DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2021-2528

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 TESIS

 

 

Familias productoras de alimentos en Anguil (La Pampa) y sus aportes a la soberanía alimentaria local. Tesis de Maestría en Sociología de la Agricultura Latinoamericana. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales - GESA - Universidad Nacional del Comahue

 

Autora: Lic. ARNR Carolina Angeleri1
INTA, Anguil, La Pampa
angeleri.carolina@inta.gob.ar

Directora: Dra. Norma Steimbreger
Co Directora: Dra. María Eugenia Comerci
Defensa pública: noviembre de 2020
URI: http://hdl.handle.net/20.500.12123/8573

 

 

Resumen

La agricultura familiar conforma un sector productivo clave en el mundo y también en nuestro país. Este conjunto de sujetos sociales es central en la producción de alimentos, generación de empleo, resguardo de tradiciones, riqueza cultural, transmisión de saberes, arraigo y sostén de la soberanía alimentaria en los territorios. Se caracteriza por la presencia de trabajo familiar y se diferencia al interior de las unidades familiares por múltiples dimensiones, conformando un sector heterogéneo que es condicionado en sus prácticas por el contexto social, político y económico en el que se insertan.
En la región semiárida pampeana de Argentina persisten familias productoras de alimentos. Estos sujetos sociales conforman una “agricultura familiar diversa”, coexisten en un mismo territorio, se vinculan mediante acuerdos o conflictos y producen alimentos para sus familias y para el abastecimiento local (PROHUERTA, 2017) y extralocal, y aportan a la soberanía alimentaria (Vía Campesina, 2002; Caballero, 2014). Esta tesis se propuso analizar la diversidad de familias que producen alimentos para el abastecimiento local en Anguil (La Pampa) y comprender la importancia de sus producciones como aporte a la soberanía alimentaria. Para dar cuenta de esa heterogeneidad se definieron tipos/perfiles de familias productoras, elementos subjetivos surgidos de las entrevistas semiestructuradas, como la autoidentificación, la trayectoria familiar, la lógica de la producción y del conocimiento empírico. Se profundizaron los tipos a partir del análisis de variables cuantitativas de dimensiones estructurales como la tierra, el trabajo y el capital surgidos de las encuestas. Finalmente se completó e integró el estudio con una descripción de las vinculaciones socioproductivas que establecen los sujetos con otros actores, como una forma de plasmar la densidad de relaciones en lo local, que hacen al arraigo y contribución de la Agricultura Familiar al territorio habitado. En suma, aportar al conocimiento sobre los sujetos agrarios en la región pampeana desde una mirada crítica, en un proceso de ida y vuelta entre la teoría, los datos y el saber empírico.
Para el trabajo de campo se realizó un recorte espacial, definiendo como unidad de estudio el ejido municipal Anguil con una superficie de 850 Km2 (ver figura Nº 1). Las entrevistas y encuestas a productores e informantes calificados, ocurrieron entre junio de 2016 y noviembre de 2017. Como unidad de análisis se tomó la familia productora (Balsa y López Castro, 2011) de alimentos para el abastecimiento local que realiza venta o intercambio de los mismos. El concepto de Núcleo Agricultor Familiar (SAGPyA-ReNAF, 2007) permitió operacionalizar el registro de las familias productoras. Para abordar los objetivos se desarrolló un diseño flexible de investigación, con un enfoque metodológico cualitativo combinado con técnicas cuantitativas. Se complementó lo cualitativo con información cuantitativa sobre aspectos sociodemográficos y productivos. Se utilizaron datos de fuentes primarias obtenidos del trabajo de campo, conocimiento empírico propio y secundarias obtenidas de censos (CNHPyV y CNA).

Figura Nº 1. Provincia de La Pampa. Ejido Municipal de Anguil.


Elaboración: Lorena V. Carreño (2019).

El lugar de estudio seleccionado fue Anguil, un pueblo rural de La Pampa, situado a 27 km de su capital, Santa Rosa a la vera de la Ruta Nacional Nº5.  Se analizaron las cuestiones históricas del poblamiento desde el siglo XX asociado a la colonización y puesta en producción de las tierras de la región pampeana con preponderancia agroexportadora. Se reconocieron como procesos recientes la agriculturización y pampeanización (Comerci, 2015), la penetración de las relaciones capitalistas en el agro, la pérdida de EAPs de menores dimensiones y concentración en el uso de la tierra. También la disminución de la población rural dispersa y el progresivo aumento de la población rural consolidada o urbana, coincidiendo con la tendencia nacional y de la región pampeana. La cercanía del gran Santa Rosa-Toay (capital provincial, 115375 habitantes; INDEC, 2010) respecto a Anguil (1934 habitantes; INDEC, 2010) produce en los últimos 20 años cambios en la localidad, como la valorización inmobiliaria de la tierra, aumento del alquiler de viviendas, expansión del límite urbano, conflictos por el uso del suelo, radicación de personas de origen urbano. En tanto, la ciudad capital es para la población anguilense un mercado para productos alimenticios, fuente de trabajo y centro comercial de bienes y servicios. También influyen las características agroecológicas locales, que determinan la llamada región semiárida pampeana y la permanencia en la zona de la producción mixta como actividad productiva dominante, pero no única.
Se construyó una tipología en base a los perfiles identificados en el campo considerando a Murmis (1992) y basada en la caracterización de las relaciones de producción, donde las unidades productivas y los sujetos se encuentran “en flujo hacia o resistiendo el flujo hacia” otras situaciones, insertos en un contexto global que condiciona y diferencia a los sujetos en el territorio. Se propusieron los siguientes tipos o perfiles:

Tipo 1: Familias tradicionales: son descendientes de los primeros propietarios que se instalan en la zona en la etapa de nacimiento y consolidación del pueblo. Actualmente componen la tercera o cuarta generación ligada a la producción primaria. En este grupo lo productivo es parte de lo identitario y también constituye la fuente de ingreso principal. Se identifican mayormente como productores/as agropecuarios/as, o productores ganaderos o productores agrícola-ganaderos, de acuerdo a la actividad más representativa para ellos/as. Las unidades productivas están ubicadas en zona rural y zona quintas, se caracterizan por tener la propiedad de la tierra y están principalmente dedicadas a la producción mixta. Estos sujetos poseen vinculaciones comerciales con sectores de la economía formal (Cooperativa local, mercado de Liniers, consignatarios, frigoríficos, carnicerías). Hacia el interior del perfil familiar se identificaron tres subtipos de acuerdo a prácticas que se combinan de distintas maneras en un contexto dinámico: (ça) Familias con lógicas de capitalización y acumulación; b) Familias con lógicas de persistencia sin capitalización y c) Familias con lógicas de persistencia en proceso de descomposición: han quedado relegados del sistema productivo actual y persisten en lo productivo en un esquema de pérdida gradual de capital.

Tipo 2: Familias de Empleados Rurales: se identifican como peones o empleados rurales y que producen alimentos para autoconsumo con venta de excedentes eventuales o permanentes. La característica distintiva es que no poseen tierra propia y acceden a la misma con permiso del dueño/a del campo, constituyendo un factor de subordinación de sus producciones. Lo decisivo en estos casos es el permiso del dueño/a y el tipo de acuerdo que se establece entre las partes. Atendiendo a los objetivos planteados, resultó relevante la visibilización de las familias de empleados rurales como productoras de alimentos y trabajo, parte significativa del entramado socioproductivo de Anguil y de la vinculación existente entre lo urbano y lo rural.

Tipo 3: Familias con producciones complementarias de otras actividades. Producen alimentos en una escala pequeña y a modo de complemento de otras fuentes de inserción principales. Las personas se identifican como jubilados/as, empleados/as, dedicados a changas o cuentapropistas. Las motivaciones para producir son el gusto por la actividad, la autoproducción de alimento para la familia y vender excedentes, eventuales o permanentes, siendo en algunos casos una práctica de subsistencia. La precariedad en la tenencia de la tierra, el bajo nivel de capital, infraestructura y los costos de producción son las dificultades que mencionan estas familias.

Tipo 4: Familias neorurales con lógicas asociativas. Desde hace unos 20 años comienzan a radicarse nuevos habitantes en Anguil que se vinculan con lo productivo y portan lógicas, visiones y expectativas diferentes a los otros sujetos locales (Feito, 2014). Eligen una forma de vida que contemple la producción de alimentos, tanto para el autoconsumo como para la venta de excedentes, y la autonomía y tranquilidad respecto a la vida en la ciudad. Combinan en todos los casos esta actividad con otras fuentes de ingresos para su sostenimiento. Algunos se vinculan fuertemente con el entorno socioproductivo, integrándose tanto con productores nuevos como tradicionales.

Tipo 5: ¿Nuevos productores o pequeños inversionistas? Compuesto por personas procedentes de Santa Rosa o Toay, con diversas ocupaciones, que no se radican en Anguil. Establecen emprendimientos orientados a producir alimentos para el mercado local, caracterizadas por presentar elevada movilidad y poca permanencia en el territorio. Estos actores, que pueden dedicarse previamente o no a la actividad agropecuaria, buscan generar una ganancia a corto plazo con emprendimientos de pequeña escala, bajo grado de inversión, alquiler de la tierra en zona de quintas y, en algunos casos, con contratación informal de mano de obra. La vinculación con otros sujetos del pueblo es variable, estos pequeños inversionistas pueden ocupar algún trabajador informalmente o realizar intercambios de bienes y servicios con otros sujetos locales, pero parecen no tener continuidad en el tiempo en cuanto sujetos productivos, debido a que la mayoría de estos emprendimientos resultaron inviables.

De este modo, en la zona de estudio, existen diferentes tipos de agricultores familiares que producen alimentos para el abastecimiento local. Las producciones de las familias estudiadas varían, desde las de traspatio para autoconsumo y venta de excedentes, hasta grandes unidades agropecuarias mixtas en las que se produce para el mercado local y extralocal. Todas tienen en común la presencia de lo familiar y la generación de alimentos, fundamentalmente de origen animal.
Pese a la disminución de pequeños productores (registrados como EAPs por los Censos Agropecuarios) y el consiguiente proceso de concentración de la tierra, los productores familiares tradicionales encuestados persisten. En un contexto regional de agriculturización, el mantenimiento de la ganadería en los sistemas de producción mixta como producción más estable, aunque menos rentable, es uno de los factores que resulta en la permanencia de estos productores familiares y de la contratación de mano de obra rural. Se suman las distintas prácticas de “adaptación” ante los cambios técnicos, políticos y económicos y el sostenimiento de la diversificación productiva mediante la cría de animales de granja, en el típico sistema de chacra mixta (según la conceptualización de Peretti, 2014), como elementos de resistencia ante el avance de las relaciones capitalistas en el agro. También se reconocen situaciones de diferenciación hacia arriba (proceso de capitalización) y hacia abajo (con signos de desaparición como productores) como tipo social de agricultura familiar. Estos actores enfrentan un futuro incierto, donde la continuidad generacional, la sucesión y subdivisión de la tierra y la escala cada vez mayor requerida en las producciones de mercado para ser rentables, parecen ser los factores determinantes.
Como en otras regiones argentinas, el trabajo de campo permitió corroborar la progresiva desaparición de productores y de concentración de la tierra, así como la disminución de la población rural a lo largo del tiempo. Esta situación, vista desde la producción de alimentos para la población local, se traduce en pérdida de cantidad y variedad de alimentos frescos, es decir, menor producción de alimentos para el abastecimiento local.
Los cinco tipos sociales agrarios propuestos sirven para comprender la complejidad social en el territorio, se los propone como categorías dinámicas en “flujos hacia” o “resistiendo el flujo hacia”. En el caso de estudio se verifican tanto movilidades familiares hacia arriba como hacia abajo a lo largo del tiempo, fundamentalmente por los cambios de política económica de gobierno.
Los elementos de la “cuestión cultural” como distintiva de la agricultura familiar propuesta por el FoNAF (2007) se plasman en el territorio desde el conjunto de las prácticas analizadas, pero no como un conjunto de costumbres homogéneas, sino como diferentes modos de ser y de hacer, que se encuentran en coincidencias y diferencias y en la práctica se materializan en acuerdos, intercambios, conflictos y disputas. En el entramado socioproductivo local, los sujetos se vinculan desde la heterogeneidad simbólica y material, donde circula cierto capital social como forma de acceso a los recursos y de resistencia a la exclusión, conformando lo agrario local.
En relación con el contexto nacional y el modelo neoliberal profundizado en el periodo 2016-2019, son los productores de menor escala quienes han sufrido más el impacto de las políticas económicas, con un encarecimiento de todos los insumos y de la canasta de alimentos, que no guarda correlación con el precio de venta de los productos de granja. Las familias han visto, por un lado, resentida la producción y su propio sostenimiento, y por otro, la merma en la venta de pollos y lechones por el empobrecimiento general de la población, debido a la pérdida de poder adquisitivo. En respuesta a esa situación, algunos productores abandonaron la producción, otros desarrollan o profundizan estrategias de intercambio no monetario para continuar produciendo, en muchas ocasiones, consiguiendo productos de descarte para alimentar sus animales.
Teniendo en cuenta las conceptualizaciones respecto a Agricultura Familiar, Soberanía Alimentaria y Producción para el Abastecimiento Local, se considera que están íntimamente relacionados entre sí. No se puede pensar en Soberanía Alimentaria si no hay agricultores familiares que produzcan alimentos locales, que circulen por canales cortos o próximos de comercialización, se asegure el acceso a una alimentación inocua, nutritiva y culturalmente apropiada para la población, así como a los recursos necesarios para producir. Para ello, debe ocurrir la participación activa y democrática de los distintos sectores involucrados: productores, consumidores, movimientos sociales e instituciones. A esto se le suma la importancia del entramado de relaciones locales que la Agricultura Familiar teje en el territorio, cargadas de elementos simbólicos y materiales que configuran un lugar determinado, como el lugar de estudio. Resulta fundamental al conceptualizar la agricultura familiar considerar la heterogeneidad existente en el territorio, las problemáticas y necesidades de cada tipo, así como comprender los objetivos que persigue la familia con la producción, reconociendo que la dinámica familiar y las cuestiones culturales son parte de esta agricultura.

Referencias bibliográficas

1. Balsa, J. y López Castro, N. (2011). “La agricultura familiar “moderna”. Caracterización y complejidad de sus formas concretas en la región pampeana”. En López Castro y Prividera (Comp.). Repensar la agricultura familiar. Aportes para desentrañar la complejidad agraria pampeana. Ed. CICCUS, Argentina.

2. Caballero, L. (2014). No habrá otra economía, sin soberanía alimentaria. En Revista “Voces en el fénix” La estrategia del caracol: economía social. Año 5 Nº 37, agosto 2014. Disponible en http://www.vocesenelfenix.com/content/no-habr%C3%A1-otra-econom%C3%ADa-sin-soberan%C3%ADa-alimentaria

3. Comerci, M. E. (2015). Múltiples territorialidades en el campo argentino. Geografías, procesos y sujetos. Ed. UNLPam. Santa Rosa, La Pampa, Argentina.

4. Feito, M.C. (2014). Ruralidades, agricultura familiar y desarrollo: territorio del Periurbano Norte de la Provincia de Buenos Aires. Ed. La Colmena, Buenos Aires, Argentina.

5. FoNAF. (2007). Documento Base del FoNAF para implementar las políticas públicas del sector de la Agricultura Familiar. (En línea: https://vdocuments.mx/documento-base-fonaf.html).

6. Ley 27118/14 Fuente:http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/240000-244999/241352/norma.htm).

7. Murmis, M. (1992). “Tipología de pequeños productores campesinos de América”. En Sociología rural latinoamericana, hacendados y campesinos. Centro Editor de América Latina, Argentina.

8. Peretti, P. (2014). La Chacra Mixta y otras yerbas: una mirada política de la cuestión agraria. Ed. Perspectiva Bicentenario, Buenos Aires, Argentina.

9. PROHUERTA, INTA. (2017). Manual operativo grupos de abastecimiento local (GAL). Ministerio de Desarrollo Social, Ministerio de Agroindustria, Argentina.

10. SAGPyA (2007) Resolución 255/07 Disponible en: http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/130000-134999/133860/norma.htm).

11. Vía Campesina (2002) Disponible en: https://viacampesina.org/es/16-octubre-dia-internacional-la-soberania-alimentaria-los-pueblos/).

Notas

1 Licenciada en Recursos Naturales. Trabajadora en el INTA. Realizó la maestría en el marco del Programa de formación de posgrado y perfeccionamiento INTA (Autorizada por Res. 1126/13 y Reglamentada por Res. 743/12).