https://doi.org/10.19137/anclajes-2023-27311


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Balderston, Daniel. “Libro encontrado en un basurero: el extraño caso del ejemplar de Roa Bastos de El supremo dictador de Julio César Chaves”. Anclajes, vol. XXVII, n.° 3, septiembre-diciembre 2023, pp. 161-178.

ARTÍCULOS


Libro encontrado en un basurero: el extraño caso del ejemplar de Roa Bastos de El supremo dictador de Julio César Chaves

A book found in the trash: the strange case of Roa Bastos’s copy of Julio César Chavez’s El supremo dictador

Livro encontrado em lixão: o estranho caso do exemplar de Roa Bastos de El Supremo Dictador de Júlio César Chaves


Daniel Balderston

University of Pittsburgh

Estados Unidos

balderstondaniel@gmail.com

ORCID: 0000-0002-7619-9808



Resumen: Augusto Roa Bastos hizo mucha investigación sobre el doctor Francia, el dictador del Paraguay de 1814 a 1840, en la escritura de su gran novela Yo el Supremo, publicada en 1974. Algunos de esos libros terminaron en la quema del basurero municipal de Chapadmalal, de donde se rescataron y se llevaron al Paraguay en julio de 2022. La fuente más importante de la novela es El supremo dictador de Julio César Chaves (1942). Sobre la base de unas quinientas fotos que pude sacar el 28 de julio de 2022 del ejemplar del libro de Chaves, he podido comenzar a reconstruir algunas etapas de la investigación y composición de la novela en 1971 y 1972. Se encontraron dentro del libro de Chaves no sólo marginalia y subrayados sino también fragmentos de dactiloescritos de la novela.

Palabras clave: Roa Bastos; Doctor Francia; Julio César Chaves; Yo el Supremo; Crítica Genética

Abstract: Augusto Roa Bastos conducted considerable research on Doctor Francia, the dictator of Paraguay from 1814 to 1840, during the writing of his great novel Yo el Supremo, published in 1974. Some of the books he consulted ended up in the burn pile of the municipal dump of Chapadmalal, where they were rescued, and eventually brought to Paraguay in July 2022. The most important source for the novel is Julio César Chaves’s El supremo dictador (1942). Starting from some five hundred photographs I took of this book on 28 July 2022, I have been able to reconstruct certain stages of the research and writing of the novel in 1971 and 1972. The Chaves book contained not just underlining and marginalia but also two dozen fragments of typescripts of the novel.

Keywords: Roa Bastos; Doctor Francia; Julio César Chaves; I the Supreme; Genetic Criticism

Resumo: Augusto Roa Bastos fez muita pesquisa sobre o Doutor Francia, o ditador do Paraguay de 1814 a 1840, durante a escrita do seu grande romance Yo el Supremo, publicado em 1974. Alguns dos livros consultados terminaram na queima do lixão de Chapadmalal, onde foram resgatados, e foram levados ao Paraguai em julho de 2022. A fonte mais importante para o romance é a obra El supremo dictador de Julio César Chaves (1942). A partir das quinhetas fotos que pude tirar do exemplar  do  livro de Chaves, no  dia 28 de julho de 2022, pude começar a reconstruir  algumas  etapas da pesquisa e composição da novela em 1971 e 1972. Foram encontrados dentro do livro de Chaves não só sublinhados e marginália mas também uns 25 fragmentos datilografados do romance.

Palavras-chave: Roa Bastos; Doutor Francia; Julio César Chaves; Yo el Supremo; Crítica Genética

Fecha de recepción: 27/02/2023 | Fecha de aceptación: 06/03/2023

El 20 de julio de 2022, se publicó en Asunción, en el diario ABC Color, una extraña noticia: unos 180 libros que habían pertenecido al mayor escritor paraguayo de todos los tiempos, Augusto Roa Bastos, se habían encontrado en el basurero municipal de Chapadmalal, en el sureste de la provincia de Buenos Aires, y se habían llevado a Asunción, a la Fundación Augusto Roa Bastos, en bolsa diplomática. Los libros habían sido rescatados en 2019 por un mecánico de la ciudad y la familia de su esposa, Celina Brítez, que es socióloga, se puso a estudiarlos y se dio cuenta de su importancia. Cuando contactaron a la embajada paraguaya en Buenos Aires, se arregló la devolución de los libros (y papeles, como se verá) al país natal del escritor, donde los recibió Mirta Roa, presidenta de la Fundación e hija del escritor[1].

La misma noticia salió tres días después en La Capital, el diario de Mar del Plata, y una amiga de allá me alertó sobre su aparición, puesto que sabía de un viaje mío a Asunción durante el 26 y el 28 de ese mes[2]. Así que el día 28 pude reunirme con Mirta Roa y, en un período intenso de dos horas y media, sacar unas setecientas fotos de parte del material que estaba expuesto en el Centro Cultural Cabildo de la capital paraguaya. Este artículo narra lo que encontré al volver a casa y ponerme a estudiar las fotos. Es apenas el inicio de un trabajo mayor, ya que espero regresar a Asunción a fines de 2023 y estudiar los materiales más a fondo.

Lo expuesto bajo vidrio, de modo temporal, era una selección de los materiales encontrados: algunos libros, recortes de periódicos y revistas, fotos. Me llamaron la atención tres libros: El guion cinematográfico: qué es y cómo se hace de W. H. Clarence, publicado en Barcelona en 1963 por la editorial Fama, El supremo dictador de Julio César Chaves, publicado en Buenos Aires por Difusam en 1942, y El doctor Francia visto y oído por sus contemporáneos de José Antonio Vázquez, publicado en Asunción por el Fondo Editorial Paraquariae en 1961, con reimpresiones en los años siguientes[3]. El primero, porque Roa Bastos enseñaba escritura de guiones en la Universidad Nacional de La Plata en los sesenta y setenta, hacia el final de su largo exilio argentino[4]. El segundo, porque es la fuente principal para los datos históricos en Yo el Supremo, donde hay repetidas citas de los “Comentarios de “Julio César”. El tercero, porque también es importante para la obra maestra de Roa, como espero estudiar en un futuro trabajo.

En lo que sigue, me enfocaré en el libro de Chaves. Hace años, escribí un artículo llamado “Roa’s Julio César: Commentaries and Reflections”, que apareció en Chasqui en 1990; luego, ese texto se tradujo y se reeditó en Leído primero y escrito después: Aproximaciones a las obras de Roa Bastos, Piglia y Saer (2020). Como recordará el lector de la novela de Roa Bastos, esta termina con una “Nota final del compilador” que dice en parte:

Esta compilación ha sido entresacada —más honrado sería decir sonsacada— de unos veinte mil legajos, éditos e inéditos; de otros tantos volúmenes, folletos, periódicos, correspondencias y toda suerte de testimonios ocultados, consultados, espigados, espiados, en bibliotecas y archivos privados y oficiales. Hay que agregar a esto las versiones recogidas en las fuentes de la tradición oral, y unas quince mil horas de entrevistas grabadas en magnetófono, agravadas de imprecisiones y confusiones, a supuestos descendientes de supuestos funcionarios; a supuestos parientes y contraparientes de El Supremo, que se jactó siempre de no tener ninguno; a epígonos, panegiristas y detractores no menos supuestos y nebulosos.

Ya habrá advertido el lector que, al revés de los textos usuales, éste ha sido leído primero y escrito después. En lugar de decir y escribir cosa nueva, no ha hecho más que copiar fielmente lo ya dicho y compuesto por otros. No hay pues en la compilación una sola página, una sola frase, una sola palabra, desde el título hasta esta nota final, que no haya sido escrita de esa manera. «Toda historia no contemporánea es sospechosa», le gustaba decir a El Supremo. «No es preciso saber cómo han nacido para ver que tales fabulosas historias no son del tiempo en que se escribieron. Harta diferencia hay entre un libro que hace un particular y lanza al pueblo, y un libro que hace un pueblo. No se puede dudar entonces que este libro es tan antiguo como el pueblo que lo dictó.»

Así, imitando una vez más al Dictador (los dictadores cumplen precisamente esta función: reemplazar a los escritores, historiadores, artistas, pensadores, etc.), el a-copiador declara, con palabras de un autor contemporáneo, que la historia encerrada en estos Apuntes se reduce al hecho de que la historia que en ella debió ser narrada no ha sido narrada. En consecuencia, los personajes y hechos que figuran en ellos han ganado, por fatalidad del lenguaje escrito, el derecho a una existencia ficticia y autónoma al servicio del no menos ficticio y autónomo lector. (467)[5]

El ejemplar del libro de Chaves (que se reeditó en varias ediciones posteriores, pero esta es la que importa aquí) estaba bastante maltratado, como es de esperar dadas las circunstancias, pero claramente es un libro releído con mucha intensidad por Roa, lo cual se ve en los abundantes subrayados y marginalia.  

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Fig. 1: Ejemplar de Roa Bastos de El supremo dictador de Julio César Chaves (1942)

Se encuentran también abundantes papelitos insertados en el libro, a veces en lugares estratégicos, a veces simplemente como marcadores. Por ejemplo, podemos ver tres hojas de calendarios de oficina de 1971 y 1972:

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Fig. 2: hoja de calendario de 1972, insertada entre las páginas 126 y 127 de Chaves. NB que es el “Día de la Bandera” (argentina)

 

La novela se publicó en 1974, por ese motivo, saber que el ejemplar del libro de Chaves se consultó en 1971 y 1972 ayuda a determinar el momento de trabajo más intenso en el proyecto, que fue de larga duración (como dice la nota del compilador, perdonándole sus excesos retóricos). La cita de Robert Musil, sobre la historia no narrada, con la que termina la nota del compilador, aparece también en El diario de Emilio Renzi de Piglia (201-02). Piglia anota comentarios sobre Musil en 1969 y, entre sus muchas referencias a Roa, a quien había conocido hacia 1964, dice el 24 de julio de 1969: “Luego, en la revista [Los Libros], encuentro con Toto [Schmucler] y Roa Bastos, que trabaja encarnizadamente en su novela Yo el Supremo” (213). Tenemos el escenario, entonces: el trabajo intenso en 1969 que consta en el diario de Piglia, ejemplares de libros consultados en 1971 y 1972 y la publicación de la novela en 1974; y, ahora, la evidencia en el libro de Chaves, que es una maravilla.

Como ya mencioné, en el libro de Chaves, hay muchos subrayados y notas marginales. Por ejemplo, Roa va anotando o subrayando muchas fechas clave de la vida de Francia y esa información pasará, en gran parte, a la Circular Perpetua, el recorrido histórico que es una de las varias series en la novela. En algunas de esas anotaciones, va calculando la edad del joven Francia para tener clara la cronología de su vida. Ello resulta importante porque Chaves, a veces, no ordena de modo lineal los episodios en la vida de su personaje. Roa desordena ese desorden, poniendo, por ejemplo, gran parte de lo referido al padre del futuro dictador, “França Velho”, hacia el final de la novela, en las secciones sobre la “voz tutorial” (ver en las páginas 305-08). Para mostrar uno solo, la segunda misión del embajador brasileño Antonio Manuel Correia da Câmara está marcada así en la página de Chaves:

Fig. 3. Correia da Câmara en Chaves (305)

 

También hay una lista de dos páginas, insertada en el ejemplar, donde va anotando pasajes del libro de Chaves que le interesan:

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Fig. 4: lista de páginas de Chaves, insertada entre la 130 y la 131

En esta lista, además de anotar los temas que le interesan (por ejemplo el “derecho electoral popular”, la “lista de funcionarios” o los distintos discursos y cartas), va cotejando con “J.P.B”, es decir con Justo Pastor Benítez y con alguna otra fuente no identificada todavía (“E.”)[6].

Utiliza mucho a Chaves para recuperar la voz de Francia, de sus discursos y cartas. Francia va a ser el narrador principal de la novela, desde su tumba, entonces le importa mucho estudiar su estilo, como se ve en este fragmento:

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Fig. 5: “Estilo de Francia” (anotación en la página 136)

 

Text, letter

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Fig. 6: Otro fragmento notable con marginalia sobre el “Estilo de Francia” (Chaves 300)

Otra anotación del estilo de Francia, esta vez en la misma página donde está insertada otra hoja de calendario de 1971:

Fig. 7: “E[stilo] de F[rancia]”: Chaves (314), con hoja de calendario del 30 de enero de 1971

Hay anotaciones de este tipo en varias hojas: “Palabras de F.”, “R[espues]ta. de Francia”, “Estilo de F.”. Roa se interesa profundamente en el estilo de escritura del personaje real y hace un gran trabajo estilístico sobre la base de este tipo de citas, como comentaré un poco más adelante.

Cuando Chaves menciona un personaje nuevo y lo describe, Roa utiliza una caligrafía muy elaborada para señalar esa aparición, como hace aquí con el francés Escoffier:

A picture containing text

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Fig. 9: Papel insertado en la página 252, cuando se menciona por primera vez a Escoffier

Esto pasará a la novela con las siguientes palabras: “Por allí intentó fugar el comerciante francés Escoffier, preso en la cárcel” (110). Es decir, utiliza a Chaves también para definir el elenco de los personajes menores (como también pasa con sus usos de los documentos recopilados por Vázquez en El doctor Francia visto y oído por sus contemporáneos).

En las notas finales del libro (que en ediciones posteriores de Chaves pasarán a pie de página) subraya momentos en que el historiador escribe como novelista:

A close-up of a document

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Fig. 10: Estilo novelesco de Chaves (notas finales, 382)

Aquí obviamente Roa Bastos se interesa por la incertidumbre del historiador, su uso de preguntas retóricas. (Algo semejante pasará con su uso del ensayo “Dr. Francia” de Thomas Carlyle, publicado en 1841, donde Carlyle señala muchas veces su perplejidad ante las fuentes pobres que le han llegado sobre el paraguayo).

A veces, en los márgenes enumera los temas que le interesan para su novela, como hace con “Costumbres”, “Comida”, “Montura”, “Paseos”, “La biblioteca”, entre muchos otros temas (Chaves 363). Y se puede apreciar también que se fija en la presencia del perro Sultán (uno de los últimos interlocutores de Francia en la novela), en el “fiel de fechos” y en la serie de hechos que ocurren justo después de la muerte del dictador perpetuo. La página siguiente (Chaves 364) está adornada de muchísima marginalia y subrayados: la muerte del dictador el 20 de septiembre de 1840 es clave en la novela, es el sitio de enunciación. En las notas finales del libro de Chaves, se fija en el juicio del historiador que los restos conservados en el Museo Histórico Nacional de Buenos Aires no sean los de Francia, información que pasa al apéndice de la novela, cuando Stroessner (no nombrado, claro) le pide opiniones a una serie de historiadores sobre esos restos.

Entonces, para resumir hasta ahora, hay evidencia concreta de la lectura y relectura del libro de Chaves en los años de la escritura de la novela. En lo que sigue mostraré los fragmentos de borradores de la novela que están insertados en el libro de Chaves. Hay unos 25 fragmentos de distintas copias mecanografiadas, de los cuales sólo dos hojas son enteras (y no están incluidas en la novela publicada). Un primer ejemplo se vincula con la misión del embajador brasileño Correia da Câmara. El pasaje de Chaves donde encontré este trozo reza así:

Text, letter

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Fig. 14: descripción de Correia da Câmara (Chaves 285)

Aquí una hoja inserta que contiene un borrador de una nota de pie de página en la página 256 de ese dactiloescrito:

Text, letter

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Fig. 15: Hoja insertada con nota “Comentario de Julio César”

Esto no corresponde exactamente con lo que se encuentra en la novela publicada, en la nota larga de la página 211, que dice así:

Paralela a la misión porteña [se refiere no a la misión de Belgrano y Echevarría sino a la de Juan García de Cossio] es la brasileña de Antonio Manoel Correia da Cámara. Personaje de tintes extraordinarios. Ninguno llamado como él por su vida novelesca, por su carácter aventurero, a escribir el capítulo dramático de una entrada al aislado Paraguay; su viaje, su estada en Asunción y en Itapúa, su negociación en la capital, forman novela plena de apasionante interés. Guerrero en la India, combatiente en Portugal, prisionero de Napoleón, viajero en Turquía, revolucionario en Río de Janeiro, amigo íntimo de José Bonifacio, devoto de las musas, golpeando las puertas del Paraguay enclaustrado para revelar la Esfinge. Tal hombre para tal misión.» (Comentario de Julio Cesar.) (211n.)

Por lo tanto, la hoja “285 (bis)” corresponde a un dactiloescrito anterior a la versión final. El “Julio César” de Roa sigue reescribiendo después de publicado su libro.

En otro pasaje importante donde se cita a “Julio César”, se citan las palabras de Francia en el lecho de muerte. Justo antes de una “nota del Compilador” sobre los hechos del 24 de agosto de 1840, Roa escribe:

Mi cuerpo se va hinchando, creciendo, ‘¡Siempre, hasta el final, la torturante y perenne obsesión del río camino libre!’ (Julio César, op. cit.) agigantándose en el agua racial que los enemigos han creído trancar con cadenas. Mi cadáver las va rompiendo una a una, dragando las profundidades, ensanchando las orillas. ¿Quién me puede detener ahora? La mano póstuma se aferra a la punta del palo. Medio muerto de susto, el ex amanuense lo suelta. Hemos trazado el último signo. (448)  

En el libro de Chaves estas palabras aparecen así señaladas por Roa:Text, letter

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Fig. 16: Agonía de Francia (Chaves 362)

Es decir, la preocupación por recuperar la voz de Francia, que vimos en algunas notas marginales, aquí funciona en forma de collage: las palabras citadas por Chaves aparecen en medio del monólogo final del “Francia”, personaje imaginado por Roa.

Otro fragmento mecanografiado se relaciona con el cuestionario que envía Francia a uno de sus representantes:

4) ¿Qué es de la señora Pureza? Ha llegado ya allí? ¿Le has dado asilo, la debida atención que te he ordenado en mi anterior. Trátala con el debido respeto que te merece señora tan principal, a quien el país debe servicios que yo me sé. [...]

5) He recibido muchas quejas contra ti de los comerciantes brasileros. [...]

6) Enviar Gacetas porteñas. La última que me enviaste tiene ya seis meses de antigüedad. (193)

Una versión anterior de este documento está insertada en el libro de Chaves en el lugar correspondiente:

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Fig. 17: fragmento de dactiloescrito insertado en el libro de Chaves en las páginas 102-03

Como se ve, hay un proceso de expansión y revisión de este pasaje entre la hoja mecanografiada y la versión final.

Otro momento importante de la novela es la reflexión que hace Francia en el capítulo que comienza “Tengo un viejo cráneo en las manos”:

Hago girar entre mis manos la bola calcárea. Valles, depresiones obscuras donde retoza Capricornio. Cuernos en llamas. Montañas. Una montaña. Sombra de una montaña. La cumbre fosforece aún vagamente. Se apaga. Retiro el cabo de vela humeante. Entro yo. No hay más horizonte que el hueso que piso. Voy arrastrándome hacia el punto exacto que no desvaría. Gran obscuridad. Silencio grande. Ni el eco responde a mis gritos en el cóncavo calabozo. Ruido de pasos. Salgo rápidamente.

    Delación del aya. Emboscada. Zancajos del capitán de artillería (162)

Una versión de esto, en la página 99 del dactiloescrito fragmentado, se transcribe así:

Saco el cabo de vela humeante. Entro yo. No hay más horizonte que el hueso que piso. Voy arrastrándome hacia el punto exacto que no desvaría. Gran oscuridad. Ni el eco responde a mis gritos. ¡Vamos, hideputa, que si has vivido débilmente has muerto al cabo con gran firmeza!

Ruido de pasos. Salgo rápidamente.

Delación del aya. Emboscada. Zancajos del capi-

Esto corresponde exactamente a la página 162 de la primera edición (salvo la división en párrafos del fragmento): es decir, el breve pasaje pertenece a un estado tardío del proceso de composición.

Un buen ejemplo de cómo Roa va buscando un estilo cada vez más barroco para la representación de la voz de Francia se ve a partir de un fragmento que dice así: “para impulsar el aumento de la producción agrícola-ganadera. Cada uno de ustedes debe ir preparando un informe de muy muy prolija de toda su actuación en los diversos puestos a que han sido destinados. Estos informes”. Tal texto se convierte en este pasaje de la novela:

Cada uno de ustedes debe preparar una rendición de cuentas de toda su actuación en los diversos cargos a que han sido destinados desde su ingreso en la administración pública. Rendición de cuentas que será estudiada por el Supremo Dictador antes del Cónclave. Sus informes, que suelen ser bastante deformes, esta vez han de ser conformes a los formularios que se les hará llegar con el próximo chasque. (398, subrayado mío)

La multiplicación de posibilidades a partir de la palabra “informe” es típica de las partes de la novela que están en voz de Francia. Roa ha inventado un personaje que habla con retruécanos barrocos.

Hay varios trozos de dactiloescritos que no corresponden al texto de la novela final pero que están insertados en momentos interesantes del libro de Chaves. Para dar sólo un ejemplo, este pasaje tiene que ver con la famosa “lección de escritura” que Francia le da a Policarpo Patiño (63-70):

 Text, letter

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Fig. 18: fragmento de dactiloescrito insertado entre las páginas 214 y 215

Ahora, una transcripción:

 

coronando a José de Antequera bajo el nombre de José I, rey del Paraguay y de los mamelucos. ¡No, patán! Has trabucado de nuevo la repetición imperiosa del dictare. Tienes que luchar contra los peligros de las superposiciones, omisiones,

trasposiciones, de frases, de párrafos, de sentidos. Contra los fantasmas de la palabra errante [...] Presta atención. No estamos haciendo literatura.

Las ideas son las de la futura “lección” pero las palabras serán otras. Hay una treintena de fragmentos así: ocupan, todos, sólo parte de una hoja (muchas veces rasgada), que corresponden a un dactiloescrito extenso (según la paginación que aparece a veces, de más de cuatrocientas páginas). Algunas parecen vincularse con la severa crítica que le hacen al dictador, hacia el final de la novela publicada, su perro Sultán y el anónimo del folio quemado; pero, por ejemplo, esta hojita se relaciona con la página 53 del dactiloescrito perdido, no con el final:

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Fig. 19: fragmento de dactiloescrito insertado entre las páginas 190 y 191

Una transcripción de esa página 53 de alguna versión mecanografiada:

arena contraídos. El agua, de gotas. El fuego, de chispas concentradas.

      Así, la naturaleza entera trabaja en lo mínimo.

      El Poder Absoluto también está hecho de pequeños poderes. A semejanza del fuego, de la sangre, del agua. Así, si yo estornudara a cada rato como tú, mi entera xxxxxx poder seguiría existiendo en la más ínfima gota de esos estornudos. Aun mi entera persona seguiría existiendo en la explosión de esas pequeñísimas partículas. xx

      (Al margen. Letra desconocida. Tachada,

apenas legible.)

Otro fragmento parecido, también una crítica del gobierno de Francia, es de la página 74, al parecer del mismo dactiloescrito:

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Fig. 20: fragmento de dactilescrito insertado entre las páginas 218 y 219

Hay también dos hojas enteras que narran episodios con José Tomás Isasi y Petrona Zavala, de nuevo son versiones que no corresponden a la novela publicada. Aquí va una de las dos:

Text

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Fig. 21: Una de las dos hojas enteras insertadas entre las páginas 290 y 291 de Chaves

Estas dos hojas (que llevan los números 278 y 279) nos dan una idea de cómo habrá sido ese dactiloescrito perdido, lleno de tachaduras y variantes. El hecho de que haya trabajado tanto este pasaje (el único que vi que sobrevive en forma de hojas enteras) para luego descartarlo da idea del trabajo arduo de la escritura de la novela.

Otro fragmento, esta vez insertado entre las notas finales del libro de Chaves[7], demuestra el proceso de barroquización del estilo en las sucesivas versiones. Aquí marco los pocos cambios entre esa hoja y la versión final. En la novela, este segmento reza así:

cabeza del desfile. Son de fanfarria. La cerrada formación rompe luego en mil fanfarronadas. Simulacros de cargas, de ataques, de entreveros. Caballos y jinetes se parten en dos para volver a juntarse un poco más allá la mitad de un jinete con la mitad de un corcel, centaureando en figura. Las pruebas individuales menudean sin perder el carácter de su coreorganización colectiva. Dos soldados montan un mismo redomón, de pronto uno echa pie a tierra de un lado, el otro del otro, pasan del pie a la mano, se cruzan, hacen tijera sobre la montura al galope. Diez jinetes cabalgan en pie sobre una fila de corceles ensillados y en pelo alternativamente. Desmontan, corren a pie al costado de las cabalgaduras. (Yo el Supremo, pág. 241-42, subrayado nuestro)

El agregado de “centaureando” y “coreorganización” apuntan hacia el deleite del Francia muerto, narrador de importantes partes de la novela, en los juegos de palabras.

Un detalle final. Otro fragmento insertado entre las notas finales reza así:

Text, letter

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Fig. 22: “el señor Roa”

-21-

Cálmese, Excelentísimo Señor Ministro Plenipotenciario, lo apacigua mi oficial de enlace. ¡Un paso más, señor Roa, en el camino de los insultos, y conocerá el gobierno paraguayo hasta qué punto el representante del Imperio sabe sustentar la dignidad de su eminente carácter y la ofendida majestad de su Soberano![8]

Este fragmento de una página 21 del dactiloescrito corresponde a parte de la página 376[9] de la novela publicada, donde Roa escribe:

Un paso más, senhor Roa,1 en el camino de los insultos, y conocerá el Gobierno paraguayo hasta qué punto el representante del Imperio sabe sustentar la dignidad de su eminente carácter y la ofendida majestad de su soberano!
(Inf. de Correa, op. cit.) (376)

Y agrega una nota:

     1 El compilador desea aclarar que el lapsus y la mención no le corresponden, el informe confidencial de Correa menciona textualmente este apellido, según puede consultarse en el tomo IV de Anais, p. 60. (N. del C.) (376)

En Chaves, esto se encuentra en su página 386:

el Supremo, diciendo que no los sufriría de nuevo: ‘Un paso más, señor Roa, en el camino de los insultos, y conocerá el gobierno paraguayo y su delegado, bien a pesar suyo, hasta qué punto, el representante del Imperio sabe sustentar la dignidad de su eminente carácter y la magestad ofendida de su soberano’. (386)

Chaves agrega una nota que se refiere al “Inf. de Correa, 20 de enero de 1829, Anais t. IV, pág. 60”. Pero si se va a la fuente original, los anales de la Cancillería brasileña, se lee lo siguiente:

“Mais hum passo, Senhor Roas, na Estrada enxolvalhada dos insultos, e conhecerão o Goberno Paraguayo, e o seu Delegado, e bem a pesar seu até que ponto o Representante do império sabe sustentar a Dignidade do seu Eminente Caracter, e a Magestade offendida do seu SOBERANO” (4:61-62) (Balderston, Leído primero 39)

Es decir, aquí podemos precisar que Roa no llegó a esa fuente original, sino que elaboró su texto (y la nota) sobre la base de una imprecisión de Chaves, que había escrito “Roa” en vez de “Roas”.

Entre la treintena de fragmentos de los dactiloescritos hay uno de media hoja que se distingue de los demás. Está mecanografiado en un papel cebolla grisáceo/azulino y tiene dos huecos en el margen izquierdo. Esto significa que se guardaba en una carpeta escolar con tres anillos. Se ve bastante diferente de los otros fragmentos:

Fig. 23: hoja insertada sobre Benjamín Franklin y Manuel Belgrano, dactiloescrito final

Este fragmento refiere a Manuel Belgrano. Una transcripción:

Lo pialó y volteó. Se levantó semicarbonizado por la ira. Interjectuando. Puse entre sus arañudos dedos una historia manuscrita del Paraguay. Llévela como recuerdo. Mándele imprimir si lo desea, sin comprimirla, ¿eh? La realidad de este país es más rica que la que está encuadernada en esos in-folios. El futuro lo es más aún. Guardémoslo del rayo.

     El melenudo don Benjamín, sobre el pecho del general, me guiñó un ojo. Alcé la vista hacia el rostro de Belgrano. Vi reflejado en él a través de imágenes sombrías el fragor de los desastres futuros. Lo oí sudando sangre. Elefantasíaca agonía de su Huerto de los Olvidos: ¡Ay Patria mía! 

Es exactamente lo que aparece en la página 246 de la primera edición. Es decir, el dactiloescrito final, aparentemente perdido, tenía esas características: papel cebolla, tres huecos a la izquierda. Estaba insertado entre las páginas 364 y 365 de Chaves. Queda por averiguar si sobrevive más del dactiloescrito final.

Este artículo necesariamente tiene un carácter provisorio. No sé todavía qué otras cosas encontraré entre los papeles de la Fundación Augusto Roa Bastos en Asunción cuando tenga tiempo de revisarlos a fondo. Por el momento sólo puedo agradecer la inteligencia de Celina Brítez y su familia en el área de Chapadmalal y la enorme generosidad de Mirta Roa[10]. Para mí, Yo el Supremo es una de las mejores novelas latinoamericanas de todos los tiempos. Poder acercarme, aún de modo muy parcial, a fragmentos elocuentes sobre su proceso de composición es un privilegio, que espero saldar con un estudio más completo y, sospecho, mucho más largo cuando pueda regresar a Asunción en diciembre de 2023. Mientras tanto, las hojas y fragmentos de hojas encontrados en el libro de Chaves sirven como testigo de un gran manuscrito perdido y permiten vislumbrar sus características. No es, claro está, el “dossier genético completo” a los que se aspira siempre en la crítica genética, pero aún en su naturaleza parcial ilumina de forma elocuente el proceso de investigación y de composición del mayor escritor paraguayo (y de uno de los mayores escritores latinoamericanos). Sin duda, un estudio más profundo de estos materiales nuevos mostrará un ir y venir de Roa Bastos que consulta archivos, saca apuntes, escribe, vuelve a las fuentes, reescribe: un proceso largo que culminará en una de las novelas latinoamericanas más complejas, no sólo en su estructura sino también en su pensamiento.

Referencias bibliográficas

1. Balderston, Daniel. “Roa's Julio César: Commentaries and Reflections." Chasqui 19.1 (1990), pp. 10-18.  

2. Balderston, Daniel. Leído primero y escrito después: Aproximaciones a las obras de Roa Bastos, Piglia y Saer. Villa María, Eduvim, 2020.

3. Carlyle, Thomas. El dictador Francia. Trad. Luis M. Drago. Intro. Víctor Morínigo. Asunción, Guaranía, 1937.

4. Chaves, Julio César. El supremo dictador. Buenos Aires, Difusam, 1942.

5. Clarence, W. H. El guion cinematográfico: qué es y cómo se hace. Barcelona, Fama, 1963.

“Francia Vol. I, 1762-1816”.  Internet Archive. 4 marzo 2009. Web 2 mayo 2023.

 https://web.archive.org/web/20090808025020/http://www.tiempodehistoria.org/content/francia-voli-1762-1816 

“La fascinante historia de los libros recuperados de Augusto Roa Bastos”. ABC en el Este [Asunción, Paraguay] 20 jul. 2022: s.p. Web 2 mayo 2023.  https://www.abc.com.py/espectaculos/literatura/2022/07/20/la-fascinante-historia-de-los-libros-recuperados-de-augusto-roa-bastos/ 

7. Piglia, Ricardo. Los diarios de Emilio Renzi: Años de formación. Barcelona, Anagrama, 2015.

8. Plaza, Sebastián. “La increíble historia de los libros de Roa Bastos hallados entre la basura en Chapadmalal”. La Capital [Mar del Plata]. 23 jul. 2022: s.p. Web 2 mayo 2023. https://www.lacapitalmdp.com/la-increible-historia-de-los-libros-de-roa-bastos-hallados-entre-la-basura-en-chapadamalal/ 

9. Quiñonez, Juan Carlos. “40 años perdidos: los libros, a través del tiempo y la distancia”. Norte [Chaco, Corrientes], 28 agto. 2022. Web 2 mayo 2023. https://www.diarionorte.com/221573-40-anos-perdidos-los-libros-a-traves-del-tiempo-y-la-distancia 

10. Roa Bastos, Augusto. Mis reflexiones sobre el guion cinematográfico y el guion de Hijo de hombre. Asunción, Fundación Cinemateca y Archivo Visual del Paraguay, 1993.

11. Roa Bastos, Augusto. Yo el Supremo. Buenos Aires, Siglo XXI, 1974.

“Roa Bastos está de vuelta: rescatan, libros, cartas y anotaciones”. ABC en el Este [Asunción, Paraguay] 20 jul. 2022. Web 2 mayo 2023. https://www.abc.com.py/espectaculos/literatura/2022/07/20/roa-bastos-esta-de-vuelta-rescatan-libros-cartas-y-anotaciones/ 

12. Vázquez, José Antonio. El doctor Francia visto y oído por sus contemporáneos. Asunción, Fondo Editorial Paraquariae, 1961.


Notas

[1] Ver “La fascinante historia de los libros recuperados de Augusto Roa Bastos”, ABC Color, 20 de julio de 2022.

[2] Ver “La increíble historia de los libros de Roa Bastos hallados entre la basura de Chapadmalal” de Sebastián Plaza, La Capital (Mar del Plata), 23 de julio de 2022.

[3] Eudeba reeditó el libro de Vázquez en 1975, sin duda impulsada por el éxito de Yo el Supremo. Después de entregar este artículo me puse a estudiar las fotos que saqué del libro de Vázquez. Había poco de interés comparado con los hallazgos en el ejemplar de Chaves: hojas de calendario, unos pocos subrayados, y un fragmento de dactiloescrito de apenas dos renglones. Espero indagar más en los libros y papeles que tiene la Fundación Augusto Roa Bastos a fines de este año (2023).

[4] De esa experiencia de docencia de escritura de guiones salió el libro Mis reflexiones sobre el guión cinematográfico y el guión de la película Hijo de hombre (1993). En el ensayo que abre el libro alude a una conversación con Borges sobre la posibilidad de adaptar “Biografía de Tadeo Isidoro Cruz” al cine (12), de su investigación sobre el tema de escritura de guiones, y de sus clases en La Plata (13).

[5] En lo que sigue, las citas de Yo el Supremo se refieren a la primera edición (Siglo XXI, 1974).

[6]  En la publicidad sobre un libro basado en la Colección Bareiro —“Francia Vol. I, 1762-1816”— se dice lo siguiente: “Esta obra tiene su origen en la monumental tarea emprendida a comienzos del siglo XX por el paleógrafo Doroteo Bareiro, quien identificó y transcribió todos los documentos relacionados con el Dictador Francia conservados entonces en el Archivo Nacional de Asunción. Esta colección fue la fuente de Augusto Roa Bastos para su obra Yo el Supremo”.  

[7] En ediciones posteriores del libro de Chaves las notas aparecen a pie de página, pero en la edición de 1942 aparecen todas juntas al final.

[8] Chaves menciona a un tal Fortunato Roa (241). Roa subraya la frase en tinta negra.

[9] Otra vez notamos una enorme diferencia entre la paginación de los fragmentos de dactiloescrito y la de la novela publicada.

[10] En una entrevista a Mirta Roa para el diario digital Norte, la hija del escritor comenta los pasos que siguió Celina Brítez para descifrar el enigma del tesoro recuperado. Se nota el júbilo que produjo el descubrimiento. Hay también un video muy emotivo (Quiñones).