DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2019-2304

Cita sugerida: Gonzalo Ezequiel Lus Bietti (2019). La disputa epistemológico-institucional entre la Geografía Humana y la Morfología Social: continuidades y discontinuidades en las estrategias de legitimación científica de las comunidades de geógrafos y sociólogos en el umbral del siglo XX. Revista Huellas Volumen 23, Nº 1, Instituto de Geografía, EdUNLPam: Santa Rosa. Recuperado a partir de: http://cerac.unlpam.edu.ar/index.php/huellas

ARTÍCULOS

 

La disputa epistemológico-institucional entre la Geografía Humana y la Morfología Social: continuidades y discontinuidades en las estrategias de legitimación científica de las comunidades de geógrafos y sociólogos en el umbral del siglo XX

The epistemological-institutional dispute between the Human Geography and the Social Morphology: continuities and discontinuities in the strategies of scientific legitimation of the communities of geographers and sociologists at the threshold of the twentieth century

A disputa epistemológica institucional entre a Geografia Humana e a Morfologia Social: Continuidades e descontinuidades nas estratégias de legitimação cientifica das comunidades de geógrafos e sociólogos no umbral do século XX

 

Gonzalo Ezequiel Lus Bietti1
Universidad de Buenos Aires
@ [ g.lus@hotmail.com ]

 

Resumen: En el umbral del siglo XX, la Geografía Humana de Paul Vidal de la Blache, se disputó con la Morfología Social de Emile Durkheim la apropiación del estudio de la relación Sociedad-Naturaleza. El trasfondo de este suceso estuvo teñido por cuestiones epistemológicas, con epicentro en las diferentes concepciones sobre el medio; como así también institucionales, ya que la Sociología pretendía integrar dentro de su dominio al campo de la Geografía Humana. Mientras las estrategias de Durkheim habían sido interpretar y criticar a la Geografía de Vidal a través de la Ratzel, La Blache optó por alejarse de la Geografía ratzeliana y así diferenciarse de la Morfología Social. Con la intervención de los discípulos, estas estrategias no sólo continuaron, sino que se modificaron. Mauss y Halbwachs, prosiguieron socavando el espacio epistemológico-institucional de la Geografía vidaliana a través de la crítica a la Geografía ratzeliana, pero Simiand fue pionero en criticar directamente a los vidalianos. Demangeon y Vacher contribuyeron a remarcar la singularidad de la Geografía de Vidal de la Blache, pero Febvre y Vallaux esbozaron una defensa de la Geografía Humana a través de una crítica a la Morfología Social.

Palabras Clave: Disputa epistemológica-institucional; Estrategias de legitimación científica, Comunidades científicas.

Abstract: On the verge of the twentieth century, the Human Geography of Paul Vidal de la Blache disputed the appropriation of the study of the relationship Society-Nature with the Social Morphology of Emile Durkheim. The background of this event was tainted by epistemological issues, with epicenter in the different conceptions of the environment, as well as by institutional issues, since Sociology intended to integrate within its domain the field of Human Geography. While Durkheim’s strategies had been to interpret and criticize Vidal’s Geography through Ratzel’s Geography, La Blache chose to move away from Ratzel’s Geography and thus differentiate himself from the Social Morphology. With the intervention of the disciples, these strategies not only continued, but they were also modified. Mauss and Halbwachs continued to undermine the epistemological-institutional space of Vidalian´s Geography through the critique of Ratzel´s Geography, but Simiand was a pioneer in criticizing the Vidalians directly. Demangeon and Vacher contributed to highlighting the singularity of Vidal de la Blache’s Geography, but Febvre and Vallaux outlined a defense of Human Geography through a critique of Social Morphology.

Key Words: Epistemological-institutional dispute; Strategies of scientific legitimation; Scientific communities.

Resumo: No umbral do século XX, a geografia Humana de Paul Vidal de la Blache disputou-se com a Morfologia Social de Emile Durkheim a apropriação do estudo da relação Sociedade-Natureza. O contexto deste acontecimento esteve marcado por questões epistemológicas, com epicentro nas diferentes concepções sobre o meio, como assim também por questões institucionais, já que a Sociologia pretendia integrar dentro do seu domínio o campo da Geografia Humana. Enquanto as estratégias de Durkheim foram interpretar e criticar a Geografia de Vidal através de Ratzel, La Blanche optou por distanciar-se da Geografia Ratzeliana e dessa forma diferenciar-se da Morfologia Social. Com a intervenção dos discípulos estas estratégias não só continuaram senão que também se modificaram. Mauss e Halbwachs, prosseguiram socavando o espaço epistemológico institucional da Geografia Vidaliana através da crítica à Geografia Ratzeliana, mas Simiand foi pioneiro em criticar diretamente aos Vidalianos. Demangeon e Vacher contribuíram em marcar a singularidade da Geografia de Vidal de La Blanche, mas Fevre e Vallax esboçaram uma defesa da Geografia Humana através de uma crítica à Morfologia Social.

Palavras-chave: Disputa epistemológica institucional; Estratégias de legitimação cientifica; Comunidades cientificas.

 

La disputa epistemológica-institucional

En el umbral del siglo XX, la Geografía Humana de Paul Vidal de la Blache, se disputó con la Morfología Social de Emile Durkheim la apropiación del estudio de la relación Sociedad-Naturaleza. El trasfondo de este suceso estuvo teñido por cuestiones epistemológicas, con epicentro en las diferentes concepciones sobre la idea de medio; como así también institucionales, ya que la Sociología pretendía integrar dentro de su dominio al campo de la Geografía Humana.
Desde el proyecto antropogeográfico y de Geografía Política de Ratzel, Durkheim criticó la concepción del medio de los geógrafos. En efecto, frente a la idea de un medio externo en donde las influencias de las condiciones medioambientales, con especial énfasis en el papel del suelo, tenían injerencia en el desenvolvimiento de los grupos humanos; el sociólogo francés desarrolló una idea de medio interno en donde la dinámica social podría explicarse por sí misma. En este sentido, para Durkheim, los efectos que podía ejercer el medio externo sobre la sociedad actuaban a través del propio medio social. Así, para la Sociología durkheimiana, si bien el medio externo, en un primer momento, estaba en interacción con los individuos, a medida que se fue formando el segmento social, ese espacio físico se humanizaba y cedía lugar a la constitución de un medio social interno, que se transformaba en el motor de la evolución social.
Desde esta concepción, Durkheim desarrolló la idea de la Morfología Social, entendiendo que el sustrato material de la realidad social actuaba exterior y coercitivamente sobre la sociedad. Al mismo tiempo, la definió como una rama de conocimientos que le permitió estudiar cómo, a través de los hechos de orden morfológico, los hechos sociales se imponen en la vida social. Fundamentalmente, bajo esta área construyó un lugar desde cual criticó a los geógrafos y su concepción externa del medio, buscando integrar su espacio epistemológico e institucional al de Sociología.
Si bien la discusión epistemológica de Durkheim estuvo dirigida hacia Ratzel, el sociólogo francés también buscó institucionalizar su disciplina en el seno universitario. Para ello, la estrategia durkheimiana en el ámbito académico, contempló disputar los puestos y los espacios de otras disciplinas que recién se estuvieran estableciendo en la Universidad, y que a futuro podrían tener una aspiración de desarrollo al igual que la Sociología. De esta manera, desde los sociólogos emergía una suerte de “competencia” con otros saberes por la obtención de cátedras y plazas, a través de las cuales se intentaría expandir la cantidad de puestos en la universidad que le servirían de base para el desarrollo institucional y epistemológico de su disciplina. En este marco, la Geografía Humana de Vidal de la Blache, que para la misma época se estaba institucionalizando en la academia como resultado de su desarrollo en el ámbito escolar2, se presentó como competencia de la Sociología en la Universidad. Así, la idea de Durkheim fue utilizar la disputa epistemológica que mantenía con la propuesta geográfica de Ratzel, a fin de deslegitimar la Geografía francesa y poder legitimar el lugar institucional de su Sociología. En otras palabras, la tarea de “sociologizar” el conocimiento geográfico, desplazándolo epistemológica (de sus objetos de estudio) e institucionalmente (de su lugar dentro del campo científico de las ciencias humanas), encontró su correlato en hacer de las aportaciones de Ratzel una representación genérica de la Geografía dentro del imaginario de la Sociología, como estrategia por detentar el monopolio de la autoridad científica. De este modo, reducir la Geografía al proyecto de Ratzel, y en ese sentido, poder criticar indirectamente el de Vidal de la Blache, les permitía a los sociólogos acusar de debilidad epistemológica a la Geografía, para legitimar a la Morfología Social.
El desarrollo epistemológico de Vidal de la Blache corrió en paralelo no sólo al trabajo teórico de Ratzel, sino también a las críticas que Durkheim realizaba sobre el proyecto antropogeográfico y de Geografía política. En este sentido, si bien la idea de medio de Vidal de la Blache no estaba muy alejada de la concepción ratzeliana3, en donde la naturaleza les otorgaba posibilidades a los grupos humanos que, de acuerdo a sus capacidades podían aprovechar de ella lo que les resultaba necesario para su supervivencia; para la misma época que Durkheim atacaba la propuesta de la Geografía ratzeliana, y proponía subsumir este campo disciplinar al de la Morfología Social, Vidal de la Blache comenzó a distanciarse de las proposiciones epistemológicas del geógrafo alemán, fundamentalmente de aquella de vertiente política. De esta manera, en lugar de trabajar las relaciones del Estado con el suelo, La Blache discutió las diversas formas en que las sociedades entablan un vínculo con su medio desde la contingencia4. Este desplazamiento epistemológico operado por el geógrafo francés señalaba su estrategia puesta en juego en la disputa con Durkheim y con el proyecto de Morfología Social. Así, para Vidal, una forma posible de alejarse de las críticas de los sociólogos se vinculó con la definición del perfil y la identidad de su proyecto desligada del corazón de la Geografía alemana, abocándose al estudio de las modificaciones en la fisionomía de la Tierra a partir de la acción humana. En este sentido, el desarrollo del concepto de género de vida, asociado al paisaje y la región, se presentó como un elemento distintivo de la Geografía Humana, como así también su fuente de legitimidad5. En rigor, la estrategia vidaliana, era poder desligarse de la imagen generalizada de la Geografía ratzeliana, para también mostrarse como un conocimiento diferente a la Morfología Social, en vías de lograr la autonomía epistemológica e institucional.
En definitiva, la comprensión del lugar de la producción de Ratzel, en la disputa y en el imaginario sociológico, y la generalización de su proyecto disciplinar por sobre el de Vidal de la Blache, nos permite entender el debate epistemológico-institucional desde los intereses de Durkheim por otorgar legitimación científica a su propuesta de Sociología, y su lucha por el monopolio de la autoridad científica. En efecto, la controversia por comprender el desarrollo de las sociedades en vinculación a un medio externo o interno, natural o social, se constituyó en el fundamento epistemológico de la disputa que se forjó entre geógrafos y sociólogos en el umbral del siglo XX. Finalmente, en el ámbito institucional, mientras los sociólogos buscaban integrar a la Geografía dentro de la Sociología y desplazarla por la Morfología Social, los geógrafos buscaron defender la autonomía de su campo de estudios, destacando la particularidad de sus abordajes.

Los Durkheimianos

La preocupación por la estructuración de los fenómenos morfológicos en la vida social, y en tal sentido, por la Morfología Social, sin dudas ocupó buena parte del desarrollo intelectual de Durkheim. Sin embargo, es interesante denotar que, con el correr de los años del siglo XX, su producción teórica evidenció un desplazamiento de este eje de estudios, pasando del mundo de los hechos al de las representaciones colectivas6. En rigor, ya no serían los hechos sociales quienes explicarían la dinámica social, sino más bien el universo simbólico que conjugaría las representaciones colectivas. En este marco, pensando en la continuidad del proyecto morfológico de Durkheim, es interesante reparar en las contribuciones de tres de sus discípulos: Maurice Halbwachs, Marcell Mauss y François Simiand.
Maurice Halbwachs fue uno de los principales responsables de que la Morfología Social prosiguiera desarrollándose como rama de estudios y sección de L´Année Sociologique7. En primer lugar, se convirtió en un escritor angular de esta sección, acaparando casi todos sus escritos desde 1905 hasta el corte que supuso la primera Gran Guerra. En segunda instancia, su tesis doctoral de 1909 Les expropriations et le prix des terrains à Paris: 1860-1900 (Las expropiaciones y el precio de la tierra en París: 1860-1900), venía a mostrar la articulación entre la Sociología Económica y la Morfología Social, relacionando los factores morfológicos con la segregación social en la capital parisina. En tercer lugar, en 1938, varios años posteriores a la muerte de Durkheim, Halbwachs publicó un libro titulado Morphologie Sociale, en donde no sólo tomó la noción elaborada por su maestro, sino que terminó por ampliarla. En este sentido, la Morfología Social de Halbwachs, no se dirigía a la construcción de tipos sociales que validaban el estudio de los hechos por sí mismos, sino que venía a explicar cómo las condiciones materiales son representadas por la sociedad y tales representaciones terminan por afectar a la propia dinámica social. Al pensar a la sociedad no tanto en términos de hechos sino de representaciones, pareciera que Halbwachs capitalizó el giro epistemológico durkheimiano mencionado con anterioridad. En efecto, este discípulo formuló su concepción de Morfología Social, entendiendo que son las representaciones colectivas las que explican la dinámica social:

…la morfología social, como la sociología, se ocupa sobre todo de representaciones colectivas. Si enfocamos nuestra atención en estas formas materiales, es para descubrir, detrás de ellas, toda una parte de la psicología colectiva. Porque la sociedad se inserta en el mundo material, y el pensamiento del grupo encuentra, en las representaciones que le vienen de estas condiciones espaciales, un principio de regularidad y estabilidad. (Halbwachs (2001) [1938], p. 12. Traducción propia).

De esta manera, Halbwachs, continuó el trabajo de Durkheim en lo que corresponde a la Morfología Social. Este discípulo no sólo se ocupó de la sección de L´Année, sino que tomó el planteo morfológico de Durkheim, profundizándolo y hasta incluso, logró compatibilizarlo con el giro simbólico de su maestro. Como afirma Martínez Gutiérrez (2016, p.178), “Aunque corresponde a Durkheim el reconocimiento por su invención e impulso inicial, es a Maurice Halbwachs a quien hay que conceder el mérito de la construcción y desarrollo de la Morfología social, proporcionándole su verdadero alcance y dimensión sociológica, su carácter definitivo...”.
En el volumen de L’Année de 1906, Marcel Mauss escribió, con la colaboración de Henri Beuchat, un artículo titulado “Essai Sur Les Variations Saisonnières Des Sociétes Eskimos/ Étude de Morphologie Sociale” (Ensayo sobre variaciones estacionales de sociedades esquimales/Estudio de morfología social). Este trabajo partía de definir la Morfología Social como:

...la ciencia que estudia, no sólo para describirlo, sino también para explicar, el sustrato material de las sociedades, es decir la forma en que afectan en el establecimiento sobre el suelo, el volumen y la densidad de población, la manera en la que ella es distribuida, así como el conjunto de las cosas que sirven de sustento de la vida colectiva. (Mauss y Beuchat, 1906, p. 48. Traducción propia).

En este sentido, para el discípulo durkheimiano, la particularidad del grupo social de los esquimales les permitía estudiar cómo la forma material de los grupos humanos, afectaba a los diferentes modos de la actividad colectiva. Ahora bien, tras el anuncio de su estudio morfológico, Mauss se ocupó de distinguirlo de la Anthropogeographie de Ratzel:

Al abordar estas cuestiones, somos llevados a especificar nuestra posición con respecto a los métodos que practica la disciplina especial que tomó el nombre de Anthropogeographie. Los hechos de los que trata son en cierto sentido, del mismo género de los que nos ocuparemos. (…) En lugar de estudiar el sustrato material de las sociedades en todos sus elementos y bajo todos sus aspectos, es, ante todo, sobre el suelo que concentran su atención: es él quien está en el primer lugar de sus investigaciones y toda la diferencia que hay entre ellos y los geógrafos ordinarios es que consideran al suelo especialmente en sus relaciones con la sociedad (Mauss y Beuchat, 1906. pp. 48-49. Traducción propia).

En efecto, entendiendo que su proyecto morfológico comparte temas de investigación con la propuesta ratzeliana, Mauss siguió la estrategia de su maestro, desprestigiando a la Geografía para legitimar el espacio de la Morfología Social. De esta manera, la principal crítica de Durkheim hacia Ratzel por partir del suelo y no de la sociedad, aparece en las palabras de Mauss. Para este discípulo, a diferencia de los estudios geográficos, la Morfología Social abordaba el sustrato material en todos sus elementos y bajo todos sus aspectos. Así, la Geografía en tanto reducía su estudio a la Anthropogeographie y, por ello, se concentraría en el análisis del suelo, no podría tener lugar ni continuidad:

En una palabra, el factor telúrico debe ser puesto en relación con el medio social en su totalidad y complejidad. No puede ser aislado. Y, lo mismo, cuando se estudian los efectos en todas las categorías de la vida colectiva… (...) Todas estas cuestiones no son, pues, cuestiones geográficas, sino más propiamente sociológicas. Si a la palabra de anthropogeographie preferimos la de morfología social para designar la disciplina que resaltó este estudio, no es por un vano gusto de neologismo; es porque esta diferencia de etiquetas traduce una diferencia de orientación (Mauss y Beuchat, 1906, pp. 50-51. Traducción propia).

Considerando que, para la fecha de publicación de este ensayo, Vidal de la Blache ya había escrito varios artículos refiriéndose a las particularidades de su Geografía Humana que la diferenciaban de la Geografía de Ratzel y de la Morfología Social8; la crítica generalizada de Mauss muestra una continuidad con la estrategia del Durkheim. En rigor, preconizando los estudios morfológicos en detrimento de los geográficos, Mauss no solo reconocía a la Geografía como Antropogeografía, sino que proponía un cambio de nomenclaturas que seguía los intereses de desprestigiar y deslegitimar a la disciplina geográfica para integrarla en el dominio de la Sociología y la Morfología Social.
Ahora bien, en L’Année de Sociologique correspondiente al período 1906-1909, François Simiand reseñó las tesis doctorales de algunos geógrafos vidalianos como Demangeon, Blanchard, Vallaux, Vacher y Sion, con el propósito de examinar la naturaleza de los hechos que estudia la Geografía Humana, la consistencia de sus explicaciones y el valor científico del marco de sus trabajos. De esta manera, este discípulo durkheimiano fue pionero en criticar y atacar directamente a la Geografía de Vidal de la Blache. En este sentido, luego de un análisis de estas cinco tesis, el sociólogo francés planteó tres cuestiones fundamentales para discutir con esta escuela regional.
En primer lugar, Simiand señaló la inexistencia de un único criterio que determinara el objeto de estudio de la Geografía. En efecto, si bien encontró en la idea de localización un punto de partida, consideró que cada uno de los autores de estas tesis tenía su propio criterio para demarcar lo que es propiamente geográfico; “O bien la selección de hechos localizados que hacen los estudios geográficos es arbitraria y caprichosa (…) o más bien sigue un método empírico (…) o bien hace falta definir más estrechamente el hecho geográfico” (Simiand, 1910, pp. 725-726. Traducción propia). En este sentido, de acuerdo con este sociólogo francés, un hecho sería geográfico sólo cuando la localización se define conforme a sus rasgos y características físicas. Por lo tanto, la Geografía sólo se ocuparía de los aspectos físicos del terreno:

¿Pero qué es lo que constituye a la localización como tal, sino en última instancia, los rasgos físicos que caracterizan el lugar de la faz de la tierra que se considera? Si la geografía quiere ser algo más que un repertorio empírico de diversos hechos, con el único rasgo común de ser distinguido por su localización (…), es ahí parece, que ella encontrará su lugar. (…) El estudio geográfico podrá entonces limitarse a ello. (Simiand, 1910, p. 727.Traducción propia).

De esta manera, para Simiand, la Geografía Humana era una disciplina cuyo objeto estaba indeterminado en la medida que carecía de un criterio que permitiera darle unicidad al reconocimiento y al estudio de los hechos geográficos. Al mismo tiempo, si la localización de estos hechos en sus condiciones físicas era un campo que puede aspirar a indagar, la Geografía sólo podría ser una disciplina física y, en tal caso, por los conocimientos que otorga, también podría ser subsidiaria de la Morfología Social. En rigor, como afirma Catherine Rhein (1982, p. 242. Traducción propia), “…Simiand considera que la geografía es ante todo física o no es, o más bien sería entonces morfología social”.
El segundo punto mencionado por Simiand, tiene que ver con el eje epistemológico de la Geografía vidaliana y diferenciador de la Geografía ratzeliana: la relación entre la sociedad y el medio en términos de contingencia. Para el discípulo durkheimiano:

reconocer este círculo de causas y efectos alternativos es, para la geografía como ciencia explicativa propia, un problema, porque no define qué papel originario ha podido tener el medio físico, anterior a toda actividad humana modificatoria: (…) si la naturaleza actualmente está modificada de tal manera por el hombre que la naturaleza primitiva ni pueda reconocerse, la dependencia del hombre de la naturaleza actual es en realidad una sujeción del hombre de hoy a la mirada de sus antepasados y uno no puede decir que, realmente, explicar al hombre por él mismo sea un éxito propiamente geográfico. (Simiand, 1910, p. 728. Traducción propia).

En este sentido, desde su consideración de la Geografía como una disciplina física, Simiand relativizó la posibilidad de explicar las acciones humanas. En efecto, entendió que la esencia de las explicaciones geográficas residía en la reducción a las condiciones físicas, técnicas, o a la disponibilidad de materias primas en una determinada región. En otras palabras, para Simiand el hecho físico no era una explicación, sino más bien una condición:

...no alcanza con que haya ovejas en una región para explicar que ese lugar posee una industria lanera; y es no ver que el verdadero fenómeno económico (como su explicación) no está en las cosas, sino en el espíritu de los hombres (en relación a las cosas). En segundo lugar, la dependencia del hecho económico a la vista del hecho físico no es más una explicación: es evidente que los molinos de agua se instalan sobre los cursos de agua y que uno no cultiva trigo en los pedregales; pero no es suficiente que haya cursos de agua para que los hombres sepan o quieran utilizarlos, ni que haya tierras arables para que los hombres las reconozcan y deseen utilizarlas... (Simiand, 1910, p. 729. Traducción propia).

Por lo tanto, en la medida que la Geografía no podía alcanzar el nivel explicativo y sólo se limitaría a realizar descripciones, para Simiand, ella únicamente podría tornarse una disciplina tributaria de la Morfología Social.
La tercera y última cuestión planteada por este sociólogo se dirigía al encuadre regional que utilizaban los discípulos vidalianos. En efecto, además de considerar que los análisis geográficos eran poco concluyentes, Simiand (1910, p. 731. Traducción propia) consideró que “Limitarse a una región tan acotada, es cerrar la única vía que permite distinguir entre las coincidencias accidentales y no influyentes, (…); en una materia tan compleja, limitarse a un solo caso de observación es condenarse por anticipado a no poder probar nada.”. De esta manera, para Simiand el abordaje de la región implicaría comenzar el análisis por el tratamiento de algo tan complejo como una totalidad. Por lo tanto, la región podría ser concebida como un punto de llegada en el estudio científico:

...si se supone que las regiones consideradas, son realmente unidades al mismo tiempo geográficas y humanas (a menudo, por lo tanto, más humanas que geográficas), comenzar por estudiar la totalidad de la región, desear y tomarlo todo y explicarlo todo al mismo tiempo es querer comenzar por lo más difícil, por lo que uno puede más o menos concebir como el objetivo de la ciencia: ya que significa querer explicar un individuo en toda su individualidad entera y compleja, en vez de comenzar, como en toda ciencia, por el análisis de los indicios más simples y generales. (Simiand, 1910, pp. 731-732. Traducción propia).

Al criticar la región, Simiand terminó por desacreditar estos trabajos doctorales y, en consecuencia, deslegitimó el proyecto en el cual se enmarcaban. En rigor, mediante estas tres críticas, este discípulo fue pionero en atacar directamente a la escuela vidaliana cuestionando los estandartes científicos del proyecto: la indeterminación del objeto de estudio, la relatividad de las relaciones que indaga y el recorte territorial que utiliza. En el marco del proyecto epistemológico e institucional de Durkheim, Simiand es claro en su intención de reducir el papel de la Geografía para ser tributaria de la Morfología Social.
En definitiva, a través de Durkheim y sus discípulos, hemos dado cuenta de la existencia de cierta continuidad en el objetivo de construir el proyecto epistemológico e institucional de la Morfología Social en el que se integre el espacio de la Geografía Humana. La crítica indirecta a los vidalianos, por medio de Ratzel, dejó espacio a la crítica directa, a partir de la reseña de Simiand a las tesis doctorales de varios discípulos de Vidal de la Blache. El pasaje de la crítica del maestro a los discípulos admite un cambio de estrategia, pero la consigna inicial se mantiene: deslegitimar el proyecto de la Geografía Humana, para legitimar el de la Morfología Social.

Los Vidalianos

En el marco de la disputa con la Morfología Social, una de las estrategias que llevó adelante el grupo de los vidalianos fue publicar artículos, reseñas y comentarios en medios de difusión no sólo geográficos sino también sociológicos. Así, además de escribir en los Annales de Géographie9, estos geógrafos tuvieron una activa participación en L’Année Sociologique. De esta manera, Antoine Vacher y Albert Demangeon son algunos ejemplos que permiten ver cómo su participación en L´Année estuvo destinada a destacar algunos aspectos de la Geografía vidaliana, que la diferenciaban de la Geografía de Ratzel y de la Morfología Social.
En el volumen de L´Année Sociologique de 1905, Antoine Vacher publicó la reseña de una de las obras emblemáticas de Vidal de la Blache Tableau de la géographie de la France (Cuadro de la Geografía de Francia). Allí, mientras que, por un lado, criticó ciertas posturas deterministas que podrían ser homologables a la Geografía de Ratzel, por el otro, Vacher resaltó la concepción que subyace a la Geografía Humana de Vidal de la Blache, es decir el abordaje de las elecciones de los grupos humanos frente a las posibilidades que ofrece la naturaleza. De esta manera, enfatizó que la obra de Vidal permitía apreciar que los grupos humanos utilizaban y elegían los recursos que disponían en las diferentes regiones y, en consecuencia, lograban imponer su modo de agrupación, ya sea aldeas, pueblos, ciudades o países. En efecto, las palabras de Vacher terminaron por elogiar al maestro La Blache y su Geografía Humana:

Juzgar la importancia del Tableau de la géographie de la France (Cuadro de la geografía de Francia), después del lugar que ocupa en el conjunto de la obra y contemplarlo como un prefacio, sería ignorar su espíritu y alcance. Por sí misma es una obra. Es indiscutiblemente la obra de un tiempo (...) Pero este libro es también la obra de un hombre. No sabríamos explicar la naturaleza sin describirla (…) el ser humano es un nuevo elemento de espontaneidad capaz de flexibilizar para sus fines personales, las leyes a las cuales están sometidos los seres y las cosas. (Vacher, 1905, p. 615, traducción propia).

En este sentido, la presentación del Tableau… de Vidal, como una forma de entendimiento de la relación entre la sociedad y la naturaleza en base a elecciones y posibilidades, diferenciada de la perspectiva según la cual las características físicas determinan en cierta medida las costumbres de los habitantes, puede pensarse como una forma de mostrar el carácter superador de la Geografía vidaliana. Si, en efecto, las perspectivas deterministas se corresponden con la Geografía ratzeliana, el artículo de Vacher permitiría establecer una diferenciación entre la Geografía francesa y la alemana. Así, la legitimidad de la disciplina geográfica continuaría constituyéndose a través de los discípulos de Vidal, remarcando el nodo epistemológico que particulariza sus estudios.
Otro geógrafo que va a participar con sus reseñas en L’Année Sociologique, es Albert Demangeon, quien en la revista del período 1909-1912, comentó el libro de Camille Vallaux, Géographie Sociale. Le sol et l’État (Geografía Social: El suelo y el Estado). De acuerdo con Demangeon, esta obra procuraba ser una suerte de revitalización de la Geografía Política, dentro de la Geografía Humana. En ella, Vallaux estudiaba la formación de los Estados, la influencia en ellos del entorno natural y, fundamentalmente, del suelo. Para el discípulo vidaliano, en primera instancia, el trabajo de Vallaux consideraba acertadamente que, la búsqueda de las influencias del medio sobre la vida de los grupos humanos y sus modos de agrupamiento es una de las tareas esenciales de la Geografía Humana. En efecto, Demangeon subrayó la idea de Vallaux de que un Estado, como cualquier grupo humano, sufre las influencias del medio, sin ser moldeado completamente por ellos y, por lo tanto, es inadmisible considerar la existencia de un Estado que abarca elementos de la vida material proporcionados por la naturaleza, como algo independiente del entorno físico. De esta manera “Con buena razón, Vallaux piensa, por lo tanto, que dentro de la Ciencia Geográfica hay lugar para una geografía política; en este campo, es poco probable que se encuentre con algún oponente” (Demangeon, 1913, p. 815. Traducción propia).
A pesar de darle cabida al desarrollo de la Geografía Política, Demangeon fue muy crítico del contenido que le dio Vallaux, considerando que su trabajo no era ni lo suficientemente novedoso ni profundo:

No encontramos en este trabajo de geografía general, la precisión, la solidez y la vida de ciertos capítulos del libro de Vallaux sobre la Baja-Bretaña (…) la documentación de Vallaux no se extiende lo suficiente ni es lo suficientemente profunda. La mayoría de esta documentación proviene de una bibliografía muy limitada. La utilización de ejemplos y comparaciones, necesaria para las generalizaciones, es muy escasa; (...) Muchas de las ideas son tomadas de Ratzel y Vidal de la Blache, lo que no resta valor al interés del libro, pero disminuye algo de la originalidad (Demangeon, 1913, p. 817, traducción propia).

Al mismo tiempo, Demangeon criticó el exceso de abstracción de Vallaux, fundamentalmente a través de la introducción del concepto de Différentiation (diferenciación)10, elemento novedoso de la Geografía Política. En rigor, si bien Demangeon dio la bienvenida a la propuesta de Vallaux, consideró que la misma no está lo suficientemente desarrollada:

En resumen, de un libro cuyo título era todo un programa de trabajo, queda la impresión de haber hecho algo precipitado y en abstracto que carece de meditación y de vida, y también la de una mente ingeniosa capaz de esbozar ideas generales, a la que le ha de faltar tiempo para igualar alguna de sus otras producciones (Demangeon, 1913, p. 818. Traducción propia)

Si recordamos que Vidal de la Blache tomó distancia de la Geografía Política de Ratzel, como estrategia de diferenciación, ¿no es posible que Demangeon buscara hacer lo mismo con la obra de Vallaux? La respuesta no parece clara, ya que él mismo saluda la propuesta de incorporar la Geografía Política como parte de la Geografía Humana. Sin embargo, quizás veía en esta obra de Vallaux, muchas similitudes con el trabajo de Ratzel, y es por ello que terminaría por criticarla. De cualquier manera, es de destacar la ambivalencia de Demangeon, subrayando tanto el carácter valioso como dificultoso de la propuesta de Vallaux para la Geografía Humana.
Ahora bien, más allá de los ejemplos analizados, siguiendo a Buttimer (1980, p. 93) las primeras generaciones de discípulos de Vidal no parecieron haberse interesado mucho por contribuir con el desarrollo teórico-conceptual de su disciplina. En rigor, tanto Vidal como varios de sus discípulos podrían haber relegado la construcción de una teorización o una reflexión epistemológica, optando en su lugar por desarrollar monografías regionales, producidas con el respaldo que les otorgaba la articulación del conocimiento geográfico con los intereses de la Tercera República y, en especial, bajo una posición institucional fuertemente enraizada en el ámbito escolar. En otras palabras, la presencia de un contexto favorable para la producción empírica de conocimiento geográfico pudo haber evitado cierta preocupación teórica, a pesar de las críticas de los sociólogos.
Para Catherine Rhein, las objeciones que realizaron Durkheim y sus discípulos no encontraron respuesta en los vidalianos debido a la falta de teorización que, en caso de haberse realizado, hubiera significado esbozar planteos muy similares a los que tenía la Morfología Social:

Si los vidalianos hubieran decidido responder, a pesar de todo, ¿qué habría sido una respuesta aceptable? Esta hubiera exigido una sistematización de los esquemas de causalidad que intentaban especificar: hubiera supuesto también la elaboración –por parte de los vidalianos– de una teoría de lo social, ya sea propia, ya sea tomada en préstamo de los durkheimianos. En el segundo caso, habría significado al mismo tiempo hacer de la geografía humana una morfología social similar, término a término, a la de los durkheimianos (Rhein, 1982, p. 249. Traducción propia).

En efecto, si hacer una teoría hipotéticamente hubiera significado emular a la Morfología Social, en estos términos, se entendería que la falta de desarrollo teórico por parte de los geógrafos habría evitado superponer el proyecto epistemológico de su disciplina con el de la Sociología.
Si bien acordamos con Rhein en el reconocimiento de cierta ausencia teórica en la Geografía vidaliana, ponemos en duda su aseveración sobre la falta de respuesta de los vidalianos. Anteriormente, hemos visto cómo algunos discípulos de Vidal prosiguieron con su estrategia de legitimación científica de la Geografía Humana, destacando las particularidades de su campo de estudios. En primer lugar, ésta fue una forma de respuesta a las críticas de los durkheimianos. En segunda instancia, luego de la muerte de Vidal es posible encontrar algunas publicaciones que cambian esta estrategia por otra que ofrece respuestas más directas hacia los sociólogos, pero con nuevos argumentos. En efecto, el libro de Febvre La Terre et l’évolution humaine (1922) y el de Vallaux Les sciences géográfiques (1925), parecen brindar un contenido más crítico que los discípulos vidalianos anteriormente mencionados. Estos legitimaron de otra manera el espacio epistemológico-institucional de la Geografía Humana.

Febvre y Vallaux en defensa de la Geografía Humana

Lucien Febvre, en su libro La Terre et l’évolution humaine de 1922, intercedió en la disputa de los geógrafos con los sociólogos, definiéndola de la siguiente manera: “Geografía humana o morfología social; método geográfico o método sociológico; es preciso elegir. No se trata con ello de una querella de escuela (...) sino de un problema de fondo.” (Febvre, 1949 [1922], p. 65. Traducción propia). Este autor puso en evidencia la estrategia de Durkheim y los sociólogos de interpretar la Geografía de Vidal de la Blache a través de la de Ratzel, y en tal sentido, separó la propuesta vidaliana de la ratzeliana. En este contexto, si bien Febvre fue tributario de las críticas que los sociólogos realizaban sobre Ratzel, también entendió que éstas debían recaer exclusivamente sobre su Geografía, y que, por lo tanto, no era menester generalizarlas ni atribuirlas a todos los geógrafos:

La escuela francesa no ignora evidentemente al padrino de la antropogeografía (…) No obstante, a pesar de estos testimonios múltiples, sería muy inexacto hacer depender de Ratzel todo el esfuerzo tan vivo, curioso e interesante, de nuestros geógrafos. (...) En realidad, lo que les interesa, ante todo, es la monografía regional. (Febvre, 1949 [1922], pp. 80-81. Traducción propia).

En este marco, Febvre distinguió ciertas particularidades epistemológicas de la Geografía Humana que lo diferenciaban de la Geografía ratzeliana y de la Morfología Social. Partiendo de que el eje de indagaciones de Vidal se centraba en el estudio, histórico, de la acción de los grupos humanos en relación a un medio, donde las sociedades son un agente activo que contribuye a modificar la fisionomía terrestre, este historiador de la escuela de Annales consideró que la Geografía vidaliana era, en efecto, una ciencia de los lugares y no de las sociedades, que buscaba en la historia, la acción que han podido ejercer y que ejercieron las sociedades sobre el medio. De esta manera, la Geografía de Vidal, al ser una ciencia de los lugares, no estudiaría ni las relaciones de las sociedades con el Estado, como la Geografía Política de Ratzel, ni las sociedades en sí mismas como la Sociología. Para Febvre, sería una ciencia más bien “modesta” que se centraría en identificar los rasgos de un paisaje resultado de la acción de un grupo humano en un determinado medio:

“...lo que la Geografía estudia, lo que nos da a conocer, es el medio en el que se desenvuelve la vida humana. Primero, lo describe; después, lo analiza y, finalmente, intenta explicarlo por una preocupación permanente de las repercusiones e interferencias. Al hombre mismo, lo alcanza en sus obras: obras de destrucción y creación, obras personales, obras indirectas. Lo alcanza precisamente en la medida en que él actúa sobre el medio, en que deja su huella en el mismo (Febvre, 1949 [1922], p. 97, traducción propia).

En rigor, para Febvre, si los geógrafos se concentraban en el estudio de las huellas de la vida humana sobre la superficie terrestre, la Geografía Humana podría establecerse como un campo científico autónomo, diferenciándose del proyecto de Geografía de Ratzel y, fundamentalmente de la Morfología Social.
En definitiva, Febvre dio continuidad a la estrategia epistemológica de Vidal de la Blache, afirmando que la propuesta disciplinaria del geógrafo francés era diferente a la de la Geografía ratzeliana y a la Morfología Social. A su vez, criticó a los sociólogos por haber interpretado el trabajo de Vidal a través de Ratzel, generalizando a partir de aquí sus críticas a la Geografía Humana. He ahí el aporte de Febvre: critica directamente a los sociólogos, y desde allí legitima el espacio epistemológico e institucional de la Geografía Humana: “...la morfología social no puede pretender suprimir la geografía humana en provecho suyo, porque ambas disciplinas no poseen el mismo método, la misma tendencia ni el mismo objeto.” (Febvre 1949 [1922], p. 98-99. Traducción propia).
En 1925 Camille Vallaux publicó Les sciences géográphiques (Las ciencias geográficas) en donde no sólo realizó reflexiones epistemológicas en torno a la Geografía, sino que construyó una importante referencia teórica, legitimando la autonomía de la disciplina y explicitando los aportes que esta ciencia podía realizar a otros campos del saber. En este contexto, esta obra fue también el escenario de la defensa de los intereses de los geógrafos en el marco de la disputa con la Morfología Social, al mostrar los vínculos de la Geografía con la Sociología o lo que llamará la Geografía Sociológica.
La propuesta de Camille Vallaux, partía de concebir a la Geografía como una filosofía que remite al mundo de los grupos humanos, considerando que su método y sus conocimientos influyen en otras ramas del saber. En este sentido, la Geografía no sólo sería una ciencia autónoma, sino que estaría en relación con otras disciplinas, realizando contribuciones desde el lugar de ciencia auxiliar.
Por un lado, Vallaux concibió que la autonomía de la Geografía residía en el poder de explicación que había conquistado la disciplina. Esta idea, tal y como la había instalado Vidal de la Blache entre sus discípulos, buscaba dar cuenta de la interrelación entre los fenómenos de la Tierra y sus series causales. De esta manera, además de describir, la Geografía podría explicar hechos que, concernientes tanto a la Geografía Física (estableciendo vínculos racionales entre los accidentes geográficos), como a la Geografía Humana (estudiando los grupos humanos en relación con su medio), transformaban la fisionomía de la superficie terrestre. Por otro lado, Vallaux indagó la articulación del elemento geográfico en otras disciplinas. Así, entendió que si bien la Geografía se encontraba atravesada por otros conocimientos que le ayudaban a estudiar las modificaciones de la superficie de la Tierra; ella podía subordinarse a otras disciplinas, y aportar, desde el abordaje terrestre, a sus investigaciones y explicaciones.
En este marco, al analizar el elemento geográfico en la Sociología, Vallaux consideró que, en primer lugar, ésta no sólo carecía de una definición clara de su objeto11, sino que las diferentes ramas que pretendía abarcar eran disciplinas ya existentes. En este sentido, al considerar cierta indefinición del objeto sociólogo, el geógrafo francés deslegitimaba a la Sociología y terminaba por desacreditar las críticas de los sociólogos sobre el conocimiento geográfico. En otras palabras, estaba legitimando a la Geografía como una ciencia autónoma.
Ahora bien, en segunda instancia, Vallaux consideraba que tanto la Morfología Social como la Geografía Humana estudiaban las formas exteriores de la sociedad con miradas, métodos y fines diferentes: mientras la primera utilizaba esas formas para estudiar la sociedad; la segunda lo hacía para analizar las modificaciones en la superficie terrestre:

…la geografía humana, como la geografía física, es una ciencia de las cosas (…) Es desde el punto de vista de las cosas que se ubica la Geografía, y no desde el punto de vista de los hombres, aislados o en grupos. Cuando, en el contexto de la síntesis geográfica, aparecen hechos sociales como la vivienda, ocupaciones profesionales, la densidad de grupos humanos o la división del suelo en estados, la geografía no los considera elementos de interacción mental, de cooperación o conflicto, sino como hechos que modifican la superficie de la tierra… (…) Por lo tanto, es un punto de vista bastante diferente del de la sociología e imposible identificarse con él. El proceso sociológico es legítimo; el de la geografía humana no lo es menos. (Vallaux, 1925, pp. 395-396. Traducción propia).

Si bien la Geografía Humana y la Morfología Social abordarían de distintas maneras el mismo campo de estudios; en la concepción de este geógrafo vidaliano, tales diferencias no producirían que ambas disciplinas se alejen, sino que, por el contrario, puedan prestarse un servicio recíproco:

Esto parece una digresión aquí, ya que con toda evidencia la geografía humana no es más auxiliar de la sociología que de la historia; pero son los marcos de la geografía auxiliar de la sociología los que debemos rastrear. Nuestra defensa de la geografía humana es una digresión, si se quiere; pero no consideramos inútil hacerla aquí; por otro lado, contribuirá de cierta manera a la determinación de los servicios directos que la mente geográfica puede brindar a la sociología. (Vallaux, 1925, p. 397. Traducción propia).

Basándose en su concepción de la Geografía como ciencia a la vez autónoma y auxiliar de otros saberes, Vallaux rechazó la idea de que los sociólogos integren al conocimiento geográfico por medio de la Morfología Social. En su lugar, propuso la posibilidad de encontrar elementos que posibiliten que la Geografía pueda prestar servicios como ciencia auxiliar a la Sociología, y de ahí su idea de una Geografía Sociológica:

…para rendir a la sociología todos los servicios que tiene derecho a esperar, deben permitir comparaciones precisas en el tiempo y en ocasiones muy alejadas entre sí; cuanto más lejos estén, más decisivas serán las comparaciones. Basta decir que la Geografía Sociológica es una ciencia del futuro, al igual que, en gran parte, la sociología misma. (Vallaux, 1925, p. 402. Traducción propia).

En rigor, Vallaux no sólo formuló una reflexión teórica y epistemológica entorno a la Geografía, sino que legitimó su espacio epistemológico-institucional. Así, elaboró una crítica a la Sociología, y esclareció las diferencias que hay entre la Geografía Humana y la Morfología Social. Si bien ambos campos de conocimiento parten de las formas exteriores de la sociedad, la primera se aboca a indagar cómo modifican la superficie terrestre, y la segunda a estudiar sus efectos e implicancias en la sociedad. En definitiva, Vallaux respondió a las intenciones de los sociólogos de hacer la Geografía tributaria de la Morfología social, proclamando la cientificidad y autonomía de la Geografía y, bregando desde allí, por la posibilidad de que ambas disciplinas puedan prestar servicios mutuamente.

Conclusiones

A lo largo de este trabajo hemos intentado comentar las estrategias de legitimación de Durkheim y Vidal de la Blache en el marco de la disputa epistemológica-institucional entre la Morfología Social y la Geografía Humana. A partir allí, procuramos analizar de qué manera tales estrategias fueron utilizadas y apropiadas por las distintas comunidades científicas. En rigor, concebimos que, si bien los discípulos de Durkheim y Vidal se apropiaron de las estrategias de legitimación de sus maestros, en algunos casos, también las modificaron. Así, mientras los sociólogos dejaron de criticar indirectamente a la Geografía vidaliana, para hacerlo directamente; los geógrafos pasaron de distinguir su campo de estudios de la Morfología social a atacarla en defensa de su autonomía.
Así como destacamos a Francois Simiand como pionero en criticar directamente a la Geografía Humana de Vidal de la Blache, también pusimos énfasis en los aportes de las obras de Febvre y Vallaux a la Geografía Humana. Éstas, nos permiten apreciar la existencia de manifestaciones teóricas y epistemológicas que actúan en defensa del estatus científico de la disciplina, y en detrimento de cualquier posibilidad que la Sociología y su proyecto integrador de la Morfología Social absorba su campo de investigaciones. De esta manera, consideramos que sus contribuciones pueden poner en discusión la idea de la ausencia de respuestas de los vidalianos en el debate con los sociólogos, comentada por Catherine Rhein (1982).
Si bien no hemos agotado el universo de fuentes escritas por los discípulos vidalianos, podemos intuir que la aparición de estas respuestas en años posteriores a la muerte de Vidal de la Blache no es una mera coincidencia. Quizás, la impronta que dibujó Vidal como mentor de esta escuela de Geografía, manifestándose en esta disputa sin confrontar con Durkheim, haya cohibido a sus discípulos de elaborar respuestas y críticas, a través de las cuales se enfrentaran directamente con los sociólogos. En este sentido, podemos pensar que Febvre y Vallaux no formaron parte del núcleo de los vidalianos; sino que actuaron desde otros espacios de enunciación: el primero desde la Historia y el segundo, desde una postura marginal respecto de la Geografía hegemónica francesa. En efecto, para Antunes de Souza (2015, p. 201. Traducción propia) “Estudiando la obra de Vallaux, se observa que los geógrafos lo escogieron para recibir todas las críticas, o para conferir a él todo el poder crítico de una época. Dos puntos de vista antagónicos, pero que se complementan (…). En realidad, es en su obra que se encuentra el pensamiento crítico de la Geografía clásica. Así, se nota que la historia de la Geografía francesa es escrita por doctorandos e investigadores de la Sorbona y, por eso, aquellos que no forman parte de ella, como Camille Vallaux, Albert Métin y Louis Gallouédec, son vistos como marginales. Allí donde los historiadores utilizan la palabra “marginal” es en verdad una palabra tapón para proteger a los personajes clásicos.

Estar distante o “ser marginal” fue una forma que ciertos historiadores de la Geografía encontraron para proteger un circuito de geógrafos (…). La palabra tapón es siempre utilizada para aislar, incluso esterilizar la obra de un determinado autor, mientras continúan preservando la imagen y el régimen histórico de geógrafos canónicos.

En definitiva, desde el trabajo de Febvre y Vallaux, pareciera abrirse una puerta para indagar en profundidad las interrelaciones y el desarrollo de la comunidad de geógrafos vidalianos luego de la muerte de Vidal de la Blache: ¿Hubo un efecto post mortem en la comunidad de geógrafos vidalianos?, ¿Fue la figura de Vidal de la Blache o la seguridad que otorgaba la articulación con la geografía escolar lo que impidió a sus discípulos la elaboración de críticas?, ¿Era la marginalidad una condición de posibilidad para responder a los sociólogos?, ¿Tuvo alguna implicancia el giro epistemológico de Durkheim en la aparición de críticas de geógrafos a los sociólogos?, o ¿Era necesario esperar a un momento de “maduración” y aceptación de la Geografía Humana para poder elaborar reflexiones críticas?. La continuidad del debate entre la Geografía Humana y la Morfología Social, por parte de los discípulos, deja estos interrogantes. Quizás futuras investigaciones puedan ofrecer algunas respuestas.

Notas

1 Doctorando en Geografía (UBA) sobre “El desarrollo de los estudios rurales en la Geografía Argentina. Los avatares políticos y epistemológicos de la Geografía rural en las Universidades de Buenos Aires (UBA) y Cuyo (UNCUYO) entre 1982 y 2001”. Becario doctoral UBACYT en el proyecto “El campo en disputa: mercantilización de naturaleza y cultura, territorio y desarrollo rural en Argentina”. Instituto de Geografía Romualdo Ardissone. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires.

2 La importancia de la Geografía para la formación de identidad territorial de la Nación francesa bajo el gobierno de la Tercera República, en buena parte se vio reflejada en su inclusión en el aparto educativo, como parte de un conjunto de reformas sociales que tenían a la escolarización como el principal estandarte. En este sentido, la presencia de la Geografía en los niveles educativos básicos, como así también un aumento en la cantidad de horas curriculares y, en consecuencia, una mayor demanda de profesores; trajo aparejado el desarrollo de la disciplina en el ámbito universitario.

3 Ratzel (1990 [1981], pp. 59-72) señaló la importancia de comprender al medio configurado desde la relación entre la sociedad y la naturaleza, donde el nivel de desarrollo de los grupos humanos mediaría en el grado de influencia de las condiciones medioambientales. En este sentido, Ratzel consideraba que el alcance del medio dependía de la misma humanidad, en su voluntad y capacidad de tomar ventaja de los elementos que la rodean y en rigor, lo necesario para su supervivencia.

4 Vidal de La Blache va a considerar que la relación sociedad-naturaleza se desarrolla en términos de contingencia, es decir atravesada por la posibilidad, la necesidad, la capacidad y la acción. Son las sociedades quienes toman decisiones aprovechando en mayor o menor medida lo que el medio les ofrece, transformándolo y modificándolo en su propio beneficio.

5 El estudio de la relación sociedad-naturaleza, se delineó para Vidal de la Blache, a partir de la idea de género de vida que hizo posible abordar cómo la acción humana, en su relación con el medio, podía transformar la fisionomía de la superficie terrestre. En este sentido, si bien el género de vida se estructuró como una idea clave de la Geografía Humana vidaliana, consideramos que su mayor riqueza se encontró en el diálogo que este concepto entabló con el de región y paisaje. El género de vida expresaba material e inmaterialmente una particular relación sociedad-medio, que se plasmaba en un paisaje y, en efecto, individualizaba una región. De esta manera, estos tres conceptos se presentaban como llaves estructurantes en la explicación en la Geografía Humana de Vidal de la Blache.

6 Si bien este giro en el pensamiento durkheimiano pudo tener sus inicios en los últimos años del siglo XIX, su expresión va a aparecer con claridad en su obra Les formes élémentairesde la viereligieuse (Las Formas Elementales de la Vida Religiosa) de 1912.

7 L´Année Sociologique fue una revista fundada por Durkheim en 1898. En su segundo volumen publicado en el año 1899, la sexta sección pasa a ser denominada “Morphologie Sociale” (Morfología Social). Será en este espacio donde se esbocen las principales críticas a los geógrafos.

8 Véase Vidal de la Blache, P. (1898) “La Géographie Politique. A propos des écrits de M. Frédéric Ratzel”. Annales de Géographie t.7 nro 32. Pp. 97-111. Armand Colin. París; (1902) “Les conditions géographiques des faits sociaux”. Annales de Géographie t. 11 nro 55. Pp. 13-23. Armand Colin. París; y (1904) “Rapports de la Sociologie avec la Géographie”. Revue Internacional de Sociologie. N°1. Douzième Anée. V. pp. 309-313 Giard & E. Briére Éditeurs. París.

9 La revista Annales de Geographie, fue fundada por Vidal de la Blache en cooperación con la editorial Armand Colin en 1891. Con diferentes matices, esta revista y L´Année Sociologique, han sido un instrumento de construcción y legitimación de los respectivos campos y comunidades científicas, que permitieron cimentar grupos de geógrafos y sociólogos que trabajasen en y para las respectivas disciplinas. Así, por un lado, L’Année Sociologique se configuró como una publicación teórico-epistemológica crítica, donde las secciones de la revista cubrirían el conjunto de las ciencias sociales, constituyéndose así como una suerte de programa para la Sociología. Por el otro lado, los Annales de Géographie, mostraban las particularidades del estudio geográfico, explicitando sus temas y objetos de estudio. Pero al mismo tiempo, la creación de una sección llamada Geografía Humana que reemplazaba a la de Geografía Política, mostraba el interés en conformar la Geografía vidaliana diferenciada de la Ratzel, y que, al mismo tiempo, sirviera como marco de distinción de la Morfología Social.

10 Vallaux, consideraba que la adaptación de un grupo humano a un medio concreto se realizaba en términos de un proceso de diferenciación social y política, donde la misma diferenciación era capaz de producir una diversidad en la población que sería fundamental para su desarrollo.

11 En este punto Vallaux contrasta la definición del objeto de estudio de la Sociología que da Emile Durkheim (los hechos sociales entendidos como cosas que actúan coercitivamente sobre los individuos) con la de Gastón Richard, (la correlación de la sociedad, a través de fenómenos de cooperación, de acción mental y comunitarios). A partir de allí, Vallaux infiere que, el quehacer sociológico no se comprende con claridad, ni en sus ideas ni en sus resultados, tanto por los esquemas en los que se inscribe como por la terminología que utiliza.

 

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13. Vallaux, Camille (1925) “Les Sciences Géográphiques”. Félix Alcan. Paris.

RECIBIDO: 14-01-2019
ACEPTADO: 20-03-2019