisa

Universidad Nacional de Río Cuarto, Argentina

evelynlisa24@gmail.com

ORCID 0000 0002 4081 2789

Resumen: Los museos son contextos educativos en donde las personas desarrollan diferentes tipos de experiencias. Se presenta un estudio que intenta comprender, desde diferentes perspectivas, las experiencias de jóvenes en museos. Participaron de manera voluntaria 89 jóvenes, ubicados en la franja etaria de los 13 a los 22 años, de diferentes localidades de Argentina (Río Cuarto, Las Higueras, Córdoba Capital, La Pampa y San Luis) y de distintas instituciones educativas (de gestión estatal y privada). Además, se entrevistó a tres educadoras de museos; la primera es Licenciada en Educación Inicial, se desempeña en el Museo Histórico Regional de Río Cuarto como responsable del Área de Extensión Educativa. La segunda es Licenciada en Arte, se encuentra a cargo de las visitas guiadas en el Museo de la Universidad Nacional de Tucumán; y la tercera se desempeña como no docente en el Área de Educación del Museo de Antropología, de la Universidad Nacional de Córdoba. Para la recolección de datos se emplearon entrevistas semiestructuradas realizadas por video llamadas a las educadoras de museos y cuestionarios online para los jóvenes, ya que el proceso se efectuó durante el contexto de pandemia. El análisis de los datos fue realizado a partir de comparaciones constantes y codificaciones abiertas y selectivas. Los resultados indican que algunos jóvenes perciben a los museos como espacios ajenos, aburridos y poco motivantes, no obstante, identifican algunas potencialidades educativas de estos contextos. Los análisis destacan que el público juvenil tiene necesidad de participar en propuestas interactivas que favorezcan el intercambio social y desafíen su creatividad. Será necesario trabajar en el diseño de estrategias diversas, situadas y contextualizadas para los jóvenes.

Palabras Clave: Jóvenes; Museos; Educación; Creatividad; Estudio de público

Abstract: Museums are educational contexts where people develop different types of experiences. A study is presented that tries to understand, from different perspectives, the experiences of young people in museums. 89 young people, located in the age group of 13 to 22 years, from different localities of Argentina (Río Cuarto, Las Higueras, Córdoba Capital, La Pampa and San Luis) and from different educational institutions (state-managed and private). In addition, three museum educators were interviewed; the first one has a degree in Initial Education, she works in the Regional Historical Museum of Río Cuarto as the person in charge of the Educational Extension Area. The second one has a degree in Art, she is in charge of the guided visits in the Museum of the National University of Tucumán; and the third works as a non-teacher in the Education Area of ​​the Museum of Anthropology, of the National University of Córdoba. Semi-structured interviews conducted by video calls to museum educators and online questionnaires for young people were used for data collection, since the process was carried out during the pandemic context. The data analysis was performed based on constant comparisons and open and selective coding. The results indicate that some young people perceive museums as foreign, boring and unmotivating spaces, however, they identify some educational potential of these contexts. The analyzes highlight that the young public needs to participate in interactive proposals that favor social exchange and challenge their creativity. It will be necessary to work on the design of diverse, situated and contextualized strategies for young people.

Keywords: Youth; Museums; Education; Creativity; Study of the public

Resumo: Os museus são contextos educativos onde as pessoas desenvolvem diferentes tipos de experiências. Apresenta-se um estudo que procura compreender, a partir de diferentes perspetivas, as experiências dos jovens nos museus. 89 jovens, localizados na faixa etária de 13 a 22 anos, de diferentes localidades da Argentina (Río Cuarto, Las Higueras, Córdoba Capital, La Pampa e San Luis) e de diferentes instituições educacionais (estatais e privadas). Além disso, três educadores de museus foram entrevistados; a primeira é formada em Educação Inicial, trabalha no Museu Histórico Regional de Río Cuarto como responsável pela Área de Extensão Educacional. A segunda é formada em Arte, é responsável pelas visitas guiadas no Museu da Universidade Nacional de Tucumán; e o terceiro trabalha como não docente na Área de Educação do Museu de Antropologia, da Universidade Nacional de Córdoba. Entrevistas semiestruturadas realizadas por videochamadas para educadores do museu e questionários online para jovens foram utilizados para coleta de dados, uma vez que o processo foi realizado em contexto de pandemia. A análise dos dados foi realizada com base em comparações constantes e codificação aberta e seletiva. Os resultados indicam que alguns jovens percebem os museus como espaços estranhos, chatos e desmotivadores, porém, identificam algum potencial educativo desses contextos. As análises destacam que o público jovem precisa participar de propostas interativas que favoreçam a troca social e desafiem sua criatividade. Será necessário trabalhar na concepção de estratégias diversas, situadas e contextualizadas para os jovens.

Palavras-chave: Juventude; Museus; Educação; Criatividade; Estudo do público

Recibido: 2021-11- 30 | Revisado: 2022-03-13 | Aceptado: 2022 -05-13

Introducción

Parecen existir consensos respecto de reconocer a los museos como instituciones educativas. Los debates aparecen a la hora de pensar las vinculaciones entre ellos y las comunidades. En este sentido, emergen interrogantes que nos invitan a repensarlos como espacios educativos inclusivos: ¿Qué tipo de propuestas educativas realizan? ¿A qué públicos están orientadas? ¿Qué voces se escuchan en los museos, qué diálogos se construyen y reconstruyen? ¿Qué lugar ocupan los jóvenes en estos espacios?

Concebir la educación desde los museos implica, entre otros aspectos, considerar los derechos de los públicos. Sirven a nuestros planteos, las ideas de Alderoqui y Pedersoli (2011) quienes señalan que es necesario que los museos se pregunten por los derechos de los públicos y trabajen para disolver las diferentes barreras, escuchar las voces y agendas de las personas que van a su encuentro. En este sentido, nos preguntamos acerca de las experiencias de los jóvenes en ellos. En general, estudios previos en diferentes países indican dificultades en la construcción de propuestas inclusivas para jóvenes en los espacios museísticos (Antoine y Carmona 2015; Martins et. al. 2020; Martínez, 2020; Santacana et. al. 2016). Considerando las preguntas iniciales y los planteos de los especialistas, nos interesa recuperar las voces de tres educadoras y de un grupo de jóvenes para explorar los significados construidos respecto de los museos como espacios educativos.

Consideraciones vinculadas a la educación permanente, el aprendizaje a lo largo de la vida, la educación expandida y la educación creativa permiten reflexionar acerca de las posibilidades de aprendizaje en los museos (Delors, 1996; Moral, 2015; Zapata, 2019). Entendemos que los procesos de aprendizaje en estas instituciones se construyen a partir de complejas interacciones entre los sujetos y los objetos culturales. Estas construcciones siempre están mediadas por el lenguaje, la cultura y el pensamiento. Las experiencias en ellos son construcciones particulares de sentido. Cada persona que habita un museo crea experiencias propias, sentidos únicos y valoraciones singulares. Los objetos, las exposiciones, las visitas, los espacios, son permanentemente resignificados por los sujetos, para construir experiencias únicas; en términos de Larrosa (2006) subjetivas, singulares y transformativas

Desde el campo de la Psicología Educacional, en especial desde una mirada sociocultural, se comprende al aprendizaje como un proceso personal, social, situado, múltiple, distribuido, contextualizado, temporal y creativo (Rennie, 2007; Melgar y Elisondo, 2017). La educación en museos, pone énfasis en el diseño de programas, propuestas y acciones que consideren las experiencias lúdicas y cognitivas de los públicos, cuando sus cuerpos, son reclamados por ciertos objetos o dispositivos, que llaman su atención (Alderoqui y Pedersoli, 2011). Las experiencias educativas museísticas son concebidas como una construcción compleja, que ocurre a partir de la interacción entre el contexto personal del visitante (conocimientos, experiencias, intereses, motivaciones), el contexto físico del museo (arquitectura, objeto, materiales, exhibiciones, etc.) y el contexto sociocultural (condicionantes externos, institucionales, grupos sociales, etc.). Todos estos aspectos atravesados por una dimensión temporal, que concibe las relaciones entre estas dimensiones de manera dinámica y compleja. Los sujetos resignifican las propuestas según sus experiencias previas y actuales, sus aprendizajes y sus motivaciones (Falk y Dierking, 2016).

En suma, se presenta un estudio sobre experiencias juveniles en museos, se intenta explorar, de manera inicial, percepciones de educadoras y jóvenes para formular aproximaciones, reflexiones y relecturas. Se trata de un estudio exploratorio, inicial y provisorio, que intenta construir algunos conocimientos que aporten al campo de las políticas educativas y culturales vinculadas a las juventudes. En primer lugar, se presentan algunos desarrollos teóricos sobre museos, educación y jóvenes. Luego, se comentan decisiones metodológicas y los resultados del estudio. Por último, se proponen consideraciones finales, limitaciones del estudio y futuras líneas de investigación.

Perspectivas teóricas

Miradas sobre la educación en los museos

Se parte de considerar a la educación como derecho humano, como proceso sociocultural e histórico y como praxis. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO en adelante) señala que, la educación como derecho humano, resulta indispensable para un desarrollo integral de las personas y para poder ejercer otros derechos. El derecho a la educación debe ser garantizado por los estados nación. Las prácticas educativas, no se encuentran circunscriptas únicamente al ámbito de lo escolar, requieren la creación de oportunidades de aprendizaje en contextos no formales e informales para cualquier persona (Melgar, Elisondo y Donolo, 2018).

La educación es un proceso sociocultural e histórico, en este sentido, Bruner (1997) señala que “la mente se constituye por y a la vez se materializa en el uso de la cultura humana” (p. 19). Una perspectiva sociocultural de la educación reconoce que el desarrollo de la mente humana, está ligada a la capacidad de las personas para crear significados y simbolismos compartidos en una comunidad particular. La cultura se presenta como superorgánica, pero también, da forma a la mente de los sujetos. La creación de significados supone situar los encuentros con el mundo en contextos culturales apropiados para saber de qué se tratan. “Aunque los significados están en la mente, tienen sus orígenes y sentidos en la cultura en la que se crean. Es este carácter situado de los significados lo que asegura su negociabilidad, y comunicabilidad” (p. 21).

La educación es praxis, reflexión y acción de las personas sobre el mundo para poder transformarlo (Freire, 1974). La praxis implica una concepción humanista y liberadora de la educación, siendo su objetivo la problematización de los hombres en sus relaciones con el mundo. Esta educación liberadora, problematizadora, ya no puede ser el acto de depositar o transferir conocimientos, sino ser un acto cognoscente que implica una comunicación dialógica. Los hombres se educan, no en el individualismo ni en el aislamiento, sino en comunión y el mundo es el mediador (Freire, 2005). De esta manera, se podría vincular la idea de praxis con la propuesta de Biesta y Säfström (2018), la práctica y la investigación educativa pueden basarse en una ética de la subjetividad, una política de la emancipación y una estética de la libertad. La primera se vincula a las maneras en las que el sujeto aparece como alguien a través de una respuesta responsable, a qué y quién es el otro. La segunda, enfatiza el momento en que el sujeto habla de una forma que no es repetición, ni autoafirmación, sino que trae algo nuevo al mundo. Finalmente, una ética de la libertad tiene en cuenta el modo en que el sentido común se transforma, al asumir igualdad en una situación de inequidad.

La perspectiva educativa asumida en este trabajo invita a pensarla más allá de los contextos formales y escolares, se concibe así al museo como espacio, escenario y contexto para las prácticas educativas. Según (Desvallés, 2010) la educación en museos supone:

La puesta en práctica de los medios apropiados para asegurar la formación y el desarrollo de un ser humano y de sus facultades. La educación museal puede definirse como un conjunto de valores, conceptos, conocimientos y prácticas cuyo objetivo es el desarrollo del visitante; trabajo de aculturación, se apoya principalmente en la pedagogía y en el completo desarrollo, así como en el aprendizaje de nuevos saberes (p. 32).

La educación en museos, puede concebirse en términos de una praxis que apela al conocimiento, valoración y disfrute de los bienes patrimoniales naturales y culturales, apelando a la sensibilización, la puesta en valor de las memorias y los olvidos, las vivencias y emociones de quienes lo experimentan (Zabala y Galtés, 2006). Se propone una educación en museos que comprenda la participación de los diferentes públicos. En este sentido, Simon (2010) plantea la idea un museo participativo, donde las personas puedan sentirse activas, no sólo en la interacción con los contenidos, sino desde la posibilidad de tener y diseñar experiencias que sean valiosas para ellos.

Museos y Jóvenes

Comprender la educación como derecho desde una perspectiva sociocultural e histórica, como praxis y desde la participación, permite interrogar acerca de las diferentes relaciones que se establecen entre los públicos y los museos. Especialmente, en este artículo interesa reflexionar sobre la relación que los jóvenes establecen con esta institución ¿Qué concepciones tienen?, ¿Qué experiencias han desarrollado? Y ¿Qué proponen? De manera general, se adopta la concepción de juventud como una construcción social, atravesada por diferentes variables (psicológicas, económicas, sociales, culturales, históricas) que la configuran como diversa y heterogénea, es por ello que conviene hablar de juventudes (incluimos en esta categoría las adolescencias) en plural (Margulis y Urresti, 1996; Souto, 2007).

A continuación, se presentan algunos estudios sobre museos y jóvenes que permiten aproximarse a la temática desde diferentes miradas y contextos de investigación. Se incluyen estudios actuales realizados en países iberoamericanos que han sido publicados en revistas e informes especializados.

En México, Flores (2016) realiza un recorrido por investigaciones vinculadas a los adolescentes en los museos. A partir del análisis de los diferentes estudios señala que el público joven está ávido de novedades, requiriendo propuestas atractivas y específicas. Menciona, además, que el desafío resulta complejo, debido a la diversidad de este grupo social, especialmente por la rapidez con la que se mueven. Para finalizar, indica que los adolescentes necesitan de espacios libres para la manifestación y el despliegue de su creatividad, para su aprendizaje y socialización, para la exploración de sus propias emociones, posibilitándoles otros recursos de simbolización en la construcción de su subjetividad. Por su parte, Antoine y Carmona (2015) realizaron un estudio cualitativo para comprender las percepciones de jóvenes chilenos sobre los museos. Para la recolección de datos emplearon focus groups realizados con adolescentes de Santiago, Valparaíso y Concepción. Algunos de los resultados señalaron ciertas representaciones compartidas entre los jóvenes; coincidieron en que estas instituciones son relevantes en la sociedad y cumplen la finalidad común de preservar objetos valiosos, especiales, únicos, sobre los que educan. Entre las críticas  destacan la escasa voluntad para informar sobre lo que hacen, abandono del visitante en las exposiciones, ausencia de novedad, sorpresa, diversidad; persistencia en las tradicionales restricciones como el “no tocar”, “no cruce la línea”, “silencio”; “sólo mire”. Otras críticas residen en la falta de interactividad; insuficiente modernización; carencia de diversidad cultural en las muestras y oferta de experiencias poco estimulantes. Para avanzar en la comprensión de la relación entre los museos y los jóvenes, es necesario, considerar las características de las prácticas culturales de este grupo en el espacio público. Una de ellas, refiere al componente socializador que necesariamente deberá estar presente en las propuestas referidas a los jóvenes.

En Cuba, Vargas (2020) realizó un estudio con 1257 jóvenes que asistieron a ocho exposiciones en el Museo de Arte Cubano. Entre los resultados más importantes se observó que los espacios expositivos son valorados esencialmente como oportunidad para acercarse al patrimonio artístico, principalmente por los artistas y jóvenes profesionales relacionados con el campo artístico. En el caso de los jóvenes que no son artistas, estos espacios son vistos como contextos de socialización y disfrute personal. Los grupos menos asiduos al museo lo utilizan como una forma de ampliar su cultura y conocimientos generales, en cambio, los artistas y profesionales vinculados al arte, lo usan como espacio de actualización permanente.

En España, Santacana et. al. (2016) realizaron un estudio sobre la exclusión/ inclusión cultural de los adolescentes en los espacios patrimoniales. Se analizaron las percepciones que los jóvenes, de entre 14 y 16 años, tenían sobre la acción didáctica de los museos referida a la actuación de los educadores, a las estrategias de participación y a la naturaleza de las actividades que los museos les ofrecen. Algunos de los resultados indicaron que los jóvenes no se sintieron partícipes del espacio museístico y que esto cambiaría si en lugar de exposiciones y explicaciones pasivas, fuesen talleres y experiencias activas. En conclusión, lo que dicen los jóvenes a través de sus respuestas es que el museo no les atrae, ni les gusta mucho y no irían si pueden hacer otras cosas. Cuando se analizaron los aspectos relacionados a la participación e interactividad, se puso de manifiesto que no han intervenido nunca en propuestas realizadas por el museo, se sienten excluidos de las decisiones que toman; no se sienten escuchados, y las actividades no han sido pensadas para ellos. Específicamente de las actividades educativas, consideran que no las sienten como suyas, muchos creen que no están destinadas a personas de su edad o por lo menos no se organizan pensando en ellos. En conclusión, los resultados de la investigación ponen de manifiesto claramente la poca capacidad de atracción que tienen estas instituciones para los jóvenes (Santacana et al., 2016).

También en España, Martínez (2020) desarrolló una investigación en diferentes fases que comprendían un total de nueve estudios y la utilización de técnicas de investigación mixtas. Se crearon dos instrumentos, la Escala de rasgos de museología inclusiva y el Inventario de cualidades de museografía inclusiva que fueron administrados a una amplia muestra de 1.132 personas, entre 14 a 25 años. El análisis de los resultados de ambos instrumentos, permitió demostrar que existe una desconexión entre los museos y los jóvenes. En general, los jóvenes mencionaron que lo sienten como un lugar aburrido, de poca atracción, esto podría relacionarse con los recursos y estrategias didácticas, así como con diferentes aspectos museográficos. Finalmente, la autora, señala que es un desafío para estas instituciones trabajar en la posibilidad de interactuar con el público juvenil, preguntarles, intentar conocer sus necesidades e inquietudes.

A partir de una revisión bibliográfica en el contexto argentino, se seleccionaron dos estudios. El primero desarrollado en 2017 por el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología titulado Los jóvenes y los museos. Estudio cualitativo sobre públicos juveniles. Para la recolección de datos se emplearon 8 grupos focales mixtos (con hombres y mujeres). Cada grupo contó en promedio con 6 participantes. Los grupos estuvieron conformados por hombres y mujeres de 15 a 18 años (adolescentes) y de 20 a 27 años (jóvenes) de nivel socioeconómico medio-medio y mediobajo, asistentes y no asistentes a museos. Los participantes provenían de diferentes tipos de escuelas (públicas y privadas) y de distintos barrios de Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de la Provincia de Buenos Aires. La duración de cada discusión grupal fue de una hora y media. Los resultados del estudio permitieron conocer que los jóvenes consultados expresan desgano y aburrimiento en sus experiencias en museos. Sin embargo, una vez vencidos ciertos obstáculos y perjuicios, algunas propuestas concretas resultaron valiosas y fueron significadas de manera positiva. La visita a museos aparece ligada a la familia o también a la participación en eventos especiales como la Noche de los Museos. En todos los casos, se destaca la necesidad de poder desarrollar experiencias interactivas, siendo las mediaciones culturales valoradas porque colaboran en la construcción de sentidos por parte del público juvenil. Finalmente, se connotan de manera negativa la pasividad, la distancia, la restricción y la prohibición, que muchas veces aparecen encarnadas en el personal de seguridad (Campassi et al, 2017).

El segundo fue realizado por Martins et. al. (2020) tuvo por objetivo comprender las experiencias de adolescentes en una visita al Centro Cultural de la Ciencia. La investigación fue de carácter exploratorio y cualitativo, se realizó con cinco grupos, un total de 14 sujetos (6 mujeres y 8 varones) ubicados en la franja etaria de los 15 a los 18 años. El análisis de los datos permitió conocer que hubo interactividad entre los visitantes y con los objetos, y en menor medida, con los mediadores. El estudio, destaca la necesidad de recuperar la mirada y las experiencias de los públicos, especialmente de los jóvenes, ya que su perspectiva sobre las propuestas de los museos, es rica y se encuentra llena de posibilidades para la educación no formal y la divulgación científica. Además, es necesario, conocer la manera en que los jóvenes han interactuado con las exposiciones, para profundizar el diálogo y la reflexión crítica sobre los temas de ciencia y tecnología y su relación con la sociedad.

En suma, los estudios analizados muestran, en diferentes contextos y grupos, que las relaciones entre jóvenes y museos son complejas, ellos construyen experiencias diversas y variadas. En diferentes estudios, los jóvenes consultados mencionaron haber tenido experiencias aburridas, poco interactivas y vinculadas a percepciones sobre lo antiguo y viejo. Sin embargo, también, señalan la potencialidad de estos espacios desde el punto de vista del aprendizaje y lo educativo, en especial cuando se propician interacciones y mediaciones sociales y culturales. De este modo, atraen al público juvenil propuestas que salen de los habitual, que posibilitan espacios para la creación, la socialización y la expresión.

Metodología

Se realizó un estudio exploratorio y cualitativo con educadoras de museos y jóvenes. Los sujetos que participaron del estudio fueron seleccionados a través de un muestreo intencional, no probabilístico. Intencional, porque se eligieron educadoras y jóvenes que quisieran contarnos sus percepciones sobre experiencias en museos. No probabilístico, porque, en el caso de los jóvenes, se accedió a un grupo que voluntariamente quiso participar del estudio. Y en el caso de las educadoras se seleccionaron considerando su trayectoria y contacto previo con las investigadoras. Dado el contexto de pandemia, cuya medida principal fue el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, la recolección de los datos se realizó por medio de video llamadas y un cuestionario online. Interesaba conocer las percepciones de los jóvenes de manera general, no en particular con un museo específico.

Las educadoras entrevistadas fueron, una Licenciada en Educación Inicial, que se desempeña en el Museo Histórico Regional de Río Cuarto como responsable del Área de Extensión Educativa. Una Licenciada en Arte, que se encuentra a cargo de las visitas guiadas en el Museo de la Universidad Nacional de Tucumán y una no docente que trabaja en el Área de Educación del Museo de Antropología, de la Universidad Nacional de Córdoba. Las tres con más de 10 años de trayectoria en educación en museos.

En el caso de los jóvenes, las investigadoras solicitaron de manera voluntaria a un grupo su colaboración para responder un cuestionario online sobre sus experiencias , ya que la recolección se realizó durante la pandemia. El grupo quedó conformado, por jóvenes de distintas localidades de Argentina (Río Cuarto, Las Higueras, Córdoba Capital, La Pampa y San Luis), ubicados en la franja etaria de los 13 a los 22 años, mujeres y varones.

Para conocer las percepciones de las educadoras se llevaron a cabo entrevistas semiestructuradas, que indagaron sobre diferentes aspectos: concepciones acerca de los museos, trayectorias laborales y de formación en estos espacios y percepciones acerca de propuestas educativas para jóvenes. Las entrevistas fueron grabadas para su posterior análisis. Para indagar las percepciones de los jóvenes, se solicitó que de manera voluntaria respondan un cuestionario online, con ítems de respuestas abiertas y cerradas y organizado en dos secciones. La primera sección solicitaba datos personales tales como: edad, nivel educativo, sexo, localidad y algún dato de contacto. La segunda sección consultaba sobre concepciones acerca del museo, experiencias previas y posibles propuestas de los jóvenes. El análisis de los datos se realizó a partir de comparaciones constantes y codificaciones abiertas y selectivas. Se construyeron dos categorías principales percepciones de las educadoras de museos y percepciones de los jóvenes. El estudio se realizó considerando los aspectos éticos, vinculados al respecto del anonimato y consentimiento informado.

Resultados

Percepciones de las educadoras de museos

En esta categoría se comparte la mirada de las educadoras en relación con: a) las concepciones sobre museos, b) las experiencias con los jóvenes y c) posibles propuestas de los museos para los jóvenes.

  1. Concepciones sobre los museos

Las diferentes entrevistadas coinciden en visualizarlo como una herramienta educativa y principalmente, como un espacio de encuentros, ya sea con otros, con los objetos, los saberes y otras realidades. En torno al componente educativo señalaron que reside en la posibilidad de aprender interactuando y de manera interpersonal. Lo educativo se vincula al aprendizaje como un ida y vuelta, un "feedback" entre los museos y sus públicos. Desde la perspectiva de las educadoras, en este espacio se aprende de múltiples maneras; con actividades, desde el trabajo interdisciplinario y desde la interacción mutua con otros. A modo de ejemplo compartimos algunos fragmentos de respuestas:

 

Desde hace muchos años a un museo se lo piensa como una herramienta educativa, sea para niños, adultos, o para la persona que le guste visitar el museo. Además de ser educativo o educador, hay gente que lo define así, yo lo considero al museo también como una herramienta social que debería estar al servicio de la sociedad y tiene un espacio político, para mí, es sumamente importante... " (E.M.2)

Yo creo, particularmente desde mi experiencia con el público, que el museo es un lugar de encuentros con otros, que también tienen saberes, con otros que también tienen una historia y con otros, que cuando pasan por ese lugar, se lleva, o la idea es que se lleve, algo del lugar y también deja su huella, ¿no? Particularmente, creo que los museos son o deberían ser espacios para intercambiar saberes, yo creo que el museo particularmente hoy, es un espacio que a los visitantes los interpela, los pone a pensar... (E.M.I).

El museo es un espacio de encuentro, es un lugar que no tiene límites físicos, en tanto y en cuanto las personas, lo habiten y lo construyan cotidianamente (...) es un espacio educativo, pero también más que nada es un espacio de encuentro (...) un espacio donde se dan otros tipos de conocimientos... (E.M.3).

Las educadoras entrevistadas perciben a los museos como herramientas educativas, espacios de encuentro y de aprendizaje con otros. Desde su lugar reconocen que no solo aprenden quienes visitan el museo, sino la propiainstitución. En este sentido, sirven los planteos de Daza et al (2020) sobre la mediación como apropiación, es decir, como oportunidad de promover diálogos con las diversidades, con los públicos e incluso a través de la producción conjunta de contenidos.

  1. Experiencias de los jóvenes desde la perspectiva de las educadoras

Las percepciones de las educadoras acerca de las experiencias de los jóvenes en los museos señalan que éstas se encuentran relacionadas a ciertas actitudes e intereses. Es decir, la predisposición de los jóvenes por participar de ciertas actividades se encuentra relacionada a algún interés específico, ya sea, por un tema que se presenta en el museo, o, porque algún amigo o conocido le ha informado sobre un evento en particular. A modo de ejemplo compartimos algunas palabras de las entrevistadas:

Desde mi visión, muchas veces podemos ver, que a lo mejor el público joven es el que menos se acerca a estos espacios, y solemos vincular esto con que tienen otros intereses, pero yo creo que sí, que sí se interesan, pero lo que hoy reclaman es que nos cuenten esa historia que tiene el museo, ya sea de historia, de arte u otra cosa, otra temática, que nos la cuenten de una manera diferente, yo creo que eso es lo que buscan... (E.M. l).

Sí, sí, claro, yo considero que sí hay un grupo, tampoco puedo decir: ¡no!, a los jóvenes no les interesa', pero como te digo, es siempre un grupo minúsculo. Sí van, pero no es un hábito de los jóvenes visitar museos, en general, si vos tenés que hacer un porcentaje, es mínimo. Van como les decía, porque tienen algún interés específico, ya sea por la temática de la muestra o porque algún amigo le ha dicho: 'mira... está buena la muestra, vamos (E.M.2).

Sí, sí, demuestran interés y participación en la asistencia a los eventos o las actividades. Creo que también al ser nuestro museo un espacio que genera múltiples actividades, genera que haya más apertura en la participación. Generalmente van con amigos, se nota mucho como salidas en grupo, a veces también en pareja o un compañero, alguien con quien comparten algún vínculo, o compartieron en las redes, por ejemplo, alguien vio algún evento y lo invitó a otro, después cuando entran al museo se escuchan esos comentarios: 'viste esto es lo que te decía que vi en facebook' o 'esta es la muestra que te hablaba el otro día " (E.M.3).

Las percepciones de las educadoras pueden comprenderse a la luz de los resultados de otros estudios, en especial, destacando el carácter social de la experiencia, o la necesidad de proponer oportunidades para la socialización (Antoine y Carmona, 2015; Martínez, 2020). Santacana et. al. (2016) señalan que los jóvenes requieren propuestas más interactivas y desafiantes, en tanto, Flores (2016) señala que esas propuestas deben permitir el despliegue creativo y de las capacidades de exploración de este público.

  1. Posibles propuestas de los museos para los jóvenes

En relación con las propuestas educativas destinadas a los jóvenes, las educadoras mencionaron que son variadas, incluyen: charlas, debates, presentación de libros, música, teatro. Sin embargo, éstas suelen ser esporádicas, no son sostenidas en el tiempo, a modo de programas estables. También, reconocen que algunas propuestas destinadas al público general pueden llamar la atención de los jóvenes. En especial, destacan la Noche de los Museos, como un evento que convoca a este público. Finalmente, se reconocen, ciertos obstáculos para desarrollar propuestas estables, vinculados a los diferentes modos de gestionar el museo o a los recursos disponibles (humanos y económicos). En cuanto a las fortalezas, destacan que la mayoría de las iniciativas son pensadas por los trabajadores y que, en general, son diversas tratando de llegar a diferentes públicos.

Claro, generalmente, nuestros proyectos de actividades contemplan la participación de los jóvenes y adolescentes, por ejemplo, actividades culturales como charlas, presentación de libros, conferencias. Son de acceso libre y generalmente se difunden en las plataformas virtuales, por ejemplo, Facebook, Instagram. (…) Son actividades esporádicas, totalmente libres, y son éstas las que los jóvenes eligen más para ir. (Algunas) tienen que ver con problemáticas o temáticas muy puntuales o de interés, por ejemplo; todo lo que se llevó adelante en relación a la ley de interrupción de embarazo, o conflictos territoriales, respeto a la diversidad de géneros, son temáticas que por ahí son más masivas, tienen mucha participación y generalmente son los eventos que más van los jóvenes, pero bueno también tenemos propuestas de música, de teatro o de actividades que por ahí son muy buscadas por los jóvenes (E.M.3)

Daza et al (2020) señalan que las mediaciones deben partir del reconocimiento, intercambio y el diálogo con diferentes sujetos, creando escenarios variados para que estos experimenten y produzcan proyectos propios. Son retos para las propuestas educativas, el fortalecimiento y diversificación de espacios, contenidos y estrategias de formación de educadores; el apoyo y acompañamiento entre los equipos de conceptualización de las experiencias y los mediadores; la consideración de las condiciones laborales de los educadores y la calidad de la experiencia y el aprovechamiento de los conocimientos que se generan en las prácticas de mediación.

Al analizar las voces de las educadoras, resultan interesantes los planteos de Maceira Ochoa (2008), quien señala que para muchas personas el museo no es un espacio cercado ni autorizado, muchas veces es percibido como elitista, rígido y aburrido. Según la investigadora, el principal desafío para los educadores es intentar romper con las perspectivas limitantes y motivar a las personas jóvenes a experimentar los museos.

Mi invitación es a hacer un alto y lidiar con la incertidumbre, con la polisemia, con la subjetividad, y hacer el ejercicio de pensar y de investigar qué hay en términos educativos en los múltiples procesos de “educación indirecta” que tienen lugar en el museo. La profundización del conocimiento de los distintos procesos que suceden en los museos con la gente joven y adulta, la mejor comprensión de su funcionamiento como espacios educativos, el desarrollo de iniciativas externas o internas del museo para ofrecer alternativas educativas para estos sectores de la población (p.74).

La percepción de las educadoras nos permitió comprender al museo como un espacio educativo y de encuentros, reconociendo su potencialidad en las posibilidades de interacción con otros. Asimismo, se destaca una visión del público juvenil como asistentes poco asiduos, sin que esto, signifique la no asistencia e interés de los jóvenes por los museos. También, se reconoce que llaman la atención de los jóvenes ciertos temas, propuestas y eventos que salen de lo común. Las educadoras consultadas enfatizan el desafío que significa trabajar con públicos juveniles, reconociendo la necesidad de pensar en propuestas innovadoras y propiciando espacios de intercambio y socialización.

Percepciones de los jóvenes

En esta categoría compartimos la mirada de diferentes jóvenes acerca de; a) concepciones sobre los museos, b) sus experiencias previas y c) las posibles propuestas de los jóvenes para los museos.

  1. Concepciones sobre museos

Las concepciones más frecuentes fueron la de lugares donde se conserva o expone; lugares para aprender y espacios vinculados al patrimonio.

Para mí un museo es un edificio en donde se encuentran cosas históricas de algún lugar (J.2).

Es una institución que se encarga de conservar cosas como arte, descubrimientos humanos, ciencia, etc. "(J.40).

Un lugar donde se puede aprender, ya sea a través del arte y la historia o un museo de biología por ejemplo (J.46).

Para mí es un patrimonio cultural donde allí se intenta mantener viva la cultura de épocas pasadas, de nuestras tradiciones, siendo así una forma de revalorizar también nuestra cultura actual (J.89).

En un estudio previo Melgar (2016) consultó a un grupo de estudiantes universitarios sobre las percepciones asociadas a los museos, éstas aparecían vinculadas a los objetos y el lugar, es decir, el edificio y en cuanto a las temáticas, se relacionaron con el arte, las ciencias naturales y la historia. Se observó que un pequeño número de estudiantes representaron al museo como un espacio social, de interacciones con otros y con objetos. En una investigación realizada por López y Guerrero (2020), también se observó que los estudiantes relacionaron la palabra patrimonio, en primer lugar, a la historia y luego, monumentos, museos, conocimiento, antigüedad y cultura. Se destaca así que existe un elevado número de estudiantes que no sienten la historia local como parte de su identidad personal, es por ello que, asimilan su aprendizaje en una práctica docente memorística como forma de estudio de la historia.

Los estudios de Santacana et al., (2016) y Tiburcio (2015) también indican que los jóvenes se sienten no incluidos en las propuestas de los museos y los perciben como espacios ajenos, lejanos y aburridos. Recuperando planteos de García Canclini (2013), nos preguntamos acerca de las posibilidades de interacción cultural entre estas instituciones y las juventudes, entre las lógicas y culturas de unos y otros.

Otra concepción que resulta interesante es la que ofrecen los jóvenes sobre el espacio museístico como un espacio para aprender, algunos consideran que existe cierta similitud entre el aquel y la escuela, en especial, en la información que presentan. Otros señalan que el museo, tiene la característica de comunicar con objetos.

En el museo la información es más extensa y podes ver los objetos que te están explicando (J. I l).

Sí, por supuesto, aprendí mucho sobre historia de próceres, historias del Museo también, como hacían las cosas antes, etc. (J.9).

Resulta interesante comprender las percepciones de los jóvenes desde una perspectiva compleja, si bien consideran a los museos como espacios ajenos, aburridos y poco motivantes, también identifican algunas potencialidades educativas de estos contextos. Superadas ciertas barreras algunos jóvenes señalan que la participación en propuestas concretas puede ser muy buena, ofreciendo oportunidades para experimentar vivencias que salen de lo cotidiano (Llamazares, 2018)

  1. Experiencias previas de los jóvenes en museos

Los jóvenes consultados comentaron que sus experiencias han estado ligadas a visitas escolares; visitas familiares, experiencias con amigos y visitas virtuales. En cuanto a la experiencia se recuerdan distintos aspectos, algunos refieren a sensaciones, por ejemplo, “fue buena y positiva”, mientras otros indicaron museos específicos, al modo: “me acuerdo que fui a tal museo”. Además, algunos comentaron que recuerdan las restricciones impuestas por el espacio durante la visita, por ejemplo, en torno a la interacción con los objetos o el comportamiento. A modo de ejemplo compartimos algunas respuestas.

Sí, dos veces. Fui con el colegio, una para explorar y la otra en un viaje de estudio (J.13).

Sí, con mis padres, abuela y el colegio. Situaciones de curiosidades al visitar un nuevo lugar, acompañar a un familiar artista, pasar la tarde con mi abuela y situaciones académicas claramente (J.31.

Lo que menos me gusta, en ocasiones, es no poder tomar fotografías de algo que quizá me pueda servir en algún trabajo en el caso que vaya por eso. Lo que más me gusta del museo es aprender cosas que quizá desconocía (J.61).

Se destacan aquellas voces que recuperan vínculos intergeneracionales y experiencias compartidas con otras personas. Tal como señala Maceira Ochoa (2008) es importante promover en los museos espacios para la convivencia intergeneracional, el fortalecimiento personal y el encuentro con la alteridad. En el estudio de Vargas (2020) los jóvenes también mencionaron la importancia de estas instituciones como espacios de socialización y disfrute personal. Resultan interesantes las expresiones de los jóvenes que lo vinculan con espacios para explorar y desplegar la curiosidad. Podríamos plantear, como hipótesis, que en estas experiencias los jóvenes han tenidos papeles protagónicos, construyendo diferentes caminos posibles para participar en los museos (Simon, 2010).

  1. Posibles propuestas de los jóvenes para los museos

En cuanto a las percepciones en torno a las propuestas, los jóvenes señalaron que no se realizan actividades para su edad. Otros, opinan que sí, pero que depende de los gustos de cada persona ir o no; y un tercer grupo manifiesta no tener conocimiento acerca de las actividades que son llevadas a cabo en los museos. Los jóvenes indicaron que los visitarían si ofrecieran: propuestas vinculadas a sus intereses, tales como ciclos de música, experiencias más didácticas e interactivas, actividades relacionadas al deporte o diversos artistas, espacios para compartir (un café, mate, patio de comidas), espacios en donde puedan pintar o expresarse libremente, y actividades con innovaciones tecnológicas.

Las percepciones de los jóvenes consultados coinciden con los resultados de Santacana et al (2016), desde la perspectiva de este público sería interesante que el museo trabaje para ofrecer talleres y experiencias activas. Las respuestas de los jóvenes se convierten en un desafío para comprender con profundidad las características de las prácticas culturales de este grupo (Antoine y Carmona, 2015). En un estudio realizado durante la NM, Melgar et al (2017) destacaron que los aspectos que cambiarían los visitantes refieren a mayor tiempo disponible para recorrerlo, soporte sonoro para las explicaciones del guía, más días y horarios de apertura e incentivar la mayor participación de jóvenes y niños.

Las percepciones de los jóvenes se presentan como retos para las áreas educativas de los museos, requieren la estimulación de la curiosidad a través de propuestas que permitan la exploración libre, la interacción y la posibilidad de compartir y socializar. Los jóvenes consultados en este estudio, plantean la idea de espacios al aire libre o algún anexo para poder comer o tomar un café, mate, etc., pero sobre todo y es lo que llama más la atención, es que proponen actividades más interactivas, entretenidas y que los atraiga, de esa manera ellos podrían tenerlos en cuenta como lugares a visitar.

Consideraciones finales

Los resultados del estudio permitieron conocer las percepciones de educadoras de museos y jóvenes respecto de maneras de concebir este espacio, experiencias y posibles propuestas. En cuanto a las concepciones de los museos, las educadoras lo perciben como espacios de encuentro, aprendizaje y educación, enfatizando la idea de intercambio de saberes entre la institución y los públicos. Por su parte los jóvenes, destacan la idea de lugar relacionado a los objetos históricos, antiguos, artísticos y científicos. También señalaron, al igual que las educadoras, que el museo es un escenario para aprender. Considerando esta idea de espacio para aprender, podrían diseñarse oportunidades donde educadores y jóvenes definan de manera conjunta ¿Qué aprender? ¿Cómo aprenderlo? ¿Con quiénes? ¿A través de qué recursos? Será necesario tener en cuenta las características de los diferentes grupos de jóvenes para crear propuestas situadas y contextualizadas de aprendizaje.

En cuanto a las experiencias de los jóvenes, las educadoras señalan que suelen estar ligadas a ciertos intereses vinculados a temas, a la invitación de otro y a algún tipo de propuesta o evento específico. Es decir, que determinadas actividades llaman la atención de este público, por las características tanto de la propuesta como por la curiosidad que generan. En cuanto a los jóvenes, señalaron que sus experiencias han estado ligadas a visitas escolares, familiares o con amigos. Se recuerdan diferentes aspectos, sensaciones positivas (la pasé muy bien) o negativas (recuerdo que no me dejan tocar, sacar fotos, etc.), así como museos concretos. Los estudios de público habilitan espacios para conocer las agendas que tienen los públicos juveniles, los temas que despiertan su interés y las maneras de socializar en este espacio.

En relación con las propuestas, las educadoras identifican que los museos generan actividades variadas, que llaman la atención de alguno, sin embargo, éstas suelen ser esporádicas. En cuanto a los jóvenes, reclaman propuestas que reconozcan mucho más sus intereses y sus características psicológicas, sociales y culturales. Las políticas educativas de los museos, tienen el desafío de diseñar, implementar y evaluar estrategias diversas, situadas y contextualizadas para el público juvenil.

Atendiendo a limitaciones del estudio en cuanto a la reducida muestra y la falta de estrategias de triangulación, proponemos en futuras investigaciones ampliarla, incluyendo a otros grupos etarios. Es interesante en próximos estudios utilizar otros instrumentos de recolección de datos (por ejemplo, narrativas o entrevistas a los jóvenes) que permitan triangular y comprender en profundidad las percepciones de los participantes. Del mismo modo, es necesario complejizar los análisis incluyendo diversas perspectivas teóricas para significar las complejas relaciones entre juventudes y museos.

Hemos intentando recuperar las voces de educadoras y jóvenes para comprender, de manera inicial y exploratoria, experiencias sus experiencias en los museos. Los datos emergentes pueden ser valiosos para pensar propuestas educativas y culturales que se orienten hacían la genuina inclusión de los públicos juveniles, reconociendo sus particularidades, sus intereses y sus formas de construir conocimientos. También consideramos interesante generar propuestas que no solo incluyan a jóvenes, sino que promuevan procesos participativos intergeneracionales. ¿Y si compartimos con la nona Eda historias sobre la inmigración? ¿Y si nos animamos a amasar con ella fideos? Reconocer que los jóvenes habitan virtualidades, es indispensable para generar propuestas alternativas, más allá de los edificios y los objetos concretos. Para invitarlos a los museos y construir experiencias significativas, también es indispensable comprender sus lenguajes, sus prácticas culturales y sus formas de conocer el mundo.


Serie Puertas antiguas, técnica mixta. Matías Sapegno

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