DOI: http://dx.doi.org/10.19137/an1409 - ISSN 2314-3983


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RESEÑAS

 

Lichtmajer, Leandro. Derrota y reconstrucción. El radicalismo tucumano frente al peronismo 1943-1955. Buenos Aires, Editorial de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, 2016, 372 páginas.

 

El libro Derrota y reconstrucción. El radicalismo tucumano frente al peronismo 1943- 1955 de Leandro Lichtmajer es una versión corregida de su tesis doctoral defendida en 2012 en la Universidad Nacional de Tucumán, dirigida por María Celia Bravo y apoyada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Se trata de una investigación que recurre a la utilización de variadas fuentes documentales y testimonios de los protagonistas para explicar el repliegue del radicalismo en la provincia de Tucumán entre 1943 y 1955. La obra está organizada en cinco capítulos que responden a un orden cronológico en función de los principales ciclos transformativos del partido. Cada capítulo forma parte de un análisis integral de las vicisitudes que la UCR de Tucumán tuvo que atravesar, desde su estadio como partido hegemónico a principios de siglo XX hasta su desplazamiento a un plano periférico a fines de la década de 1930, situación que se profundiza con la posterior emergencia del peronismo en la década del ‘40.
El autor sostiene que esa cadena de procesos adversos demarca la senda que debió transitar el radicalismo tucumano y visibiliza los esfuerzos por redefinir las estrategias de legitimación, de cooptación electoral, de interpelación a otros actores y de depuración interna (p. 15). Por un lado, el libro abona una temática desdibujada en la historiografía nacional, ya que sigue los pasos del radicalismo desde una escala provincial. Por otro lado, la investigación brinda información relevante para el campo de estudios sobre el peronismo, porque, si bien no se aboca específicamente a dicho movimiento, brinda datos sustanciales sobre sus relaciones políticas con otros partidos opositores en sus distintas versiones regionales. Analizar la dialéctica entre estos partidos desde una mirada externa al peronismo brinda la posibilidad de una mejor comprensión de las estrategias, las disputas de poder y las prácticas políticas desde una escala más acotada y precisa, en este caso, la provincia de Tucumán.
En el primer capítulo, el autor examina el historial político del partido y el origen de su arraigo electoral provincial. Para entender las peculiaridades de esta fuerza política en Tucumán, Lichtmajer destaca el peso del partido en el contexto nacional (ocupa el cuarto puesto como distrito con mayor cantidad de afiliados a la UCR) y la hegemonía que el mismo presentaba en la provincia luego de convertir a Tucumán en el primer distrito radical que desobedecía el mandato de la abstención por orden de las autoridades partidarias del Comité Nacional. En este mismo apartado, se articula la relación entre la estructura socioeconómica de la provincia y el predominio del radicalismo. Para ello explica el peso electoral en los ingenios azucareros, que iban desde el apoyo de los propios industriales, quienes ocupaban los cargos dirigenciales del partido, hasta el de los trabajadores temporales que se acercaban en época de la cosecha. Las relaciones vinculares entre trabajadores y mediadores afines a los dirigentes políticos posibilitaban la construcción de un sólido entramado partidario, con jerarquías institucionales que iban desde la junta de gobierno, comités departamentales, subcomités regionales, hasta los organismos de base como centros y comités zonales y barriales.
El radicalismo concurrencista, denominado así por su decisión de ir a las urnas, mostraba una fuerte hegemonía en la provincia, lo que le daba un importante margen de autonomía y la posibilidad de un comportamiento pendular entre el Comité Nacional del partido y el Partido Demócrata Nacional, denominación partidaria del oficialismo. El autor sostiene que esa misma ambigüedad original es la que provocó la emergencia de varias corrientes internas disidentes que acusaron a los concurrencistas de traición a los ideales radicales, rotulándolos de oligárquicos y elitistas frente a la inclinación popular que caracterizó al radicalismo en sus raíces.
La relación híbrida entre conservadores y radicales tucumanos presentó el quiebre con el cambio de presidencia en 1942 y la búsqueda del nuevo mandatario nacional para consolidar el partido conservador en todos los distritos provinciales. En este punto, Lichtmajer explica el carácter profético del derrotero del radicalismo reflejado a través de las elecciones de 1942, cuando el descalabro interno del partido no pudo ser simulado en las urnas y por primera vez el radicalismo conoce la derrota en Tucumán.
En el segundo capítulo se analiza la evolución de la UCR en la etapa pos-derrota. El escenario interno obligaba a plantear autocriticas y la necesidad de reactivar el partido mediante su reconfiguración. Estos años (1944-1946) están signados por lo que el autor denomina “un aire de renovación en las dirigencias” con la emergencia del ala intransigente que respondía a la “Línea de Córdoba” de Amadeo Sabattini, frente al paulatino declive de los concurrencistas, relegados a un segundo plano por su “pasado político impuro” y por las demandas de renovar los planteles dirigentes (p. 112). El grueso explicativo del apartado expone los esfuerzos que realizan los intransigentes para legitimarse y adaptarse al nuevo contexto socio económico provincial tras sus intentos de alejarse de los industriales, renovar las dirigencias y presentar proyectos de reformas agrarias acordes a las nuevas demandas socioeconómicas de la provincia. Sin embargo, estos primeros impulsos se vieron frenados por la inercia, el letargo y la incapacidad del partido para reaccionar ante la emergencia del peronismo y el accionar de la Secretaria de Trabajo y Previsión.
En el plano partidario nacional y para hacer frente al peronismo también surgieron diferencias entre intransigentes y unionistas. Los segundos ganaron la pulseada y se conformó la Unión Democrática junto con otros partidos minoritarios pero opositores a la nueva fuerza laborista. Si bien el radicalismo tuvo prioridad de decisiones dentro de la alianza, por primera vez su discurso proselitista evitó remitirse a los antiguos próceres como Irigoyen y Alem, en su lugar, optó por la mención de temas aglutinantes como las denuncias contra el oficialismo por su accionar autoritario y centralista, lógica ésta que operaba dentro del binarismo “peronistas-antiperonistas” o “fascistas-antifascistas”.
El tercer capítulo refiere a la derrota apabullante frente al peronismo en las elecciones de 1946 y el siguiente estado de paralización y desconcierto sin precedentes en la provincia, puesto que, hasta ese momento, el radicalismo había sido el máximo catalizador de los reclamos y demandas de los trabajadores tucumanos. A modo de paréntesis, el autor destaca en esta instancia el fortalecimiento de los intransigentes y el desplazamiento de los industriales y los caudillos departamentales de sus filas, acción que les brindó cierta calma después de la tormenta electoral, aunque esto también significó la pérdida de una de las fuentes financieras de la campaña proselitista.
El nuevo escenario político territorial obligó al partido a unir fuerzas con los sindicatos autónomos, que no formaban parte del denominado sindicalismo “dirigido”, aunque con resultados muy ambiguos. Además, resguardó su relación con la prensa, principalmente La Gaceta, para difundir sus acciones partidarias y denunciar los supuestos abusos del oficialismo. En síntesis, el autor sostiene que, tras la derrota frente al peronismo, la UCR vivió una etapa de cambios profundos, de desconcierto, pero también de afianzamiento y purificación interna posicionándose como una oposición “moderada” y expectante a los avatares del oficialismo.
Tras la desarticulación sufrida en su interior, el cuarto capítulo de la obra (1949- 1952) indaga en la recuperación de la UCR de Tucumán en la antesala de las elecciones de 1952. Los planteos del partido giraron en torno a la reforma constitucional de 1949 y las modificaciones en las reglas de juego electoral desde el Poder Ejecutivo nacional. Estos cambios provocaron un debate al interior del radicalismo referido a la continuidad en la disputa electoral o la posibilidad de adherir a las conspiraciones golpistas que se gestaban lentamente entre los oficiales antiperonistas. En este cuarto apartado, Lichtmajer remarca la revitalización del partido en base a su entramado institucional interno, a partir de una junta de gobierno con prerrogativas centralistas. De esta manera, los dirigentes radicales pudieron encontrar la solución a los viejos caudillajes zonales que generaban la fuga de lealtades y la desestructuración interna del partido. Estos cambios dieron impulso y motivación a un radicalismo deslucido que tan solo unos pocos años atrás se había cuestionado su continuidad como fuerza política. En este sentido, la investigación destaca que fue clave la apertura a la participación femenina, aunque también con ciertas resistencias desde el seno conservador del mismo.
Finalmente, el capítulo quinto aborda una etapa de consolidación para la UCR en Tucumán y sus intentos de resistir a los últimos cimbronazos de la disputa del poder con la oposición interna de los intransigentes-unionistas. En adelante, los esfuerzos del partido se abocaron a mantener su hegemonía provincial y evitar la pérdida de afiliados, así como a la cooptación de nuevos adeptos. En este sentido, no solo se desplegaron medidas disciplinarias rigurosas para los que buscaban desestabilizar la estructura partidaria, sino que también se propició el acercamiento con los sectores sociales desencantados con el oficialismo, como podía leerse en algunas jerarquías católicas alarmadas por la “corrupción moral” del peronismo (p. 225).
La discreción y el carácter expectante de la UCR de Tucumán fue la característica del último periodo anterior al derrocamiento del gobierno de Perón. Esta vez obedeció al llamado de las autoridades partidarias nacionales para mantenerse pacientes y con un perfil bajo frente a los sucesos del golpe de Estado de 1955. En parte porque no se sabía cuáles eran las intenciones del gobierno de las fuerzas armadas y porque no quería perder los logros en materia legislativa, ya que el radicalismo se había mantenido como la fuerza opositora más duradera en las bancas electorales, fruto de su participación moderada y discreta ante la hegemonía del peronismo.
En conclusión, la obra presenta las vicisitudes del partido radical tucumano y sus intentos de readaptarse al nuevo papel que el escenario político de la década del ´30 le había asignado. Lichtmajer visibiliza la crisis intrapartidaria en la UCR de Tucumán que precedió la emergencia del peronismo en la siguiente década y profundiza en el nuevo contexto signado por disputas y redefiniciones internas constantes que se sumaron a los avatares del partido a nivel nacional, principalmente posicionándose detrás de la nueva línea intransigente formada por Frondizi y Balbín, en contraste con la tradición sabattinista que lo había caracterizado en sus orígenes. El cambio de lealtad a las autoridades nacionales fue posible por la hegemonía de la intransigencia en el plano provincial, luego de relegar a los concurrencistas en la búsqueda de una dirigencia rejuvenecida. En la práctica, este proceso de renovación partidaria también significó el alejamiento de los industriales, en quienes descansaba el entramado estructural del partido por sus capacidades (y posibilidades) de financiación. En adelante, la disminución de fondos para el partido fue un problema constante, profundizado desde 1946, que pudo ser superado de manera paulatina hasta alcanzar un contexto nacional más favorable luego del golpe de 1955.
La obra de Leandro Lichtmajer no solo es un interesante aporte a la historia regional porque brinda la posibilidad de comparación con otros procesos provinciales, sino que también responde a las tendencias historiográficas de las últimas décadas que focalizan el estudio de las denominadas “situaciones provinciales”.

 

Juan Gabriel Baras
Universidad Nacional de La Pampa
Facultad de Ciencias Humanas
Instituto de Estudios Socio-Históricos