DOI: http://dx.doi.org/10.19137/circe-2020-240105


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RESEÑAS

 

Argüello, Santiago; Boch, Viviana y Cardozo, Paula (eds.), La Antigüedad Tardía y el origen de la Europa feudal, Mendoza: Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, 2019, 264 páginas. ISBN 978-950-774-342-9

 

Por Helga María Lell*
[CONICET- CICJ, FCEyJ, UNLPam]
helgalell@conicet.gov.ar
ORCID: 0000-0001-7703-6341

 

La Antigüedad Tardía y el origen de la Europa feudal es una obra colectiva editada por Santiago Argüello, Viviana Boch y Paula Cardozo, tres expertos en el área de estudio cuyas trayectorias y capacidades garantizan el cuidado en la selección de las secciones que componen el libro. El tema central gira en torno a diferentes facetas de la tardo Antigüedad como una época histórica que amerita un estudio específico.
El prólogo se inicia con la mención de la carencia de precisión aritmética y de las flexibilidades hermenéuticas que tiene el concepto mismo de Antigüedad Tardía. A pesar de haber albergado hechos cruciales para la historia mundial y, en particular, la occidental, los estudios autónomos sobre esta época son relativamente recientes. El libro que aquí se reseña realiza un aporte significativo en la materia puesto que, además de mostrar que las reflexiones al respecto también se dan desde Argentina y Brasil y con el manejo de fuentes en sus lenguas originales, también muestra con claridad las características de esta época, no ya desde un enfoque meramente descriptivo y genérico, sino desde la reflexión metodológica sobre los géneros literarios, los fenómenos políticos, la centralidad de las temáticas a debatir, las finalidades de las instituciones sociales, las complejidades filosóficas, entre otras. A ello se agrega que la comprensión del ideario y los hechos de aquellos tiempos un tanto remotos ayuda a entender fenómenos que hoy en día también se hacen presentes y que encuentran sus raíces allí: los fenómenos migratorios, las ideas sobre la raza, los simbolismos religiosos, las agendas de poder gubernamental y los imaginarios sociales, etc.
El capítulo 1, “El uso de la ‘persuasio’ en la polémica entre paganos y cristianos: a propósito del Evangeliorum Libri Quattuor de Juvenco”, de la autoría de Elena María Calderón de Cuervo, se centra en las estrategias retóricas seguidas por Juvenco para dialogar con adversarios a la par que realiza nuevas aportaciones sobre los géneros literarios. Así este autor, aunque con reminiscencias de la obra de Virgilio, aporta como novedad la construcción de un patrón para la épica bíblica. En la sección también se abordan cuestiones relevantes como el rol de la lectura en el estudio de grandes temas, el fin evangelizador y propagandístico de los textos, la relación entre la predominancia del Evangelio según San Mateo y el héroe encolerizado, entre otros.
En el capítulo 2, “Claudio Rutilio Namaciano y sus contemporáneos: ideas diferentes en una época en crisis”, Viviana Boch presenta la obra de Rutilio como una propuesta diferente en relación con los escritos de sus contemporáneos. Así, el contenido político De Reditu suo (c. 417), si bien aborda la problemática que vivía Roma, atacada y débil, se diferencia por su fe en ella. La eternidad y fuerza romanas la llevarían a recuperarse. Roma era, así, un modelo de civilización y, en cierta forma, un arquetipo histórico. La autora intenta destacar aquí que Rutilio no solo procuraba hacer una defensa de la ciudad caput mundi, sino que su obra se transforma en un objeto de estudio por su originalidad temática que gira en torno a la fuerza regeneradora romana, a punto tal que el mismo pensador le rendía pleitesía de manera casi incompatible con la fe cristiana.
“Legitimidade do poder imperial de Constantino na obra História Eclesiástica de Eusebio de Cesarea (306-324)” es el capítulo 3, redactado por Andréia Rosin Caprino, que aborda los discursos sobre la autoridad de Constantino como emperador. Este había sido proclamado por las tropas de su padre en la Britania y, desde entonces, enfrentó serios cuestionamientos. La obra de Eusebio constituye una narración con simbolismos religiosos que apunta a la constitución de un imaginario social que justifique la autoridad del emperador. El análisis que propone esta sección no se concentra solo en la fuente documental, sino también en los hechos históricos y las estrategias políticas que relatan la construcción del poder de Constantino frente a sus adversarios y a una sociedad heterogénea.
El capítulo 4, “Retórica y propuesta normativa en la elaboración literaria de los primeros tratados de Ambrosio de Milán”, a cargo de Lidia Raquel Miranda, analiza El Paraíso, Caín y Abel y Noé, y cómo el Padre de la Iglesia se concentra en transmitir el mensaje normativo de los textos bíblicos. Por un lado, se describe el formato de la homilía que, aunque con semejanzas a una conversación, es distinta por la falta de interacción dialógica, y, por el otro, se señalan los recursos retóricos que permiten la transmisión y comprensión de conceptos abstractos a partir de imágenes y metáforas. En ese marco, además, se acentúa la naturaleza del hombre como ontológica y éticamente ambigua, preocupación que ha sido fundamental en la filosofía patrística.
En “San Jerónimo, contra Rufino”, quinto capítulo del volumen, Mariana Calderón se concentra en la polémica suscitada por la traducción de Rufino de la obra de Orígenes Περὶ ἀρχῶν, ya que San Jerónimo apuntó que este procuraba suavizar y hacer más aceptables postulados riesgosos para la naciente Iglesia. Esta sección realiza una presentación minuciosa de los intercambios epistolares y detalles biográficos de los protagonistas de esta polémica y el debate da cuenta del proceso de construcción de la identidad cristiana en la época, en particular, a partir de la diferenciación con las interpretaciones del arrianismo, el origenismo y el pelagianismo.
El capítulo 6, “Polémica, confrontación y exilio: las querellas entre católicos y arrianos en el reino hispanogodo en tiempos de Leovigildo (569-586)”, elaborado por Renan Frighetto, muestra las luchas de poder en aquel territorio y, en particular, la diversidad de penas que podían recaer frente a ciertos crímenes, entre ellos, el de maiestas. Una de las sanciones era el exilio que, además de condenar a quien había delinquido, afectaba al grupo o comunidad de este. El autor focaliza en el reino de Toledo y desde allí caracteriza las relaciones entre la aristocracia y la realeza y entre los arrianos y los católicos.
“Sobre los orígenes de la invención romántica del feudalismo: el discurso del conde de Boulainvilliers (inicios del s. XVIII)”, fruto de las investigaciones de Santiago Argüello, tal como el título del capítulo 7 lo indica, propone que el feudalismo es una creación rastreable en las ideas filosóficas, y, en este caso, el ejemplo se centra en la filosofía de la historia de Boulanvilliers. A partir de esta premisa busca coincidencias en las posturas del medievalismo romántico y del antimedievalismo ilustrado. Ello se realiza en el contexto de discusiones filosóficas que llevan a contraponer al tomismo (o aristotelismo medieval) con la empresa aristocrática francesa de reinventar la historia. Finalmente, se presenta y analiza un concepto clave para este tema: el dominium, entendido como poder y libertad.
El capítulo 8, “Mixtura de razas y decadencia en la obra de Tenney Frank”, de Agustín Moreno, presenta diferentes ejes. Por un lado, aborda la temática de las razas y su mixtura en la Antigua Roma, tanto en la etapa republicana como imperial. Por el otro, a partir del análisis del discurso del propio Frank, se describe cómo sus conclusiones están matizadas por su mirada estadounidense, a la par que permite reflexionar sobre la situación del país norteamericano.
La obra en su conjunto puede ser leída de distintas maneras, aunque el orden recomendado es aquel propuesto por los editores, esto es, el cronológico. Este permite observar cómo se transforman algunas ideas: desde los inicios de la Antigüedad Tardía hasta sus fines, la consolidación de los géneros literarios, la construcción de simbolismos y la agenda temática se hacen más evidentes a lo largo de las páginas. También pueden los lectores elegir su propio orden en función de los ejes trabajados: las polémicas entre autores, los tipos discursivos o la información histórica, por mencionar algunos.
El principal aporte del libro radica en que deja en claro que la Antigüedad Tardía no es únicamente una era de transición entre dos grandes eras. Por el contrario, se manifiestan aquí hitos de trascendencia para la historia y la filosofía occidental. La obra, a partir de sus diferentes secciones, muestra las características propias de la época, no solo como un producto acabado sino a partir de la descripción de la configuración de ellas de manera paulatina: la elección de los géneros literarios, algunos nuevos, otros con reminiscencias del pasado; la construcción de una identidad religiosa cristiana que se encuentra en tensión con el arrianismo, el origenismo y el pelagianismo a la par que se enmarca en disputas por la autoridad; los debates sobre cómo interpretar dogmas de manera fiel a las Sagradas Escrituras y los límites con el paganismo; la relevancia de los procesos de escritura y lectura como forma comunicativa y pedagógica de mensajes normativos; la legitimación de líderes políticos a partir de las narraciones simbólicas y con el refuerzo de instituciones sociales y jurídicas; la centralidad de Roma como figura icónica del poder y el desvanecimiento de su esplendor que, a la vez que objeto de estudio, es también el escenario desde el que se piensa.
La lectura de esta obra manifiesta que lo que en muchos pensadores podría parecer paradójico es, en realidad, el fruto de la complejidad de una época en transformación. Es, precisamente, esa agitada búsqueda de preguntas y respuestas desde una matriz conceptual aún presente pero ya insuficiente y en el marco de nuevos dogmas e identidades lo que marca la identidad epocal. Si bien existen otros estudios sobre la Antigüedad Tardía, los autores que aquí muestran sus investigaciones demuestran que aún existen múltiples campos para seguir explorando.
Cabe destacar que los análisis se realizan desde distintas perspectivas disciplinares. Quienes escriben, lo hacen desde la historia, la filosofía, la retórica, la filología y la literatura. Esto permite encontrar una variedad de miradas que enriquecen el resultado de la lectura.
Por último, el volumen puede tener como destinatarios, como es lógico, a investigadores sobre cada uno de los temas en particular, pero también a quienes deseen tener una aproximación detallada del contexto tardo antiguo. Esto por cuanto la presentación de tópicos, si bien no es exhaustiva, sí logra reconstruir a grandes rasgos el clima de una etapa de límites no exactos y que abarca todas las esferas de la vida como cultura: la política, la literatura, la religión, la comunicación, el arte, la economía y las instituciones sociales.

Notas

* Doctora en Derecho (Universidad Austral). Magíster y Especialista en Estudios Sociales y Culturales (Universidad Nacional de La Pampa); Maestranda en Filosofía (Universidad Nacional de Quilmes). Abogada (UNLPam). Investigadora Asistente de Conicet. Dirige el Centro de Investigación en Ciencias Jurídicas de la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas de la UNLPam. Es docente de Filosofía del Derecho. Integra el Grupo Responsable del PICT “Cuerpo y metáfora en la construcción ideológica de las instituciones jurídicas y políticas”.
[Belgrano Norte 731 (6300), Santa Rosa, La Pampa, Argentina]